Capítulo 21

Voluntaria, según Hendrixon había demasiar voluntarios. Así que ambos estuvieron en cuneros y al terminar estuvieron de un lado a otro.

Hendrixon la dejo en área infantil sus últimos minutos de voluntaria.
Había tres voluntarios, uno leía un libro, mientras otros jugaban con los niños.
Jericho miro a los niños. Todos parecían divertirse, y eso la alegro. La mayoría de esos niños estaban muy enfermos y aun así lucían felices. Y ella que estaba sana, no dejaba de sentirse una estúpida.

Eran cerca de las 6 pm y Jericho se encontraba en el hospital. Guila estaba con Zeal y los demás andarían en alguna parte de lionés
Jericho estaba con una niña que había conocido en el hospital,

-Sofi. Iré a ver a Hendrixon, puedes quedarte sola un momento

-Si, estaré practicando-. Sofia llevaba semanas en el hospital, su condición no era grave. Pero decidieron dejarla ahí.

Jericho fue a cuneros donde la esperaba Hendrixon

-Sabés qué hoy no es mi día de voluntaria, ¿cierto?-. Jericho estaba en el hospital porque se había ofrecido a ayudar a aquella niña con la que estaba minutos atrás.

-Lo sé, solo necesito que me ayudes con unos cuantos bebes en lo que llega la otra voluntaria

Minutos después en recepción. ..

-Buscó Jericho.

-Un segundo.

-Lila, un hombre muy alto busca a Jericho-. Hablo muy fuerte la recepcionista.

-Está en la habitación de Sofía.

-Tercer piso, segundo pasillo a la derecha habitación 305

Fue al cuarto indicado y toco.
-Puede pasar - Dijo una voz que no era la de Jericho.

-Busco a Jericho.

-De parte de quien-. Preguntó la niña que estaba en la cama.

-De parte mía-. Hablo con fastidio.

-¿Eres amigo de Jericho?-. Preguntó entusiasta

¿Eso eran?

-Si.

-Dijo que regresaría pronto. - Puedes sentarte. Hay un sillón por ahí.

-Ajá

-Si eres amigo de Jericho... ¿Sabes que le pasa?
Esa pregunta confundió a Ban

-¿Le pasa de qué?

- Jericho ha estado muy cansada últimamente

-¿Pasa mucho tiempo contigo?

-Cuando puede... me ayuda a aprender a leer.

-¿Leer?-. Ban le pareció curioso. Pues la niña tenía vendados los ojos.

-Con puntos... ya no puedo ver. Por eso me esta enseñando

-Así que... Jericho a estado Cansada??

-Creo que si. Se a quedado dormida en varias ocasiones.

-Mi mamá dice que dormía mucho cuando estaba embarazada. ¿Cree que Jericho vaya a traer un bebé?-. Esa pregunta le dejó un horrible sabor de boca. -Además se ha comido mi pastel, y ah vomitado un par de veces. Y me dijo que tenía los pies inchados, según un artículo que leí esos son sintomas del embarazo. Bueno, no que se haya comido mi pastel, pero si los antojos-. La ilusión del rostro infantil solo logró inquietarlo. Eso no podía estar pasando.

-Ya volvi-. Anunció Jericho.

-Jericho, un amigó vino a buscarte. - Jericho tenía la vista fija en unos papeles. así que no había notado la presencia de alguien más.

-¿Un amigó tuyo o mío?

-Tuyo- hablo Ban con voz ronca, la platica con la niña lo tenía muy perturbado

Jericho levanto la vista y se quedó estática.

-¿Hola?

-Guila me dijo que te trajera esto.

-Creí que vendría ella, pero, gracias - Jericho tomo la bolsa. La revisó y luego la puso en las manos de Sofía.

-¿Terminaste tu práctica?

-Me distraje
.
-Muéstrame lo que tienes. Me iré pronto.

Sofía buscó con sus manos
-Te eh dicho que el orden es importante
Ban se quedó estático. La palabra embarazo inundada sus pensamiento. Y tenia que saberlo si aquello era verdad. Su estómago se revolvió y sintió náuseas.

-Volviste a confundir la i con la e-. Escucho a Jericho regañarla

-No puedo con ellas.

-Práctica más. Lo que está en la bolsa, son minicuentos escrito en braille, te ayudara a aprender . Ahora debo irme.

-Nos vemos . Tu hermana dijo que vendría en cuanto pudiera. No salgas de la habitación, sin autorización de tu enfermera y mucho menos sin el bastón.

-Si Jericho.

-¿Te vas a quedar parado ahí?

Ban no dijo nada y empezó a caminar.

Salieron del hospital y Jericho se detuvo frente a Ban.

-Te notó raro. Y estas muy pálido. - Jericho iba a tocarlo, pero se detuvo, ya estaban lo suficiente incómodos.

-Estoy bien, tú... Esa niña me dijo que te has sentido mal

-Mal. Yo... No estoy enferma.
Ban trago saliva

-Me dijo que has estado muy cansada.

-Eh tenido demasiado que hacer.

-Que tienes los pies inchados.

-Es normal cuando estas de pie demasiado tiempo

-Que te dormiste durante tu voluntaria.

-Pase varias noches despierta terminado un proyecto

-Las náuseas y el vomito

-No sabes lo que puedes encontrarte cuando cambias a un anciano. - Ban hizo una mueca. Lo pensó mucho antes de hacer su última pregunta.

-Te comiste su pastel porque se te antojo

-Era de zarzamora. No iba a desperdiciarlo . Eso que tiene que ver con tu interrogatorio.
-Ban la suspiró

Jericho repaso sus preguntas y un color carmín cubrió su rostro

-Que .., Qué te dijo.

-Nada qué te importe

-Si es sobre mi me importa. - Ban no contestó

-Te dijo que estaba embarazada, ¿no?

-¿Eso es cierto?

-No estoy embarazada.

Jericho suspiró y se detuvo frente a él.

-Ban. No voy hablar de lo sucedido hasta que tu estes listo. Si es que quieres hablar de eso, y si simplemente vamos a dejarlo... necesito que actúes normal. Las chicas empiezan a hacer muchas preguntas . Preguntas que no se responder.

Jericho no dijo más y siguió su camino.

No había podido dormir esa noche. No había visto a Ban, porque sabia que el no quería, tampoco pudo dormir la noche siguiente y la siguiente a esa, varias noches despues.
Lo poco que lograba dormir era gracias a sus pastillas
No le agradaba esa situación y de seguir así, en verdad se enfermaria

Volviendo del trabajo se detuvo frente a un parque, no había nadie a su alrededor, cuánto problema abría
Además ya había terminado sus tareas
Y no tenia otra cosa por hacer, excepto estar en su cama y dar vueltas y vueltas en ella. Hasta que la pastilla hiciera efecto. Ya que Guila estaba con Zeal.
Camino hasta los columpios, tenia tanto que no estaba en uno.
Dejo su mochila en el piso. Estuvo un buen rato ahí. Pero para ella solo habían sido un par de minutos. Sentir el aire en su cara era algo magnánimo. El cosquilleo en su estómago todo era extraordinario, y el cielo estrellado que pocas veces podía ver lo hacia mejor.
Cuando estaba lo suficiente alto se soltó. Pretendía caer de pie, pero solo logro caer en un pie, rodilla y manos. No eran lo suficiente alto para eso y ella ya era muy alta para ellos.
Sacudió sus ropas y continuo su camino a casa

Le habían invitado a salir, pero había rechazado la oferta. No quería ver a Ban. Aquién engañaba, si quería verlo. Pero el era otra historia, sabía que no quería verla. Uso el mejor de sus pretextos, proyectos escolares
A las chicas no les parecía que se desgastara tanto
Aunque no la dejaron rechazar la salida de esa tarde y la arrastraron hasta la taberna de melodías .

Como siempre le toco junto a Ban, pero en esa ocasión estaba el amigo de Gill y Griamor. Howzer.

-Howzer, cuánto sin verte. - Le saludo melodías. cuando llegó -
Hay un lugar por allá, entre los solteros. - Jericho miro a meliodas, no sabia si reír o golpearlo.
Howzer se sentó justo a lado de Jericho. Estuvieron conversando, hasta que Diane hizo una pregunta.

-Y ustedes piensan ser solteros toda la vida.

-No..- Contesto Jericho

-Ah, no-. Eso sorprendió a más de uno.
-Exacto, porque ahora soy soltera, en unos años seré una solterona-. Todos empezaron a reír, Jericho tenía mucha razón.

-Deberían hacer una fiesta de solteros. Ya saben... invitar a los rugidos del alba. Y aquella tipa rara Deldris y sus amigos. Y el amigo de camelot de Merlín. Arturo-. Se burló Meliodas. -Tal vez alguno deje la soltería.

-Si, ya entendimos capitán hay tanto solteros-. Irónizo Jericho.

-Solo para cersiorarme. Jericho y tu ya se conocían-. Preguntó Diane.

-Si, estuvimos juntos en el equipo de basquet hace algunos años y hace poco la encontré en el hospital. Saliendo de la bodega juntó a Hendrixon.

Meliodas escupió su cerveza, mientras que Gill y Griamor casi se ahogaban.

-¿¡Qué!?- Jericho había olvidado la habilidad que tenia Howzer para decir las cosas en doble sentido. No por nada se había ganado varios golpes de diversas chicas.

-Si lo dices así, se escucha muy mal-. Le reprendió Jericho.

-De esto, va a enterarse tu hermano-. Canturreo Guila.

-No es lo que parece

-Entonces que hacían-. Pregunto Guila con una sonrisa

-Estábamos haciendo inventario. Fue todo-. Guila estaría molestandole mucho tiempo.

-Fingiremos que te creemos - Le dijo Guila.

-Pues gracias.

Jericho estuvo conversando con Howzer, durante el tiempo que estuvo ahí.

Jericho se acerco a una de las ventanas. Ni ella ni Ban estaban disfrutando del alcohol y ya se había cansado de la mirada de Ban sobre ella.
Y Howzer se había entretenido viendo a Diane. Así que estaba sola.
Minutos después alguien se acercaba a dónde ella estaba.

-Es difícil tener un amor no correspondido. ¿No?- Le dijo a Jericho a esa persona.

-Es horrible. ¿Tu también tienes uno?

-Yo... ¡Esas cosas no se preguntan!

-ja ja ja ...-. Empezó a reír Howzer de la cara de Jericho. Ella no estaba muy cómoda con esa pregunta. Porqué solo lo sabían, ella, Guila y Merlín, por alguna casualidad. -Entonces hagamos un club, los futuros solterones con un amor no correspondido.

-Es un nombre muy largo.

-Lo sé, buscare otro más corto.

-Entonces me avisas cuando lo tengas. Es hora de irme

-Me voy contigo.

-Has lo que quieras. - Jericho se despidió de todos . Ambos salieron de la taberna, entre platicas y risas. Howzer era un tipo divertido.

-Te parece, Que seamos la SCAC
(Solteros Con Amor No correspondido)

-Mejor SCANC

-Solteros y de amor No correspondido. Te has comido el No.

-¿Y quien es tu amor no correspondido?

-Basta de burlas-. Lo detuvo Jericho, ese no era uno de sus temas favoritos.

-No te estoy haciendo burla, a no ser... que sea. Hendrixon.

-¡No digas estupideces!

-Solo fue una duda. - Un trueno se escucho e hizo saltar a Howzer y abrazarse al brazo de Jericho. Esta frunció el seño y después rió.
-Tranquilo, solo fue un trueno. -Soltó con burla

-Me tomo desprevenido-. Se defendió Howzer mientras sacaba el pecho.

Llegaron a un cruce y allí se separaron.

Jericho camino un poco y una torrencial lluvia se desató. Al menos no llevaba nada que se pudiera dañar con la lluvia, así que camino lentamente . Amaba la lluvia, por muchas razones. Desde que era niña, le gustaba salir y mojarse. Después aprendió que podía llorar en ella y nadie lo notaria. También, porque el golpeteo de las gotas en su piel le gustaba. Le gustaba sentir como se deslizaban por su cara y después por su cuello. Le gustaba la sensación fría que recorría su cuerpo.

Llego a casa. Las luces estaban apagada, lo cual no era normal, intento encenderlas, pero no sucedió nada. y en ese momento Zeal vino a sus pensamientos.
Olvido sus ropas mojadas, tomo la lámpara del mueble que estaba en la entrada y corrió a buscarle.
No estaba en su cama. Tampoco estaba en la habitación de Guila, tampoco en la de ella. Donde estaba, no estaría en el sótano, donde lavaban, ese lugar le aterraba, y no lo culpaba, ¿dónde podría estar? Y lo pensó. Cuando algo la aterraba, solo había un lugar, donde esconderse, que no era el ático, su armario.
Abrió las puertas y ahí estaba , abrazando sus rodillas.

-Zeal -. Le llamó, el niño no tardo en abrazarla. Jericho lo dejo refugiarse en ella .Sabia lo que era estar asustada y sola.

-Sshh, tranquilo. Todo esta bien.

-Se fue la luz-. Lloriqueo Zeal.

-Lo sé.

-Y los rayos.

-Ya estoy aquí-. Intentó calmarle, como su madre lo abría hecho.

La puerta de entrada se abrió.

-¡Zeal...!-. Se escucho un grito desde abajo, en la sala.

-Tambien ya esta tu hermana.

Guila llegó hasta ellos. Y se unió al abrazo de Zeal y Jericho.

La luz volvió unos diez Minutos después.

Jericho y Guila fueron a cambiarse ya que ambas estaban empapadas

-Cuando empezó a llover salí corriendo . Solo pensando en Zeal-. Les explico Guila, mientras tomaban café para calentar sus cuerpos.

-Estas loca-. Le cersioro Jericho.
-Pudiste seguir bebiendo.

-Yo casi no bebí. El que no dejo de beber fue Ban, después de que te fuiste se veía tan molesto.

-¿Molesto?

-De por si. Ha tenido un pésimo humor durante varias semanas.

-¿Molesto?-. Repitió Jericho.

-Si, pero no me hagas casó-. Esa petición no sería fácil de acatar, pues ya la había puesto a pensar.

La niña a quien Jericho ayudaba con el braile, fue dada de alta. Jericho estuvo ahí para despedirla.

-No vuelvas pronto-. Le dijo a modo de despedida, pues había ingresado varias veces al hospital por lesiones, a causa de su ceguera.

-Creo que es, vuelve pronto. Es eso lo que deberías decir-. Le corrigió la niña.

-Yo no quiero que vuelvas pronto, al menos no como paciente-.

-Si Jericho

-Hasta luego

Jericho se fue a la cafetería. Fue un día demasiado tranquilo. Casi no había clientes. Y Jericho comenzaba a aburrirse. Por suerte Zeal había llegado acompañado de Guila. Jericho les había hecho compañía. Hasta que la puerta volvió a abrirse y entraron la mayoría de los pecados. Ya que faltaba merlín y Escanor.

-Hola- Le saludo Elizabeth

-Hola a todos. Van a querer lo de siempre.

-Si por favor
Jericho volvió con sus pedidos muy rápido.

-¿En donde están tus compañeros?-. Preguntó Meliodas.

-En la oficina.

-¿Los dos? ¿solos?

-Sí

-¿Sabes lo que significa?-. Cuestiono con un toque de perversión.

-Que querían estar solos, en privado.

-Vaya, si sabes.

-Siéntate aquí. Jericho. Le señaló Diane, un lugar junto a Ban.

-Ah, no, gracias, estoy bien

-Ustedes dos han estado muy raros-. Menciono el capitán.

-¿Raros?, ¿Cómo que raros capitán?-. Preguntó Jericho intentado esconder su nerviosismo.

-Actúan extraño. Como si estuvieran evitando -Continuo King.

-Por qué abría de evitarlo.

-Tu dínoslo.

-¿Decirte qué?

-Por qué se evitan-. Insistió King.

-No nos estamos evitando.

-Si lo están-. Siguió Diane.

-Claro que no

-Que fue lo que paso, cuéntanos-. Insistió el capitán

-Capitán, y metiches... Si Jericho y yo nos estamos evitando. Es nuestro problema

-Entonces si paso algo-. Concluyó el capitán.

-Nada.

-No se escaparás tan fácil-. Los reto Meliodas

-Quieren saber que paso- Jericho Los miro a todos, mientras Ban la miraba de mala forma. -Este tipo no aguanta que alguien le diga sus verdades. Y se molesta fácil mente.

-Lo mismo va para ti, perico-. Le siguió Ban.

-Oh. Cállate, ¿porque tienes que ser tan molesto?

-¿Porqué tienes que ser tan fastidiosa?

-¡Porque tu lo provocas!

-¡Ahora es mi culpa!

-Siempre es tu culpa. - Jericho se dio la vuelta y fue a la cocina.
Al parecer los chicos se la habían creído. Era lo mejor. Así se dejarían de preguntas.

(.........)

Jericho estaba en recepción con un bebé en brazos. Una escena muy extraña para quienes la conocían.

-Vaya Jericho. La maternidad te lucirá muy bien-. Le dijo Hendrixon, nada más verla.

-Que cosas dice. La maternidad solo me sacara canas.

-Pero se te verán muy bien-. Jericho se ruborizó.

- Gracias por cuidarlo, señorita. - Dijo una mujer.

-No hay de que

-Así que otra vez todas las áreas estaban ocupadas-. Preguntó la recepcionista.

-Sí, estuve ayudando en cuneros, solo he hecho eso.

-Cuánto falta para que termines.

-Una media hora.

Jericho estuvo platicando con la recepcionista. Cuando escucho la sirena de una ambulancia y momentos después entraba una camilla. Con un hombre, peli gris. Su cabellera lo hacia verse de unos sesenta años

-Rápido, llévenlo a quirófano.
Jericho siguió al hombre con la mirada. Su cabello y sus ojos-. Agitó su cabeza con desesperación.
Eso no podía ser.
Cuando termino su tiempo de voluntaria se fue rápidamente a la cafetería
Pero la imagen de aquel hombre no salía de sus pensamientos
Estaba tan distraída que no había puesto demasiado atención en su trabajo. Miroku la dejo ir temprano, por esa razón, Pero, a Jericho eso no le servía de mucho.
Fue a casa, pero no lograba concentrarse en nada. Se tomo las pastillas para dormir, pero ni eso parecía ayudarle. Fue a la escuela y después de tanto pensarlo fue al hospital. Tenía bastante tiempo, ya qué Miroku le había dado la tarde de ese día.

-Jericho qué haces aquí - en cuanto ingreso se encontró con Hendrixon

-Yo...

-Tu. - Jericho miró detrás de Hendrixon.

-Ayer ingreso un hombre al hospital

-Bueno, Jericho. A diario ingresan muchos hombres.

-Lo se. Ingresó media hora antes qué acabara mi voluntaria y es peliblanco tiene entre 50 y 60 años.
Hendrixon le miro con curiosidad.

-¿Qué es lo que quieres?

-Solo necesito su nombre, por favor-. Hendrixon no hizo más preguntas, el nombre no podía causar muchos problemas.

-Déjame ver que puedo hacer
Hendrixon estuvo hablando algunos minutos y regreso.

-Su nombre es Frederick, tiene 52 años. Llego por accidente automovilístico. Aun no se a localizado familiares-. Jericho asintió, se sentía atontada con la información.

-Gracias. Superior Hendrixon.

-¿Todo en orden?.

-Si, claro. Ya me voy... Nos vemos el Martes.

Jericho no espero la respuesta y salio del hospital.

No supo cuando entro a la casa. Solo sabía que estaba impactada. Porque después de tanto tiempo ese hombre volvía.

Había algo en su estomago. Se estaba contrayendo. Su corazón se estrujaba. Pero por qué, ¿era odio?, ¿dolor?, ¿lastima? ¿Frustración?
No lo sabia.

No supo cuanto tiempo estuvo tratando de procesarlo.
Solo supo que estaba en su escritorio viendo sus libros. Tomó el primero que encontró y trato de leer, no supo cuantas veces repaso la mismo linea, una y otra vez. Tantas veces como para aprendérselo de memoria. Pero su mente seguía en blanco. Mentira, si su mente estuviera en blanco, seria fabuloso. Lo único que pasaba por su cabeza, eran dolorosos recuerdos de su infancia.

Frustrada aventó su libro,
Reviso la hora. 4:30.
Se dejó caer en el piso, tal vez. Pudiera encontrar algo conque distraerse. Miró bajo su cama, había que limpiar. Observó detenidamente y lo vio. Sí, sabia que debía hacer.

De debajo de su cama sacó su balón de basquet. Caminó al parque más cercano.
Tenia que sacar de alguna forma la frustración que comenzaba a acumularse.
Empezó a encestar una vez tras otra. Sin detenerse. Si se caía se levantaba, si no encestaba, seguía intentando. Pero, cuánto tiempo podía estar una persona así. Corriendo, brincando, desgastadose.

Al parecer podía soportar bastante. Se dejo caer en el piso después de horas , necesitaba recuperar el aliento. Pero, al menos había disminuido su frustración.
No estuvo mucho tiempo en el piso, cuando sintió algo húmedo deslizarse por sus mejillas, estaba llorando y ni cuenta se había dado limpio las lágrimas con frustración y comenzó a jugar, sin darse cuenta de que alguien le miraba a varios metros de distancia. Tras un arbol.

Cuando aquella persona se canso de verla , se acerco hasta ella. Y le quitó el balón.
Jericho volteo a verlo de mala forma.

-Devuélveme el valón-. Ordenó molesta.

-No.

-¡Dámelo, Ban!

-Quítamelo- Jericho corrió hacia el, si quería que se lo quitara lo haría. Pero, no era tan fácil. El idiota era muy alto y apenas rozaba su mano brincando, ya estaba algo casando. Pero no lo admitiría.

-¡Maldita sea Ban!. ¡Dame el maldito balón!

-No.

-¡Por qué haces esto!-. Jericho lo enfrentó. En esos momentos le importaba poco o nada, lo que había pasado entre ellos.

-Porque vas a lastimarte

-¡Y a ti que mas te da!-. Lo primero que Ban pensó, es que Jericho estaba en sus días. Pero nunca había visto a una mujer en sus días moviéndose como ella lo había hecho. Vivía con dos mujeres, y en esos días sabía, era mejor no mirar ni respirar en su dirección. Lo había aprendido por las malas.

-Me importa-. En verdad le importaba, Jericho era su amiga, o algo así.

-Me has ignorado por más de un mes. ¿Porqué pretendes que te importo?

-Porque lo haces-. No mentía, sabía que no había sido lo correcto, el haberla evitado tanto tiempo. Pero tampoco quería hablar de aquel asunto. Ya tenía suficiente con sus pensamientos.

-¡Yo no quiero importarte!

-Vámonos- Le ordenó Ban.

-No.

-Vienes por las buenas o vamos por las malas.

-No iré contigo de ninguna forma.

-Okey. - Ban la cargo como costal

-Que diablos. ¡Bájame!

-¡Cállate! O vas a fastidiarme
Jericho se removió, pero eso no funciono. Termino resignandose, pues se estaba mareando.

Había encontrado un buen distractor. A todos sus problemas de ese día. Así que solo necesitaba de Ban, de su presencia y esencia. ¡Qué estupidez!

-Bájame. Puedo caminar-. Le pidió a varias cuadras del parque.

-Qué me asegura que no te iras. Seria fácil alcanzarte, pero no tengo ganas de correr.

-Entonces no me sigas
Ban no dijo mas y la bajo hasta estar frente a la puerta del baño, de casa de Guila.

-Daté un baño. Apestas.
No le dio tiempo de decir nada. Y cerro la puerta en su cara.

-Que idiota-. Murmuró para sí

Su ducha tardo mucho mas de lo habitual.
Había relajado sus músculos, pero que relajaria su cerebro. Tenia que desconectarlo de alguna manera.

Llego a su habitación, y ahí estaba el.

-Te tardaste.

-Pudiste irte si tanto te molesta

-Tu porque estas molestas.

-¿Te importa?-. Preguntó sarcastica

-Te dejaré para que te cambies.

-Cuál es el problema-. Jericho no estaba dejando su lado sarcástico de lado.

-Estás de insoportable-. No lo había preguntado de esa forma. Además le estaba diciendo algo que ya sabía.

-Pues nadie te pidió qué estes aquí. Sí tanto te molestó. ¡Por qué estas aquí!

Ban la tomo de los hombros.

-Ya cállate

Jericho, lo miró a los ojos. Su mirada, por primera vez en meses se conecto.
Jericho sabía que estaba insoportable. Porque era de esos días en que ni ella se soportaba. Y no era por la regla

-No quiero- balbuceó, después de varios segundos cedió a lo único qué pasaba en su cabeza.
Besarlo.

Y así lo hizo. Aunque sabia eso no estaba bien. Y lo más probable fuera, la rechazara, sé arriesgó.
No la rechazó de inmediato, sólo cuando se dio cuenta de lo que hacían, se separó de ella

-Jericho. .. - Le llamo en un intento de detenerla.

-Lo sé. Se qué esta mal. Y tu no quieres. Pero consedemelo, aunque sea solo hoy. -Jericho volvió a abalanzarce, y el volvió a rechazarla. Si lo hacia una tercera era suficiente, porqué no quería sentirse humillada. Ya había tenido suficientes humillaciones

-Detente-. Le pidió Ban.

-¿Por qué?- Ban notó él cambio de tono en la voz de Jericho. Era un poco ronca, lo que solo significaba una cosa. Estaba a puntó de llorar .

-Porque si no lo haces, no voy a contenerme. -Sintió como se tensó el cuerpo de Jericho y contuvo el aliento por unos instantes

-Entonces no lo hagas...
Ban dejo atrás cualquier razonamiento y dio paso a el instinto mas primitivo del hombre.
Y no sé arrepentiría, porque durante semanas, después de que aceptara lo que sucedió. Estuvo molestó con él. No por lo qué hizo, sino por desear hacerlo otra vez. Aunque, en esa ocasión, no podrían culpar a el alcohol.

Despojarla de su ropa no había sido difícil, dado que solo llevaba la bata.

Y eso fue todo lo que Jericho necesitaba para dejar sus frustraciones.
Agotada. Solamente pudo dormir.

Y aquí estoy. Después de varios días ausente. Lo siento en verdad.
Se que la mayor parte de este capítulo fue relleno y lo siento. Aun así. Pues aquí está el capitulo.

Y dejando una pequeña aclaración. Quiero que comprendan el cómo se siente Ban. El alberga sentimientos hacia Jericho, pero el no está seguro de cuales son. Entiende que aprecia a Jericho, para el era como una hermana, y después de haberse acostado con ella, se siente culpable, pues para el no fue correcto. Por varias cuestiones, la principal, el no saber cómo etiquetar a Jericho

Si tienen alguna duda, favor de decirme y yo la contestaré tan pronto como pueda.

Sugerencias, dudas, opiniones, comentarios, criticas, tomatazos, o cualquier cosa que quieran enviarme, todo es aceptado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top