Capítulo 20
Dejaré esto por aquí y me iré lentamente
Jericho se levantó perezosamente, no había nadie a su lado, con las cosas de esa manera, tan incomodas, era normal que no lo hiciera.
Era la primera vez que estaba sola en casa, siempre le acompañaba alguien, ya fuera Zeal o Ban.
Odiaba haberse acostumbrado tanto a la presencia de Ban.
Frustrada preparo su desayuno. No podía dejar de pensar en Ban. En lo incomodo de la situación, en el hecho de que debía alejarse de él. Hasta qué todo se enfriara.
Se preparo para el trabajó. Mientras más ocupada estuviera menos tiempo para pensar tenia. Y era justo lo que necesitaba. Menos tiempo para pensar.
A medio día recibió una llamada de Zeal. Quería que fuera por el a casa de su amigo. Ya que Guila no había contestado el teléfono.
Miroku no se opuso a eso, adoraba a Zeal, después de todo.
Volvió después de una hora Junto a Zeal.
Miroku le comentó que habían ido los pecados a excepción de Gowther y Guila. Y se habían ido pronto. Y Jericho suspiró aliviada. No deseaba encontrarse con Ban.
Era su primer día como voluntaria. No estaba del todo nerviosa, había nervios en ella, dado que siempre le costó interactuar con las personas. Y no estaba segura de poder hacerlo. Se apresuro a salir de la escuela. Queria llegar temprano.
Se acercó a la recepcionista, para su buena suerte era la misma de la vez anterior.
-buena tarde-. Saludó
-Jericho, ¿cierto? - Preguntó la recepcionista, Jericho asintió. La recepcionista le dio un gafete con su nombre, foto y decía voluntaria.
-En un momento llegara el jefe de voluntarios
-¿Ya llego la otra voluntaria?. - Esa voz, Jericho la conocía.
-La señorita Jericho ya llego-. Afirmó la recepcionista. Jericho miró anonada a aquel hombre
-¿Jericho..?. - el hombre volteo y Jericho se sorprendió aun más. ¡Tenía que ser una broma!. ¡Entre tantas persona tenia que ser Hendrixon!
-Sabía que no podía ser otra Jericho-. Comento el hombre
-Hendrixon-. Dijo Jericho sin mucha emoción.
-¿Hendrixon?-. Preguntó entre sorprendido y ofendido.
-Dejo de ser mi profesor hace años-. Así que no había más relación entre ellos y no tenía que hablarle tan formal.
-Un poco de respeto entonces-. Pidió Hendrixon
-Senor Hendrixon. O prefiere superior Hendrixon-. El hombre suspiró
-Vamos, Jericho-. Le indicó con la mano que lo siguiera -Según me informan, esta dispuesta a cualquier área.
-Si.
-¿Cómo... archivos?
-Si.
-¿Leer a los niños?
-Supongo.
-¿Atender ancianos?
-Tal vez
-¿Estar en cuneros,
-En mi vida eh estado cerca de bebes. Pero puedo intentarlo.
-Que tal con las enfermeras
-Por supuesto-. Jericho prefería estar con los doctores, pero no se quejaría.
-¿Limpiar pisos?
-Tienen personal de intendencia, ¿no es así?
-No puedes quédate callada ¿cierto?
-Ya sabe como soy-. ¡Limpiar pisos!, porqué tenía que bromear con ella.
-Por fortuna hoy es un día tranquilo. Ya tenemos voluntarios en la mayoría de las áreas. Excepto... Cuneros.
-Creí qué no dejaban entrar a nadie a Cuneros.
-Usualmente no. Pero las enfermeras de este lugar son algo.. Especiales y prefieren estar alejados de los bebés.
-Okey...
-Pero tranquila, como eres nueva estaré contigo supervisando y ayudándote-.
Que reconfortante pensó con ironía
-Bueno.
-Muéstrame tus manos - Jericho le miró con desconfianza pero se las mostró. .
-Uñas cortas y limadas, no están sucias y las manos son suaves.
La llevo a los Cuneros y le dieron una bata.
-Empecemos por lo básico, ¿sabes cargar a un bebé?
Que parte de en mi vida he estado con un bebé. No había escuchado Hendrixon.
-Nunca eh cargado a uno. Pero en una conferencia se nos explicó.
-¿Conferencia?. ¿Qué estudias?
- Medicina.
-¿Es voluntaria o prácticas?
-El gerente dijo que aun era pronto para mis practicas. Por eso vengo como voluntaria.
-¿Medicina?. Entre tanto entrenamiento y deportes nunca imagine verte en medicina.
Jericho no respondió.
-Observa como cargo yo a uno, y tu haces lo mismo
A algunos les hace falta un cambio de pañal, otros deben alimentarse.
-¿No los alimentas sus madres?.
-Algunas. En el hospital prácticamente obligan a las madres a amamantarlos por lo menos una vez. De ahí es su problema si lo hacen. Las que no, les damos formula.
-¿Les damos?
-Si, revisaremos quien necesita cambio de pañal y a quien alimentaremos. Esta es la lista de los que toman formula, y los que no, las enfermeras se encargan de ellos.
Jericho solo asintió.
-Colocas una mano en su Nuca, la otra en la parte baja y lo levantas y acomodas. Lo llevaras a la mesa de allá-. Jericho intentó seguir las indicaciones de Hendrixon. Pero no le era del todo posible y Hendrixon lo notó. - Mejor sígueme, te explico y después lo hacemos ambos.
Miro atentamente como Hendrixon realizaba el cambio de pañal. Y lo volvió a depositar en el cunero.
-¿Entendiste?
-Creo.
-Vamos, quiero que lo intentes.
Jericho se acero a un cunero. Estaba nerviosa. Prefería inyectar, al menos eso ya lo dominaba. Y no se había puesto tan nerviosa la primera vez que lo hizo.
-Relájate
-Eso intento-. Respondió de mala forma.
-Coloca las manos donde te dije. - Jericho suspiró y colocó sus manos debajo del bebé
Hendrixon se puso detrás de ella.
-Voy a ayudarte. Estas muy nerviosa-. Rodeo su cuerpo y le ayudó a tomar el bebé.
-Así. Levanta un poco más su cabecita. Y sostenlo-. La soltó y se puso frente a ella.- Ya lo tienes. Ahora llévalo.
Hendrixon le estuvo ayudando y explicandole. Otra enfermera había llegado a ayudarles. Estuvieron cerca de una hora en esa actividad, pero Jericho lo tenia bastante dominado. Luego procedieron a alimentarios. Solo a algunos. El resto fue llevada con sus madres.
Jericho se sorprendió de como un bebé podría causar tanto alboroto. Una niña empezó a llorar y varios la siguieron. Tres enfermeras fueron en su ayuda. Cuando el alboroto paso Jericho miro a un bebé regordete y se acercó a él.
-Tu me caes bien. Eres el único que no se puso a llorar junto a los demás. -acercó su dedo a su mejilla y este sonrió
-Le caes bien-. Le indicó Hendrixon
-Parece que aprendes rápido y te has hecho mas paciente.
-No podía gritarle a un bebé.
-Eso es cierto.
-Es más fácil alimentarles que cambiarles.
El teléfono de Jericho comenzó a vibrar.
-Las dos horas pasaron muy rápido. Debo irme ahora.
Por más prisa que se dio no logro llegar a tiempo al trabajo
Cuando llego estaban todos sus amigos en el lugar, sin excepción. Incluso Margaret y Verónica
-Te estábamos esperando- le dijo Eli,
-¿para qué?
-Para que nos cuentes como estuvo todo,
-En un rato.- fue a ponerse el mandil para empezar con su trabajo
No había mucho trabajo así que se sentó con los demás.
-Cuéntanos. Cómo estuvo todo.
-Llegue. Hable con la recepcionista, espere que llegara el encargado de los voluntarios. Estuvimos en Cuneros.
-¿¡Cuneros !?-. Preguntó Verónica sorprendida.
-Si
-En tu vida te habías acercado a un bebé-. Comento Guila
-Pero me ayudaron. Cambiamos pañales y les dimos de comer
-¿Fue todo?
-Sí
-Por qué no nos dices quien estuvo contigo-. Preguntó Guila.
-¿Qué?-. Preguntó confundida
-Tenemos evidencia-. Dijo Gowther y colocó fotografías sobre la mesa.
-¡Es el profesor Hendrixon!-. dijeron muy sorprendidos
-Si, el es el jefe de los voluntarios.
Se pasaron las fotos entre ellos. Eran muchos
-¿Cómo las consiguieron? cuestiono muy sorprendida
-Tenemos contactos-. Dijo Guila
-El profesor Hendrixon se apuesto muy atractivo - les dijo. Verónica. ganándose una mirada fulminante de griamor
Pasaron una foto que a varias las hizo soltar un gritito. Y a Jericho extrañarse por la actitud de sus amigas.
-Qué se siente estar rodeada por esos brazotes-. Preguntó Verónica.
-De que hablan- Jericho le arrebato la foto a Gowther
-¿Dinos que sentiste?
-¡Estaba demasiado preocupado cargando a un bebé, para pensar en quien me estaba rodeando!
-Hay química entre ustedes dos- soltó verónica burlona
-Ese hombre podría ser su padre. - les dijo King.
-Pero no lo es... - debatió Guila
-Podría ser, que haya algo entre ellos - dijo helbram- A Jericho. Siempre le han gustado los peliblancos.
-¡Helbram!
-A demás. Hay algo con Hendrixon -Se metió Miroku
-Le pidió matrimonio. - Jericho volteo para asesinar a quien lo dijo y como su cerebro le indicó. Era Gustaf.
-¡Gustaf!
-¿¡Qué!?-. Dijeron a coro
-Cuando tenia 6 años-. continuo Gustaf, ignorando a su hermana -pidió matrimonio a un hombre y dos niños.
-¡Gustaf cállate!-. Ya era bastante vergonzoso recordarlo. Como para que sus amigos lo supieran
-Déjalo hablar. Quiero saber- le interrumpió Guila .
-El hombre fue Hendrixon y otros niños sin importancia
-¿Los tres eran peliblancos?- preguntó Margaret.
-No, Hendrixon y uno de los niños si, el otro. Era rubio y se llama-. Jericho se levanto para taparle la boca a Gustaf.
-El otro fui yo - Hablo Helbram
-¡Qué!
-¡Helbram!
-Tenían derecho a saberlo-. Se "defendió"
-Esto era un complot-. Les recriminó Jericho.
-No. Solo se dio la oportunidad.- Comentó Miroku.
-Trío de odiosos.
-Y cual de los tres acepto tu propuesta-. quiso saber Meliodas.
Jericho suspiró. Ellos habían cojido la costumbre de molestarlos. Y con esa nueva ininformación, estaba segura que tendrían para rato.
-No quiero hablar de eso.
-No vas a dejarnos con la duda -. Le advirtió veronica.
-Ninguno-. Contestó Jericho.
-Hendrixon se sonrojo y le dijo que tal ves en un futuro-. Completo su hermano. Cosa que Jericho vio inescesaria.
-¡Gustaf cállate!
-Creo que ese futuro llegó-. Concluyó Diane
-Helbram. Creí qué habías dicho que conociste a Jericho a los 13. Dijo Merlín
-Hace poco me entere, cuando curioseaba en su casa.
-Qué fue lo que le dijiste-. Le preguntó Diane
-Sonrió y le dijo que era adorable-. Volvió a hablar Gustaf.
-¿Y el otro chico?
-Fue un desastre.
-¡Cállate Miroku! ¡Tu no estabas ahí!
-Pero fue muy divertido cuando Gustaf lo contó
-Qué pasó-. Insistió Diane
-El niño llevaba una polera roja y estaba algo sucio. - empezó Gustaf -Cuando Jericho lo vio corrió hacia él. Intente detenerla, pero me pego una patada. Y se lo pidió. El niño la miro extrañado. Y le dijo.. Que rara eres.
-Gustaf ya cállate-. Advirtió Jericho
-Y después, Jericho le dijo que no le había preguntado si era rara.
-Que contesto el niño-. Todos parecían muy interesados en la historia y Jericho solo quería desaparecer. Pero, para su mala suerte, no entro algún cliente y los que estaban no la llamaban.
-No lo sé, tal vez. No me molestes. Y se fue. - Jericho tenia escondida su cara tras sus manos. Eso no podía estarle pasando. No frente a todos.
-Que fue lo qué te gusto de el, Jericho. - Le preguntó Eli intentando relajar la tensión
-Su cabello. Es obvio.- dijo Guila.
-Sus ojos. - le dijo Jericho.
-Qué
-Sus ojos, es lo que me gusto y es todo lo que recuerdo. A parte de su cabello blanco.
Unas personas entraron y Jericho se puso de pie para terminar con su incomoda conversación y atender a los clientes
Al menos nadie había preguntado el porqué. Aunque ella tampoco lo recordaba.
Guila le había dado la foto de ella con Hendrixon. Y en esos momentos era guardada en su álbum.
Nadie le había comentado sobre lo hablado el día anterior. Así que se sentía tranquila. Jericho se recostó, al día siguiente tenia su segundo día de voluntaria.
Nuevamente estaba en la entrada del hospital , al entrar vio a Hendrixon en la entrada.
-Puntual.
-Cuando puedo.
-Hoy me ayudaras con parte del inventario. Ya hay personas en las demás áreas. Y tu solo estarás conmigo hasta que sepas el manejo de cada área. Ya que no escogiste una en específico. Puedes estar en cualquiera.
-Jericho asintió. Y juntos fueron a la bodega.
-Acaba de llegar medicamento. Revisaras las cajas y en este formato iras marcando su estado. Entiendes.
-Sí
El trabajó estuvo demasiado ajetreado. Y apenas era jueves. No queria imaginarse como estaría el fin de semana.
Habían cerrado una hora después debido a eso.
Y apenas habia tenido tiempo de dormir después de hacer su tarea.
Por suerte no tenia unas horrible ojeras y tampoco estaba horriblemente cansada como había pensado que estaría.
Las siguientes dos semanas fueron muy agitadas con excesivos proyectos y trabajo.
La voluntaria había sido lo único que le relajaba, Cuando no estaba con adolescentes. Habia tolerado más a los infantes que a los odiosos adolescentes, a los niños podía entretenerlo jugando. Pero no a los adolescentes. Habia ayudado a ancianos, habia ayudado en recepción y habia estado en archivos, ese lugar era un desastre.
Miroku habia contratado a una nueva mesera, igual a tiempo parcial. Esta estaba en las mañanas y un fin de semana. Si habia mucho trabajo como las dos semanas anteriores ambas, pero si no había, como en ese, se turnaban y Jericho tenía un Sabado libre. Y por lo mismo, viernes en la noche ella se encontraba en la taberna de Melodías
Una reunión como amigos. Nada de parejas habían dicho. Y aunque lo intentaron no habían durado ni dos horas. Y se encontraba junto a Ban. Intentando aparentar normalidad, pero estaban demasiado incómodo. Ya había pasado un mes del incidente del beso. Pero no era lo único que tenia incomodo a Ban, no lograba superar lo leído en el álbum. Como podría hacerlo.
Tomaron cerveza tras cerveza. Cuando Jericho se sintió un poco mareada dejo de beber. Y minutos después se despidió. En ocasiones era agobiante ver a sus amigos derramar miel. Y no era la única. Ban se había despedido casi junto a ella. No queria presenciar más derroche de miel con sus amigos.
Ban caminaba unos metros por delante de Jericho. Decidió esperarla, a parte de la casa que compartía con sus amigos y la taberna de melodías, no había muchos lugares donde ir, excepto la casa de Guila donde iba cada que sus amigos... Cada que no le apetecía estar con ellos. No había ido hace un mes. Luego de aquella noche.
Vio a Jericho recargarse en una pared. Y se acerco a ella.
-¿Estas bien?-. Jericho asintió.
-Sí, sólo fue un mareo. Bebí demasiado.
-Si no lo controlas. No tomes.
-¡Oh cállate!-.
-¿Puedes caminar o te dejo aquí?
-Si puedo- y reanudaron su camino.
Con Jericho tropezado a cada instante, el alcohol comenzaba a marearla más seguido de lo demás.
Ya en la casa Jericho se sentó en el sofá. Cada segundo se sentía mas mareada. Había bebido de más
-Eres mala bebedora-. Le dijo Ban con burla. Pero Jericho no lo captó, estaba más preocupada por recuperar los sentidos.
-Por eso no lo hago-. Jericho se recostó en el sofá.
-Y qué te incito a hacerlo - La incomodidad. Pensó.
-Las ganas- Respondió. Se puso de pié y caminó a la escalera. -Voy a dormir.
-¡Tu cama es mía!- le gritó Ban.
-No sueñes-. Le gritó en respuesta
Se cambio la ropa aunque termino quedándose con una blusa de tirantes.
Se dejó caer en la cama y algo le lastimo.
-¡Maldito cuaderno de organografia microoscopica!-.
No le habia molestado tanto, pero de alguna manera había lastimado su cicatriz, la que se había hecho en el bosque al caer del árbol. Jericho la frotó intentando aminorar el dolor
-Si te quedó cicatriz-. Jericho brincó causa de la sorpresa. Se había olvidado de que Ban estaba ahí.
-Maldición. Me has asustado.
-Así tienes la conciencia.
-Solo olvide que estabas en casa. - Jericho miró con atención a Ban.
-¿Qué estás tomando?
-Cerveza-.
De dónde había sacado la cerveza. Y algo en su cerebro hizo clic. Era la cerveza que Miroku le había regalado.
-¿Te estas tomando mi cerveza?
-La encontré en el refrigerador, y no decía que era tuya. Además, es la última.
-¿Cómo que la última? ¡Había cuatro!
-Pero me las tome.
-¡Entonces dame esa!-. Exigió molesta. No había tomado ninguna.
-¿Por qué?
-Porque has bebido suficiente. ¡Y es mía!
Jericho se levanto, dejo su libreta en el buró y se acercó a Ban. Sintió un mareo causa del alcohol en su sistema, le resto importancia y trato de quitarle la cerveza a Ban. Eso no se iba a quedar así. Dio un par de brinquitos intentando quitársela.
Ban la retuvo contra la pared y dio el último sorbo.
Jericho notó un brillo en sus ojos, causa del alcohol. Y eso la hizo enfurecer. ¿¡No le bastaba con beber en el trabajo!?
-No es justo. Te la has terminado. Yo queria...
-Puedes probar... - La forma de hablar de Ban era un tanto extraño. Jericho lo miro con recelo y después no pudo razonar. Cuando Ban le dijo probar no creyó que fuera de esa manera. Porque la estaba besando, y a ella le gustaba. Y aprovecharía esa oportunidad, Jericho sujeto con fuerza la nuca de Ban, afianzando el beso.
-¿Lo saboreaste?-. Preguntó con una sonrisa, Jericho lamió sus labios, saboreando el besó.
-Muy poco-. Susurró agitada.
-Entonces pruébalo bien-. Y volvió a besarla.
Jericho se dejo llevar. Podía culpar a el alcohol.
Estaba tan pérdida en el besó de Ban y en las sensaciones que qué le provocaba. Que no le presto atención a nada,. Hasta que sintió algo húmedo en su hombro, sobre su cicatriz. Pudo detenerlo, pero no quiso, por qué le gustó. Y solamente se dejó llevar.
No lo detuvo cuando la cargo y la llevo a la cama, tampoco cuando la despojo de su ropa. Y aun más importante no se detuvo cuando empezó a despojarlo de su ropa. No lo detuvo por el simple hecho de que no quería hacerlo. No importaban las consecuencias, no importaba nada. Sólo quería disfrutar el momento.
Al menos en ese momento no importó nada.
Cuando despertó por la mañana porque los rayos dél sol daban en su cara intento incorporarse, pero algo le detuvo. Sabía lo que era. La presencia era familiar, y no era la primera vez, aunque eso no había sucedido en mucho, mucho tiempo. Las alarmas en su cabeza se encendieron hasta qué sintió algo distinto con él contacto.
Siempre sentia su ropa entre su tacto. Pero en esa ocasion no sentia otra cosa.
Abrio los ojos, y no fue necesario revisar. Podia sentir su desnudes
Se sentó en reflejo
Para su suerte Ban había quitado su brazo, pero sintió como lo deslizó por su vientre, sintió un cosquilleo y eso solo logró ponerla más incomoda.
Miró a Ban. Quien estaba despertando. No sabia si quería enfrentarlo tan pronto. Los recuerdos vinieron y supo que no quería enfrentarlo tan pronto. Pero ya era tarde. Ban se había incorporado de pronto y no paraba de mirar a Jericho.
Jericho se levanto, cuando lo vio con intención de decir algo. Se tapo con lo primero que encontró y salio del cuarto. No estaba lista para escuchar su intento de disculpa.
Se dirigió al baño y se dejo caer en el piso.
¡Cómo pudo ser tan débil!
Ban quería decir algo. Pero la impresión era tanta que no sabia que decir.
La vio salir corriendo. Se llevo las manos al cabello. ¿¡Porque tenia que ser tan idiota!?. Y esa acción sólo logró que recordará el momento en que Jericho había colocado sus manos a su cabeza para reforzar el beso que él había iniciado.
Soltó un gruñido ¡eso no podia estar pasando! Se levanto para buscar su ropa. Y algo en la sabana llamo su atención. Mirándola de mas cerca. Era una pequeñísimo marca carmín. Y deseo no haberla notado.
-¡Maldición!- Ahora resultaba que no sólo se había acostado con su amiga, la que resultaba, estaba o había estado enamorada de él. Sino que le había quitado la virginidad. No podía ser más estúpido.
Termino de vestirse a la par que Jericho volvía con una bata de baño
Se miraron unos momentos y ambos desviaron la mirada.
-Jericho... - Le costaba mucho decir su nombre. No merecía decirlo. -Jericho yo... -. Debía decirle algo. Tal vez disculparse.
-No digas nada. - Ban quiso mirarle pero no estaba muy seguro de ello -Ya pasó de cualquier forma. Ambos estábamos tomados. No hablemos de esto por el momento. A demás, Yo no recuerdo lo que pasó ¿Tu lo haces?
-Ban entendió lo que pasaba. Ella en verdad no quería hablar de ello, y le estaba dando una perfecta oportunidad para dejar el asunto.
-Yo tampoco
-Entonces todo arreglado-. Pero eso no era más que una mentira. Porque ambos recordaban lo sucedido y no estaba arreglado.
Jericho sacó ropa de su closet y volvió a salir
No iba a cambiarse frente a él. Aunque, según lo que recordaba el ya había visto todo de ella. Físicamente
Ban quería irse. Pero por lo menos tenia que tener la cortesía de avisarle. Aunque no quisiera.
Jericho regreso cambiada. Y lo miró un tanto incomodo. -Yo...
-Creí que ya te habías ido-. Le interrumpió. Y camino a la ventana. -No escuche nada y lo creí.
-Entonces me voy.
-Aja-. Jericho no dejo de ver por la ventana. Hasta que escucho la puerta cerrarse.
No podía evitar sentirse estúpida
Porque era lo único que tenia. No se arrepentia de haberlo hecho. Sólo le afectaba él. Sabia que él no lo hubiera hecho, al menos con ella.
Lavo su sabana antes de que Guila llegara e hiciera preguntas. Preguntas que ella no sabría responder.
Primero había llegado Zeal , al tener día libre paso la tarde jugando con él y por la tarde noche llegó Guila.
Beso a Zeal en la frente y luego se fue a su cuarto
-Jericho...- Le habló Zeal.
-Dime, Zeal.
-Puedes enseñarme a cocinar
Jericho dejo de fregar los trastes.
-Yo-. Se señaló con el dedo índice con incredulidad
-Sí.
-¿No quieres pedírselo a alguien más?
-Pensaba en pedírselo a Ban. Pero no ha venido a casa. - Jericho suspiro. Ban si que había ido a la casa.
-Supongo que puedo enseñarte algo. Aunque como habrás notado, no soy la mejor cocinera.
-Mi pancita lo sabe.
-Si... Oye
Zeal comenzó a reír. Lo cual logro relajar a Jericho había estado demasiado tensa toda la mañana y necesitaba relajarse. Si Guila la hubiese visto bien en ese momento estaría pasando por un interrogatorio.
-¿No prefieres pedírselo a Guila?
-Ella estudia mucho. Y tiene novio. No quiero quitarle tiempo.
-Claro, como yo no estudio ni trabajo
-Pero no tienes novio. - Jericho le mostró su lengua en un gesto infantil
-¿Sabes que a tu hermana no le molesta pasar tiempo contigo?
-Pero...
-Si tu quiere que intenté ayudarte voy a hacerlo.
-¿Cuándo empezamos?
-Tengo libres un par de horas antes de el trabajo. También tendré ya un fin de semana
Así que, cuando quieras. Siempre y cuando este en mi tiempo libre.
-Mañana.
-Entonces mañana después de la escuela.
-Pero, porque quieres aprender - A Zeal lo cubrió un ligero rubor.
-¡Ahh!. Así que hay una niña involucrada.
-¡Jericho!
-¡Quiero saber!
-No es nadie.
-Si no fuera nadie no estarías así, Así qué dime...
Zeal corrió a refugiarse en su habitación, le daba pena hablar de ello.
Jericho empezó a reir. Le hubiese gustado ver a su hermano en una situación similar.
Para finalizar su dia libre, quería... no sabia que quería, por lo tanto decidió terminar uno de sus tantos proyectos.
Ojalá todo hubiera sido tan sencillo para Ban, el estaba estresado. Había llegado a su casa, donde por suerte no había nadie. Revisó la nevera y solo había cerveza y la verdad. No quería cerveza, ya que ella lo había metido en ése problema.
Algo era seguro. No vería a Jericho en mucho tiempo. No podía darle la cara.
El intentó de cocina que tuvo con Zeal fue un completo desastre. Tuvo que pedirle tiempo a Miroku para poder limpiar la cocina. Miroku le dijo que tendría que reponer él tiempo que pidió.
Sugerencias, dudas, opiniones, comentarios, criticas, tomatazos, o cualquier cosa que quieran enviarme, todo es aceptado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top