§ 9 §

*Créditos del gif al respectivo artista*

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     —Te he encontrado, Medusa.

El trío estaba muy alerta, parecía que el bosque se torno pesado y muy oscuro, los grillos y aves nocturnas dejaron de cantar, y lo único que pueden escuchar es el viento y las ramas crujiendo. La Gárgola extendió sus grises alas, las cuales parecían ser de murciélago, y dio un estridente chirrido y alzo el vuelo, cuando parecía desaparecer, se lanzo en picada, en dirección a Minerva.

     —Cosme, aléjate, cuando este cerca, atácalo por detrás—ordena con seriedad Minerva, observando a los ojos a Cosme.

Él duda por un momento, pero acata la orden de la dama, alejándose del dúo, con espada en mano y repitiendo en su mente: "puedo hacerlo".

     —Espero que tengas más trucos, Aron.

     —Solo espero que resista...—murmura Aron.

Cuando la Gárgola estuvo a una distancia considerable, Aron recito un hechizo e hizo movimientos circulares con su martillo, "Scutum" grito Aron, formando una barrera brillante y amarilla, la Gárgola cayó con sus garras y agrieto la barrera, el moreno hacia lo posible por resistir; pero la Gárgola tenía mucha fuerza y al final rompe la barrera, con mucha rapidez se posiciona encima de Aron, quien ahora esta usando su martillo como escudo. Minerva mueve su espada en horizontal, como si hiciese un corte; una ráfaga de energía salió disparada, impactando con el monstruoso ser, quien se impacto con el suelo, pero no recibió daño alguno. Cosme corriendo se acerco a la Gárgola, dando un corte transversal, el ser simplemente le detiene con la garra y con la otra rasguña el hombro de Cosme, la armadura simplemente se corto como mantequilla, dejando descubierto uno de los hombros del caballero. De un salto, Minerva clava su daga en el cuello de la Gárgola, aunque este no se inmuto, simplemente la observa, e intenta dar un golpe en la cabeza de la chica, quien lo esquiva, Minerva intenta clavar su espada en la cabeza del ser, pero su piel es muy resistente y la espada se desvía, Minerva rápidamente mantiene la distancia, colocándose al lado de Cosme.

     —Hay que atacar juntos, debemos darle tiempo a Aron—susurra Minerva, mirando de reojo al más alto.

     —Entendido preciosa...¡Oye!¡¿Qué es lo que buscas de mi dama?!

     «¿Tu dama?»—piensan al mismo tiempo Aron y Minerva, él solo rueda los ojos y ella se sonroja y frunce ligeramente el ceño

     —No soy propiedad de nadie, caballero—refunfuña con una molestia fingida y mejillas rosas.

     —Lo sé hermosa, pero si esa cosa me atraviesa, me gustaría quedarme con el retrato de tu rostro sonrojado—Cosme guiñe el ojo y una sonrisa suave en los labios aparece.

Una estruendosa y grotesca risa, corto el hilo de conversación.

     —Qué tiernos...¿Ah, qué es lo que busco?—el ser miraba burlón a los jóvenes—Lo que busco, caballero, es la sangre de tu amada, eso lo que busco.

     —Tú no le tocaras un solo cabello a mi dama, ¿entiendes, ser?—la sonrisa de Cosme desapareció y su boca se tenso, una mirada intrépida y profunda se hizo presente.

     —Necesitamos acción, distracción.

     —Bien, protegeré tus espaldas, Minerva.

     —Yo también protegeré las tuyas, Cosme.

Ambos empezaron a correr, Cosme fue por el flanco izquierdo y Minerva por el derecho, la Gárgola, por su parte, simplemente observa con burla lo que intentan hacer, la noche es una ventaja para el y su piel es muy dura para espadas convencionales, y el haber bebido la sangre de Medusa, era todo lo que necesitaba para cumplir su anhelo, para volver a tener todo lo que necesitaba. Ambos jóvenes empuñan sus espadas, el ser simplemente se protege con sus alas y los empuja, él no les estaba tomando en serio. Minerva con mas fervor, empieza a hacer pequeñas y rápidas ráfagas de energía [cinética], ella quiere hacer una apertura, Cosme le apoya, el debe tomar la oportunidad cuando la vea, aunque parece ser casi imposible.

     —¿Hm?, admiro su entusiasmo caballeros, pero...¿Saben siquiera por qué están luchando?

     —Para evitar que te lleves la vida, sea cual sea tu motivo—explica Cosme.

     —¿Sabes, caballero? Compartimos algo en común—de un solo golpe de cuerpo, hizo retroceder a los jóvenes—.Un sentimiento, un anhelo.

     —Disculpa...—a pesar de que la mirada de Cosme sigue imperturbable, sus mejilla empiezan a ser rosáceas por las palabras del ser.

     —Estamos enamorados—ante la revelación, Minerva y Cosme agrandaron sus ojos, Aron ya entendía el móvil—.Lo hago por amor—por un momento, la vista de la Gárgola se pierde, como si recordará algo.

     —Si es así, podría darte mi sangre—la mirada de Minerva se apacigua, aunque su postura continua firme.

     —Ustedes, los humanos, tienen un dicho...¿ah, cómo era?—la mirada de la Gárgola está en el cielo, para luego mirar intensamente a Minerva—.Ojo por ojo, en mi caso, vida por vida, Medusa.

Acabando el diálogo, el ser de apariencia de piedra, se acerca con velocidad, en dirección a Minerva, basta de juegos, sus garras parecen alargarse y sus ojos incendiarse. Minerva ve la oportunidad de crear la apertura, cuando la Gárgola está frente suya, Minerva gira sobre sus talones y con su espada, hace que la ala de la Gárgola se levante, Cosme con rapidez lanza un corte a la cabeza del ser; su espada se partió y causo un simple rasguño, en respuesta ante la molestia, la Gárgola va a arañar el pecho de Cosme, ante esto Minerva reacciona y taclea a su compañero; los dos giraron por el pasto y los cabellos jades de Minerva están esparcidos.

     —¡Minerva!¿¡Estás bien!?—con preocupación, Cosme toca la cabeza de Minerva, sus pupilas se encogen; sentía la tibia sangre de su amada.

     —Estoy mareada—los ojos de Minerva están fuera de orbita, su cabeza era un lío y sentía ardor en su rostro.

     —Que pena, falle —poco a poco la criatura se acerca, se saca la daga y grotesca sonrisa agrega—.pero esta vez no lo har.

Sin que nadie se diera cuenta, Aron, con sus ojos brillantes y marcas es su cara, encesto un golpe directo al pecho del ser, este ni siquiera se dio cuenta cuando el hechicero se movió, aquel golpe era distinto, sentía que ardía y lo debilitaba, hechizos del sol.

     »Es imposible, los hechiceros del sol fueron cazados hace años, yo mismo acabe con miles« La criatura salió disparada y le es difícil levantarse.

     —Aún puedo darte otro golpe, Balac, rey de las gárgolas—Aron tenia una pequeña y lobuna sonrisa, intentaba ocultar su cansancio.

Con una gran desventaja, Balac, rey de las gárgolas, se retiro del combate, en esa época del año, las noches era cortas, con una vuela espectacular, se perdía de la vista de Aron y Cosme.

§...§

La vista de Minerva, dolorosamente se adaptaba a la luz que se filtraba por los árboles, pesadamente sus sentidos se agudizan, su olfato fue el primero, sentía un olor masculina, un olor que reconocía, era el olor de Cosme, luego su tacto, sentía que su cabeza estaba sobre algo blando, su vista, pudo distinguir el decolorado rojo de la bufanda de Cosme, con dificultad Minerva se sienta, apoyándose de su [ahora] débiles brazos, ante una gran exhalación, siente su garganta seca, y de la nada empieza a escuchar un murmuro.

     —Nerva, Minerva.

     —¿Cosme, estás bien?—la voz de Minerva es rasposa, Aron quien se acerca, le da una botella de agua.

     —Con leves dolores, pero mejor que tú al parecer.

     —Tuviste un mayor desgaste físico al usar tu don reiteradas veces, además del obvio desgaste por el combate.

     —Entiendo—con su mano izquierda masajeo su cuello, y se sorprendió al sentir su cabello corto—.¿Qué demonios?

     —Cuando me salvaste, Balac te corto el cabello, lo lamento.

     —Esta bien, volverá a crecer—un recuerdo con nostalgia, cruzo por su mente, hace años que no le habían cortado el cabello—Debemos volver, tu espada y nuestras armadura están rotas.

     —Entendido.

§ 1 mes y medio después §

Con un doloroso empate, armaduras y armas deficientes, volvieron a Lysander, lo positivo de todo esto, es que sabían perfectamente que más gente no iba a estar involucrada, ya que el objetivo era Minerva, y Balac parecía decidido a atacarle directamente. Aron explico por sus armamento fue inútil contra la bestia, las gárgolas son débiles ante la luz del sol, él que viene de una leve y recesiva decencia mágica del sol, por parte de su abuelo paterno; pudo neutralizar rápidamente a Balac, pero al no ser un descendiente directo de este linaje, no era su magia dominante, por lo que no podía usar ese tipo de magia frecuentemente.

El trio en sus dos semanas de descanso, llegaron a conocerse un poco más, Aron venia de un linaje especifico de hechiceros, Hechiceros de Unión, especializados eran las reencarnaciones, matrimonios y uniones de objetos o personas. Cosme comento su pequeño entusiasmo por esta aventura, era lo que fantasea desde niño, aunque le encantaría que no hubiese una vida en riesgo, [especialmente de alguien que amaba]; eso soltó una suaves risas por parte de Minerva y Aron, al parecer todo estaban un poco chiflados. Y por ultimo Minerva comento que su armadura y espada fueron forjadas por un gigante, eso sorprendió a Aron.

     —¿Un gigante, dices?

     —¿Nunca has visto uno?—pregunta Cosme—No son muy comunes, pero son muy sociables.

     —No es eso, lo que ocurre es que lo gigantes son excelentes herreros, y poseen trucos de ligamentos.

     —¿Ligamentos?—la curiosidad podía con Minerva.

     —Los gigantes usan, por así decirlo, la esencia de los futuros portadores de sus obras maestras, aquel gigante Minerva ¿Te pidió algo?

Inconscientemente, Minerva atrapa un mechón de pelo, y Aron comprendió que la armadura y espada de Minerva, están hechas a su medida. A Cosme le resultaba extraño las vibras que ambos se transmitían, era como si se comunicaran si hablar, eso le producía una ligera sensación de vacío, celos, supuso.

     —Aron, comentaste que las gárgolas son débiles ante el sol—Aron asintió—.¿Crees que haya una forma de encantar o bendecir nuestras armas con esa esencia?

     —Por supuesto, mi martillo está bendecido y se cual es el hechizo, pero tendría que hacerlo en mi hogar, donde afortunadamente tengo los materiales necesarios.

     —Quisiera pedirte dos favores, que puedas bendecir nuestras armas y armaduras y que me lleves contigo.

     —¿¡Qué!?—Minerva y Aron agrandaron sus ojos ante la alza de voz de Cosme—.¿En que estás pensando?—su mirada se enfocó en su contrario masculino, su voz era suave, pero con toque de desdén.

Minerva sintió que el ambiente se volvió pesado, no entendía a Cosme, que demonios le ocurría, pasó lo mismo en la ocasión en que se formó el escuadrón, la extraña tensión de ambos jóvenes, aunque en esa ocasión [valga la redundancia] era debido a la compleja y violenta historia del reino y sus supersticiones sobre los hechiceros y los brujos. Pero ahora era distinto, lo sentía distinto y lo aclararían ahora mismo, determinada, Minerva toma la mano de Cosme y se marchan al bosque cerca de la academia, al llegar le suelta la mano y ella está con un rostro molesto.

     —¿Qué te ocurre?, pensé que habíamos dejado las tensiones atrás—su ceño fruncido y mirada acusadora esperaba respuestas.
    
     —¿Por qué no te das cuentas?

La postura de Cosme parecía agotada, sus hombros decaídos y sus labios ligeramente fruncidos, al igual que su ceño; eso preocupa a Minerva. Él con precaución toma la mano de Minerva, como que si la llegase a tocar, quemase, pero no fue así, solo sentía la suave tela del oscuro guante, por encima de, lo besa y coloca la palma en su mejilla; Minerva estaba perpleja, Cosme jamás había actuado así, le recordaba a Jeno y a Narciso cuando buscaban afecto.

     —...—Minerva tensa sus hombros al sentir un repentino abrazo, un abrazo reconfortante y cálido, pero también intenso, desesperado.

     —No quiero perderte...no puedo—Cosme nuevamente toma la mano de Minerva, está vez la acerco a su pecho, la de ojos escarlata sentía el pulso acelerado de Cosme y como le tiemblan ligeramente su mano—.Tengo miedo de que te asesinen, porque me importas, me interesas, cada característica de ti; tus intimidantes e indomable mirada, tu brillante cabello, tu destreza, tu fuerza, tu carácter, también tu pequeña despiste ante algunas cosas; como...mis sentimientos—la mano del caballero coloco una mechón detrás de la oreja de Minerva—.Yo te amo, Minerva.

Después de despertar de su asombro, Minerva tomó acción y se alejo de Cosme, estaba confundida y desorientada, ¿de verdad Cosme estaba enamorado de ella?, él ni siquiera sabía su nombre real, él no debía estar alguien como ella, pero se sentía cálido de alguna forma, sus palabras le ponían nerviosa, en cierto punto, disfrutaba que le dijera "Hermosa" o "Preciosa", no sabía que decir, no era el momento adecuado, hay un ser enamorado que quiere revivir a su compañera, que quien sabe que intenciones tiene, no era el momento y tiene que dejarlo en claro.

     —Tengo que buscar información, debemos prepararnos y nadie me hará cambiar de opinión.

     —¿Me escuchaste o no?

     —Claro que lo hice, pero no es el momento adecuado, Cosme.

     —¿Lo pensarás?

     —¡Cosme! Ni siquiera se que pensar, ¡ni siquiera sabes mi verdadero nombre!, y entiéndelo, no es el momento.

Cosme quedo mudo, ¿su verdadero nombre no era Minerva?, ella lo había rechazado o simplemente necesitaba tiempo, él no pudo divagar mucho en su mente, su dama le dio una orden, que buscara reportes y avistamientos de gárgolas recientes, ella se iría con Aron a bendecir el armamento y buscar información, y él debía quedarse nuevamente solo.

Continuará...

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║Estridente: [Sonido] agudo, 

║desapacible y chirriante.

║Esos esos celos me están

║matando. Atte. Cosme.

║💜Ciao Ciao

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