Ω 2 Ω

Ω Narrador Omnisciente Ω

Pasaron casi 3 años desde que Minerva se encontró con las hermanas elfas, estas decidieron cuidar a la huérfana niña, al saber sobre el asesinato de sus padres y no tener conocimiento de otros familiares.
En el paso de esos 3 años, la chiquilla fue entrenada en arquería y cacería, aprendió a hacer independiente de sí misma.
Ya cumpliendo 3 años, Minerva agradeció el cuidado brindado de las dos, pero ella seguiría su propio camino.

Ω Meses después de la separación Ω

—¿Crees que sea buena opción ser cazadora, Jeno?—la yegua, solo relinchó suavemente, mientras exhalaba—Tienes razón...quizás debo aprender a defenderme primero.

Pasaron algunas horas, y un edificio llamó la atención de la chica con 12 años de edad.

—¿Una...academia?

—Así es muchacha—la chica se dió vuelta sorprendida, encontrándose con un señor, que portaba una armadura brillante y una espada, protegida por una vaina—Veo que te encuentras interesada, yo entrené aquí—cuenta el hombre—Soy un Caballero y también maestro de esta academia.

—Caballeros...—murmura la niña asombradas, desde muy pequeña, su madre le contaba historias y relatos de los valerosos y valerosas caballeros que protegen los reinos de amenazas—¿Yo puedo ser uno?...—pregunta Minerva, observando fijamente al hombre, y este le sonrió de vuelta.

—Claro que sí, si deseas inscribirte, pídeles autorización a tus familiares o tutores—la mirada de la chiquilla rápidamente se apagó, dejándose notar a simple vista—¿Qué ocurre?..¿Tú no-o?..

Ella negó—Yo no poseo padres ni familiares cercanos, y no tengo tutores—Minerva bajo la mirada, escondiendo sus ojos con sus mechones.

—Comprendo...—el hombre se rascó la nuca, y una sonrisa se ensanchó de inmediato—Niña, no te preocupes, podrás entrenar, pero solo a mi cuidado, ¿Te parece?—los ojos de la infante de 12 años, brillaron alegres y gentilmente le regalo una sonrisa al Caballero—¡Antes que todo! ¿Cuál es tu nombre niña?

—Soy Minerva Peany, ¿y el suyo?

—Nasser Bassa, pequeña Minerva.

Ω 4 Años Después Ω

Los años pasan volando para nuestra linda protagonista, poco a poco se convierte en una hermosa mujer, fuerte e independiente.
En la academia, desde que llegó aprendió todo de forma muy rápida, aunque siempre de forma solitaria. Sus habilidades sorprendían a varios aprendices como a maestros, también teniendo varios valores que demostraba inconscientemente, como el de ser honesta y responsable, y jamás presumía de si misma, manteniéndose siempre al margen.

Lamentablemente, cuando los maestros exigían ordenes, ella nunca les toma en cuenta, siempre haciendo las cosas por su juicio. Esto, en los pocos años que pasaron, no fue tomado de buena forma, aunque tuvieran los aprendices mas arrogantes y charlatanes, sabían respetar a su mayores y ser obedientes, ella podría respetar a sus maestros de muchas formas, menos en ese aspecto.

Minerva recibió un ultimátum, si no cambiaba ese terrible aspecto, no podría seguir en la academia.
Ella no se encontraba sorprendida, sabía perfectamente los errores que ella misma posee, pero no los puede cambiar, aún con el peor de los castigos.

—¿Has tomado una decisión aprendiz Peany?—pregunto el director de la academia, Minerva sentía claramente la mirada de su Maestro que se encontraba a su lado, ella sonrió y miro a su maestro Nasser.

—Renunciaré señor Director—esta vez dirigió la mirada al otro hombre, manteniendo su sonrisa.

—Pe-pero Minerva, has entrenado mucho, soportado tanto, ¿para que?—exclamó Nasser, algo deprimido y colérico.

—Que así sea señorita Peany, si desea cambiar de opinión las puertas de la academia estarán siempre abiertas.

Minerva hizo una pequeña reverencia, retirándose de la fachada del Director seguido del Maestro y Caballero Nasser.

Ω ... Ω

—¿Por qué?

—Discúlpeme mucho Maestro Nasser, por mas que quiera seguir aquí, no puedo cambiar a algo que jamás puedo ser, y en verdad le agradezco por la ayuda y cuidado que usted me ha brindado, sus enseñanzas nunca las olvidares—la chiquilla le otorgo una fuerte abrazo a su ahora, ex tutor, y este le corresponde, feliz de los años que pudo convivir con aquella inocente y fuerte niña—Espero verlo pronto Maestro, pero no en estas circunstancias de Maestro-Discípulo, sino como ciudadanos normales.

—Espero con ansias que así sea Minerva.

Ambos se despidieron, tomando caminos contrarios, Minerva se retiro con su yegua, Jeno y Nasser, se adentro a la academia.

Ten en cuenta Minerva, que jamás podré olvidarte—pensó el hombre, mientras sonreía algo triste.

Ω ... Ω

Minerva a caminar lento, con su yegua a mano, se dirigió a un bosque cercano, para cumplir una acción que hace algunos años deseaba hacer.

—Ya estamos cerca Jeno, estamos cerca—pasaron algunos que otros minutos, llegando al bosque—Ha llegado la hora—la yegua le observó sin entender, poco a poco, la niña le despojó se su montura, cabezada y embocadura—Ahora podrás ser libre Jeno, eres la mejor yegua que he visto, vamos ya puedes irte—el animal, froto su cabeza con la frente de la adolescente y dando su último relincho, corrió a gran velocidad, adentrándose al bosque—Adiós... mi hermosa Jeno.

Ω ... Ω

Minerva camina tranquila por la ciudad, mientras comía unos pequeños dulces.
Pérdida en sus pensamientos, chocó contra un señora, haciendo que cayera.

—Discúlpeme señora, no fue mi intención chocarle.

—No te preocupes jovencita, nadie esta herida ¿verdad?—la contraria asiente.

Sin dificultades la adolescente se levanta del piso, divisando detrás de la anciana un potrillo.

—Perdone, ¿Este potro es suyo?

—Así es, he intentado venderle, ya que no poseo la edad que tenía antes, y no puedo cuidar de él.

—Entiendo, ¿cuanto desea por el potrillo señora?

La anciana abrió los ojos sorprendida, para después sonreír—Lo que sea estará bien, mientras sepa que vivirá, estaré tranquila.

—Esto es lo que le puedo otorgar—Minerva, le da unas monedas de plata, para después agarrar al potro de una cuerda.

—Cuídale ¿sí?

—Lo haré.

Y así la anciana se alejo lentamente, desapareciendo de la vista de la joven de ojos escarlata.

-Busquemos un buen nombre para ti, pequeño potrillo.

Ω Donde la Anciana Ω

La mujer, escondida en un rincón de La Ciudadela, se trasforma, dejando verse una hermosa mujer, de buenos atributos y bellos cabellos mostazas. Dejando ver su verdadera forma, una hechicera, ella porta un sonrisa sincera y suave.

—Distingo que eres una de esas personas únicas, que dan todo de si para lo que más aman y respetan, aún teniendo en cuenta de que aquel potrillo esta al unos años de la muerte, decides cuidarle, eso... es algo maravilloso—cerró los ojos la mujer, para volver a caminar en las tranquilas calles—Y por aquella pequeña pero pura acción, te concederé un pequeño obsequio-levemente las manos de la mujer brillaron, para abrir los ojos al finalizar su acción—con pocos años los descubrirás.

Ω ... Ω

—Se que pronto te convertirás en un corcel fuerte y valiente, Narciso.

El animal relincho alegre, por su nuevo seudónimo y nueva dueña.

-Veo que te gusto tu nombre,¿eh Narciso?

Continuará...

Y he vuelto después de algunos días de la última publicación de esta nueva historia.
No mames, ya quedan 3 días para San Valentín, y yo aún no empiezo ningún especial. Bueno, voy a publicar uno, que va a ser un capítulo para esta historia y eso nomas (espero que más, pinshi inspiración >:v).
También agradezco a los 72 seguidores que tengo, como también las inolvidables e interesantes historias que poseen y espero que tengan mucho éxito.
Nos vemos en el próximo capítulo.

Ciao Ciao

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