Parte 1: Un complicado inicio de semana
DISCLAIMER: Los personajes de "Anne of Green Gables" no me pertenecen, son propiedad de Lucy M. Montgomery y los derechos los comparten además todas las Productoras que de manera tan bella han sabido llevarlos a la pantalla, yo sólo los tomo prestaditos en esencia de vez en cuando para inventar con ellos historias (sin fines de lucro) sobre situaciones que me hubiesen gustado que sucedieran. Simplemente historias de una fan para otros fans.
La trama a continuación está basada en algunas escenas de la miniserie de los 80's pero ambientada en el mundo de "Anne with an E".
A todos lo que pasen por aquí y se den un tiempito para leer, se les agradece de corazón.
Atte.
Belén
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EL CABALLERO DE ANNE
"El muchacho de los ojos tristes
vive solo y necesita amor,
Como el aire necesita verme,
Como al sol lo necesito yo"
("El muchacho de los ojos tristes"- Jeanette)
I. UN PROBLEMÁTICO INICIO DE SEMANA
Hay algo importante en la vida de cualquier adolescente que asiste a la escuela, esto es el lugar adecuado donde sentarse en el aula de clase, de lo cual depende su comodidad, un correcto aprendizaje y además el pasarlo bien durante todo lo que dura el periodo lectivo. Este punto era algo que conocía a la perfección el señor Phillips y por ello no dudaba en aplicar de manera inmisericorde los cambios de asiento como parte de sus métodos correctivos de ser necesario... Una mañana Anne Shirley Cuthbert, durante su primer año en Avonlea, tuvo la mala suerte de experimentarlo.
...Bueno, en realidad si ella se detenía a pensar sobre el asunto, el término "mala suerte" era algo que le había venido siguiendo por entonces en los últimos días. Luego de creerse al fin aceptada y considerar con alivio que a la gente a su alrededor ya no le incomodaban sus torpezas del principio, había terminado cometiendo un irresponsable y tonto error al emborrachar sin proponérselo a Diana, por confundir jugo de cereza con vino añejado la única y última vez en que le dieran permiso para visitarla, y no podía por eso sentirse más miserable.
Las consecuencias de ello, la dolorosa prohibición de la amistad de ambas por la opinión de los padres de su mejor amiga, que conseguían con aquella travesura de la fortuna ratificar la mala influencia que consideraban era ella... y por ende también la esperadas burlas y menosprecio de la mayoría de los estudiantes y vecinos, después de enterarse.
Ese lunes para colmo, el reverendo justo iba pasando por el camino que llevaba a la escuela cuando se estaba suscitando una acalorada discusión entre ella y el odioso de Billy Andrews, luego de que el muchacho rubio grandulón en compañía de sus amigos le insultara llamándola:
"¡Huérfana espantosa y dañada, aquí no vengas a corromper gente! ¡Vuelve a la letrina de donde saliste!"
Y encima hiciera que le lanzaran luego tomates podridos sobre su vestido de calle recién lavado. Por lo que cargada de indignación se dio a la tarea de perseguirlo, siendo éste el líder y mentalizador.
"¡Te voy a matar, ya no me puedes asustar Billy Andrew, no eres más que una mugrosa raposa! ¡Tú sí eres una rata, podrido por dentro y por fuera!, ¡Puedes creerte lo que quieras patán engreído pero por muy pudiente que seas, en el fondo sólo eres un cretino y jamás serás un caballero!, ¿Me escuchas? ¡Esa palabra siempre te quedará grande!"
Y como era de esperarse (según ella pensaba) el teólogo no alcanzó a presenciar la razón de la pelea lo suficientemente pronto pero sí llegó lo suficientemente tarde para observar cuando ella exasperada en autodefensa, le lanzó un guijarro a la espalda al muy cobarde, cuando éste habiendo conseguido fastidiarla, ya huía.
"¡Pero por Dios Sacrosanto, que son estos comportamientos salvajes y reprochables!" había vociferado enseguida interfiriendo en su camino y regañándola "No puedo permitir que continúe ocurriendo algo así. ¡Hablaré con tu profesor de inmediato, niña!"
"Pero señor reverendo, ¡Ese chico que usted acaba de ver escapar como gallina, es un completo patán molestoso! Yo tenía de algún modo que defenderme" ella trató de argumentar más el hombre, miembro principal del Consejo del Pueblo, no le permitió seguir explayándose,
"Le aconsejo que permanezca callada y no empeore la situación... señorita. Si es que así puede llamársele" dictaminó haciendo gala entonces de su superioridad pero con claro desprecio al final, y agarrándola del brazo la llevó casi a rastras a la presencia del señor Phillips.
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-Después de lo que he presenciado hoy Mr. Phillips, me he visto en el deber de desviarme de mi camino y de mis diligencias habituales para pasar por aquí a expresar mis quejas sobre el tipo de educación que usted le está dando a los alumnos...- El reverendo protestó de tal manera una vez en la escuela, exponiéndola frente a todos respecto a su deplorable proceder, mientras que el mismo Billy, causante de todo aquello, que había llegado primero, la observaba desde su silla haciéndole muecas de desprecio y riéndose de ella, en tanto se fingía la victima allí.
-Mi estimado reverendo, le ofrezco mis sinceras disculpas y le reitero que situaciones como la que me cuenta no volverán a ocurrir, al menos no durante mi tiempo de encargado de esta escuela- había dicho el maestro por todo y luego de despedirse en buenos términos, se volteó para centrar su atención en ella, tal como Anne esperaba. Muy enojado.
"¡Anne Shirley, esta es la última vez que me hace quedar mal con los ciudadanos del pueblo! ¡Una notificación más de su mal comportamiento y me veré obligado a solicitar al Consejo que la expulsen!- le amenazó -Y ahora de castigo como se merece, ya que le agrada tanto mezclarse en líos con varones, tendrá el privilegio de sentarse con ellos durante toda la semana" Implacable como de costumbre, determinó, y sin prestar atención a las expresiones de asombro del lado femenino o las risotadas del masculino "Ahora ocupe su nuevo puesto al lado del señor Blythe".
Y para Anne aquello fue peor que toda la impresión inicial y las burlas o todos los llamados de atención que recibiera esa complicada mañana, peor incluso que las terminantes advertencias del profesor o el mismo castigo en sí... Lo que más le afectó fue el enterarse de con quien debía compartir la banca, teniendo en cuenta que el tan admirado Gilbert de algún modo la cohibía, aunque siempre se empeñaba en repetirse que ella no era una más de sus fans... Gilbert B., el chico que se había atrevido a llamarle "Zanahoria" en uno de sus primeros días de clase, el más popular de la escuela y al que había declarado su más poderoso rival en cuestiones de estudio...
Caminó por lo tanto despacio, como en un trance donde parecía escuchar todo de lejos, teniendo que pellizcarse para convencerse de que aquel rato que estaba viviendo era real, porque encontraba que no podía ser más bochornoso y para cuando llegó junto al susodicho que se encontraba observándola con curiosidad, sorpresa y diversión en sus grandes y bonitos ojos grisáceos, se dejó caer a su lado en el asiento y se debruzó con vergüenza sobre el escritorio de inmediato, escondiendo la cara para soportar su miseria.
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Continuará....
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