Capítulo 56
POV Patry
Luego de una buena tarde de amigas Mónica y yo decidimos salir a dar una vuelta por NorthLand, ya nos habíamos contado todo, pero aún así queríamos seguir hablando.
—Mon, ¿por qué rayos estás usando un abrigo si estamos en pleno verano? —le pregunté mientras nos sentábamos en un banco cerca del bote de basura de la comunidad.
—Eso mismo me pregunto yo, pero en SkyWild el clima es totalmente opuesto a el infierno que tienen ustedes aquí. —rió.
—Aún así eso no explica el por qué los demás usen abrigo. —me golpeé la frente con la palma de la mano.
—Creí que ya te habías dado cuenta de lo raras que son las personas de esta ciudad, nada más mírate. —se burló y le miré mal para luego reír también.
El silencio reinó entre nosotras y fijé la mirada en el bote de basura, su exterior se notaba limpio y reluciente, más de su interior brotaba un olor repugnante y asqueroso.
Inconscientemente frente a mí se plasmó el recuerdo de Cole, pareció ser tan buen amigo en sus momentos, y terminó siendo el primero en apuntarme con una pistola directo hacia mi cabeza.
—Patry, es Ryan. —habló Mónica con tono alegre mientras sostenía el celular con el brazo derecho y buscaba algo en su bolsa con el izquierdo.
Al notar su incomodidad tomé la bolsa y luego de varias horas tratando de entender sus señas saqué un papel junto a un bolígrafo de Minnie.
—¿Enserio? —reí—. ¿Qué dice? —le miré con cara pervertida.
—Me está contando acerca de su encuentro con una "sexy enfermera" —respondió con disgusto y fingió hacer unas comillas con su mano izquierda, fallando descaradamente.
—Ese Rayito nunca cambia, dile que iremos a visitarlo. —hablé mientras jugaba con el bolígrafo.
Acto que me recordó a la vez que Tommy intentó enseñarme a dibujar, los peores treinta minutos de mi vida intentando dibujar una miserable estrella, ¿sabían lo difícil que era tratar de hacer todos esos malditos triángulos perfectos?
—Pregunta él que cuándo. —habló con tono de comerciante, causando que riera.
—Mañana. Mon, te lo he dicho tres veces. —respondí haciendo una mueca.
—Sabes que tengo una memoria a largo plazo. —luego de que dijo esto su expresión cambió a una de nostalgia, con la mirada le pregunté si estaba bien y simplemente asintió, por lo que decidí dejarlo pasar.
Ya comenzaba a oscurecer por lo que le indiqué a Mónica que nos fuéramos, le di una última mirada al bote de basura y tomé del brazo a Mónica para luego irnos camino al callejón, donde seguramente nos encontraríamos a Tommy hablando con Maitel y Alyam.
—¿Vas muy seguido a ese parque? —preguntó Mónica cuando estuvimos a unas cuadras de la calle del callejón.
—La verdad no. —reí un poco.
—¿Cómo se supone que Tommy y tú matan el tiempo en el callejón?
—No lo sé, por alguna extraña razón cuando estoy con él no necesito muchas cosas, teniéndolo a mi lado ya es suficiente, y siempre está haciendo bromas o cosas estúpidas para hacerme reír. —sonreí ante los recuerdos.
—Ustedes dos me enferman con tanto amor. —me dio un pequeño empujón.
—Oh, si tú supieras.
Al llegar al callejón confirmé mi teoría y ahí se encontraban Tommy, Alyam y Maitel conversando muy a gusto, cuando notaron nuestra presencia dirijeron la mirada hacia nosotras.
—¿Quieren unirse al juego? —preguntó Tommy con una bella sonrisa en su rostro.
—Primero necesito saber de qué se trata, la última vez que dijiste eso terminé hablando con una rata, y no específicamente sobre las noticias del día. —me quejé y escuché la risa escandalosa de Mónica detrás de mí.
—Confía en mí, es una sorpresa. —insistió.
Le sostuve la mirada hasta que me rendí y me uní al círculo, sintiendo como Mónica imitaba mi acción.
Estuvimos jugando a las Preguntas y Respuestas por lo que restaba de la tarde y toda la noche, hasta que nos quedamos completamente dormidos.
Cuando desperté me encontré con que Tommy tenía su cabeza apoyada de mi barriga, y yo apoyada de la barriga de Mónica, mientras que Alyam y Maitel se habían ido a dormir hacia una esquina.
—Tommy... —le susurré mientras me levantaba de la barriga de Mónica, causando que se despertara también.
—Cinco minutos. —habló aún con los ojos cerrados.
—Tenemos que ir a ver a Ryan. —le reclamó esta vez, Mónica.
—Podemos ir a ver a tu noviecito más tarde, dile Patry. —se quejó, abriendo lentamente los ojos.
—Ella tiene razón. —coincidí con Mónica y le di suaves toques a sus mejillas.
—Si creí que eras mala, ahora eres peor. —reclamó mientras se levantaba—. ¿Entonces sí es tu novio?, no te escuché en ningún momento negarlo. —se dirigió hacia Mónica con una sonrisa traviesa.
—¿Alguien quiere comer algo? —ignoró su pregunta y se levantó, causando que Tommy y yo nos echáramos a reír.
—Comeremos en el hospital, debemos irnos. —le indiqué, levantándome con ayuda de Tommy, quien ya se había ido en dirección a la bodega seguramente para cambiarse los zapatos.
—¿Qué está haciendo el chico allá dentro? —susurró con expresión confundida.
—Está cambiándose los zapatos, ya verás. —dicho esto apareció Tommy con unos zapatos morados.
—Vaya. —respondió Mónica, entendiendo a lo que me refería.
Cuando estuvimos listos fuimos a donde se encontraban Alyan y Maitel dormidos, pero luego recordé que no había visto a Sheila, por lo que la busqué con la mirada y no la encontré.
Pensando en que tal vez se había marchado hacia su casa nos dirigimos al auto de Ryan, esta vez Mónica se ofreció a manejarlo, y Tommy sin pensarlo dos veces y sin consultarmelo aceptó.
En camino al hospital estuve todo el rato peleando con Tommy acerca de la cantidad de metros que había en un kilómetro, hasta que Mónica ya exasperada nos gritó que nos calláramos y frenó de repente a propósito, por lo que nos mantuvimos en silencio mientras Tommy hacía figuritas en mis brazos con sus dedos.
—Tortolitos, ya llegamos. —anunció Mónica, apagando el auto y quitando el seguro de las puertas.
—Tommy, mueve tu tabla de planchar del asiento y sal. —me quejé, notando como se había mantenido inmóvil.
—Patry. —habló, con la mirada fija en un punto alejado de mi campo de visión.
—¿Qué ocurre? —pregunté con cierta preocupación.
—Mira esa pintura, en la pared. —dicho esto me levantó y me obligó a sentarme entre sus piernas, luego achiqué los ojos para poder ver de qué pintura hablaba.
—¿El león de allí? —pregunté.
—Exacto, el contraste de los colores, la paleta que utilizaron, simplemente perfecto. —respondió con un tono de ilusión.
—Puedes hacer cosas mejores. —le alagué y levanté los hombros para luego mirarle.
—Ya, sí claro, ahora puedes bajarte. —rió un poco y me tomó de la cintura.
—No quiero. —me quejé e hice un puchero.
—Y yo quería seguir durmiendo, ya ves que no todo se da como queremos. —dicho esto abrió la puerta y con cuidado de no golpearme en la cabeza salí, con la mirada busqué a Mónica pero parecía que ya había entrado por lo que tomé de la mano a Tommy nos encaminamos a la entrada.
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¡Próximamente el capítulo final!
Desde ahora quiero agradecerles por los 1k, en unos días subiré un especial, no se lo pierdan <3
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