SEMANA1
En esta semana se inicia tu rehabilitación creativa. Puede que te sientas a un tiempo aturdido y desafiante, esperanzado y escéptico. Las lecturas, tareas y ejercicios tienen como objetivo que adquieras una sensación de seguridad que te permitirá a su vez explorar tu creatividad con menos temor. Recuperar una sensación de seguridad
ARTISTAS SOMBRA
Una de nuestras mayores necesidades como seres creativos es contar con apoyo. Lamentablemente puede ser difícil dar con él. Lo ideal sería que en primer lugar nos arropara y animara nuestra familia más próxima, y después un creciente círculo de amigos, maestros y gente que nos quiera bien. Como jóvenes artistas necesitamos que se nos reconozcan nuestros intentos y esfuerzos, además de los logros y los triunfos. Por desgracia, muchos artistas no reciben nunca ese primer empujón crucial. En consecuencia puede que ni siquiera sepan que son artistas. Ante los impulsos artísticos que surgen en sus hijos, los padres pocas veces
responden con un «inténtalo a ver qué pasa». Ofrecen consejos admonitorios en lugar del apoyo que requiere la situación. Y los jóvenes y medrosos artistas, al añadir los miedos de sus padres a los suyos propios, renuncian a menudo al sueño luminoso de una carrera artística y se resignan al mundo en penumbra de lo que podría haber sido y de los arrepentimientos. Ahí, atrapados entre el sueño de la acción y el miedo al fracaso, es donde nacen los artistas sombra. Pienso en Edwin, un corredor de bolsa triste y millonario cuya alegría de vivir deriva de su colección de arte. A pesar de sus grandes dotes para las artes visuales, de pequeño lo animaron a prepararse para el mundo de las finanzas. Su padre le compró un asiento en el mercado de valores como regalo por su vigésimo primer cumpleaños. Desde entonces ha sido corredor. Ahora, a los 30 años, es muy rico y muy pobre. El dinero no puede comprarle la realización creativa. Se rodea de artistas y de artefactos, y es como un niño con la nariz pegada al escaparate de una pastelería. Le encantaría ser más creativo, pero cree que esa prerrogativa pertenece a otros, no es algo a lo que pueda aspirar para sí. Es un hombre generoso y recientemente pagó la manutención anual de una artista para que pudiera alcanzar sus sueños. Educado en la creencia de que la palabra artista no podía aplicarse a él, es incapaz de concederse a sí mismo idéntico regalo. «Nada tiene una influencia psicológica más poderosa sobre el entorno y especialmente sobre los hijos que la vida no vivida de los padres». CARL GUSTAV JUNG Edwin no es un caso aislado. Con demasiada frecuencia los impulsos artísticos del niño artista son pasados por alto o reprimidos. A menudo con la mejor de las intenciones, los padres intentan fomentar en el niño una personalidad más sensata. «¡Deja de soñar despierto!» es una advertencia que se escucha mucho; y otra, «Nunca llegarás a nada si sigues con la cabeza en las nubes». A los bebés artistas se les anima a pensar y a actuar como bebés médicos o abogados. Es raro que una familia, enfrentada al mito del artista muerto de hambre, aconseje a sus hijos que sigan adelante e intenten labrarse una carrera artística. Si de forma extraordinaria se les da algún tipo de apoyo, será para animarlos a que piensen en las artes como un hobby, un relleno creativo en los márgenes de la vida real. Para muchas familias una carrera artística existe fuera de su realidad económica y social: «El arte no te pagará las facturas». Por tanto, si al niño o a la niña se le permite pensar en el arte como trabajo, tendrá que hacerlo de una manera sensata. Erin, una brillante terapeuta infantil, tenía treinta y tantos años cuando empezó a sentir su trabajo como una obsesiva insatisfacción. Insegura sobre qué dirección tomar, empezó a trabajar en la adaptación al cine de un libro infantil. De repente, a mitad de proyecto, tuvo un sueño sobre el abandono de su propio yo de niña artista que resultó esclarecedor. Antes de convertirse en terapeuta había sido una estudiante de arte con talento. Durante dos décadas Erin había reprimido sus impulsos creativos y había volcado toda su creatividad en ayudar a los demás. Ahora con casi 40 años se encontraba deseando poder ayudarse a sí misma. La historia de Erin es muy habitual. A los artistas en ciernes se les suele animar a que se conviertan en profesores de arte o a que se especialicen en trabajar con discapacitados. A los jóvenes escritores puede que se les anime a convertirse en abogados, una profesión que requiere labia y palabrería, o a hacerse médicos, ya que son tan inteligentes. Y así el niño que es un narrador nato puede convertirse en un dotado terapeuta que recibe historias de segunda mano.
«Creo que si se dejara a los artistas escoger sus propias etiquetas, la mayoría no escogería ninguna». BEN SHAHN Demasiado intimidados como para dar el salto de convertirse en artistas y con una autoestima no muy alta como para reconocer incluso sus propios sueños artísticos, estas personas se convierten en artistas sombra. Son artistas que ignoran su verdadera identidad, y muchas veces los encontramos actuando como si fueran la sombra de verdaderos artistas. Incapaces de reconocer que ellos mismos poseen esa creatividad que tanto admiran, con frecuencia se relacionan o se casan con personas que persiguen de forma activa la carrera artística que ellos ansían en secreto. Cuando Jerry seguía bloqueado como artista empezó a salir con Lisa, una artista freelance con mucho talento pero sin un duro. «Soy tu mayor fan», solía decirle. Lo que no le contó desde un principio era que él mismo soñaba con ser director de cine. De hecho, tenía toda una biblioteca de libros sobre cine y devoraba con avidez las revistas especializadas para cineastas. Pero le daba miedo dar pasos para materializar ese interés. Así que lo que hizo fue volcar su tiempo y su atención en Lisa y en la carrera de Lisa. Y con su guía la carrera de Lisa floreció. Consiguió ser solvente y cada vez más reconocida. Jerry, por su parte, seguía bloqueado. Cuando Lisa sugirió que recibiera un curso de dirección cinematográfica, él se escudó: «No todo el mundo puede ser artista», le dijo. Pero se lo estaba diciendo también a sí mismo. Los artistas aman a otros artistas. Los artistas sombra están gravitando en torno a la tribu a la que pertenecen pero no son capaces aún de reclamar el que es su lugar por derecho propio. Muchas veces es la audacia, y no el talento, lo que hace a una persona artista y a otra, artista sombra, es decir, alguien que se esconde entre las sombras, temeroso de dar un paso y de exponer su sueño a la luz, por miedo a que ese contacto lo haga desintegrarse. Los artistas sombra escogen a menudo carreras sombra (aquellas que son cercanas al arte deseado, incluso paralelas a él, pero que no son el arte mismo). Consciente de su malevolencia, François Truffaut sostenía que los críticos eran directores frustrados, como él mismo había sido antes de ser director. Puede que tuviera razón. Personas que querrían ser escritores de ficción acaban muchas veces en el mundo del periodismo o de la publicidad, donde pueden volcar su talento sin tener que lanzarse a esa carrera de escritores con la que realmente sueñan. Personas que querrían ser artistas pueden convertirse en agentes de artistas, encontrando un placer secundario en servir a su sueño, aunque sea a distancia. «Nos han enseñado a creer que negativo equivale a realista y positivo equivale a poco realista». SUSAN JEFFERS Carolyn, que era una talentosa fotógrafa, tuvo una carrera de éxito, aunque infeliz, como representante de fotógrafos. Jean, que ansiaba escribir largometrajes, escribía minicortos para sus spots comerciales de treinta segundos. Kelly, que quería ser escritora pero tenía miedo de tomarse en serio su creatividad, se labró una lucrativa carrera representando a gente «realmente» creativa. Todas ellas artistas sombra, estas mujeres necesitaban colocarse a sí mismas, y colocar sus sueños, en el centro del escenario. Y lo sabían, pero no se atrevían. Habían sido criadas para el rol de artistas sombra e iban a necesitar trabajarlo a conciencia para desmantelarlo. «No llores; no te eches en los brazos de la indignación. Comprende». BARUCH SPINOZA Hace falta que tu ego sea muy fuerte para decirle a un padre dominante, tenga o no tenga buenas intenciones: «¡Un momento! ¡Yo también soy artista!». Puede recibirse la tan temida respuesta: «¿Cómo lo sabes?». Porque por supuesto el artista
en ciernes no lo sabe. Sólo tiene ese sueño, ese sentimiento, ese impulso, ese deseo. Pocas veces hay pruebas reales, pero el sueño pervive. Por regla general los artistas sombra se juzgan a sí mismos con dureza, se martirizan durante años por no haber intentado hacer realidad sus sueños. Esta crueldad sólo refuerza su estatus como artistas sombra. Recordad, hace falta nutrir al artista. Los artistas sombra no han recibido suficiente alimento. Se culpan a sí mismos por no actuar sin miedo a pesar de todo. En una retorcida versión del determinismo de Darwin nos decimos a nosotros mismos que los artistas sobreviven en los ambientes más hostiles y encuentran pese a ello su verdadera vocación, como las palomas mensajeras encuentran su destino. Patrañas. Muchos artistas verdaderos son padres demasiado pronto o tienen demasiados hijos o son demasiado pobres o están demasiado alejados cultural o económicamente de las oportunidades artísticas como para convertirse en los artistas que son en realidad. Estos artistas —artistas sombra sin culpa alguna de serlo— escuchan los cantos de sirena de su sueño, pero son incapaces de sortear el laberinto cultural que les permitiría encontrarlo. Para todos los artistas sombra la vida puede ser una experiencia de desencanto, llena de promesas insatisfechas y de propósitos perdidos. Quieren escribir. Quieren pintar. Quieren actuar, hacer música, bailar... pero les asusta tomarse a ellos mismos en serio. Para poder salir del reino de las sombras a la luz de la creatividad los artistas sombra deben aprender a tomarse en serio. Gracias a cuidadosos y bien pensados esfuerzos deben alimentar a su niño artista interior, pues la creatividad es juego, pero para el artista sombra aprender a darse permiso para jugar es un duro trabajo. «Para vivir una vida creativa debemos perder el miedo a estar equivocados». JOSEPH CHILTON PEARCE«Cuando te sientes depreciado, enfadado o exhausto es señal de que los demás no están abiertos a tu energía». SANAYA ROMAN
PROTEGER AL NIÑO ARTISTA INTERIOR
Recuerda: tu artista es un niño. Encuentra y protege a ese niño. Aprender a permitirte crear es como aprender a andar. El niño artista debe empezar gateando. A eso le seguirán pequeños pasos y habrá caídas (primeros cuadros horribles, películas primerizas que parecerán vídeos caseros sin editar, primeros poemas que estropearían hasta una mala postal). Lo habitual es que un artista sombra en rehabilitación utilice estos esfuerzos iniciales para disuadirse de seguir con la exploración. Juzgar tus primeros esfuerzos artísticos supone un abuso. Y sucede de varias maneras: el trabajo primerizo se compara con las obras maestras de otros artistas; el trabajo primerizo se expone a críticas prematuras, al ser mostrado a amigos demasiado críticos. En resumen, el artista en ciernes se comporta con un masoquismo bien ensayado. Porque el masoquismo sí que es una forma de arte que ha aprendido a dominar y que ha perfeccionado durante largos años de autorreproche, un hábito que es como el martillo de odio hacia uno mismo con el que un artista sombra puede torturarse hasta volver a la oscuridad. Para recuperarnos de nuestros bloqueos creativos es necesario ir despacio y con suavidad. Lo que buscamos aquí es cerrar viejas heridas, no abrir otras nuevas. ¡Nada de saltos de altura, por favor! ¡Los errores son necesarios! Los tropiezos son normales: pasos de bebé. Hacer progresos, no llegar a la perfección es lo que deberíamos pedirnos a
nosotros mismos. Si intentamos llegar demasiado lejos y demasiado rápido, podemos convertirnos en nuestro propio instrumento de destrucción. Queremos registrar diez millas lentas por cada milla rápida. Esto puede ir a contrapelo del ego. Queremos ser grandes —grandes de inmediato— pero la convalecencia no funciona así. Es un proceso incómodo, lleno de indecisiones, incluso embarazoso. Habrá muchas veces en las que no demos una buena imagen, ni a nosotros mismos ni a los demás. Necesitamos dejar de exigirnos que debamos ofrecerla. Es imposible esforzarse en mejorar y al mismo tiempo tener buena imagen. «La pintura es un intento de asumir la vida. Existen tantas soluciones como seres humanos». GEORGE TOOKER Recuerda que para recuperarte como artista debes estar dispuesto a ser un mal artista. Date permiso para ser un principiante. Al estar dispuesto a ser un mal artista, tienes la oportunidad de ser un artista y tal vez con el tiempo uno muy bueno. Cuando digo esto en mis clases enseguida me topo con una reacción de hostilidad, a la defensiva: «Pero ¿usted sabe la edad que voy a tener para cuando aprenda realmente a tocar el piano/actuar/pintar/escribir una obra de teatro decente?». Sí..., la misma edad que tendrás si no lo haces. Así que comencemos.
TU ENEMIGO INTERIOR: CREENCIAS NEGATIVAS BÁSICAS
Con frecuencia cuando en cualquier área de nuestra vida estamos bloqueados es porque nos sentimos más seguros así. Puede que no nos haga felices, pero al menos sabemos lo que somos: infelices. Gran parte del miedo a nuestra creatividad es el miedo a lo desconocido. Si soy completamente creativo, ¿qué sucederá? ¿Qué consecuencias tendrá para mí y para los demás? Tenemos algunas nociones terribles sobre lo que podría ocurrir. Así que, en lugar de descubrirlo, decidimos seguir bloqueados. Rara vez es una decisión consciente. Suele ser, más bien, una respuesta inconsciente a creencias negativas interiorizadas. En esta semana trabajaremos para destapar nuestras creencias negativas y desecharlas. He aquí una lista de creencias negativas que se albergan habitualmente.
No puedo ser un artista creativo prolífico y exitoso porque 1. Todo el mundo me odiará. 2. Haré daño a mis amigos y a mi familia. 3. Me volveré loco. 4. Abandonaré a mis amigos y a mi familia. 5. Escribiré con muchas faltas de ortografía. 6. Mis ideas no son lo bastante buenas. 7. Molestará a mi madre o a mi padre. 8. Tendré que estar solo. 9. Descubriré que soy gay (si soy heterosexual). 10. Me volverán heterosexual (si soy gay). 11. Mi trabajo será malo y pareceré un idiota. 12. Estaré demasiado furioso. 13. Nunca tendré dinero de verdad.
14. Me volveré autodestructivo y beberé, me drogaré o tendré sexo hasta morir. 15. Me saldrá un cáncer, tendré sida, un ataque al corazón o la peste. 16. Mi amante me abandonará. 17. Me moriré. 18. Me sentiré mal porque no merezco tener éxito. 19. Tengo sólo una obra buena dentro de mí. 20. Es demasiado tarde. Si todavía no soy un artista a pleno rendimiento nunca lo seré.
Ninguna de estas negaciones básicas tiene por qué ser cierta. Nos llegan a través de nuestros padres, de nuestra religión, de nuestra cultura y de nuestros amigos temerosos. Cada una de estas creencias refleja ideas que albergamos sobre lo que significa ser un artista. Una vez que nos hemos liberado de los grandes prejuicios culturales, es posible que aún resistan de forma obstinada negaciones básicas, que hemos heredado de nuestras familias, profesores y amigos. Muchas veces, éstas son más sutiles, aunque nos socavan igual si no las enfrentamos. Nuestra tarea ahora es enfrentarnos a ellas. Las creencias negativas son exactamente eso: creencias, no hechos. El mundo nunca fue plano, aunque todo el mundo creía que lo era. Y tú no eres tonto, ni estás loco, ni eres un ególatra, ni padeces delirios de grandeza, ni eres un idiota sólo porque erróneamente creas serlo. Lo que te pasa es que estás asustado. Las negaciones básicas te mantienen asustado. En realidad el problema es que las negaciones básicas —tanto las personales como las culturales— siempre se dirigen a la yugular. Te atacan la sexualidad, la capacidad de ser amado, la inteligencia, cualquier vulnerabilidad a la que puedan agarrarse. Aquí tenéis algunas negaciones básicas, unidas a sus alternativas positivas.
Creencias negativasLos artistas son:— borrachos— locos— arruinados— irresponsables— solitarios— promiscuos— condenados— infelices— nacen, no se hacenAlternativas positivasLos artistas pueden ser:— sobrios— cuerdos— solventes— responsables— sociables— fieles— afortunados— felices— descubiertos y recuperados Por ejemplo, en una artista mujer el cliché «los artistas son promiscuos» puede verse sustituido por una negación personal: «Ningún hombre te amará si eres artista. Los artistas son célibes o gays». Esta negación, heredada de una madre o de una maestra, y aun sin ser expresada de forma explícita por la joven artista, puede ser la base de un poderoso bloqueo. De igual modo un joven artista hombre puede albergar la negación personal «los hombres artistas son gays o impotentes». Esta idea, copiada a un maestro o incorporada por leer demasiado sobre Fitzgerald o Hemingway, también es capaz de generar un bloqueo. ¿Quién querría tener problemas sexuales? Por su parte un artista que sea gay podrá dar una vuelta de tuerca más: «Sólo el arte heterosexual se acepta de verdad, así que ¿por qué hacer arte si voy a tener que disfrazarlo o salir del armario lo quiera o no?». En esencia, nuestras múltiples creencias negativas revelan una creencia negativa central: a favor de otro, debemos abandonar un sueño bueno y deseado. En otras palabras, si ser artista te parece demasiado bueno para ser verdad, te inventarás un precio a pagar por ese sueño que te resultará inasequible. Por tanto, seguirás bloqueado.
La mayoría de los creadores bloqueados cargan con razonamientos de blanco o negro que les alejan de su trabajo. Para desbloquearse, hay que reconocer esos pensamientos de blanco o negro: «Puedo ser, o bien feliz desde el punto de vista romántico, o bien un artista». Pero es posible, muy posible, ser un artista y además estar románticamente satisfecho. Así como es posible ser un artista y tener éxito económico. «No puedo creer que el inescrutable universo gire sobre un eje de sufrimiento; ¡la extraña belleza del mundo tiene forzosamente que reposar, en alguna parte, en la pura alegría!». LOUISE BOGAN Tu bloqueo no quiere que veas eso. Todo su plan de ataque consiste en que tengas un miedo irracional a un resultado tan nefasto que hasta te dé vergüenza mencionarlo. Racionalmente sabes que no hay por qué posponer la escritura o la pintura por un miedo estúpido, pero como es un miedo estúpido, no lo aireas y el bloqueo permanece intacto. De esta manera, ese «tienes mala ortografía» anula sin problemas cualquier programa informático de corrección de textos. Tú sabes que preocuparse por la ortografía es una tontería... así que no lo mencionas. Y como no lo mencionas te sigue bloqueando el paso para buscar una solución (el miedo a la ortografía es un bloqueo muy común). En la siguiente mitad de esta semana excavaremos tus creencias inconscientes utilizando algunos trucos de aprendizaje mente lógica/mente artística. Quizá te resulten enrevesados e improductivos; de nuevo, se trata de resistencias tuyas. Si la negatividad interiorizada es el enemigo interior, lo que veremos a continuación actuará como un eficaz armamento contra él. Pruébalo antes de descartarlo.
TU ALIADO INTERIOR: ARMAS DE AFIRMACIÓN
Como creadores bloqueados a menudo nos sentamos en las gradas criticando a quienes están jugando el partido: «Pues tampoco tiene tanto talento», podemos decir de un artista que está en la cresta de la ola. Y puede que tengamos razón, pues, con demasiada frecuencia, es la audacia y no el talento lo que lleva a un artista a una posición de privilegio. Como creadores bloqueados, tendemos a sentir animosidad hacia esos falaces chupacámaras. Puede que seamos capaces de sentir deferencia hacia los verdaderos genios, pero si lo que estamos viendo es que sólo son genios de la autopromoción, sentimos mucho resentimiento. No son celos. Es una técnica de ahogamiento que refuerza nuestra parálisis. Hacemos discursos para nosotros mismos y para otras víctimas voluntarias: «Yo podría hacer eso mejor, si sólo...». ¡Podrías hacerlo mejor si te permitieras hacerlo! Las afirmaciones te ayudarán a que te consientas hacerlo. Una afirmación es la verbalización de una creencia positiva, y si conseguimos que estas autocharlas positivas se nos den una décima parte de lo bien que se nos dan las autocharlas negativas, notaremos un cambio enorme. «Las afirmaciones son como recetas para ciertos aspectos de ti mismo que deseas cambiar». JERRY FRANKHAUSER Las afirmaciones ayudan a lograr una sensación de seguridad y esperanza. Cuando empezamos a trabajar con afirmaciones, tal vez sintamos que son una tontería. Que son chungas. Que dan vergüenza ajena. Qué interesante, ¿verdad? Somos capaces, sin vergüenza alguna y con mucha facilidad, de martirizarnos con afirmaciones negativas («no tengo suficiente talento/suficiente inteligencia/suficiente originalidad/suficiente juventud...»), pero decir cosas agradables sobre nosotros mismos resulta especialmente difícil. Al principio la sensación es horrible. Inténtalo y comprueba lo
terriblemente almibaradas que suenan éstas: «Me merezco el amor»; «me merezco que me paguen bien»; «me merezco una vida creativa gratificante»; «soy un artista brillante y con éxito»; «tengo un abundante talento creativo»; «soy competente y tengo confianza en mi trabajo creativo». ¿Levantó las orejas tu Censor particular? Los Censores odian cualquier cosa que se parezca a la verdadera autoestima. De inmediato empiezan con la rutina del impostor: «¿Quién te crees que eres?». Es como si todo nuestro inconsciente colectivo se quedara despierto por las noches viendo 101 dálmatas, de Walt Disney, y practicando las habilidades de Cruella DeVille para la crítica mordaz. Prueba simplemente a escoger una afirmación. Por ejemplo: «Yo, __________ (tu nombre), soy un ceramista (pintor, poeta o lo que seas) brillante y prolífico». Escribe eso diez veces seguidas. Mientras estás ocupado haciéndolo ocurrirá algo muy interesante. Tu Censor empezará a poner objeciones: «Eh, espera un momento. Delante de mí no puedes decir todas esas cosas positivas». Las objeciones empezarán a saltar como tostadas quemadas. Son tus reproches. Escucha bien esas objeciones. Mira esos feos y torpes reproches: «Brillante y prolífico... Ya, claro... ¿Desde cuándo?... Si ni siquiera sabes escribir sin faltas... ¿A este bloqueo lo llamas prolífico?... Te estás engañando a ti mismo... Eres idiota... Tienes delirios de grandeza... ¿A quién pretendes engañar?... ¿Quién te crees que eres?». Y tal y cual. Te asombrará comprobar las cosas tan desagradables que tu subconsciente es capaz de desembuchar. Escríbelas. Este material que callas en tu subconsciente es la señal indicadora de tus creencias negativas básicas. Las críticas guardan la llave de tu libertad en sus feas garras. Haz una lista de tus reproches personales. «El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas: si se da una reacción, ambas se transforman». CARL GUSTAV JUNG Es hora de hacer un poco de trabajo detectivesco. ¿De dónde vienen tus reproches? ¿De tu madre? ¿De tu padre? ¿De algún profesor? Cuando utilices tu lista de críticas examina tu pasado para encontrar posibles fuentes. Al menos unas cuantas surgirán con violencia de tu memoria. Una forma efectiva de localizar las fuentes es viajar en el tiempo. Divide tu vida en periodos de cinco años y haz una lista de las mayores influencias que recibiste en cada etapa. Paul siempre había querido ser escritor. Y sin embargo, tras una breve explosión de creatividad universitaria, dejó de enseñar su trabajo a la gente. En lugar de los relatos con los que soñaba, escribía un diario detrás de otro y todos ellos iban a lo más profundo del cajón, lejos del escrutinio de las miradas. La razón por la que hacía esto era un misterio para él hasta que empezó a trabajar con afirmaciones y críticas. Cuando Paul empezó a escribir sus afirmaciones enseguida se sintió sacudido por un chorro casi volcánico de autodesprecio. Escribió: «Yo, Paul, soy un escritor brillante y prolífico». Desde lo más profundo de su inconsciente, estalló un incontenible torrente de insultos y dudas. Era algo asombrosamente específico y, de alguna manera, resultaba familiar: «Te estás engañando a ti mismo, eres idiota, no tienes ningún talento real, sólo finges, eres un diletante, una broma...». ¿De dónde venía esta creencia básica? ¿Quién le podría haber dicho esto? ¿Cuándo? Paul emprendió un viaje en el tiempo intentando localizar al villano. Y, con gran vergüenza, lo encontró. Sí, había un villano, y también un incidente que le había dado demasiada vergüenza compartir. Un malvado maestro de la infancia había elogiado su trabajo al principio, pero después había puesto en marcha una operación de seducción
sexual. Temeroso de haber provocado de algún modo las atenciones de aquel hombre, y avergonzado porque su trabajo pudiera también ser un asco, Paul reprimió el incidente en su inconsciente, en donde se enquistó. No es de extrañar que llegara a temer que cualquier elogio escondiera otros motivos. No sorprende que llegara a sentir que alguien puede elogiar un trabajo de manera hipócrita. En esencia, la creencia básica negativa de Paul era que teniendo fe en que podía escribir sólo se estaba engañando a sí mismo. Esta creencia había dominado su pensamiento durante una década. Cada vez que la gente elogiaba su trabajo, él sospechaba en lo más profundo de esas personas y de sus motivos. Prácticamente abandonaba a sus amigos una vez que éstos expresaban interés en su talento; desde luego dejaba de confiar en ellos. Cuando su novia, Mimi, se interesó por su talento dejó de confiar incluso en ella.
Afirmaciones creativas 1. Soy un canal de la creatividad divina y mi trabajo llega a buen puerto. 2. Mis sueños vienen de Dios y Dios tiene el poder de hacerlos realidad. 3. Tal y como creo y escucho, seré guiado. 4. La creatividad es la voluntad, en mí, del Creador. 5. Mi creatividad me cura a mí y a los demás. 6. Tengo permiso para nutrir a mi artista interior. 7. Con el uso de herramientas sencillas, mi creatividad florecerá. 8. A través de mi creatividad, sirvo a dios. 9. Mi creatividad me conduce a la verdad y al amor.10. Mi creatividad me conduce al perdón y al autoperdón. 11. En mí hay un plan divino para el bien.12. En mi trabajo hay un plan divino para el bien.13. Tal y como escucho al creador interior, así seré guiado.14. Tal y como escucho a mi propia creatividad, así seré conducido a mi creador. 15. Estoy dispuesto a crear. 16. Estoy dispuesto a aprender a dejarme crear.17. Estoy dispuesto a dejar que Dios cree a través de mí.18. Estoy dispuesto a servir a través de mi creatividad.19. Estoy dispuesto a experimentar mi energía creativa.20. Estoy dispuesto a utilizar mis talentos creativos.
Una vez que Paul extrajo a este monstruo de las profundidades, pudo empezar a trabajar con él. «Yo, Paul, tengo talento de verdad. Yo, Paul, me fío y disfruto de los comentarios positivos sobre mi trabajo. Yo, Paul, tengo talento de verdad». Aunque al principio estas afirmaciones positivas resultaban muy incómodas, rápidamente permitieron a Paul la libertad de participar en la primera lectura pública de su trabajo. Cuando recibió elogios de todos lados, fue capaz de aceptar la respuesta positiva sin desecharla. Concéntrate ahora en tu propia lista de amonestaciones. Son muy importantes para tu rehabilitación. Cada una de ellas te ha tenido atado. Cada una de ellas debe ser disuelta. Por ejemplo, un reproche que dice «Yo, Fred, no tengo talento y soy un timo» puede convertirse en la afirmación «Yo, Fred, tengo un talento verdadero». Utiliza tus afirmaciones después de tus páginas matutinas. Utiliza también cualquiera de las afirmaciones de la lista anterior. «Una afirmación es una frase fuerte y positiva que indica que algo ya es». SHAKTI GAWAIN
TAREAS
1. Cada mañana pon el despertador media hora antes, levántate y escribe a mano
tres páginas de flujo de conciencia matutino. No leas estas páginas ni permitas que nadie lo haga. Lo ideal es que las metas en un gran sobre de papel Manila y que las escondas en alguna parte. Bienvenido a las páginas matutinas. Te transformarán. Esta semana asegúrate de trabajar con las afirmaciones de tu elección y con tus reproches al final de las páginas matutinas de cada día. Convierte todas las críticas en afirmaciones positivas.«¡Avanza con confianza en dirección a tus sueños! Vive la vida que imaginaste. A medida que vayas simplificando tu vida, las leyes del universo se simplificarán». HENRY CAVID THOREAU«Convierte tu propia recuperación en tu prioridad en la vida». ROBIN NORWOOD 2. Invítate a ti mismo a una cita con el artista. Lo harás todas las semanas mientras dure el curso. Un ejemplo de cita con el artista: vete con cinco euros al bazar de tu barrio. Compra cosas tontas, como pegatinas de estrellitas doradas, dinosaurios en miniatura, postales, lentejuelas, pegamento, tijeras infantiles, ceras de colores. Puede que te regales una estrella dorada para pegar en el sobre cada día que escribas. Por pura diversión. 3. Viaja en el tiempo: haz una lista de tres viejos enemigos de tu autoestima creativa: por favor, sé todo lo específico que puedas en este ejercicio. Tus monstruos históricos son los cimientos de tus creencias negativas básicas. (Sí, la maldita Hermana Ann Rita de quinto también cuenta, y aquello tan horrible que te dijo también. Inclúyela). Ésta es tu galería de Grandes Monstruos. A medida que trabajes en tu proceso de rehabilitación vendrán a ti más monstruos. Siempre es necesario reconocer heridas creativas y lamentarlas. Si no, se convierten en tejido creativo cicatrizado y bloquean tu crecimiento. 4. Viaja en el tiempo: selecciona y escribe una de las historias de terror de tu galería de Grandes Monstruos. No hace falta que escribas algo muy extenso o durante mucho rato, pero anota los detalles que te vengan a la memoria: la habitación en la que estabas, la forma en la que te miraba la gente, cómo te sentías, lo que tu madre o tu padre dijeron o dejaron de decir cuando se lo contaste. Incluye lo que te siga molestando de aquel incidente: «Y luego me acuerdo de que me dirigió una sonrisa superforzada y me dio unos golpecitos en la cabeza...». Puede que te resulte catártico dibujar un esbozo de tu viejo monstruo o recortar una imagen que para ti evoque el incidente. Pintarrajea a tu monstruo, o al menos dibújale encima una buena cruz en rojo. 5. Escribe una carta al director en tu defensa. Envíatela. Es muy divertido escribir esta carta con la voz de tu artista niño herido: «A quien pueda interesar: la hermana Ann Rita es una imbécil y tiene ojos de cerdo ¡y claro que sé cómo se escribe cerdo!». «Cada vez que decimos ¡sea!, en cualquiera de sus formas, algo pasa». STELLA TERRILL MANN 6. Viaja en el tiempo: haz una lista de tres viejos defensores de tu autoestima creativa. Ésta es tu galería de Grandes Defensores, aquellos que te quieren bien a ti y a tu creatividad. Sé específico. Cada palabra de ánimo cuenta. Incluso si no te crees un cumplido, regístralo. Bien podría ser cierto. Si no se te ocurren cumplidos, rebusca en tu diario de viajes en el tiempo y busca recuerdos positivos. ¿Cuándo, dónde y por qué te sentiste bien sobre ti mismo? ¿Quién te ofreció seguridad?Además tal vez quieras redactar el cumplido y decorarlo. Cuélgalo cerca de donde redactes tus páginas matutinas o en el salpicadero de tu coche. Yo tengo el mío en la carcasa de mi ordenador, para animarme mientras escribo. 7. Viaja en el tiempo: selecciona y escribe unas felices palabras de ánimo. Escribe una carta de agradecimiento. Envíatela a ti mismo o al mentor que dejaste atrás. 8. Vidas imaginarias: si tuvieras que vivir otras cinco vidas, ¿qué harías en cada
una de ellas? Yo sería piloto, vaquera, física, médium, monje. Tú tal vez quisieras ser buceador, policía, escritor de libros infantiles, futbolista, bailarina del vientre, pintor, artista de performance, profesor de historia, curandero, entrenador, científico, médico, voluntario de una ONG, psicólogo, pescador, ministro, mecánico, carpintero, escultor, abogado, hacker informático, estrella de culebrón, cantante country, batería de rock. Lo que se te ocurra, escríbelo. No pienses demasiado en este ejercicio. El objetivo de estas vidas es pasarlo bien en ellas; divertirte más de lo que tal vez te estés divirtiendo en ésta. Observa tu lista y selecciona una. Luego hazla esta semana. Por ejemplo, si apuntaste cantante country, ¿eres capaz de agarrar una guitarra? Si sueñas con ser vaquero, ¿qué tal montar un poco a caballo?«No cabe duda: nos convertimos en aquello que visualizamos». CLAUDE M. BRISTOL 9. Al trabajar con afirmaciones y críticas muchas veces regresan a nosotros las heridas y los monstruos. Añádelos a tu lista a medida que vayan apareciendo en tu memoria. Trabaja con cada reproche individualmente. Transforma cada negativo en una afirmación positiva. 10. Saca a tu artista de paseo, solos él y tú. Caminar veinte minutos a buen paso puede transformar de forma drástica la conciencia.
REGISTRO
Harás registros todas las semanas. Si tu semana creativa se extiende de domingo a domingo, debes hacer los registros todos los sábados. Recuerda que esta rehabilitación es tuya. Lo que piensas es importante, y será cada vez más interesante para ti a medida que vayas progresando. Tal vez quieras hacer registros en tu cuaderno de páginas matutinas. Lo mejor es contestar a mano y darte unos veinte minutos para responder. El propósito del registro es elaborar un diario de tu viaje creativo. Mi esperanza es que más adelante compartas las herramientas con los demás y al hacerlo encuentres que tus notas tienen un gran valor: «Sí, en la cuarta semana estaba furioso. Me encantó la quinta semana...». 1. ¿Cuántas veces has hecho las páginas matutinas esta semana? Siempre esperamos que sean siete de siete. ¿Qué tal la experiencia? 2. ¿Has tenido una cita con el artista esta semana? Sí, por supuesto, lo esperamos siempre. Y sin embargo, puede ser extraordinariamente difícil permitirte una cita con el artista. ¿Qué hicisteis? ¿Cómo te has sentido? 3. ¿Ha habido alguna otra cuestión esta semana que consideres significativa para tu rehabilitación? Descríbela.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top