Capítulo 48

*Mientras tanto en SkyWild*

Maratón "Secretos no tan secretos" 1/3

Habían pasado un par de horas desde que Jared había dejado de escuchar a la chica y a Cole discutir en la habitación, por lo que estuvo un buen rato sentado en el sofá pensando y sin tener nada para hacer.

Cuando estuvo ya harto del sofá se levantó y decidió ir a ver en qué estaba Mónica, la encontró en su recamara totalmente dormida, así que decidió acomodarle la almohada e irse de allí.

Mientras iba camino al pasillo pensó en ir a buscar algo para comer, pero se encontró con la tía Sheryl al final de éste, quien le saludó con una sonrisa y siguió su camino, cuando estuvo en la cocina preparándose el sándwich de pavo que tanto le gustaba sintió como alguien le tocó la espalda, se giró y se encontró con la tía Sheryl nuevamente.

—Cariño, ¿podrías avisarle a Cole que su madre le estaba llamando? —preguntó de forma amable mientras se limpiaba las manos con el mandil que llevaba encima.

—Sí, no hay problema. —respondió sonriente, pero en el fondo sí había un problema, Cole había estado muy misterioso y Jared no tenía ni idea de a dónde pudiera estar.

—Gracias, si me disculpas, debo seguir preparando la cena. —se excusó y se dirigió a la cocina principal de la casa.

—Claro... —le contestó al aire—. Bien Jared, que comience la búsqueda. —habló consigo mismo.

Se encaminó a la habitación de Cole y no le encontró, luego a paso rápido se dirigió hacia la de Ryan, hizo una mueca al ver que las piezas que había roto seguían ahí después de tanto tiempo y salió de allí. 

—La piscina. —habló en voz alta.

—¿Disculpe, qué? —preguntó uno de los sirvientes que casualmente pasaba por allí.

—No, nada, estaba hablando conmigo mismo, pero... ¿será que usted habrá visto a Cole por aquí? —le preguntó, con un poco de vergüenza.

—Le he visto detrás de los arbustos, pero no le diga que le he dicho, el chico pidió que lo mantuviera en secreto, además estaba junto a una mujer. —habló de forma tímida—. Con su permiso. —se excusó y se fue de allí a paso lento.

—Así que detrás de los arbustos..., otra cosa más de la que no me entero. —bufó enojado y se encaminó a la parte trasera de la casa.

Decidió irse por los lados de la piscina así que al pasar frente a ella se detuvo y vio su reflejo a través del agua, su expresión era una mezcla de tristeza y enojo, había estado siendo ignorado por todos desde que tenía uso de la razón, y creyó que esa vez sería diferente, pero la verdad era que nunca se cumplieron las cosas en las que él creía.

Se separó de ésta y siguió su camino hacia los arbustos, cuando estuvo allí se encontró a una mujer la cual le parecía conocida y a Cole charlando, esta vez con un tono de voz más calmado comparado al que habían usado mientras estuvieron en la habitación. 

Sin querer pisó una rama de la planta que tenía al lado, llamando la atención de la mujer y de Cole, al verle se sorprendieron y se acercaron a él, a Jared la mirada de aquella mujer le sonaba parecida, pero cualquier duda se confirmó cuando ésta corrió hacia él y le abrazó fuertemente, reconoció aquellos brazos que le cuidaron al nacer, inmediatamente se volvió piedra y no articuló ninguna palabra.

—Madre. —soltó, con voz temblorosa.

Maitel era la madre biológica de Jared, pero le había dado en adopción cuando éste había cumplido tan solo tres meses, a causa de los muchos problemas familiares y económicos que tenía, ella se había ofrecido a ayudar a Cole con la idea de acercarse más a su hijo, y con suerte, que éste le perdonara.

Jared le reconoció por una foto que tenía guardada de ella, la única que poseía, ya que en el orfanato se le dañaron todas sus cosas a causa del incendio que hubo, del cual sólo él y un par de niños lograron salir con vida, tras esto una pareja muy joven habían decidido adoptarlo a él y a una niña llamada Anthonella, pero ésta falleció al año, llevándose un pedazo de Jared consigo, la pareja que le había adoptado comenzó a tener problemas entre ellos, por lo que decidieron divorciarse, quedándose Jared con su padre, quien ni siquiera recordaba la existencia de éste.

—Hijo... —exclamó Maitel, separándose de él y mirándole con lágrimas en los ojos.

—¿Qué estaban haciendo? —le pregunta cambiando su tono a uno frío y dirigiendo la mirada hacia Cole.

—No podemos contarte. —responde ella limpiándose las lágrimas y volviendo a su tan acostumbrada postura rígida.

—Oh, claro, no sé en qué estaba pensando. —dijo y rió falsamente—. Todos ustedes han estado ocultándome cosas, y por si creían que no lo había notado, déjenme decirles que sí, pero como ni siquiera les interesaba escucharme pues no se los pude contar, porque además de todo me trataban horrible cuando intentaba entablar una mísera conversación con ustedes. —señaló a Cole, quien le miraba inexpresivo.

—Jared... no... —habló Cole, tratando de mejorar la situación, cosa que no lograría porque sabía que tenía razón.

—Jared nada, ¿qué no entiendes?, Mónica estaba allá afuera hablando por teléfono con alguien, ella ni siquiera me dijo una palabra sobre lo que podía ser, pero supe que era algo malo por la cara de culo que tenía puesta, tú te has pasado todo el día en esa estúpida piscina me imagino que hablando con ella. —señaló la piscina que no estaba tan lejos de allí—. Ryan está en NorthLand probablemente junto a Patry tomándose una maldita malteada, y a mí, ni siquiera me han mirado, cuando traté de hablar con Mónica se notó que yo era un estorbo, ¿no, Maitel? —le miró con rencor y enojo, recordando lo mucho que había sufrido en el orfanato.

—Yo... quería contarte lo que pasó. —habló con la mirada triste y suplicante hacia él. 

—Ya no quiero saber nada, debí haber hecho esto desde hace mucho. —dicho esto les dió una última mirada rápida, se giró y se fue, Maitel y Cole con expresión confundida se quedaron allí viendo cómo se marchaba.

Pero en un momento inesperado, Jared se detuvo frente a la piscina, se quedó mirándola fijamente y se imaginó allá dentro, nadando como un pez feliz, dejándose llevar se lanzó hacia ella.

Cole tardó unos segundos para recordar que Jared no sabía nadar, haló a Maitel y corrió en dirección a la piscina, pero debido a la distancia y a las ramas que habían por todo el patio, no les dio tiempo de ayudarle, porque había ingerido demasiada agua, y había dejado de respirar.

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