Capítulo 12

Jericho estaba en su habitación con varias hojas y libros alrededor.

- Hoy fue tu día libre-. Escucho que le dijeron. Y sabía quién era, el único que entraba por su ventana. El único que podía acelerar su corazón con tan solo unas palabras.

-Lo fue-. Asintio sin dejar de ver las hojas que tenia en las manos- Pero tengo un proyecto que entregar el próximo mes.

-¿El próximo mes?-. Ban no tenía idea de porque se preocupaba tanto por algo que se entregaba en un mes.

-No dispongo de mucho tiempo para terminar-. Jericho dejo las hojas y se paro de su cama.

-Voy por café. No muevas nada-. Y salió de la habitación.

El teléfono de Jericho sonó un par de veces. Ban lo miro de reojo.

*Deberíamos vernos*

Decía el mensaje.

¿Seguía hablando con aquel tipo? Tomo el teléfono. Revisó el numero. Lo había visto antes, ¿Pero dónde?

-Tienes un mensaje-. Le informo con fastidio.

-Ah. Luego lo revisó-. Jericho no le dio mucha importancia, quien quiera que fuera, podía esperar.
-¿De qué es el trabajo?-. Preguntó Ban curioso, pues nunca había visto a nadie con tantos libros a su alrededor y no estuviera en una biblioteca.

-Un informe detallado de la historia de la medicina-. Jericho levanto una libro y señaló el título (historia de la medicina)

-¿Y qué tan largo es?

-Los libros que ves aquí...- Jericho señaló moviendo su mano lentamente encima de aquellos libros. -Solo me dan la tercera parte de la historia.

-Suerte-. Ban le dio la espalda y camino a la ventana.

-¿No te quedas a dormir?-. Preguntó extrañada. Ban detuvo sus pasos y la miró.

-No. Tienes mucho que hacer-. Ban reanudó su caminar.

-De hecho-. Hablo para atraer su atención - Ya lo voy a terminar...- se apresuró a decir.

-Qué te falta-. Ban se giró para verla.

-Hacerlo pequeño y la conclusión

-Deje la universidad por ello-. Jericho frunció el seño.

-No voy a dejar la universidad. No cuando ya estoy aquí. ¿Sabes lo difícil que es entrar a esta facultad?

-No-. Ban dio un par de pasos a la cama.

-Es difícil y ahí lo dejo-. Jericho no se iba a poner a mencionar todo lo que hizo para ser aceptada en aquella facultad.

-¿Entonces lo terminaras?-.

-Estoy cansada y no eh comido. Tengo hambre-. Jericho había llegado de comprar algunas cosas y subió a hacer su tarea olvidándose por completo de comer.

-Puedo prepararte algo-. Ofreció Ban y a Jericho le brillaron los ojos con emoción. Le encantaba la comida de Ban.

-Te lo compro.

Dejó a Jericho durmiendo y salio por la ventana. En un principio tenía planeado quedarse. Pero después de aquel mensaje, prefirió ir a averiguar quién era el tipejo con quien se mensajeaba. Porque el tenía la certeza de que no era el tipo que conoció en la fiesta de los Liones

-Capitán-. Le habló tan sólo entrar a la taberna. -Déjame ver tu agenda

-Por qué debería.

-Nada mas-. Ban esperaba que no le pidiera explicaciones.

-En que estas metido-. Ban bufo. Iba a tener qué decirle. Y el hubiera preferido no hacerlo. Pero, según había notado, a él Jericho le agradaba lo suficiente para preocuparse por ella.

-¿Recuerdas el chico qué hablaba con Jericho?-. Explicó, el hizo una pausa para que lo recordará

-Celoso- se burló Meliodas.

-Por qué debería-. El capitán le sonrió burlón.

-¿Entonces?

-Creo que es uno de los mandamientos-. Termino con una mueca
Meliodas frunció el seño y le entrego su teléfono. Ya no se sentía de humor para bromear ni molestar a su amigo.

-Lo tengo es...

Jericho estaba metida en grandes problemas.

(......)

Jericho estaba más que nerviosa. Había hablado con aquel sujeto más de dos meses. Hace tiempo había perdido la esperanza de estar hablando con Ethan. Cuando supo de que Miroku lo conocía, supuso que sería él, pero Miroku le había dejado claro que no era él.
No estaba segura de conocerlo.
Y menos con la ropa que Guila le estaba haciendo poner
¿¡Vestido!?

Ella solo había usado un vestido después que su madre murió. Em la fiesta de los Liones, pero porqué debía usarlo en ese momento.

-Yo no estoy segura de esto-. Dijo mientras se miraba en el espejo.

-Va a sorprenderse-. Chillo Guila.

-Ya me conoce. Porque debo usar esto-. Replicó indignada. Era una tontería. Podía usar una falda sin mucho problema, pero un vestido...

-¿Cuántos años tienes?-. Preguntó Guila. Jericho levanto una ceja. Ella ya lo sabía. Para que le preguntaba.

-En un par de meses 19-. Murmuró. Al ver el entrecejo fruncido de Guila.

-¿Y cuantos novios?-. Preguntó insinuante

-¿Cuentan los literarios?-.

-No...
Jericho murmuró algo por lo bajo ganándose un pellizco por parte de Guila.

-Y eso qué tiene que ver... -. Preguntó molesta mientras sobaba su brazo en que Guila la pellizco.

-¿Aún estas interesada en Ban?-. Le cuestiono

-¡Por supuesto que no!

-Es bueno. Porque el no es para ti-. Le recordó como cada que hablaban de él.

-Ya lo sé. No tienes que recordarmelo siempre.

-Si no estás interesada no tiene porque dolerte-. Le recriminó.

-Es complicado.

-No es tan complicado. Solo enfocate en otra cosa cómo por ejemplo; sea quien sea el chico, le gustas.

-¿Y por qué piensas eso?

-Tal vez leí una conversación

-¡Oye...! ¡Son privadas!-. Le reclamo después de darle un pellizco.

Y tocaron el timbre.

-¿Esperas a alguien?-. Pregunto Jericho confundida

-Ya estamos aquí.- escucho a Diane.

-Y tal vez le mostré a las demas

-¡Guila!

-Vamos a dejarte bella-. Le dijo Elizabeth mientras entraba en su habitación.

-¿Pueden hacer milagros?

-No.

-Entonces dudo que consigan su propósito

-Jericho...- Guila llevo una mano a su frente y negó repetidas veces. Es que su amiga era imposible

Se encontraba en un parque. A la espera de que aquella persona llegara. Incluso Miroku le había dado la tarde libre. Por eso Guiña y sus amigas tuvieron tiempo para "arreglarla" como si estuviera descompuesta.

Jericho suspiró y miró su teléfono.
Nos vemos a las 18:00. Pero había pasado una hora. No tenia ningún mensaje. Ni nada.
Solo diez minutos más. Pero esos diez se convirtieron en otra hora.
Y ese fue su limite.

-Quieres compañía-. Dijo una voz a su espalda. Una que ella conocía perfectamente. Una ráfaga de viento tocó su piel desnuda pero se obligó a sí misma a no tiritar de frío. Ya se sentía muy patética para toda vía agregar frío.

-Quiero ir a casa-. Declaro. Ella tenía muchas cosas que hacer para seguir perdiendo su tiempo.

-Entonces... puedo llevarte-. Jericho levanto la mirada y lo miró con desconfianza. Por qué estaba ahí ofreciéndose a llevarla. Tal vez quería reírse un rato y ella se lo estaba dejando demasiado sencillo.

-¿Por qué estas aquí, Ban?

-Pasaba y te vi.

-Debí verme patética- murmuró.

-Entonces te llevo-. Insistió

-¿No tienes nada mejor que hacer?-. Jericho se cruzó de brazos en un acto que era común en ella. Pero en realidad intentaba cubrirse del frío.

-Creo qué no-. Le respondió. Metió sus manos a los bolsillos del pantalón y la miró esperando que respondiera -¿Entonces?

-Creo que puede dejar que me lleves-. Ban sonrió. Le divertía la respuesta de Jericho.

Entró a casa y ahí encontraron a las chicas.
-¿Y como te fue?- Preguntó Guila muy ansiosa. Ban entro.

-¿El chico misterioso era Ban?-. Cuestiono Elizabeth confundida

-No sueñen-. Dijo Ban "amablemente"

-No llego-. Les dijo Jericho despreocupada.

-Jericho-. Murmuró Diane

-Tengo cosas que hacer. Nos vemos luego-. Jericho caminó a las escaleras.
Y se encerró en su habitacion.
Se recargo en la puerta y suspiro

-¡Que estúpida fui!-. Se recriminó molesta sintiéndose más tonta a cada instante.

Cerró con llave la puerta, tomo el primer libro que encontró e intento leer, pero, algo no le dejaba ver. Y mojaban su libro. Estaba llorando estúpidamente. Se limpió las lágrimas con frustración.
Dejó el libro y tomo su álbum.

Guila había dejado una foto sobre el con una nota. Para tu primera cita. Que tonto.
Volteo la foto y comenzó a escribier. Era una estúpida.

-Qué estas haciendo-. Escucho la voz de Ban y cerró rápidamente su álbum.

-¡No puedes ser como la gente normal y entrar por la puerta!

-Y en dónde esta lo divertido-. Preguntó con una sonrisa.

-¿Y qué si me estaba cambiando!-. Preguntó alterada.

-Pero no lo estabas. Así que no exageres

-Qué quieres-. Jericho se mostraba molesta con Ban. Pero en si estaba sorprendida.

-Hoy voy a utilizar tu cama-. Ban camino pero Jericho lo freno.

-No lo harás-. Afirmó -Hoy es mía y punto.

-Sabes que no me molesta compartir-. Ban en verdad sólo quería saber como se encontraba Jericho. Suponía que a cualquier chica le ofendida ser plantada.

-¡Pero hoy no quiero hacerlo!-. Chillo molesta.

-Como sea - . Dijo Ban fastidiado y salio por donde entro.

Jericho no tardo en apagar todo.

Y minutos después Ban volvía a entrar por la ventana.
No iba a quedarse con la duda de que había escrito.

Pensé que encontré una manera
Pensé que encontré una salida
Pero nunca te vas (nunca te vas)
Así que supongo que debo quedarme ahora

Espero que algún día salga de aquí
Incluso si toma toda la noche o cien años

Necesito un lugar para esconderme, pero no puedo encontrar uno cerca
Quiero sentirme viva, afuera no puedo luchar contra mi miedo

¿No es encantador estar completamente solo?
Mi Corazón hecho de vidrio, mi mente de piedra
Desgarrarme en pedazos, piel a hueso

Hola, bienvenido a casa

Salgo buscando un lugar mejor
Algo está en mi mente
Siempre en mi espacio de cabeza

Pero sé que algún día saldré de aquí
Incluso si toma toda la noche o cien años
Necesito un lugar para esconderme, pero no puedo encontrar uno cerca
Quiero sentirme viva. *1

¿Tanto le había afectado que no fuera aquel estúpido? ¿Porqué? , había sido lo mejor..

¿Cuál era el problema?. No había un problema con ella. El problema era aquel sujeto
Dejo él álbum en su lugar. Y luego volvió a abrirlo al azar. Encontró una foto de ella con su madre. Pero la mujer estaba en cama. Y ella a su lado con un libro. Jericho tenia una blusa de tirantes. Ahí aún no tenia su cicatriz. Dijo que se la hizo de niña. Qué tan niña.

La miro dormir. Y se sorprendió al ver que lloraba.
Salió dél cuarto frustrado. ¿Porque lloraba? Debía de agradecer.

Jericho se levanto por la mañana con dolor de cabeza. La tristeza tría estragos.
Se lavo la cara repetidamente, sus ojos estaban inchados y rojos.
Así qué salio sigilosamente de la casa, para no encontrarse con Guila e hiciera preguntas.
Camino hasta llegar a la cafetería. Y encontró a Miroku con una gran sonrisa.

-Y qué tal todo-. Nunca había visto a Miroku tan contento. Al menos no con algo referente a ella que no fuera una broma pesada. Aunque lo del día anterior pudo serlo.
No. Miroku no haría eso.

-¿Qué tal todo de qué?-. Preguntó esperando que no se refiriera a su cita.

-Cómo té fue ayer-. Pero no podía ser otra cosa.

-No quiero hablar de ello-. Paso a la bodega en busca de su mandil.

-¿Tan mal estuvo?-. Preguntó confundido.

-No llego y ahí lo dejamos-. Explicó breve mente.

-¿Pero me va a oír!-. Le dijo molesto. Cómo se atrevía a hacer eso. Pensó Miroku furioso.

-Bueno. Pero yo no quiero hacerlo. Así que ve a pelear y decir todo lo que quieras a otra parte.

Jericho aprovechó ese momento para bloquear el numero y borrar las conversaciones.
Dejo todo de lado y se apresuró con su labor. Había tenido suficiente él día anterior con lamentaciones. Día nuevo pensamientos nuevos. Intentó darse ánimos.

Por la tarde llegaron las chicas. Y la examinaron sin ser nada discretas.

-Te ves muy bien-. Le dijo Verónica, quien había llegado con las demás para sorpresa de Jericho. Ya que casi no hablaba con ella. Pero las pocas veces que habían hablado había sido muy entretenido.

-¿Debería verme mal?

-No, solo... Nada-. Le sonrió Verónica y Jericho supo que ya la habían puesto al tanto de lo ocurrido.

-¿Hoy trabajas hasta tarde?-. Preguntó Guila.

-Horario normal. Tuve prácticamente dos días libres y uno de ellos fue pérdida de tiempo-. Aunque Jericho no quería seguir pensando en ello aun le daba coraje. Ese tiempo pudo emplearlo en cosas más productivas.

-Y cuándo es tu próximo día libre -. Preguntó Merlín.

-Como veo el asunto...- Jericho hizo cuentas con las manos -el próximo mes.

-Entonces planiemos algo divertido-. Sugirió Diane muy emocionada.

-¿Cómo qué?-. Preguntó Verónica bastante interesada.

-Tenemos un mes para eso-. Dijo Diane. Quien no tenía nada en mente

-Llevemos a Jericho a las albercas y le enseñamos a nadar-. Sugirió Elizabeth. Pero a Jericho no le gusto en lo absoluto su idea.

-O mejor vamos a cabalgar-. Sugirió Margaret. -¿Sabés hacerlo?-. Preguntó a Jericho.

-Algo-. Una chica le habló a Jericho pidiendo su cuenta.
-Volveré al trabajo.

La campana de la puerta sonó y un chico peliblanco entró por la puerta.

-Buenas tardes Estarossa-. Saludó Miroku con mirada fulminante.

-Jericho-. Jericho lo miró en cuánto escucho su nombre, -¿podemos hablar?

-Estoy en horario de trabajó-. Le indicó tan cortes como ella podía serlo.

-Ve Jericho. Yo te cubro-. Le indicó Miroku sin dejar de fulminar a Estarossa con la mirada.

-Okey-. Jericho camino a la parte trasera de la cafetería.

-¿De qué quería hablar?-.

-Sabes quien soy-. Jericho suspiró a que venia esa pregunta. Todos sabían quien era él.

-Eres Estarossa. Vienes seguido al café-.

-No. Se que me conoces. Pero...-. Estarossa guardo silencio, suspiró y luego volvió a hablar.
-Ayer ibas a salir con alguien

-¿Cómo sabe eso?-. Jericho estaba sorprendida y molesta. Ahora resultaba que era de conocimiento público que saldría con alguien.

-Yo siento no haber ido-. Jericho rodó los ojos. Y luego abrió los ojos con verdadera sorpresa.

-¡Qué!

-En verdad quería ir. Pero tu ve un contratiempo-. Jericho intentaba comprender sus palabras.

-¡Tú eres con quien eh hablado todo este tiempo!

-Lo soy

-Oh vaya-. Suspiró sintiéndose como una tonta.

-¿Estas decepcionada?

-Sorprendida-. Aclaro. Porqué aun no sabía que sentir ante aquello.

-En verdad lamento no haber ido-
Volvió a disculparse.

-Ya lo creó-. Susurró incomoda.

-¿Cómo puedo compensarlo?-. Jericho sintió molestia con aquellas palabras ¡compensarlo!. ¡La había dejado plantada!

-Te espere un tiempo. Y no me enviaste ningún mensaje-. Explicó manteniendo oculta su molestia.

-Dime qué puedo hacer para compensarlo-. Le sonrió galante. Pero no hubo ninguna reacción en Jericho.

-Las cosas pasan por algo. Y tal vez fue mejor el que no llegaras.

-Te conozco y se que estas enfadada. Y en verdad lo siento. Dame una oportunidad-. Jericho se extraño. Estarossa no era de suplicar. Porque lo hacía con ella.

-No lo sé...- Jericho no sabía que decirle. Pues aquella mañana despertó decidida a no pensar más en ello. Pero, ahora estaba frente a ella pudiendo disculpas.

-No voy a rendirme tan fácil-. Le dijo Estarosa muy decidido.

-Quiero ver-. Reto Jericho.
Regreso al restaurante. y enseguida noto la mirada ansiosa de las chicas.

-Bueno... ¿y que quería?-. Preguntó Guila.
Jericho se sentó junto a ella. Si no les decía no ña dejarían en paz.

-Disculparse-. Dijo más para ella que para las demás.

-Por qué -. Le urgió Verónica.

-Por no ir ayer-.

-¡Qué!-. Jericho se tapó los oídos para no escuchar el chillido de la mayoría ahí.

-¿Entonces el es..?-. Preguntó Margaret.

-Sí

-Nada mal Jericho-. Sonrió Merlín. Todos ahí conocían la reputación de los mandamientos. Pero todas debían admitir que Estarossa era atractivo. Probablemente el único atractivo de ellos.

-¿Nada mal qué?

-Te salio guapo-. Le sonrió Verónica.

-No me gusta-. Estarossa era muy atractivo. Pero no le atraía ni un poco.

-Dejemos la rivalidad de lado-. Le dijo Merlín. -Sí algo se dará...

-Al menos debes admitir que esta como quiere-. Interrumpió Verónica a Merlín.

Jericho suspiró, Estarossa no le gustaba.

Volvió a su trabajo para no pensar más en el tema que había dado por cerrado esa misma mañana y al parecer volvía a abrirse.

A la mañana siguiente cuando Jericho llego a su trabajo encontró en la puerta de enfrente un gran arreglo floral.
Una pequeña nota en el

Este es una parte de mis disculpas
La siguiente depende de ti.

Que quería decir con que dependía de ella.

Lo metió a la oficina de Miroku. Lo sacaría antes de irse
Empezó a limpiar antes de abrir.

En toda la mañana no habia dejado de pensar en el hermoso ramo de flores que estarosa le habia enviado. Ella estaba acostumbrada a estar rodeada de flores y en casa de Guila no había. Por ello en su habitación había una maceta junto a la ventana.

La cafetería no estaba muy concurrida y Jericho comenzaba a aburrirse.
Miroku se la pasaba todo el día en la pequeña oficina y Hana estaba en la cocina. Un grupo de chiquillos era todo lo que habia en el café.
Para su suerte la campanilla de la entrada sonó. Y entraron sus amigos.
-Este lugar luce medio muerto-. Dijo Meliodas.

-Lo sé-. Dijo Jericho acompañado de un suspiro causa del aburrimiento

Jericho les trajo sus bebidas y se sento junto a ellos.
-¿No estas en horario de trabajo?-. Le dijo Meliodas.

-Son los únicos clientes. Así que no creo que haya problema-. Hablo Jericho sin enderezar se ya que estaba meciéndose en el respaldo de la silla.

-Tienes una cara muy rara-. Le dijo King.

-Es la única que tengo.

-No creo que King se refiriera a eso-. Dijo Meliodas. Jericho suspiró debería tener muy mala cara por el aburrimiento.

-¡Jericho!, ¡me puedes decir que hace esto en mi oficina!-. Le gritó Miroku desde la entrada de su oficina. Jericho lo miró de reojo y vio que traía consigo el arreglo floral. Jericho rodó los ojos, de seguro había estado durmiendo y por ello apenas lo notaba. .

-Yo lo puse ahí.

-Hay gracias, pero mi cumpleaños es el próximo mes-. Miroku empezó a hecharse aire con la mano, fingiendo emoción.

-No te hagas ilusiones es mio-. Jericho no pensaba perder las flores que adornarian su habitación.

-Está en mi oficina-. Debatió Miroku.

-Me las mandaron a mi-. Replicó Jericho.

-¿Quién?-. preguntó King confundido y deseoso por enterarse.

-Se las envío su futuro novio-. Le dijo Miroku.

-¿De verdad?-. Preguntó Diane con un deje de emoción.

-Avanzaron muy rápido ¿no?-. Dijo Guila.

-Hablamos un par de meses eso es todo-. Dijo Jericho sin importancia. Porqué para ella no había mucha.

*1: Billie Elish -Lovely


¿Qué dicen? ¿muy largo? ¿Muy aburrido? ¿Muy pronto para presentar al otro rival?

No estoy muy conforme en cómo me quedo el capitulo (yo nunca estoy conforme, por ellos sus comentarios siempre me alegran)

Sugerencias, dudas, opiniones, comentarios, criticas, tomatazos, o cualquier cosa que quieran enviarme, todo es aceptado.

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