Capítulo 24: Todo o nada

—He venido aquí para anunciar que voy a matarlo, Rey Leonari —sentencie sin dejar de mirarlo.

Mi corazón no deja de latir, no por miedo, ni nerviosismo, por amor. Hace tanto que deseo verlo y por fin lo tengo delante. No podría estar más feliz, de verdad que necesitaba esto. Mi amado rey, es hora de poner todo en juego.

Después de todo, no tengo problema en morir en sus manos...

—Hay mucha gente que me quiere muerto —respondió con confianza—, pero muy pocas intentarían algo para lograrlo. Y a excepción tuya, Damián, nadie se ha atrevido a hacer tales declaraciones...

—Por esa razón lo hago, para que vea la diferencia que tengo con el resto.

—Tengo algo de curiosidad, ¿vas a decirme cómo lo harás? —preguntó de manera amigable.

—De momento no he encontrado la manera y estoy un poco desesperado... —Me apoye en el respaldo de mi asiento y baje la mirada en señal de derrota—. Solo cuento con nueve personas, además de que hay una pequeña situación la cual me supera y no podré encargarme de ella. Por eso, mi rey Leonari, me gustaría contar con su ayuda...

—Damián, me tienes algo confundido... ¿Dices que me matarás y luego pides mi ayuda? —Me miró con sorpresa, levantando una de sus cejas.

—Bien, lo pondré en situación para que entienda: Soy quien le ha estado escribiendo bajo el seudónimo de "El que ayuda". Desde que asumió el trono le estuve dando información importante para encontrar documentos secretos, algunos políticos sospechosos y a prevenir ciertos incidentes en su reino. Estoy seguro que podría haberlo hecho solo, pero le ahorre bastante tiempo...

»Dentro de poco, aparecerá un hombre que destruirá todo el reino de Noriver y Galassia. Mientras más tiempo pase y más caos produzca, se volverá más fuerte.

»Yo no puedo vencerlo, pero la única persona que puede tener una oportunidad es usted, mi rey Leonari.

—Ya veo... —expreso al instante—. Tengo que ir a "matar a este sujeto" y luego tú, aprovecharas una vez que acabe para limpiar los restos, te desharás de mí y de él casi sin hacer nada...

—Es un ganar-ganar para mí, ¿verdad, mi rey?

—Eres alguien muy extraño, Damián —comentó entre risas—. Déjame decirte que, si estás tratando de convencerme para que lo haga, no lo estás logrando —dijo poniéndose serio.

—No hace falta convencerlo, rey Leonari. Usted mismo se dará cuenta del peligro que representa y saldrá a detenerlo —Lo mire con firmeza, tratando de demostrar mi sinceridad—. Tarde o temprano tendrá que enfrentarlo, después de todo, es un apóstol igual que usted.

Ni siquiera mi amado rey Leonari puedo mantener su semblante con aquella revelación. El tono amigable con el que se mantenía la charla se acaba a partir de ahora.

Los únicos que conocen la existencia de los apóstoles son ellos mismos, y las personas a los que estos decidan revelar su secreto. La gente en el continente no sabe de su existencia.

La primera vez que escuché de ellos, me dijeron que: A diferencias de los bendecidos que se cree que son "escogidos por los dioses", lo cual es una mentira, los apóstoles son los verdaderos mensajeros y campeones de las deidades. A cambio de esto, se relacionan de manera directa con estas divinidades, recibiendo un gran poder, su ayuda y la posibilidad de hacer rituales, ya sea para pedir algo para ellos o para alguien más.

Pero todo esto tiene un gran costo y deben consagrar su vida a ellos. Además que están obligados a cumplir con todas sus peticiones. De las cuales hay tres que predominan: La primera, dar caza y matar a todos los bendecidos. La segunda, acabar con cualquier otro apóstol que encuentren. Y por último, evitar la formación de religiones o creencias, deben mantener al continente con una mentalidad sin religioso o fe en particular.

Con el tiempo descubrí toda la desagradable verdad detrás de estas "deidades"... Sería mejor llamarlos demonios. Solo nos están utilizando y son los responsables de todo el mal por el que vamos a sufrir...

—¿Qué tanto sabes de eso? —preguntó con un semblante serio, obviando todo lo demás que dije. Que sepa que él es un apóstol lo pone en mucho peligro.

—Lo suficiente, mi rey —respondí de inmediatoؙ—. Pero no es de lo que he venido a hablar. No tengo pensado revelar o chantajearlo sobre sus secretos, jamás podría hacerle algo como eso.

Mi amado rey Leonari se quedó en silencio por unos segundos, está pensando en qué hacer. Son demasiadas cosas a tener en cuenta, ya no puede tomarme a la ligera.

—Le prometí a alguien muy importante para mí, que protegería Argaluz y haría todo lo posible para que prospere... —continúe diciendo—. Si ve mi vida como una amenaza, puede tomarla, ya he dejado todo listo para que funcione sin mí. —Agache mi cabeza y le acerque las palmas de mi mano—. Confió en que, sí usted, mi rey, afirma que podrá hacerse cargo de todo, lo hará.

—Sí no eres mi enemigo, entonces no tienes de qué preocuparte —contestó al instante—. No me importa si vienes tras mi cabeza, si de verdad quieres ayudar a mi reino, me gustaría escuchar más.

Me he dejado llevar por mis emociones y dije una estupidez. Es claro que no va a matarme aún, tiene que sacarme más información. Respire hondo tratando de relajarme y así poder concentrarme a la hora de hablar, luego adopte una postura firme, con la espalda erguida y un semblante serio.

—No hay mucho más que decir, rey Leonari —dije en un tono calmado—. Seguirá escribiéndole para informarle de todo lo que sucede y sucederá en los diferentes reinos. Cuando consiga más información del otro apóstol, se la enviaré y, como no, esperaré una buena oportunidad para matarlos.

—Pareces muy confiado, Damián, no quiero quitarte esa ilusión, pero no te será tan fácil deshacerte de mí. Mucho menos si me lo estás anunciando. No sé qué estarás tramando, aún así, acepto el desafío. No solo acabaré con este otro hombre que menciones, también te daré caza a ti y a tu grupo —declaró con firmeza, clavándome su tan hermosa mirada—. No puedo pasar por alto las palabras que dijiste, date por muerto, Damián.

La muerte ya me conoce, mi amado rey Leonari —exprese bajando la mirada y en voz baja—. Y aquellos que huyen de la muerte, viven su vida inmóvil —respondí con una sonrisa, recuperando el ánimo—. Por eso voy a poner todo sobre la mesa y apostarlo. Un buen estratega no solo debe usar bien sus piezas, también debe saber utilizar las de su enemigo...

»Como habrá notado, tengo ojos por todas partes, incluso en el reino más seguro de todos, Argaluz. Cuando vaya a actuar, rey Leonari, tenga en cuenta que es muy probable que voy a saber qué es lo que hará...

Nos mantuvimos en silencio por un momento, el cual aproveche para disfrutar de su presencia. Que rey tan sublime y único. No me extraña que su sola existencia sea un motivo de miedo en todas las demás naciones, razón por la que evitan interactuar mucho con Argaluz. Temen ser absorbidos por aquella majestuosa nación.

El mundo se niega a ceder su poder, en un vano deseo egoísta por mantener su "autonomía". Dexus con su orgullo no quiere cambiar, ni unirse a nadie. Anhelan el poder y estar en lo más alto.

Galassia está atada a antiguas tradiciones y no quieren evolucionar, creyendo que deben mantenerse firme a las bases con las que fue fundada su nación hace cientos de años...

Noriver vive bajo la ilusión de "libertad", dándole a su gente la posibilidad de que hagan lo que deseen, desperdiciando las tierras tan ricas que tienen para producir todo tipo de alimentos. Es fácil de ver la falta de una mano firme que lidere y guíe con seguridad a las personas, a pesar de que pierdan ciertos "privilegios", es necesario para su desarrollo. Sin esto se mantienen estancados.

Baiffrel, por su parte, son amigables y muy unidos, es la única forma que tienen para sobrevivir a su asqueroso clima. Pero al ser el más pequeño de los cinco reinos, no quieren depender de otros, no dejan a otras naciones unírseles.

¡Todos se esconden tras su deseo egoísta de progresar a su manera! No se dan cuentan que la unión es necesaria y que el cambio es inevitable para el progreso.

Por eso, mi amado rey Leonari, a pesar de todos sus nobles intentos de unir a todos los reinos y países, está destinado a fracasar. La "paz" mantiene a todos tranquilos, haciendo que olviden el pasado, descuiden el presente y condenen el futuro. ¡La comodidad alimenta la debilidad y los secretos impiden que la sociedad avance!

Para cambiar al mundo, se necesita una fuerte convicción. Ser capaz de cargar con el peso de todas las consecuencias y llevarse el odio de todos, para así, que se unan en un solo sentir. Solo aquellos que comparten un mismo dolor, son capaces de comprender al otro.

Con la muerte de Jael, el destello blanco, héroe de Baiffrel, se verán obligados a cambiar.

Con la muerte de la reina de Galassia, las antiguas tradiciones y estrictas normas de su reino caerán.

Con el estado crítico de Noriver, serán obligados a unirse y concentrarse para progresar.

Con... la muerte de mi amado rey Leonari, todos verán el peligro que se aproxima y no les quedará de otra que dejar de lado sus diferencias y aliarse. Incluso Dexus se verá acorralada y dejará de lado su tan grande orgullo...

Para salvar a este condenado mundo y ser su héroe, voy a convertirme en su más grande villano. Cargaré con el peso de todas las muertes, incluso de quien amo y admiro, para cumplir la promesa que hice. Sacrificare todo, hasta mi felicidad, con tal de cumplir tú sueño...

Nadie tocará a Argaluz ni a su gente, voy a protegerlos sin importar que.

Seguimos hablando algunos detalles más con mi amado rey Leonari, más que nada para que vea lo informado que estoy sobre su vida y la de su familia. De está manera puedo mostrar que sé demasiado y no soy un loco que se guía por rumores o información falsa.

Al terminar, espere su decisión final: sí va a dejarme con vida o va a matarme en este momento.

Lo mejor es utilizarme tal como se lo dije. Jugar al gato y al ratón con mis mensajes, de está forma puede mantenerse al tanto de todo. Además que, con todo lo que sé, si me mata sin encontrar mi escondite o estar seguro de eliminar la información que conozco, no obtendrá nada.

Aun así, mi existencia ya es una gran amenaza para él. Sí piensa que puede hacerse cargo de todo él solo, tampoco me sorprendería. Puede que sea joven, pero es alguien muy sabio. No toma decisiones por "lo que cree", siempre escoge lo que es mejor para Argaluz.

Me dejó ir bajo la indicación de que, "una vez le diga o averigüe dónde está el otro apóstol, vendrá por mí a matarme".

Me gustaría poder seguir hablando con él, no quiero separarme...

Al bajar del carruaje, me pare a un costado de la carretera y me senté a esperar.

El rey les dio la orden a sus escoltas de seguir y se marcharon. Si me alejo ahora o voy a donde están Garganel y Bandoro, de seguro uno de sus subordinados me va a seguir. Solo tengo que esperar un par de horas y seré teletransportado, tal como se lo indique a mi compañero.

Luego de disfrutar del pequeño tiempo al lado de mi amado, me fui en dirección contraria a mi guarida. Tengo que salir del camino, así no me topo con nadie extraño o peligroso. Voy a tener que mantenerme oculto hasta que se haga el tiempo marcado...

Me siento tan feliz en este momento, sin duda necesitaba de esté pequeño empujón para recuperar el ánimo. Todo se está empezando a poner cuesta arriba...

Ahora que el rey Leonari va a empezar a moverse, todo será más rápido. Si predigo bien su actuar, podré utilizarlo a mi favor.

Katarina ya debe haber encontrado algo sobre el apóstol de Miedo. Debemos de hacer que se una a nosotros y de esta forma guiarlo para que mate al rey.

Solo de pensar en... hacer equipo con ese desgraciado me hierve la sangre. Quiero que ese hombre sufra, que llore, debe ser torturado y condenado a la peor muerte de todas... Pero... hay cosas mucho más importantes que un rencor personal.

Deje de hacerme mala sangre con esos pensamientos, prefiero relajarme y atesorar el momento que acabo de vivir. Me he ganado algo de tiempo para mí y debo aprovecharlo para relajarme.

Tengo hasta que Tayler llegue a nuestra guarida, luego prepararemos todo para acabar con Galassia...


Fin del capítulo 24

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