Capítulo 51
POV Patry
Cuando Tommy y yo llegamos al callejón salí disparada del auto, tenía la sospecha de que mientras nosotros estábamos en el hospital algo pasaba aquí.
—¡Patry! —le escuché gritar a Tommy detrás mío.
—¡Tommy! —le respondí, me giré y le di un abrazo.
—Tanto amor me confunde. —dijo entre risas mientras rodeaba mi cintura con sus brazos y me besaba la frente.
—¿Entonces prefieres que no te dé amor? —pregunté con una sonrisa en mi rostro y me separé de él.
—Estar confundido no es tan malo a veces. —respondió.
Mientras hacíamos nuestra tan común guerra de miradas escuchamos como algo sonó dentro de la bodega, parecido al ruido que causan las cajas cuando caen, por lo que le tomé de la mano y nos fuimos en dirección hacia ella.
—¿Estás segura que debemos entrar ahí?, quién sabe con lo que nos podamos encontrar. —susurró Tommy con un poco de miedo y apretando mi mano.
—Exacto, no lo sabremos hasta que entremos, ahora bien, acelera el paso si no quieres que te lleve cargado. —le advertí y hale de su mano para que siguiéramos caminando.
Al llegar a la puerta de la bodega nos quedamos frente a ella pensando en si entrar o si no, como sabía que Tommy optaría por no entrar, decidí abrirla antes de que pudiera arrepentirme.
—¡Te caché! —grité cuando puse el primer pie dentro de la habitación, llevándome una gran sorpresa.
—¿Tú...? —pregunté con rostro confundido al ver como la chica embarazada del hospital estaba buscando no sé qué entre las cajas.
—¿Ella...? —preguntó Tommy mirando en dirección hacia mí y luego hacia ella.
—¿Yo...? —se unió al coro y sonrió con vergüenza.
—Déjame adivinar, eres la hermana perdida de Patry, en estos tiempos ya no sé ni qué esperar. —bromeó Tommy, haciendo que mi rostro serio se convirtiera en uno parecido a alguien que está a punto de convulsionar.
—No no..., de hecho, creo que tengo información que les gustaría conocer. —respondió, saliendo de entre las cajas y buscando algo entre los bolsillos de su vestido primaveral.
—Bueno, trataré de ignorar el hecho de que estabas buscando entre esas cosas si es algo útil. —respondí con voz de negociante.
—Oh, eso, había venido para hablar con ustedes, pero me llamaron la atención esas cosas y quise averiguar qué había en ellas. —rió un poco.
—Normal. —respondió Tommy.
La chica se acercó a mí y le hizo una seña a Tommy para que se uniera al culto satánico, digo, al grupo.
Cuando estuvo a mi lado nos enseñó una foto, era de un hombre, tardé unos segundos para reconocer que se trataba del mismo hombre que estaba contando algo entre el grupo de ancianos el día que encarcelaron a Tommy.
—Espera, yo he visto a ese hombre, es el mismo que me dio la bolsa llena de monedas. —habló Tommy.
—¿Hablas enserio? —le pregunté con cierto asombro.
—Sí. —lo confirmó, volví a mirar a la chica, quien nos observaba con una sonrisa un tanto escalofriante en su rostro.
—¿Sabes su nombre?, ¿o el por qué nos sigue a todos lados?
—Se llama Alyam, tiene sesenta años. —agrandé los ojos ante aquello—. Lo sé, parece mucho más joven, trabaja junto a una mujer, se llama Maitel.
—¿Y específicamente en qué trabajan? —preguntó Tommy, rascándose el hombro.
—Cuidar de ustedes. —dijo finalmente, dejándonos en un estado de shock.
—¿Tenemos nuestros propios guardaespaldas y ni lo sabíamos? —hablé mientras miraba hacia todos lados.
—Eso parece... —respondió Tommy con la misma cara que yo.
—Paren todo. —dije—. ¿Tú eres una de ellos? —achiqué los ojos.
—Ehm, sí. —habló y miró hacia otro lado, tratando de evitar el roce de nuestros ojos.
—Genial. —respondí sarcásticamente mientras me pasaba la mano repetidas veces en el pantalón.
—¡¿Y como por qué lo hacen?! —se alteró Tommy.
—Estamos trabajando para alguien.
—¿Se puede saber quién? —pregunté.
—No puedo decirlo. —se negó.
—Temo que tendrás que hacerlo, a menos que quieras tener que aguantar a Patry molestándote todo el rato. —le aconsejó Tommy.
—Bien..., trabajamos para Cole. —dijo finalmente un poco indecisa.
—Me encantan estas bromas. —me eché a reír, pero dejé de hacerlo al ver como se mantuvo con expresión seria.
—¿Hablas enserio? —pregunté, volviendo a mi postura anterior.
—Muy enserio. —afirmó.
—¿Puedes creerlo, Tommy? —le miré, tenía el ceño fruncido y los ojos casi cerrados, como tratando de recordar algo.
—¿Y quién diablos es Cole?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top