Electricidad espiritual "Principios básicos"

Para la mayoría de nosotros la idea de que un Creador impulsa la creatividad es casi una revolución. Solemos pensar que nuestros sueños creativos son ególatras, que Dios no los aprobaría. Al fin y al cabo el artista que somos es un adolescente por dentro, propenso a pensar de manera infantil. Si nuestros padres dudaron de nuestros sueños o los desaprobaron, es posible que nosotros proyectemos actitudes similares sobre un Dios paternalista. Debemos deshacernos de esta manera de pensar. De lo que hablamos es de una experiencia espiritual inducida, o invitada por nosotros a aparecer en nuestra vida. Llamo a este proceso quiropraxis espiritual. Realizamos una serie de ejercicios del espíritu que nos ayudan a sintonizar con la energía creativa del universo. Si imaginas que el universo es un vasto mar de electricidad en el que te hallas inmerso y del que tú mismo emanas, abrirte a tu creatividad te transformará, de ser algo que simplemente flota por ese mar, en un elemento activo, plenamente consciente, que coopera con ese ecosistema. Como profesora siento a menudo la presencia de algo trascendente —electricidad espiritual, por llamarlo así— y he llegado a depender de ello para superar mis propias limitaciones y a entender la expresión «maestra inspirada» como un cumplido literal: hemos sido tocados por una mano más elevada que la nuestra. Cristo dijo: «Donde están dos o más unidos en mi nombre, ahí estoy yo, entre ellos». El dios de la creatividad parece sentirse del mismo modo. «La música de esta ópera [Madame Butterfly] me la dictó Dios; yo fui sólo el instrumento que la puso sobre el papel y se la comunicó al público». GIACOMO PUCCINI El corazón de la creatividad es una experiencia de unión mística; el corazón de la unión mística es una experiencia de creatividad. Quienes hablan en términos espirituales suelen referirse a Dios como el Creador, pero pocas veces ven esta última palabra como un sinónimo de artista. Yo sugiero que tomes el término creador en sentido literal. Tu objetivo es establecer con el Gran Creador un vínculo de artista a artista. Aceptar esta idea puede servirte para expandir enormemente tus posibilidades creativas. «Las ideas que fluyen en mí llegan directamente de Dios». JOHANNES BRAHMS«Debemos aceptar que este pulso creativo de nuestro interior es el pulso creativo de Dios mismo». JOSEPH CHILTON PEARCE En cuanto utilices las herramientas de este libro y realices las tareas semanales se dispararán muchos cambios. Uno de los más importantes será el descubrimiento de la sincronía: nosotros cambiamos y el universo lo asume y lo multiplica. Uso una frase irreverente para resumir esto, y la tengo pegada en la mesa donde escribo: «Tírate y aparecerá la red». Como artista y como profesora sé que si tenemos fe en el acto creativo, el universo está dispuesto a responder. Es algo parecido a levantar en el campo las compuertas de riego: una vez que se abren, el flujo es imparable. Insisto, no hace falta que te creas esto. Para que surja tu creatividad no tienes que creer en Dios. Simplemente te pido que observes y que te hagas cargo de cómo se desarrolla este proceso. En realidad, serás matrona y testigo a la vez de tu propio progreso creativo.

«La imagen de Dios es el potencial creativo mismo de los seres humanos». MARY DALY La creatividad es una experiencia. Para mí, una experiencia espiritual. No importa desde qué punto de vista lo veas: si es la creatividad la que conduce a la espiritualidad o es la espiritualidad lo que conduce a la creatividad. De hecho, yo no distingo entre ellas. Frente a esta experiencia la cuestión de la creencia queda fuera de lugar. Como contestó al respecto Carl Jung al final de su vida: «No creo, sé». Los principios espirituales que vamos a ver a continuación son los cimientos sobre los que la rehabilitación o el descubrimiento de la creatividad pueden ser construidos. Léelos una vez al día y mantente a la escucha de tu voz interior ante cualquier cambio que se produzca en tu actitud o en tus creencias. «Cada hoja de hierba tiene su ángel inclinándose sobre ella y susurrando "Crece, crece"». EL TALMUD«Los grandes improvisadores son como sacerdotes. Están pensando sólo en su dios». STÉPHANE GRAPPELLI«Lo que tocamos es la vida». LOUIS ARMSTRONG«La creatividad es embridar la universalidad y hacer que fluya a través de tus ojos». PETER KOESTENBAUM

Principios básicos 1. La creatividad forma parte del orden natural de la vida. La vida es energía: pura energía creativa. 2. Hay una fuerza creativa que subyace a todo cuanto vive, incluidos nosotros mismos. 3. Al abrirnos a nuestra propia creatividad nos estamos abriendo a la creatividad del Creador, que está presente en nosotros y en nuestras vidas. 4. Nosotros somos creaciones y a la vez estamos destinados a mantener la creatividad siendo creativos. 5. La creatividad es un regalo de Dios. Usarla es el regalo que nosotros le devolvemos a Dios. 6. Negarse a ser creativo es obstinarse en contra de nuestra propia naturaleza. 7. Cuando nos abrimos a explorar nuestra creatividad, nos abrimos a Dios: el buen camino. 8. Al abrir un canal entre nuestra creatividad y el Creador se producen cambios sutiles aunque poderosos. 9. No hay que temer por abrirse a una creatividad cada vez mayor.10. Nuestros anhelos y sueños creativos proceden de una fuente divina. Cuando nos acercamos a nuestros sueños, nos acercamos a la divinidad.

CÓMO UTILIZAR ESTE LIBRO PARA LA RECUPERACIÓN DE TU CREATIVIDAD

Hay varias formas de utilizar este libro. Sobre todo te invito a que lo uses de manera creativa. Este apartado te ofrece una especie de mapa para el proceso con ideas específicas sobre cómo debes proceder. Algunos alumnos han hecho el curso a solas; otros han formado grupos de trabajo (al final del libro encontrarás indicaciones para trabajar en grupo). No importa la forma que hayas escogido, porque El camino del artista te funcionará. «No pinto con la vista, sino con la fe. La fe te da vista». AMOS FERGUSON Quizás lo primero que te apetezca sea echar una ojeada al libro para hacerte una idea del territorio a explorar. Pero ten en cuenta que leer el libro no es lo mismo que usarlo. Cada capítulo incluye ensayos, ejercicios, tareas y un repaso semanal. No te abrumes por la cantidad de trabajo que aparenta ser, pues gran parte de ese trabajo es más

bien un juego, y seguir el curso no ocupa mucho más de una hora al día. «¿Por qué todos deberíamos usar nuestros poderes creativos...? Porque no hay nada que haga que la gente sea tan generosa, feliz, vital, audaz y compasiva, tan indiferente a las peleas y a la acumulación de objetos y de dinero». BRENDA UELAND Cuando doy clase sugiero a los alumnos que lleven un calendario semanal. Por ejemplo, si vas a trabajar de domingo a domingo empieza leyendo tu capítulo semanal el domingo por la noche. Después de leerlo haz los ejercicios con rapidez. Los ejercicios semanales son fundamentales, tanto como las páginas matutinas y la cita con el artista (esto se explicará en el siguiente capítulo). Es probable que no tengas tiempo de hacer todas las tareas semanales. Intenta hacer sólo la mitad. Recuerda que el resto está ahí para cuando puedas volver a ello. A la hora de seleccionar esas tareas sigue dos directrices: escoge, por un lado, las que te atraen y, por otro, las que te producen rechazo, dejando para más adelante las que te resultan neutras. Recuerda que al «escoger» con frecuencia nos resistimos a aquello que más necesitamos. En total reserva entre siete y diez horas a la semana: una hora al día o si prefieres algo más. Usar estas herramientas durante doce semanas de curso es un modesto compromiso con el que cosecharás enormes resultados. Las mismas herramientas, utilizadas durante un largo periodo, pueden modificar la trayectoria de toda una vida. Al trabajar con este libro no olvides que El camino del artista es una espiral. Le darás vueltas a algunos temas una y otra vez, pero en cada una de esas vueltas te encontrarás en otro nivel. Nunca está todo hecho en una vida artística. Existen frustraciones y recompensas en todos los niveles del camino. Nuestro objetivo es encontrar un sendero, marcar el paso e iniciar el ascenso. Te emocionará el panorama creativo que muy pronto se abrirá ante ti. «El objetivo del arte no es un destilado enrarecido e intelectual, sino que es la vida, una vida más intensa, brillante». ALAIN ARIAS-MISSON

QUÉ PODEMOS ESPERAR

La mayoría de nosotros desearía ser más creativo y muchos sentimos que realmente lo somos, pero que no somos capaces de dar rienda suelta a esa creatividad. Nuestros sueños son esquivos. Nuestras vidas nos parecen planas. A menudo tenemos grandes ideas, sueños maravillosos, y no somos capaces de ponerlos en práctica. A veces tenemos anhelos creativos concretos que nos encantaría realizar (aprender a tocar el piano, pintar, dar clases de teatro o escribir). A veces nuestro objetivo es más difuso. Ansiamos eso que podríamos llamar una vida creativa, un sentido de la creatividad que impregne de manera más amplia nuestra vida profesional, o la que compartimos con nuestros hijos o nuestra pareja o nuestros amigos. Aunque no existe una fórmula rápida e indolora para conseguir la creatividad, su rehabilitación o su descubrimiento es un proceso espiritual que se puede enseñar y que puede ser supervisado. Aunque todos nosotros seamos complejos y sumamente individualistas, existen denominadores comunes en nuestro proceso de rehabilitación creativa. Trabajando en este proceso observo que durante las primeras semanas se produce una cierta rebeldía, un cierto vértigo. A esta primera fase le sigue de inmediato, a mitad del curso, otra en la que se produce un fuerte enfado. Tras el enfado llega la pena, a la que

suceden alternativamente oleadas de resistencia y de esperanza. Esta fase de crecimiento con cimas y valles se va convirtiendo en una especie de parto en el que los alumnos experimentan torbellinos de expansión y contracción, pasando de la euforia intensa a un escepticismo defensivo. Esta fase de crecimiento tempestuoso va seguida de una necesidad imperiosa de abandonar el proceso y volver a la vida anterior. En otras palabras, un fase de negociación. La gente suele querer abandonar en este punto. Yo lo llamo dar un giro creativo de 180 grados, o recular. Volver a comprometerse con el proceso dispara entonces una fase de caída libre en la que el ego se rinde por completo. A continuación la fase final del curso se caracteriza por una conciencia nueva de uno mismo marcada por el incremento de la autonomía, la determinación, las expectativas, el entusiasmo y la capacidad de poner en práctica planes creativos concretos. Si esto parece emocionalmente tumultuoso es porque lo es. A medida que avanzamos en la recuperación de la creatividad vamos renunciando a la vida que conocíamos. Renuncia es otra forma de referirnos a una distancia, un desapego, un sentimiento típico del trabajo continuado con cualquier práctica meditativa. En términos cinematográficos lo que hacemos es ir cambiando el enfoque con lentitud, abriendo el objetivo y alejándonos de esa vida en la que estábamos estancados hasta alcanzar una perspectiva más amplia. Esta perspectiva nos da poder para tomar decisiones verdaderamente creativas. Hay que verlo como si fuera un día de viaje por un territorio difícil, mudable, fascinante. Estás llegando más alto en tu camino, y debes entender que el fruto de tu tormenta interior será un proceso positivo, doloroso y emocionante a un tiempo. «Lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante son asuntos diminutos comparados con lo que tenemos en nuestro interior». RALPH WALDO EMERSON Muchos de nosotros consideramos que hemos derrochado nuestras energías creativas, invirtiéndolas de manera desproporcionada en las vidas, esperanzas, sueños y planes de otros. Sus vidas han oscurecido o desviado las nuestras. A medida que consolidamos un nuevo núcleo a través de nuestro proceso de renuncia, nos vamos haciendo cada vez más capaces de marcar nuestros propios límites, sueños y auténticos objetivos. Nos hacemos más flexibles con nosotros mismos mientras que nos volvemos menos vulnerables a los caprichos de los demás. Somos más conscientes de nuestra autonomía y de nuestras posibilidades. Por lo general cuando hablamos de renuncia pensamos en una sustancia que debemos abandonar. Dejamos el alcohol, las drogas, el azúcar, las grasas, la cafeína o la nicotina y sufrimos un síndrome de abstinencia. Pero es útil entender la abstinencia creativa de un modo diferente: nosotros somos la sustancia por la que renunciamos o nos abstenemos de lo demás, no la sustancia a la que renunciamos según vamos replegando hacia nuestro interior esas energías creativas, tan desplazadas y dispersas. Comenzamos desenterrando nuestros sueños. El proceso tiene su complejidad, pues algunos de nuestros sueños son como la dinamita y el solo hecho de manipularlos puede provocar una onda expansiva que active nuestro sistema de autonegación: ¡qué pena, qué pérdida, qué dolor! Es en este punto del proceso de rehabilitación en el que experimentamos lo que Robert Bly llama «la reducción a cenizas». Estamos de luto por el yo que abandonamos. Y damos la bienvenida a ese mismo yo como se la daríamos a un amante que regresa de una larga y cruenta guerra. Para que la rehabilitación creativa sea posible debemos someternos a un periodo de duelo. Una cierta dosis de dolor es esencial a la hora de enfrentarnos al suicidio de ese yo «tan simpático» con el que nos solíamos conformar. Nuestras lágrimas preparan el terreno

de nuestro crecimiento futuro; sin este riego, es posible que quedáramos estériles. Debemos permitir que nos golpee el rayo del dolor. No lo olvides: este dolor es útil, el relámpago ilumina. ¿Cómo podemos saber si nuestra creatividad está boqueada? La envidia nos dará una buena pista: ¿hay artistas por los que sientes resentimiento?, ¿has pensado alguna vez para ti: «Yo podría hacer lo mismo si no fuera por...»? Tal vez te digas a ti mismo que si te tomaras en serio tu potencial creativo: Dejarías de decirte que es demasiado tarde. Dejarías de esperar a ganar el suficiente dinero como para hacer lo que en realidad te gusta. Dejarías de decirte «no es más que mi ego» cuando anhelas una vida más creativa. Dejarías de decirte que los sueños no importan, que son sólo sueños, que deberías ser más sensato. Dejarías de temer que tus familiares y amigos te consideren un loco. Dejarías de decirte que la creatividad es un lujo y que lo que deberías es estar agradecido por lo que tienes.

A medida que aprendas a reconocer, alimentar y proteger a tu artista interior, empezarás a ser capaz de ir más allá del dolor y de una creatividad coartada. Aprenderás métodos para identificar y superar el miedo, para curar heridas emocionales y para fortalecer la confianza en ti mismo. Descubrirás y desecharás viejas y dañinas ideas sobre la creatividad. Al trabajar con este libro experimentarás un encuentro guiado e intenso con tu propia creatividad: con tus propios fantasmas, defensas, deseos, miedos, esperanzas y triunfos privados. Una experiencia que te emocionará, te deprimirá, te enfadará, te asustará, te alegrará, te dará esperanza y al final te hará más libre.  

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