Sonreí al ver como mi prima y Emmett se besaban en el altar. Mi pequeña hija, aun que ahora tenia 6 años aplaudió junto a Jasper y le sonreí orgullosa a la pareja. Los pocos humanos que habían allí comían y eso incluía a los hombres lobos. Ahora tocaba los discursos
Bueno, felicidades Aidana. Te mereces ser feliz -dije sonriendo y agarrando bien a mi hija en brazos- gracias por estar estos años conmigo y gracias por todas las locuras que mejoran el día de todos pero gracias también por ser un hombro donde llorar. Gracias por ser mi hermana, Aidana. Estaré para ti para siempre. Y Emmett, cuidala, le hará falta pero también te digo que la haces muy feliz y ella a ti también. Cuidense -les dije con lágrimas que no podían salir de mis ojos-
Gracias por ser una tía tan guay -dijo Emily y sonreí - y gracias tío Emmett por tus bromas tan raras
Ese es mi estilo, cariño -sonrió Emmett y cuando baje del escenario Aidana me abrazó para luego escuchar los demás discursos. Después de un largo tiempos ellos se fueron a su luna de miel y yo me fui a la habitación de la casa Cullen para poner a dormir a Emily. Use mi don: mis sonrisas son tan cálidas que es como si te drogaran y te dejarán algo ido. Pues es igual. Después de que ella se fuera a dormir me fui a cazar junto a Jasper y empezamos a jugar a pelearnos por las presas mientras reíamos o nos besabamos-