Capítulo 39
POV Tommy
Estaba contando los rasguños que tenía la mesa cuando escuché como la puerta se abría, pensé que alguien vedría a interrogarme por quinta vez en el día, pero esta vez un oficial se me acercó y me quitó las esposas.
—¿Qué está pasando? —pregunté, confundido.
—Tu novia y un chico pagaron la multa, te puedes ir con ellos. —dicho esto me abrió paso en dirección a la puerta, así lo hice aún confundido, ¿un chico?
Mientras caminaba por el pasillo sintiendo al policía detrás de mí escuché la escandalosa risa de Patry al final de éste, sonreí para mis adentros y desee correr para estar junto a ella lo más pronto posible, pero viendo el lugar en el que estábamos, eso no sería lo más recomendable.
Al llegar a la oficina me encontré con Patry sentada al lado de un chico al cual desconocía, pero a juzgar por su parecido, podría ser su hermano.
—¡Tommy! —Patry se abalanzó hacia mí y me recibió con un gran abrazo el cual acepté con gusto, le acaricié un poco el cabello hasta que se separó lentamente de mí.
—Ryan, él es Tommy. —le habló.
—...Tommy, él es Ryan, mi hermano. —me acerqué y cuando se levantó le abracé pero me separé rápidamente.
—Muchísimas gracias por ayudarme, y ayudar a Patry, en cuanto pueda te lo pagaré todo.
—Ya es suficiente el hecho de que mi hermana sea feliz, y según lo que me contó eres un buen novio. —reí un poco, así que ella también decía que eramos novios, interesante...
—Patry, creo que podemos ir al depósito para buscar las cosas que compré, si no se dañaron. —me acaricié la barbilla de manera pensativa.
—Ustedes vayan, yo los esperaré en la salida. —anunció Ryan, sacando su teléfono y marcando un número, para luego salir de la oficina.
—Vamos.
Patry extendió su brazo para que le tomara de la mano, tomamos el recibo y nos fuimos al depósito.
—Así que tenías un hermano y nunca me contaste acerca de su existencia. —le pregunté mientras caminábamos, los que estaban en la sala de espera me miraban como si fuera un bicho raro.
—¿Nunca lo hice? —soltó una risita.
—No recuerdo, bueno, nunca lo sabremos. —dije esto en forma de misterio.
—Ya comenzaste con tu drama.
—Así me amas. —le miré de forma pervertida, habíamos llegado a la entrada del depósito y un oficial estaba revisando los casilleros.
—Ni en mil años. —me miró fijamente por unos segundos.
—Ay, no te hagas la difícil, hasta el policía lo sabe, ¿verdad que sí? —dije en dirección a los casilleros, sólo se escuchó silencio hasta que apareció el hombre con las bolsas.
—Sí. —dijo finalmente, entregándonos los muchos paquetes, Patry y yo comenzamos a reír.
—Hay amor en el aire... —canté.
—Ay, por favor.
—Acercate a mí...—Continué, mientras me acercaba más a ella.
Iba a seguir cantando para molestarla pero me calló con sus labios, utilicé la mano que me quedaba libre y le tomé de la cintura para acercarle más, el beso iba intensificándose pero escuchamos como alguien carraspeo a nuestro lado.
—Lamento arruinar su momento chicos, pero va a comenzar a llover y deberíamos irnos. —habló Ryan, señalándonos la puerta.
—Ah sí. —respondió Patry apresurándose a la salida.
—Nos vamos en el auto, ¿tienen algún lugar para estacionarlo?
—¿Habrá espacio en la calle frente al callejón? —me preguntó Patry.
—Claro, nadie deja su auto por esos lados. —respondí, quitándole importancia.
—Esperen... ¿callejón? —preguntó Ryan, confundido.
—Sí, es nuestro hogar. —Patry le miró con una bella sonrisa.
—Interesante... —Ryan se adentró al auto y emprendimos nuestro camino al callejón, ya extrañaba mi hogar, mi trabajo, mi vida.
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