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Vamos a Europa, en el siglo XIX... Nos acercaremos a una gran casa, como una mansión. Dentro de ahí podemos ver a un erizo azulado de brillantes ojos esmeralda.
Concentrado dibujaba la suave y pequeña figura de una mariposa que estaba encerrada en un frasco de vidrio revoloteando dentro de esté. Lanzaba trazos suaves mientras miraba a la mariposa para captar la figura de esta a la perfección.
Luego de hacer su actividad con lentitud libero a la criatura quien se fue volando del lugar a través de la ventana.
Afuera de ahí se podía ver a 2 erizos, en un carruaje, ellos eran los padres del anterior erizo mencionado... Estos estaban felizmente cantando de como sería la boda perfecta entre su hijo y la hija de otra familia de alta clase, quienes tenían un plan para ambos... Un plan perfecto para una boda.
Volviendo con el erizo, se encontraba demasiado nervioso e inquietó.
Este erizo tenía un nombre, y era "Sonic the Hedgehog", o al menos así se le conocía. Solamente lo llamaremos Sonic, él sería el futuro erizo que se casaría con la hija de otro matrimonio, no se veía animado como otras personas al casarse o apunto de casarse. Él no lo deseaba para nada, tenía muchos puntos para sentirse así y rechazar completamente la idea, poniendo en primer punto, que no conocía a la tal chica con la que se casaría y tampoco le importaba conocerla.
Se quedo tanto tiempo en sus pensamientos que no notó la hora, dándose cuenta que era tarde, nervioso salio de su habitación rápidamente para bajar las escaleras con un poco de cuidado para salir por la puerta principal y subir al carruaje donde lo esperaban sus padres. Al subir, comenzó el camino a andar el carruaje. Él desde la pequeña ventanilla de la angosta puerta miraba hacia afuera con nerviosismo.
Hubo un pequeño silencio hasta que el padre del erizo habló tratando de romper lo incómodo.
— A si que pescaste una linda chica, ¿eh, Sonic?. —
— No dejes que suelte el anzuelo. — Mencionó la madre del erizo uniéndose a la conversación.
— Lo intentaré madre pero... No debería casarse Amy con un... ¿Lord?. —
— No digas tonterías Sonic, estamos al nivel de los Rose, siempre supe que debía ser más que la esposa de un simple vendedor de pescado. —
— Pero... Pero jamás he hablado con ella. —
— Al menos tenemos eso a nuestro favor. —
Suspiró cansado, no quería seguir pensando en eso, solo oía a su madre reclamar hacia quien manejaba nuestro carruaje, diciendo que le molestaba su tos.
El erizo simplemente dejo de pensar en todo eso y cada que oía la palabra boda sus nervios aumentaban aún más, debía ser sincero con él mismo, la boda lo aterraba, no quería casarse. Pero debía hacerlo por petición de sus padres... Especialmente de su madre. Lo estaba obligando, era claro, pero él no podía hacer nada.
[...]
Bajaban del carruaje, sus padres cantaban suavemente, en un momento reaccionó ya que su madre arreglo su traje al igual que sus púas. Tocando el timbre de la gran puerta, está abriéndose lentamente gracias al sirviente.
En una situación un poco vergonzosa para el erizo, este se encontraba contra su madre mientras que está arreglaba exageradamente su traje.
— Mira nada más como luces!, pareces un muerto de hambre, acaso quieres que-... —
Se callo por un corto periodo de tiempo para ver la puerta, en las escaleras del gran lugar se veía a 2 erizos quienes miraban extrañados la situación, ella solo se giro para reír levemente por la vergüenza. Caminaron hacía adentro del lugar. Su madre y aveces su padre solo halagaban lo genial que era todo lo que se encontraba ahí.
Nuestro protagonista sólo iba detrás de ellos sin mencionar palabra alguna.
Los adultos Soltaban palabras entre ellos halagandose... O eso intentaban, hasta que la mujer del lugar, la señora Rose, mencionó que beberian té en el salón principal. Bajando el resto de escaleras para dirigirse hacia un pasillo. El erizo no tomó mucha importancia y sólo siguió a sus padres hasta que su vista se posó en un grande piano.
Él era un talentoso pianista, era su actividad favorita, no puedo evitar mirar con detalle el instrumento. Tocó sin querer unas teclas del mismo, miraba repetidas veces hacia la gran puerta que se había cerrado segundos atrás... No lo evito más y comenzó a tocar una linda melodía lenta, sentándose lentamente en la silla que estaba frente a esté.
[...]
Una eriza de un color rosa claro, quien se arreglaba con sus manos suavemente sus púas, o cabello, no pudo evitar oír la suave melodía que se oía desde el primer piso de su grande hogar.
Miro hacia su puerta, poniendo más atención a la melodía que oía un poco bajo por la lejanía.
Se levantó de su asiento para salir de su habitación donde desde un balcón pudo ver a un erizo azul de espaldas tocando el piano, él era quien emitía la dulce meló que ella no pudo evitar oír. Lo miraba detalladamente bajando lentamente la escalera para poder llegar a él. Éste pareció no sentir la presencia de la chica ya que no hizo movimiento alguno y siguió en lo suyo.
Se acercó más a él, hasta que giro su vista, brincó y se levantó rápidamente de su asiento, haciendo que este cayera fuertemente al suelo retumbando en el salón, tanta fue la reacción del chico que por poco lanza un pequeño jarrón con una rama con flores.
De un movimiento rápido logró agarrar el jarrón evitando que caiga al suelo.
— L-Lo siento. —
— Toca hermoso. — Sonrió levemente.
— Discúlpeme señorita Rose, que descortés fui al... Perdón... Permitame. —
Nervioso frotaba sus manos por el inconveniente que tuvo ante la chica, esta solo sonreía con ternura ante las acciones de él.
El erizo levantó el asiento dejándolo en su lugar nuevamente. La chica habló mientras esté limpiaba con su mano el asiento, quitando el polvo.
— Mamá no me deja acercarme al piano, la música no es algo apropiado para una joven... Dice que desborda pasiones. —
— ... Si me permite preguntar... Señorita Rose, ¿donde esta su dama de compañía?. —
Hablaba nervioso mientras sacudía y acomodaba su ropa, aveces evitando mirar a la chica frente a él.
— Tal vez y... En vista de la circunstancias... Podría llamarme... Amy. —
Se acercó al erizo mientras le hablaba, ella parecía encantada con la actitud del muchacho.
Esté no lo parecía del todo, sabía que ella era la chica con quien debería comprometerse, y eso no le gustaba. No es que no le agradará ella, al contrario, él creía que ella era un chica muy linda y dulce.
— Je sí, tienes razón... Amy... —
Se tocaba el cuello nerviosamente mientras evitaba verla constantemente, hacia movimiento raros como queriendo decir que quería correr de ahí y no volver más.
— ¿Sí, Sonic?. —
— Mañana estaremos... Uuumm... Pues... Mañana... —
Acomodaba falsamente la corbata de su traje, no podía articular palabra alguna. Realmente deseaba correr de ahí.
Seguía sin poder decir la palabra, la chica lo notó y decidió terminar su frase.
— Casados. —
— Ja... Sí... —
— Desde niña... Soñaba con el día de mi boda. Esperaba enamorarme profundamente de un erizo y pasar el resto de mi vida con él, que tontería ¿No?. —
Lo mira esperando una respuesta, este parecía distraído.
— Sí claro... Jaja... NO!, no, claro que no, no. —
Intento acomodarse sobre el piano donde estaba el jarrón de la pequeña rama de flores, por accidente hizo caer este haciendo que el agua saliera y dejara con agua todo ese sitió, claro, era muy poco.
Aun así se avergonzó un poco y trato de arreglar su error levantando el jarro rápidamente.
Se levantó junto a la chica a su lado, quien anteriormente se había sentado frente al piano.
— Oh cielos!... Lo siento. —
Ella agarro la flor, ambos quedaron frente a frente... Mirándose a los ojos, se quedaron en silencio para sonreirse levemente.
Un poco sonrojada acercó la flor al chico, él solo suspiro sonriendo para tomar la flor, tocando la mano de la chica frente a él y luego tomarla completamente.
No pudieron quitar sus vistas del otro. Hasta que el momento fue interrumpido por la madre de la chica.
— Pero que imprudencia la suya!, no deberían estar juntos a solas... Solo faltan 1 minuto para las 5 y no están en el ensayo. El pastor Galswells esta esperando, dense prisa. —
[Tres horas después]
Se podía oír hablar al pastor ya antes mencionado por la madre de la chica, habían pasado horas ensayando y todas habían sido un fracaso por culpa del chico. No podría controlar sus nervios.
Cometía errores constantemente, no podía hablar bien, etc. La familia ya estaba cansada al igual que el pastor, no podrían soportar la idiotez del erizo.
Seguían practicando sus votos matrimoniales para el día especial, pero, este intento fue peor de lo esperado.
Ante esto, el pastor volvió a repetir todo.
— Ahora hágalo usted. —
— S-Sí señor!, con esta vela... —
Acercó su vela hacia la más grande para poder obtener la llama de está, repitiendo la misma frase sin obtener la llama que deseaba para seguir sus votos matrimoniales. Pudo oír a su futuro "suegro" aclarar su garganta.
Dando a entender que comenzaba a enojarse. Sus padres miraban decepcionados a su hijo y los padres de la chica solo mantenían su semblante serio.
El pastor aclaro más su garganta mirando al chico con enojó. La vela encendió al fin.
— Con esta vela! jaja!... Ouh... —
— Continúe!. —
El timbre de la gran casa resonó en todo el lugar, confundiendo a los dueños, el hombre solo mando a su sirviente a abrir la puerta.
— Creo que por hoy, omitiremos la parte de la vela. —
Mencionó el pastor ya cansado totalmente de todo, hasta que el sirviente se acercó rápidamente al dueño. Entregándole en la mano una pequeña tarjeta con un nombre.
— Es un tal, Lord Shadow, señor. —
Él leyó el nombre de la tarjeta, un poco confundido. Segundos después de que el sirviente se fuera, llegó un erizo azabache de franjas rojas, de traje bien arreglado y elegante, sus ojos eran de un color rubí oscuro. Mencionó con una voz grave.
— Soy malo para recordar fechas, al parecer me adelante un día a la ceremonia. —
Los adultos susurrarle algo entre ellos, hasta que la mujer levantó voz pidiendo que llevarán una silla para el nuevo invitado, quien lo hizo velozmente.
El erizo azabache tomó asiento lentamente, el resto se quedó observándolo confundidos.
— Por favor, continúen. —
La pareja de erizos que pronto se convertirían en esposo y esposa sin quitar la vista del nuevo invitado, parecían nerviosos, asustados, confundidos... Hasta que el pastor los saco de sus pensamientos a ambos.
— Inténtelo de nuevo, ¿Le parece señor Hedgehog?. —
— S-Sí, si señor, lo intentaré. —
— Derecha!... —
El pastor le susurro muy enojado al erizo, al tener la vela en la mano equivocada, también la eriza ayudó a su compañero encendiendo nuevamente la vela.
— Esta derecha... A-Ah!, la derecha!... Con esta derecha... U-Uuumm... —
— Manos, señor!... —
— Con esta, mano, yo sostendr- AH!... —
Todo iba de mal en peor, ocurrió mucho en tan solo unos segundos, al tomar la mano de la chica para decir sus votos nuevamente dio pasos de más golpeándose con la mesa que estaba frente a él.
Recibiendo un regaño por parte del pastor.
— Dije 3!, ¡¿No sabe contar?!, ¡¿Acaso no desea desposarla Sr. Hedgehog?!. —
— N-No!. —
— ¿No lo deseas?. —
— N-No!, me refiero a que n-no... U-Uh!, no es que no desee casarme... Es d-decir, que si lo deseo... AY!. —
— Presté atención!, al menos no olvidó traer el, anillo. —
— ¿El... Anillo?, si!, aquí está!. —
Por los nervios de cometer otro error, presionó el anillo tan fuerte que hizo que el objeto se escapara de sus manos rápidamente, cayendo al suelo, rodando hacia el vestido de la Sra. Rose. El erizo se volteo para seguir el camino del objeto y poner su mano para atraparlo.
— Que no se le caiga el anillo!. — Este muchacho no quiere casarse!. —
Atrapó el anillo, pero algo se olvidó... Exacto, la vela.
Esta comenzó a incendiar el vestido una parte del vestido, esto hizo que todos entraran en pánico, aun más la Sra. Rose quien era la afectada en la situación. Esta gritaba de desesperación por hacer que pare.
Todos intentaban ayudarla como podían incluyendo a los padres del erizo, quien sólo miraba asustado la situación alejándose lentamente casi llegando a la puerta, tenía su mente en blanco en ese momento.
Hasta que el azabache tomó la copa de vino que estaba anteriormente en la mesa y la vacío en la llama que cubría parte del vestido de la mujer, apagando instantáneamente el fuego.
Lanzó la copa hacia atrás de él, siendo atrapada por el sirviente.
Todos miraban sorprendidos al erizo que había apagado las llamas, hasta que el pastor interrumpió en la situación.
— ¡Basta!, esta boda no se celebrará hasta que ÉL esté bien preparado. —
Todos los presentes miraban muy enojados al erizo azul quien estaba muy asustado casi chocando con la puerta a sus espaldas. El pastor se acercó amenazante hacia él.
— Jovencito, tiene que aprenderse el juramento. —
Ante eso, los padres de él y los de su futura esposa lo miraban como si quisieran asesinarlo ahí mismo. Retrocedió aún más, chocando con la puerta, nervioso busco el como abrirla y salir corriendo rápidamente del lugar.
— Vaya... El esposo ideal, ¿No lo creen?. —
Miraba sus uñas sin importancia.
Aunque la chica miraba preocupada la puerta, le importaba como estaba su futuro esposo, suspiro muy preocupada.
[...]
El erizo aún tenía la flor que había recibido de parte de la chica anteriormente cuando estaban en el piano, él la miraba con decepción.
Suspirando.
— Ay Amy, debe creer que soy un tonto... Ya no puede pasar nada peor... —
Guardo la flor en su traje, para asustarse por el sonido de una campana y una voz, fijando su vista rápidamente hacia el lugar de donde provenía, oyendo un simple "Atención!, atención!, ensayo arruinado!, el chico Hedgehog ocasiona todo un caos!... Quizás lancen por la borda al futuro esposo!, los Rose... ".
Decidió no oír más y moverse por el punte hacia lo profundo del bosque que estaba al final de ese puente.
— No debe ser tan difícil... Son solo unas simples palabras... Con esta mano... Yo tomaré tu vino... Ugh no... No... —
Camino aun más decepcionado por sus palabras, no podía entender cómo ni podía decir unas simples palabras.
Repetía las palabras mientras seguía caminando aún más profundo del bosque, no quería seguir con eso, no quería para nada... Ni siquiera quería casarse!, pero no había remedio para eso.
Seguía repitiendo pero simplemente se rendía al ver que no podía hacerlo. Hasta que saco la flor y olió el suave aroma de las flores, respiro profundo y se lleno de fuerza para mencionar lo que tanto debía.
— Con esta mano, yo sostendre tus anhelos... Tu copa, nunca estará vacía porque yo seré tu vino... Ah!, Sra. Rose, que linda luce esta noche. —
Tomó una rama para fingir saludarla, para luego acercarse a un tronco.
— ¿Perdón, Sr. Rose?, ¿Que lo llame padre?, como usted diga señor. —
Palmeo levemente el tronco, agradeciéndole a este por lo que él creía que le decía. Luego se acercó a una rama, para cortar una punta y fingir encenderla como si fuera una vela mientras seguía practicando sus votos.
— Con esta vela, alumbrare tu camino en la oscuridad... Y con este anillo, te pido que seas... Mi esposa. —
Como si esperara una respuesta, se quedo mirando el anillo que había puesto en una rama que sobresalía del suelo que tenía la extraña forma de una mano. Confundido escucho unas aves. mirando en la dirección del ruido... La rama comenzó a moverse.
Este aún confundido diviso que eran miles de cuervos que estaban en las ramas mirándolo fijamente... Rápidamente la rama agarro su brazo y lo arrastro hacia lo profundo, este reaccionó velozmente e intento alejar su mano, pero esta "rama" hacia presión, rama ya no era, se convirtió en una mano esquelética.
Jalo tan fuerte que cayó de espaldas hacia el suelo cubierto de nieve, sacudió su cabeza de un lado a otro hasta que vio la mano en su muñeca aún. La sacudió rápidamente para lanzarla lejos y ver de mejor forma lo que era...
Hasta que el suelo de donde salió la mano, comenzó a levantarse, como si golpearan desde abajo.
Se partió el suelo dejando salir otro brazo, de piel azul pálido brillante, se ahí comenzó a brotar un figura de una chica con vestido de novia. Un velo cubría su rostro por lo cual el chico no pudo verlo, pero aun así estaba estático con la situación, además de estar muy asustado.
Hubo un silencio.
Hasta que la figura levantó el velo de su rostro dejando ver un rostro de una chica (T/E) (tu especie), le faltaba una parte de su boca en la mejilla izquierda, teniendo unos ojos profundos... Se quedo mirando al erizo. Para pronunciar levemente una palabra:
— Acepto. —
Alzó su mano hacia el erizo, pero este rechazo de forma rápida, levantándose para correr asustado del lugar mientras gritaba.
La chica lo seguía, para tomar su mano esquelética anteriormente arrancada de su cuerpo.
Aquí comenzó una persecución en busca del erizo, este venía distraído por correr y cayó por una pequeña colina golpeando su cabeza contra una lápida que se encontraba ahí. Sacudió su cabeza y fijó su vista hacia atrás, aún los seguía.
Sin pensarlo más se levantó nuevamente para comenzar a correr de nuevo mirando hacia atrás asegurándose de que no lo sugiera.
Choco fuertemente con un árbol, cubriendo uno de sus ojos por el golpe, aún aturdido por eso abrió su ojo bueno para ver la figura borrosa de la cadáver que se acercaba. Se volteo para correr pero volvió a golpearse con el árbol para tomar postura y correr.
Corrió pero se topó con un lago congelado que lo hizo resbalar, intento correr pero no podía, el miedo lo invadió aún más al ver la figura de esa mujer muy cerca de él. Hasta que logró salir de ese lago congelado para correr por la otra parte del bosque.
La chica pasó sin problemas por ahí.
Un par de ramas atraparon su traje, él forcejeo para escapar, cosa que logró pero una parte de su traje fue arrancado.
Logro llegar al puente en el que se encontraba anteriormente, se agachó asustado ya que había llamado la atención de muchos cuervos. Se levantó del suelo extremadamente agitado por cansancio y por miedo, mirando a sus espaldas.
Vio el puente, nada, vio la iglesia, nada... Estaba a salvo, soltó un suspiro un poco aliviado de que haya acabado eso, retrocedió sin ver sus espaldas para girarse bruscamente y...
Ahí estaba ella.
El viento hacía que su vestido se moviera suavemente, mientras ella tenía una postura firme ante él, quien sólo retrocedió para agarrarse fuerte del costado del puente.
Ella se acercó a él, cuervos habían en todo su alrededor, lo agarró de los hombros y mencionar unas palabras que lo dejaron estático completamente.
— Ya puedes besar... A la novia. —
Se acercó lentamente a besarlo.
Pero...
Se desmayó.
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