LA FIESTA

Cuando llegamos a casa los sirvientes estaban atendiendo a los invitados con sus nuevos uniformes como yo quería. Yo también me puse la corbata que me regalaron y juré haber visto algunas sonrisas del Chef Esteban.


Cuando llegó mi socio Simón Alejandro Góngora, lo llevé al laberinto del jardín y luego:


DISCUSION ENTRE SOCIOS 

Empecé diciéndole 

-Oye siento que me odias.

-Como no odiarte que eres un loco estúpido que sé la pasa haciendo experimentos bobos

-Por lo menos tengo más éxito que tu

-Tacaño, yo solo quiero estar en tu testamento

-UPS sabias que te borré de el documento hace una semana? Esos son los problemas de dejar una carta tu esposa con tus intenciones de trabajar conmigo en la oficina.

-Te odio

-Ahora vete y disfruta de la fiesta porque estás despedido.


Creo que en ese momento me sentí victorioso, pero no siempre cuando crees que ganas estás ganando.


 Puede que acabando la historia les cuente quien fue el asesino, pero por eso no les cuento aún si no, no sería un cuento criminal verdad?


 En la fiesta bebimos champaña, las mujeres tomaron el té, la fiesta transcurrió en el jardín, luego al comedor, luego en la sala y por último adaptamos la sala a un salón de baile.

Cuando los Duques llegaron, su regalo como de costumbre era muy grande,  pero lo más raro era que su caja se movía: les pregunté que era y me dijeron que lo abriera y así lo hice.

La caja contenía una jaula en la que adentro iba una gata criolla llamada Ramona. Al principio no me resistí y me la quedé.

Luego fui a hablar con mis hermanos Santiago y Simón : Santiago dijo que se iba a casar con la mujer de sus sueños llamada Petunia. Simon se rió de aquel nombre y le dije que parara más no lo hizo, entonces Santiago y yo le comenzamos a reclamar y abandonamos en el laberinto donde el no sabía como salir.


Discutí con la Duquesa por darme un gato criollo y no uno de raza pura 

DISCUSIÓN CON LA DUQUESA

-Pues no te lo compramos de raza pura porque era más barato.

-Ustedes tienen oro, riquezas, pavos reales, joyas y ahora me salen con esto.

-Agradece que por lo menos te trajimos algo.

-Muérete

-Sabes que no eres nadie comparado a mí, pues puedo quitarte tu titulo en segundos.

-Adiós y no esperes volver a mi casa.


La fiesta transcurrió normal, luego fui a pedirle al Limpiador Juan Felipe  una copa de vino blanco, más el se negó; sé lo pedí otra vez de manera amable y se rehusó, entonces después de muchos intentos lo golpeé en la mejilla y le rasgué el uniforme. Además lo despedí.


Los otros sirvientes juraron vengarse por el trato con la situación con el Limpiador, pero la fiesta transcurrió normal hasta...


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