Prólogo: La Venganza de Cronos (Reescrita)
Se dice que en lo más profundo de las entrañas de la tierra, más allá del dominio de Zeus, existe una caverna, en la cual fue encerrado aquel que gobernó sobre todos los reinos en tiempos ancestrales. Allí las voces de sus captores resuenan entre las paredes como un eco del pasado. Como un recordatorio eterno de su error.
Y, junto a las voces, imágenes horribles se muestran ante sus ojos. Visiones de una ciudad en llamas, de gente muriendo por las lanzas de sus invasores. De una muralla inexpugnable hecha ruinas por un vil engaño.
Sí, esa fue Troya, la ciudad más bella de toda Ática. La que arde a la luz de las estrellas.
¡Saqueada y despoblada!
Entonces el paisaje cambia y una isla paradisíaca aparece en su lugar. Con jardines maravillosos y palacios de mármol iridiscente, el pequeño continente brilla antes de que la tierra se resquebraje y las aguas engullan lo que en su día fue el centro del mundo.
Sí, esa fue Atlantis, la ciudad más poderosa del continente. La que se hunde en el frío océano.
¡Aún sin saquear!
Luego un campo inmenso se revela, cubierto de cadáveres mutilados de cuya sangre nacen ríos escarlatas. La putrefacción es tal que una energía negra y corruptora llena el aire, envenenando la tierra por milenios.
Sí, esos fueron los gigantes, aquellos que se atrevieron a desafiarnos. Ahora yacen inertes en el frío suelo.
¡Serán un buen abono!
Saturno, nos traicionaste. Y, al igual que Urano, perdiste tu poder y tu trono...
¡Y ahora que no nos puedes hacer nada, nos burlamos de ti!
¡Cállate! ¿No ves que estoy en medio de un discurso?
Pero si solo repites lo mismo una y otra vez, me aburro. Un discurso tiene que ser... innovador.
¡Es nuestro trabajo, tómatelo en serio!
¡Nunca!
Esos "susurros" se filtraban por las grietas de su cueva desde tiempos inmemoriales. Y, como desde el primer día, su cuerpo demacrado tiembla al son de esas palabras que le martillean la cabeza en una tortura que se repite una y otra y otra vez.
Bueno, a lo que iba...¿Quién crees que hizo que la tierra temblara y cayeran las murallas de las que tanto te jactabas? ¿Hades? No, fuimos nosotros.
A lo que, por cierto, se derrumbaron en seguida, no debían de tener buenos cimientos.
¿Quién crees que hizo que el mar se tragara tu querida ciudad de retiro? ¿Poseidón? No, fuimos nosotros.
Y nos pillamos un buen catarro en el proceso. No fue buena idea ir en bañador.
¿Quién crees que les dijo a tus hijos sobre el ataque por parte de tus hermanos? ¡Fuimos nosotros!
Con palomas mensajeras ¡Nosotros iniciamos ese trabajo!
¿Y la llave que liberó a los olímpicos de la prisión en la que los encerraste? ¡Nosotros se la dimos a Zeus!
En realidad eso es mentira, solo le dimos un martillo para que rompiese las cerraduras.
¡¿No te he dicho que te callases?
Pero ni si ni siquiera fuimos nosotros quiénes lo hicimos ¿Qué mas da?
Nos dieron la misión de atormentarlo, no lo fastidies.
Si solo suplantamos su identidad. Además, que lo que dije no es mentira, por lo que no cuenta como un error. ¡Saturno! ¡Fuiste vencido por un montón de chapuzas y descoordinados! ¡Pringao!
¡Qué te calles y me dejes trabajar!
Ojalá esas voces hayan nacido de su locura, pero sabía muy bien que la demencia era demasiado misericordiosa para su satisfacción. No, son su maldición, el castigo impuesto por los brujos.
Mataste a nuestras familias, nos arrebataste lo que más amábamos... Puede que fueras demasiado poderoso para derrotarte nosotros mismos, pero cobramos nuestra venganza ahora que estás atrapado bajo tierra hasta el fin. Ese será tu destino por enojar a aquellos que gobiernan sobre la mano izquierda...
¡Los zurdos!
¡Ya está! ¡Te voy a dar!
¡AAAAAAHHHH! ¡NOOOO! ¡AYUDA! ¡Maltrato laboral! ¡Esto es maltrato laboral! ¡Te voy a demandar!
¡No podrás demandarme si te mato antes, so inútil!
¡Somos inmortales!
¡Este vejestorio también y a lo sumo fijo que solo le quedan dos trimilenios!
¡Morirse y volverse incorpóreo no son lo mismo! ¡Inculto!
¡Es literalmente lo que significa morirse!
El antiguo gobernante levanta su mirada con esfuerzo hacia el frío techo adornado con estalactitas.
— Madre, yo ya estoy acabado. Madre, yo ya estoy condenado. Pero, por favor, véngame, envía a mis hermanos, a aquellos que no fueron castigados. Líbrame de estas voces y mata a los brujos —suplica el demacrado eunuco entre llantos.
El que fue el Padre Tiempo, el que gobernó sobre todos los taones, suplica en el suelo, abrazado a sus rodillas y con una voz rota por el desuso. Sus ojos lloran lágrimas de ícor que tiñen las paredes de dorado al evaporarse.
No puedo, pues Ernía ya no despertó de su letargo por orden de Hypnos. Anteo fue sepultado por Heracles, asfixiado sin que yo pudiese hacer nada. Agdistis fue asesinado por Dioniso y su cuerpo desmembrado. Y Pitón, fue derrotada por Apolo cuando este me arrebató el templo de profecías en Delfos
Una voz llena de amor y cariño, pero también de tristeza y dolor, surgió de las paredes, techo y suelo de la caverna. La que engendró a mil hijos, la Madre Tierra.
— ¡Madre! Aún hay tiempo, ellos pueden volver, así como pueden otros de mis hermanos.
Hijo mío, haré caso a tus súplicas una última vez, pues pronto mi poder también se acabará y pronto no podré volver de mi letargo. A los hijos de Erictonio, mi hijo y tu hermano, yo enviaré, prometiéndoles el trono que una vez llevaron sus antepasados, rompiendo el tabú por ti y muriendo como antigua reina para ser una olvidada más. ¡Los sucios brujos que rompen las normas a voluntad serán exterminados para que tu puedas estar en paz!
...
¿Ves lo que pasa por burlarte de él?
¿Eso significa que vamos a perder nuestro trabajo?
No digas bobadas, alguien detendrá este embrollo.
¿Y si no lo hacen?
¿Te tengo que recordar que existimos gracias a esta maldición? ¿Qué crees que ocurrirá cuando desaparezca?
Ah, ya... Es cierto, que no tenemos alma... Sí, mejor voy a avisar a Morrien, ella se ocupará de todo.
¡A ella no, imbécil! ¡Busca a alguien que no esté loco de atar!
¡¿Y a quién busco si no?! ¡Soy una maldición viviente! ¡Todos los que conocemos o son malvados o están locos de atar!
La tierra tembló y los deseos de la Madre Tierra se desplazaron hacia los nobles guerreros que harían cumplir su voluntad. A su vez, un hada alcanzó a tener una visión llena de caos y muerte por obra de cierta entidad.
Esta con una sonrisa risueña se rió al pensar que una antigua sombra se atrevería a intervenir de tal manera en el curso de la historia. Como si los hados fuesen a quedarse quietos...
Porque, allí donde los héroes nacen para cumplir con las demandas de los cielos, siempre ha de haber quien se les oponga. Y de eso se encargaría ella, sembrando las semillas del rencor en el corazón roto de cada amante traicionado, en las lágrimas de cada niño abandonado, en la miseria de cada hijo utilizado... Para que del rencor surja el odio y este prenda las llamas de la violencia con las que purgar el mundo en una masacre sin igual.
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