𝐁𝐞𝐠𝐨𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐨𝐟 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝟐/𝟐
Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.
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El Bosque: Capítulo VIII: Begotten of Love 2/2
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Perdiéndose en las entrañas del bosque oscuro de Raven Fair, la pequeña híbrida de gato corría sin rumbo por los senderos cubiertos de nieve y parte del deshielo de los árboles. Un frío calaba su cuerpo al recordarse de que había abandonado su hogar sin un abrigo alguno. Ella ladeo la cabeza varias veces recordándose la expresión llena de tristeza y soledad de su amigo, como le había roto toda ilusión al rechazarlo. No era la primera vez que intentaba escapar, este era su décimo intento.
"Pobre lobo enamorado, te equivocaste y dejaste salir tus sentimientos"
Ella se detuvo sus pasos en la nieve ladeando su rostro pecoso con las lágrimas frías que caían de sus verdes ojos, recorriendo su rostro hasta perderse en la suave nieve de noviembre. Miro las huellas que dejo en su camino, como sus botas cafés se cubrían del deshielo y el lodo acumulado en algunos puntos del prado. Su vestido verde menta estaba arrugado y sus piernas se tornaban blancas por la baja temperatura.
Su rostro picaba de lo helado que estaba con su nariz levemente enrojecida, su aliento apenas calentaba sus labios de los suaves jadeos que emitía. Escucho unos aullidos a los lejos y como algunos animales se ocultaban.
Wendy no tenía miedo puesto que conocía el terreno de la familia Cipher, todo aquel ser hibrido o animal no se atrevía a invadir terreno o construir un refugio sin que fuera un radio de 5 kilómetros a los lados. Pero la pequeña no conto su suerte cuando aparecieron frente a ella varios lobos acorralándola entre una pared riscos rocosos.
Aquellos canes le gruñían y amenazaban con despedazarla sin piedad alguna. Uno de ellos corrió embistiéndola contra la pared sujetándola del brazo mientras encajaba sus colmillos. Ella como pudo tomo una roca en su mano y golpeo su cráneo soltándola al instante.
Un aullido se escuchó a lo lejos y un lobo de pelaje rubio con color crema se unió a ellos deteniendo a la manada con un ladrido. Varios se alejaron de la pelirroja dejando paso al lobo rubio quien este adapto a su forma humana. Wendy miraba atemorizada al Cipher mediano puesto que él lanzaba una mirada de sus ojos ámbar brilloso. Su mirada era tan gélida y con la pupila afilada como la de un demonio del inframundo, su expresión parecía para nada contento o con esa sonrisa cínica que siempre le daba a la pequeña cuando hacía una travesura. Un aura que desprendía temor y frialdad hicieron que la pequeña se cohibiera en su lugar y agachada su mirada.
- - Andando Wendy – Le hizo una seña a la pequeña para que lo siguiera. – No quiero que intentes huir o te las veras muy mal conmigo.
Bill adopto su forma de lobo enfrente de ella para regresarla a casa, el resto de la manada solo se dispersó por los alrededores. Wendy caminaba detrás de Bill escudándose de volver a ser atacada, tampoco podía correr por que fácilmente el rubio la tomaría del cuello y la mataría tan fácilmente.
Regresaron a la cabaña viendo nevar y con la noche cubierta alrededor del bosque sin rastros de la luna nueva que debería estar en la época de invierno. Entraron a la casa antes de que el rubio regresara a su forma humana y tomara su ropa que estaba sobre una silla. Kill quien se encontraba sentado en las escaleras los vio notando que la pequeña solo se quedaba parada, mientras que Bill terminaba de acomodar su vestimenta.
- - Eres muy impertinente a la hora de salir, Wendy – Comento Bill mientras buscaba en su saco una cajetilla de cigarrillos, tomando uno y encendiéndolo antes de tomar una calada y expulsar el humo de sus labios. – Un poco más de tiempo y Haise te arranca el brazo. Ya deja de huir.
- - Carajo – Dijo Kill preocupado mirando la sangre emanar del brazo de la chica. Acercándose a la pequeña quería abrazarla y consolarla pero ella retrocedió. - ¿Wendy?
- - ¿Y se supone que debo agradecértelo? – Protesto la menor con el ceño fruncido. – Tú les diste el permiso, ellos cazando a cualquier cosa que se mueva. Eso no sucedía antes, estoy harta de que me sigan.
- - Las reglas cambian – Mención el rubio tomándola del rostro apretando sus mejillas con sus garras. – Se dice: "gracias" y punto.
- - ¡Bill! – Lo aparto alejándola de la chica.
- - La próxima vez que vuelvas a realizar otra tontería de huir de aquí, ellos te cazaran y te mataran y yo no intervendré en lo que hagan, ¿Entendiste gatita? – Soltando el humo de su cigarrillo en la pelirroja.
- - Por mi pueden matarme tus estúpidos amigos. – Dijo la gata mientras abanicaba el aroma con su mano lejos de ella.
Bill camino hacia su estudio ignorando lo que dijo la pelirroja, dio una mirada de reojo a su hermano que mantenía su rostro inexpresivo.
Wendy camino hacia la sala para sentarse en la chimenea y despejarse del frío. Kill se acercó a colocarle una manta encima de ella sentándose a su lado.
- - Me preocupaste – Dijo. – Saliste nuevamente de la casa sin razón alguna, no sabes cuánto me tenías preocupado.
- - Solo iba por unos arándanos. – Se excusó la chica evitando la mirada del lobo mayor.
- - Aquí hay suficientes en la cocina – Menciono Kill intentando tocar el brazo de la chica. - ¿Qué tienes?
- - Nada – Dijo ella sintiendo sus ojos picar. – Quiero irme de aquí.
- - ¿Por qué dices eso?
- - Bill es diferente. – Menciono Wendy en voz baja. – Me da miedo.
- - Es solo instinto de caza – Intento calmar a la chica pero recibió otro aruño en su mano. – Wendy.
- - Solo déjame. – Musito.
Dos semanas habían transcurrido dejando a la pree adolescente andar sola por el perímetro del bosque, Bill la había mantenido vigilando evitando que escapase en su presencia. Wendy no era tan tonta para dejarse atrapar, más ideo un plan para acabar con la caza del lugar. Sabía que dentro de poco la mitad de la manada de Bill lo desobedecería de su régimen de liderazgo, la pequeña pelirroja aprovecho esta oportunidad para ir al pueblo de Raven Fair.
- - ¿A dónde vas gatita? – Pregunto Kill observando a la chica llevar un bolso y un canasto en su mano.
- - Iré al pueblo para comprar ingredientes para un pastel. – Menciono la pelirroja. – Quiero hacer uno para... Bill.
- - Es cierto – Menciono el hombre lobo con sus orejas alzadas. – El cumpleaños de Bill, lo había olvidado por completo.
- - Eres muy tonto para recordarlo – Soltando una risa la pelirroja. – Apuesto que si no te digo te pones a buscar lo primero que encuentres para regalarle.
- - Cierto, tienes razón linda. – Colocando un beso en su frente. – Perdón sé que dijiste que no besos. – Rascándose la nuca mientras ladeaba su rostro. - ¿Puedo ir contigo?
- - No, tienes que distraer a Bill o sabrá la sorpresa – Tomo su rostro en sus manos acercándolo para que se inclinara hacia ella. Aprovecho para colocar un beso en los labios del lobo sorprendiéndolo.- ¿Harías eso por mí, Kill? Solo por un rato mientras voy a la tienda por alimentos.
- - Wendy – Beso suavemente sus labios rosados de la pequeña probando lo dulce de estos, sintiendo las caricias sobre su rostro. – No tardes mucho. – Estaba contento de poder besar a la gata sin problema alguno. Dio varios besos en sus labios hasta que la menor lo detuvo.
- - No, no lo hare... - Colocando otro en su mejilla. – Para ahí lobito necesito irme.
- - Uno más – Dijo Kill en tono jugueton.
- - Kill – Le llamo Wendy con un puchero en sus labios. – No más.
- - Tal vez te perdone por tirarme tantos baldes de agua fría.
- - Vamos te lo merecías – Soltando una risa la pelirroja. – Lobo tonto.
- - Gatita traviesa. – Abrazándola contra su pecho. – Regresa bien, Wendy.
Wendy tomo su abrigo para cubrirse y salir de la cabaña lo más rápidamente posible, aprovecharía que Bill estuviera dormido y Kill lo distrajera por un rato. La chica camino más lejos de la cabaña dando miradas de reojo y sintiendo las lágrimas caer en sus mejillas.
- - Adiós... y lo siento - Susurro la chica dejando huellas en la nieve.
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- - ¿Sabes lo que estás haciendo? – Dijo una señora de la quinta década con el cabello hecho una coleta alta de tono gris oscuro con orejas de gato en tono atigrado. Sus ojos verdes oscuros miraban a la chica con total desprecio. – Este no es un lugar como el que tenías con tu familia adoptiva.
- - Lo sé...
- - No pareces muy convencida de quedarte, así que dime; ¿Por qué venir a un orfanato a estar de sirvienta y haciendo estorbo? Cuando tenías un hogar agradable. – Golpeando con sus garras la mesa de escritorio. - ¿Qué tan convencida crees estar de que te daré trabajo? No eres mayor y solo eres una chiquilla.
- - Sé que me lo dará – Dijo la menor entre lágrimas. – Porque a partir de esta noche yo abre perdido mi hogar.
- - ¿Tú hogar?
- - Los traicione – Apretando los nudillos de sus manos. – Yo... le mentí y lo atraje a una trampa.
Afuera del orfanato se escuchó un eco de disparos y aullidos, la pelirroja solo cubrió sus orejas evitando escuchar la detonación de los disparos de las armas que portaban aquellos sujetos; los cazadores clandestinos.
- - Ya veo – Colocando una sonrisa grande la señora. – Te deshiciste de ellos.
- - S-Sí... - Viendo a la señora que la acorralaba a la chica contra la silla.
- - Más te vale que el lobo principal este muerto.
- - Dudo que haya escapado.
- - Mi nombre es Kate Finnegan, pero solo me dirás madre Kate y a partir de ahora Wendy Corduroy me obedecerás solo a mí. – Alzando su voz. – Te encargaras de los chicos más pequeños y realizaras las tareas domésticas del hogar, ¿Entendido?
- - Sí.
- - No tendrás los mismos lujos y comodidades que tenías antes, todo lo que hagas consulta antes. – Menciono la mayor.
- - Sí.
- - El doctor Strange vendrá a examinarte antes de que tengas contacto con los pequeños, no queremos inconvenientes. – Tomando a la menor por los hombros. – Te sugiero que te ocultes estos días en el sótano, los lobos son muy fáciles de cobrar venganza.
Wendy permaneció oculta en la residencia esperando a que Tad Strange la terminara de examinar. De momentos el híbrido de zorro se reía de ella y tomaba notas, la felina no dudo en tener desconfianza del zorro puesto que cada movimiento que hacía era sospechoso. Habían pasado dos meses y la híbrida de gato por fin podía salir junto con los demás al patio trasero de la residencia.
La pelirroja se encontraba con varios híbridos de zorro, conejo y perro tomando el sol antes de que pusieran fin su hora de salida. Los pequeños estaban recostados sobre la sabana que coloco en la nieve cuando de repente escucho unos pasos provenir entre los árboles.
Wendy levanto la mirada y se topó con un par de ojos color ámbar de aquel sujeto híbrido de un lobo ártico. Aquel rubio estaba enfurecido y se notaba cuando en un rápido movimiento tomo a uno de los niños sujetándolo del cuello.
- - Fuiste astuta en dar aviso a todos esos cazadores. – Menciono con furia el rubio.
- - ¡Suéltalo! – Demando la felina.
- - Sabes cómo odio que irrumpan en mi hogar y me saquen de mi zona de confort. – Menciono. – Oh claro, rompieron todo lo que había dentro y no les importo ni en lo mínimo las fotografías.
- - ¡Wendy! – Grito el niño. - ¡Ayúdame!
Wendy despertó a los niños cuando los demás corrieron asustados adentro de la residencia. Bill aun sostenía al pequeño híbrido de perro desde su cuello apretando la vía aérea.
- - Curiosamente Kill siempre termina siendo dañado por tus estupideces – Encajando las uñas en la tierna carne del pequeño. – Te perdone que le hubieras roto el lazo y las veces que huiste de casa. Pero que juegues con sus sentimientos es algo que no lo permito.
- - Sí huí de casa es porque hubo una razón importante.
- - ¡A-Ayuda! – Gimoteo el pequeño entre el agarre.
- - Claro, siempre te excusas de razones – La sangre del chico goteaba en su mano. – Entonces no te importo que mataran algunos de la manada y que hayan destruido y robado la cabaña, tampoco te importa que a Kill lo molieron a golpes y que a mí me hayan amarrado y amordazado mientras hacían lo que se les plazca conmigo y con mi hermano.
- - Jamás dije que dañaran a Kill – Menciono Wendy. – Ni que ocurriera lo de la cabaña.
- - Nunca piensas – Dijo el rubio. – Pero creo que son tus términos. Aunque no eres la única cómplice en esta trampa. – Gruño el lobo antes de romper la tráquea al chico. – Hay situaciones en las que una gata como tú no debe meter sus narices. Y tu pequeña Wendy haz hecho más que una travesura gata traidora. – Soltó el cuerpo del niño provocando que cayera al suelo. – Kill no para de preguntar por tu paradero.
- - Dile que estoy bien y jamás regresare. – Retrocediendo lentamente.
- - ¿Acaso mi hermano no es suficiente? – Dijo el rubio caminando hacia la pelirroja. – ¿Te gustaba nuestro hogar? Era cómodo y tuviste el cariño de mis padres.
- - Bill...
- - Tus padres están con nosotros Wendy. – Embozando una sonrisa oscura. – Ellos están esperándote, solo tienes que regresar.
- - Bill... no me gusta que juegues con ellos – Frunciendo el ceño. – ¡No toques sus cuerpos maldita sea!
- - Los cadáveres no sienten, y encontrarlos no fue difícil. – Comento en tono serio. – Pero ya sabes no puedes traer completamente el cuerpo.
- - Vi lo que hiciste en el prado - Recordando el cadáver de la coneja y como la devoraba.
- - La coneja o cierto lo había olvidado... claro la mate. – Menciono. – No quería conmigo.
- - No está bien.
- - Claro que no está bien, pero como dije... los conejos son un número más. – relamiéndose los colmillos. – Y tú tienes un número de huérfanos a quien no les importara lo que les suceda.
- - A ellos no los tocas demente – Erizando su cola y orejas, preparo las garras ante un posible ataque.
- - Dime Corduroy si te llaman para hacer un lazo, no es lógico que te apares con tu pareja.
- - Bill...
- - Deberías estar agradecida que mi hermano te eligiera.
- - Kill sabe que las especies son nulas, tú lo sabes en especial Bill.
- - Eso crees. – Se acercó un poco más quedando enfrente de la chica.
- - Bill lo que haces no es bueno, matar híbridos.
- - Solo busco mi pareja.
- - Bill.
- - No dejes a mi hermano solo, o morirá de depresión. – Sujetando su brazo. – No soy de terceras oportunidades.
- - ¡NO! – Le dio un zarpazo fuerte en su ojo izquierdo encajando las uñas en la piel del parpado, arrancando de un tirón su fuerza para dejar lesión entre la esclerótica y la pupila.
La sangre emano del ojo izquierdo del rubio y como este se sujetaba con una mano para evitar que siguiera fluyendo haciendo presión en la herida. Bill observaba la sangre perderse en la nieve y como la felina huía hacia adentro de la morada. Una mujer mayor salió con una pistola y apunto al chico dando un disparo en su pecho cerca del omoplato.
- - Un paso más y volare tu cabeza en este mismo instante. – Demando la mujer. – Conoces las reglas.
- - Es lógico que ella no regresara con nosotros. – Soltando una risa sarcástica. – Espero no verte nuevamente, Wendy. – Fulminando con su único ojo. – Sí te veo nuevamente en nuestros dominios, considérate muerta.
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Marzo un día lluvioso llego la madre Kate con dos pequeños híbridos de conejos, que jalaba de sus orejas. Wendy abrió la puerta del orfanato antes de dar una mirada rápida a los chicos.
- - Desde ahora ellos estarán con nosotros. – Menciono la mujer algo cansada mientras se retiraba el abrigo y dejaba las bolsas del mandado con la pelirroja. – Cuando termines de guardar todo eso en la cocina, vienes a recogerlos a mi oficina.
- - Sí, madre Kate. – Asintió la pelirroja mientras llevaba el mandado a la mesada de la cocina. No había pasado ni menos de un mes y medio desde el incidente con el hombre lobo.
- - Wendy – Llamo una pequeña rubia coneja de orejas color crema que tiraba de la falda de la gata. – Tenemos nuevos inquilinos.
- - Me temo que sí – Dijo ella mientras se remangaba las mangas de su camisa de cuadros. – Pero iré a checarlos.
La pelirroja desapareció de la vista de los niños mientras que la pequeña rubia se unía al grupo. Se sentó a lado de sus amigos recibiendo un empujón en su espalda, una chica de cabello claro y de aspecto alto.
- - ¿Qué te dijo mamá Wendy? – Pregunto la coneja mientras abrazaba a la rubia.
- - Posiblemente nuevos hermanitos – Menciono la rubia. – Tenían un aroma agradable cuando entraron.
- - ¡Una linda conejita! – Dijo el albino un chico regordete. – Debe ser linda y muy bonita, ya quiero verla.
- - Gideon controla tus impulsos de Don Juan – Menciono la rubia dándole un golpe en su brazo. – No sabemos si se quedaran, el doctor Tad Strange vendrá a verlos y darles el visto bueno.
- - Es cierto – Menciono una coneja de cabello azabache. – Primero tiene que ver que ninguno de los dos se muera.
Mientras tanto un par de gemelos miraban a la señora mayor mientras transcribía un enorme papeleo sobre los chicos. Wendy toco la puerta antes de entrar y ver a los gemelos que se encontraban protegiéndose a través de su abrazo.
- - ¿Acabaste de acomodar las cosas? – Pregunto con una voz ronca la mayor.
- - Sí – Dijo ella antes de caminar hacia los pequeños y examinarlos. – Son muy pequeños y algo delgados. – La chica sospechoso de una terrible desnutrición en los chicos y como el chico no dejaba de abrazar a su compañera. Vio que la niña coneja tenía las mejillas rojas y jadeaba suavemente. – ¡Madre Kate! – Llamo a la mujer mayor antes de recibir una mirada perspicaz de ella. – La pequeña creo que tiene fiebre.
- - Lo que faltaba – Sonando hastiada de su voz. – Tómala y sácala al patío o encamínala al bosque oscuro, ellos sabrán que hacer.
- - ¿Ellos? – Dijo molesta en su voz la pelirroja. – Ella no es una carne de sacrificio, es una niña.
- - Que morirá en pocas horas – Menciono Kate. – No hay medicinas suficientes para mantenerla en un estado sano.
- - Que mujer más desagradable – Comento con ira en su voz la pelirroja.
- - Así es esto Corduroy, no puedes mantenerlos así. Oh acaso planeas enfermar a los demás niños. – Levantando una ceja. – Dime eso quieres.
- - Me parece que no sea correcto, señora Kate. – Hablo un sujeto mayor a espaldas de las dos mujeres.
Abriendo la puerta del despacho de la mujer entro un chico de 22 años de traje y con un maletín en mano. Wendy miro al sujeto haciéndose a un lado y colocándose a un lado de los chicos.
- - Doctor Strange – Dijo la mujer acomodando su porte y caminando hacía el joven de cabello violeta y orejas de zorro. - ¿Cuándo...?
- - ¿Cuándo llegue? Justamente ahora solo que estaban bien concentrados en su conversación que no quise interrumpir. – acaricio la cabeza del chico antes de escuchar un refunfuño molesto del conejo. – Así que estos son los pequeñines.
- - Sí, pero lamentablemente uno tendrá que irse. – Comento Kate con los brazos cruzados. – Es una amenaza que siga aquí, podría contagiar a alguien.
- - ¡Mi hermana no es una amenaza! – Se quejó el castaño después de un rato de silencio. - ¡Y si se atreven a tocarla se las verán conmigo!
- - Vaya esas si son agallas – Acercándose al chico para quitarle a la menor de sus brazos. – Me permites verla.
- - ¡HEY! – Grito el chico intentando recuperar a su hermana, pero Tad la tenía entre sus brazos mientras la acunaba suavemente.
La menor tenía la mirada entrecerrada y su cuerpo ardía completamente llevando una respiración acelerada. Tad acaricio su rostro y noto esa mirada cálida en ella, un aroma suave y su corazón latir con prisa. Era muy pequeña todavía pero pudo notar algo que la hacía especial de los otros niños conejos. Ella atraía mucho a las bestias calmándolas por su aroma e inocencia, llámenlo lazo pero el zorro adulto estaba teniendo con la pequeña híbrida.
- - Kate – Llamo hacia la cuidadora. - ¿Quién es ella?
- - Apenas iba interrogar a los chicos. – Menciono la mujer.
- - ¡Su nombre es Mabel y quiero que la dejen en paz! – Protesto el conejo marrón.
- - Mabel... - Viendo a la castaña. – Y tú eres. – Dijo Tad.
- - Su hermano mellizo, Dipper Pines – Frunciendo el ceño. – Regréseme a mi hermana.
- - Tranquilo muchacho – Sentándose con la menor en brazos mientras buscaba en su maletín una ámpula y una jeringa. – Estoy ayudando a tu hermana, tiene alta temperatura y lo más seguro que debe tener infección, le noto parte de las amígdalas inflamadas y una lesión en la mucosa de su garganta. Es como si hubiera comido algo riguroso y poco digerible para ustedes.
- - Hemos vivido un tiempo en el bosque oscuro – Comento Dipper. – Mamá nos daba a comer pescado, lyches y bayas rojas... aunque lo último que comimos fue frambuesas negras.
- - Espinas y semillas.
- - Doctor Strange sobre la chica dudo que podamos encargarnos, son varios gastos si son cuidados. – Dijo Kate.
- - ¡No la puede dejar así!
- - Silenció Wendy.
Tad sobaba la espalda de la castaña y la abrazaba contra su pecho escuchando a la menor ronronear de satisfacción ante el contacto, no podía dejar a la pequeña morir en el bosque, algo le decía que esa coneja era especial. Una pareja a moldeada a su forma y que lo aceptara en sus aspectos y características.
- - Yo me hare cargo de ella – Aclaro el zorro con una sonrisa. – De medicamentos no se preocupe señora Kate, yo puedo cuidarla y proveer un tratamiento para ella.
- - No sería conveniente doctor, ella sería un problema grave.
- - ¡Ella es mi hermana! – Protesto el chico. – No pueden separarme de ella. – Menciono entre lágrimas.
- - Descuida pequeño, jamás te separaría de ella – Sonriendo el zorro. – Solo que digamos que ella anda baja de defensas y necesita recuperarse.
- - ¿La vas a curar? – Sonando esperanzado de que su gemela se recuperada.
- - Lo prometo.
Los siguientes días Wendy observo como el zorro no se apartaba de la gemela Pines, siempre estaban a solas en aquella habitación el cual el mayor solo aplicaba medicamento y velaba por su alimentación y sueño. También cambiando en ocasiones el agua de la bandeja y los paños húmedos. El mayor pasaba terribles desvelos con tan solo cuidar a la menor todo el tiempo. en ocasiones la señora Kate le decía que era mejor sacrificarla, pero Tad persistió en mantenerla sana y salva a pesar de que la fiebre no cesaba.
Wendy pensaba que dentro de poco moriría la menor al verla tan pálida como el papel siempre con las mejillas rojas y su rostro perlado en sudor.
Dos semanas completas pasaron en la residencia y la gemela Pines estaba recuperada con una sonrisa radiante y correteando por la morada como un conejo al cual le dieron una gran dosis de chocolate. Cuando Tad regreso a visitarla grande fue su sorpresa de ver a la chica levantada y con energías. La menor no perdió un segundo en ir corriendo a saltar en sus brazos y darle varios besos en su rostro entre abrazarlo del cuello, envolviendo sus piernas en su torso.
- - Veo que estas mejor, Sweety Pie.
- - Estoy más fuerte gracias a ti – Sonriendo la castaña.
- - Me alegra de verte sana, mi querida Mabel. – El zorro estaba contento de ver a la pequeña recuperada. La abrazo con fuerza apretándola contra su pecho.
- - Doctor... - La castaña se quejó de la fuerza del zorro más escucho unos sollozos y algo mojar la coronilla de su cabeza. – Señor Tad.
- - Mabel... - Musito en un susurro bajo, mientras acunaba a la pequeña en sus brazos.
- - No llore usted es una persona grande y fuerte – Besando sus mejillas. – Me prometió que me traería pastel de zanahoria si me recuperaba rápido.
- - ...Sí, Claro que lo traje – Menciono viendo acariciando su cabello. – No te dejaría con ganas de comer pastel.
Wendy veía desde las escaleras aquella escena, durante el tiempo que estaba habitando en la residencia jamás vio al doctor Strange estar tan contento y aliviado de sus preocupaciones. Puesto que siempre que veía a los niños del orfanato lo hacían con indiferencia.
La gata noto que el híbrido de zorro tenía unos terribles hematomas en su cuello entre aruños y sangre seca en su ceja de lado derecho, sin olvidar el labio partido. ¿Acaso el doctor se había metido en una pelea?
Más el momento de felicidad no duro mucho cuando la menor volvió con la fiebre a la semana entrante de abril. Mabel salía un momento de la enfermedad y nuevamente entraba otra vez. Wendy las veces que la cuidaba notaba que la pequeña sufría y lloraba por las noches tras la febrícula y la dificultad respiratoria por la misma taquipnea que la obligaba a cansarla de su pecho hasta dejarla inconsciente.
- - Síndrome de Marshall – Explico Tad a Kate y a Wendy por las múltiples febrículas e inflamación leve en los ganglios linfáticos que presentaba la menor. Los tres se encontraban en el estudio de la mujer mayor discutiendo del caso de la coneja. – Debido a su severa desnutrición que tuvo ella y su hermano y la misma adquisición hereditaria de sus padres... ella presenta la fiebre cada cinco días. – Mostrando un cuaderno de notas que apuntaba los días que Mabel estuvo sana hasta el punto de caer nuevamente en la sintomatología. – Más no puedo tratarla con antiinflamatorios no esteroideos, ni antibióticos de amplio espectro. – Dando un golpe en la mesa. – El Ciprofloxacino, la Ceftriaxona, Cefotaxima, Clindamicina y el Meropenem son una burla y solo la dañan. – Soltando un suspiro... también ella es muy propensa a bajar sus defensas al ser raza mezclada de Fauve de Bourgogne y Thuringer.
- - Ella es estéril – Comento Kate fríamente – Sus celos serán dolorosos y propensa abortar siempre. Ni un conejo macho la querrá, es una trampa cruel si uno llegara a interesarse en ella y sorpresa nada de concepción.
- - Ella morirá – Pregunto Wendy mirando al zorro. – Dices que ningún medicamento ayuda en ella.
- - No – Menciono. – Es algo tedioso pero puede mejorar si aguarda reposo y no pierda el apetito, también bajando la temperatura de su cuerpo con medios físicos e hidratándola. – Dijo. – Tal vez cuidándola puede que se recupere.
- - ¡¿Es acaso un juego?! – Dijo Kate furiosa. – Ella morirá señor Strange, cuando menos lo piense estaremos cavando su tumba en el jardín trasero. Ni el bosque oscuro la querrá de tan contaminada de medicamentos que esta.
- - Ella merece vivir – Gruño el zorro. – Y si puede hacer el favor de aislarla de los demás para evitar que sus defensas bajen, estaría muy agradecido.
- - Dígame señor Strange – Hablando con voz seria la mujer. – ¿Por qué mantenerla viva?
Wendy también tenía curiosidad por saber lo que diría el zorro, más la mujer la corrió cuando escucho que los niños hacían destrozos en el patio. Jamás pudo escuchar la respuesta de Tad Strange ese día. Solo supo que el mayor había obtenido conservar a Mabel en el orfanato y brindarle una habitación solo para ella y su cuidado.
Mabel siempre salía de la enfermedad pero volvía al mes o a las dos semanas, siempre recostada en cama y sin salida al jardín. La castaña miraba con tristeza y rompía a llorar en llanto por la soledad que sentía, solo dedicándose a ver a través de la cornisa de la ventana como sus amigos y su hermano gemelo jugaba en el jardín.
Wendy solo era su única compañía en esa residencia, siempre siendo cuidada por ella y recibiendo atención de la gata. Era como una segunda madre para ella, el cual solo podía confiar y contar sus molestias.
- - Wendy – Llamo Mabel desde su cama a la edad de 13 años. – Cuéntame de los árboles de acacia que crecen en el bosque oscuro y como el gorrión se comió el pan del lobo malhumorado.
- - ¿Otra vez? – Acostándose a un lado de la cama de Mabel con su pijama puesta. – Mabel te he dicho más de 20 veces esa historia.
- - Me gusta esa historia – Sonrojándose de sus mejillas. – Más la parte donde se desquita con los animales.
- - Jaja creo que eso me gusta recordar – Abrazando a la pequeña. – Bueno... el lobo malhumorado le gustaba corretear los prados con sus bolsas llenas de galletas y pan de granos de girasol. Pero él siempre dejaba regado migajas al suelo el cual llamaba la atención de los gorriones hambrientos. Bi-... digo el lobo malhumorado al ver los gorriones quiso espantarlos con un zarpazo más... no conto que esas aves listas lo cagaran y lo picotearan hasta dejarlo ronchado.
- - Jajaja – Menor se rió completamente al imaginarse al lobo picoteado. – Pero pobrecito.
- - Si pobrecito, más cuando se llevaron sus galletas y pan. – Menciono con una sonrisa. – Era un tonto lobo rubio.
- - Rubio – Dijo ella. – Como... como ¿el sol?
- - Algo así, pero cuando el sol tocaba su cabello se veía entre dorado como si estuviera hecho de oro. – Pensando un poco en lo que dijo. - Los híbridos de lobo cuidan mucho su apariencia.
- - Wendy – Llamo la menor. - ¿Tienes novio?
- - ¡¿Qué?! ¿Qué cosas dices Mabel? – Sonrojándose de sus mejillas. – Jamás lo tendría.
- - Es que eres una gatita muy buena – Menciono acurrucándose en su costado. - ¿Segura que no tienes?
- - ¿Por qué el afán de que tenga pareja? – Alzando una ceja y sonriendo.
- - Porque... si tienes uno y están en plan de casarse, me gustaría... que adoptaran a Dipper – Sonriendo suavemente con un mirada que reflejaba un vacío en sus ojos avellanados. – Quisiera que Dipper tuviera una familia amorosa, al igual que Candy, Gideon, Grenda y Pacifica. – Abrazando a su cuidadora. – Wendy... yo no viviré mucho.
- - ¿De qué hablas Mabel? – Soltando una risa nerviosa. – El doctor Strange te está curando, aunque claro que el tratamiento tarda y eso pero no te...
- - Escuche a la madre Kate – Hablo la castaña. – No me queda mucho tiempo... el señor Tad dice que es solo un resfriado persistente y que pronto se ira. – Humedeciéndose sus ojos. – Sé que estoy defectuosa desde nacimiento, mamá siempre batallaba para conseguirme medicinas y el día que no dormí por culpa de mi tos... ella murió por lobos.
- - Mabel.
- - Lo vi todo – Recordando a su madre inerte en el piso con los ojos abiertos y su rostro que reflejaba el sufrimiento. – Trate de taparme los oídos y cerrar mis ojos... pero.... Tenía tanto miedo. – Soltando un sollozo. – Si tan solo no me hubiera despertado... si tan solo no tuviera estos problemas.
- - Pequeña – Abrazo a la castaña. – Tú madre fue una gran persona, trato de cuidarlos a ti y a tú hermano, pero no significa que fuera tu culpa.
- - Wendy tengo miedo – Aferrándose al pijama de la pelirroja. – Cada vez duele.... Si entro de nuevo en fiebre y mi cuerpo comienza a convulsionar, temo no despertar.
- - Mabel.
- - Yo también... yo también quiero ser más grande y encontrar a mi destinatario – Escuchándose un berrido y un llanto de ella. – Tener mi familia y concebir... quiero vivir, estar bien.
- - Cariño todo estará bien – Viendo la caja donde Mabel guardaba con recelo su medicamento. – No llores linda.
- - Wendy...
- - Mabel tu encontrara a tú destinario, aun eres joven pequeña – Picando su nariz con la punta del dedo. – Apuesto que ese sujeto caerá enamorado de ti, tanto que en menos de lo que pienses caerás en tu primer amor y formaras un lazo especial.
- - ¿Lazo especial? – Mirando confundida.
- - Es algo así como... - Recordando al lobo pelirrojo que le dijo que la amaba, mostrándose su mirada determinada. – Una unión entre parejas.
- - Suena bonito.
- - No tanto porque es hacerlo a base de apareamiento – Dijo la gata algo sonrojada de sus mejillas.
- - ¿Apareamiento?
- - Tener relaciones.
- - Mmm... ¿y eso es bueno o malo? – La suma inocencia de una híbrida de conejo ante la ignoracia de esos términos.
- - El señor Strange no te explico nada del celo – Dijo Wendy.
- - No del todo.
- - Es cuando un hibrido y otro quieren tener concepción, pero para eso necesitan tener sexo. En tu caso un conejo macho te penetraría con su órgano sexual aquí – Señalando su parte intima. – Desvirgando su inocencia y llevándose tú pureza, en tu caso creo que tu especie duran en el acto unos 15 o 20 minutos, por lo que sería menos doloroso. Eso si los conejos tienen bastante actividad y al igual un grado alto de preñes. Y siempre están en celo cada mes si no encuentran pareja o si no pueden concebir. Y si lo hacen entraran cada 4 y 6 meses.
- - Cielos – Dijo Mabel roja como un tomate. – Mi primera platica de adulta. – Soltando un chillido de alegría. – Wendy eres muy descriptiva.
- - Solo es algo que leí en un libro de la biblioteca. – Dijo ella sonrojada. – Así que Mabel vas a estar tranquila porque tu pareja será tan suave contigo.
- - Suena tranquilizador.
- - Lo es – Agachando la mirada. – Y sobre los bebés... pues – Viendo a la castaña con sus ojos acuosos. – Estoy segura que podrás concebir unos preciosos cachorros, del conejo macho que encuentres. – Sobando su vientre. – No escuches todo lo que dice la señora Kate, tu podrás concebir en su momento porque sabremos que ese bebé lo recibirás con los brazos abiertos.
- - Lo cuidare mucho – Dijo la pequeña decidida. – Lo querré tanto que lo llenare de amor. – Soltando lágrimas.
- - Estoy segura que será una buena madre. – Dijo. – Pero aun sigues siendo joven – regañándola suavemente. – Así que controla tus hormonas.
- - Jeje aún no tengo celo.
- - Pero tú hermano sí – Musito Wendy con una sonrisita nerviosa.
Wendy y Mabel se quedaron recostadas en la cama mientras miraban el techo cubierto de pintadas de estrellas que simulaban un cielo nocturno. La menor en tres días cumpliría 14 años de edad al igual que su hermano gemelo. La pelirroja sabía que no podía seguirle mintiendo a la castaña por mucho tiempo, pues poco a poco ella estaba tan enterada de su situación. Tad les había dicho que Mabel iba agravándose su enfermedad y que pronto requeriría irse con el hibrido de zorro para recibir cuidados especiales.
Meses después ocurrió el trágico día en el bosque oscuro en cual los amigos de la castaña fueron asesinados por la manada de lobos y consigo la desaparición de ella, la cual apenas era el comienzo de los grandes problemas que se desarrollarían en ese oscuro lugar.
•| ⊱✿⊰ |•
Una fuerte ventisca helada se presentó en la habitación y los sonidos del viento azotando los vidrios de la ventana. Se había quedado un poco abierto el marco de la ventana con las cortinas bailando y mostrando un cielo nublado. Un sujeto alzo sus orejas y soltó un gruñido al sentir la corriente fría calar su piel desnuda. Se levantó con algo de pereza para cerrar la ventana, valiéndole andar sin nada que cubriera su pecho, solo unos pantalones de chándal negro en el cual podía apreciarse abajo solo unos leves aruños que se mostraban en su abdomen marcado y parte de su pelvis.
El chico dio una mirada a la pelirroja tapada con varias mantas y con su trasero a la vista mostrando sus bragas de encaje oscuro. La camisa que traía estaba desabotonada de dos botones del enfrente dejando ver su busto proporcionado, sin olvidar que estaba en una posición abrazando la almohada con sus labios entre abiertos.
- - Wendy – Llamo suavemente y con un suspiro profundo el pelirrojo.
Se adentró a la cama antes de pasar su brazo por debajo de su cintura y subirse de lado en donde estaba ella, plantando besos en su cuello y acariciando con su mano parte de su muslo tonificado hasta masajear su trasero. La cola de la gata solo se enroscaba se movía poco a poco a los lados.
- - Carajo Wendy... - Dando besos por su clavícula y cuello. Sentía un dolor en la entrepierna al irse formando un bulto en sus pantalones, restregó su erección contra su trasero buscando un alivio ante su reciente excitación.
- - Mmm...hmm – La chica oculto su rostro en la almohada intentando ignorarlo.
El pelirrojo lamió dos dedos dejándolos bien humedecidos llevando su mano a bajar la braga de encaje y acariciar entre monte de vellos rizados y rojizos parte su clítoris, estimulándola en movimientos rotatorios y frotando entre adelante hacia abajo.
- - Ahh... mmm... - Encajo sus garras en el colchón e intento apartarse más el brazo del lobo no la dejaba.
Aumento su masaje frotando con insistencia su pequeño botón rosado y hundiendo sus dedos en su hendidura al punto de penetrarla con sus dedos en su vagina mojada y cubierta de una capa de líquido semi transparente con puntos blancos. Un sonido de chapoteo se formó al entrar y salir repetidas veces en su intimidad.
- - Kill por favor.... Ahh... son las 3 de la mañana. – Se quejó entre un gemido entrecortado y su mirada adormilada. – Quiero dormir.
- - Lo siento gatita – Colocando un mordisco suave en el lóbulo de su oreja. – Tengo frío y necesito un poco de calor, y tú eres algo muy caliente y sexy.
- - ¡Auh! Ahhh... Kill... ahh... - Se aferró a las sabanas disfrutando de aquel masaje en su sexo, sus agiles dedos tocando aquel punto de placer que la hacían ronronear con fuerza. Su otro brazo la pegaba más a su erección restregándose con fuerza entre sus nalgas sobre la longitud del lobo. – Mierda... ¡¡ahg!! – Mordió el bicep del brazo con tanta fuerza que provoco que el hombre lobo la empujara a la base del colchón y diera choques fuertes y placenteros contra sus nalgas parte de su vagina humedecida.
- - ¡Joder! – Gimió profundamente el lobo pelirrojo bajando sus pantalones completamente junto con sus calzoncillos y liberando su miembro erecto con el pree semen cayendo en gotas. Guio con su mano hacia los pliegues viscosos y húmedos de la gata penetrándola de una estocada profunda y sujetando sus caderas, mientras que ella quedaba con su pecho y brazos apoyados en la almohada siendo cogida en cuatro, al estilo del perrito combinado con la montaña mágica, utilizando la almohada como punto de presión en su abdomen provocando un estremecimiento exquisito en el cuerpo de la pecosa. Kill sentía una sensación placentera cuando sus paredes apretaban alrededor de su pene siendo sensible sus embestidas.
- - Kill – Maulló la chica desesperada por las estocadas suaves y los golpes en su trasero, sabía que el lobo jugaba con ella al punto de que se frustrara y rogara por su contacto. – Más... más... más rápido. – Suplico con una mirada vidriosa de sus ojos color jade.
- - No quiero lastimarte – Acariciando sus pechos gordos y erectos de sus sensibles pezones por las primeras semanas de la preñes. – Quiero que disfrutes.
- - ¡Kill! – Gruño furiosa la chica. – Si no me coges con fuerza y con rapidez y no haces sin caminar en una semana, juro que dormirás afuera y comerás de una maldita lata.
- - Pero Wendy... - Tratando de controlar su impulso de cogerla tan mal.
- - ¡ME DESPERTASTE EN MEDIO DE UN GRANDIOSO SUEÑO, SOLO PORQUE SE TE PEGO LA GANA DE COGER POR EL PUTO FRÍO! – Gruño furiosa. – Oh me coges o voy... ¡AHH! – Grito en un fuerte gemido la pelirroja al sentir como el lobo la sujeto con fuerza de sus caderas y aumento sus embestidas a unas salvajes, resonando el choque de sus pieles.
- - ¡Carajo Wendy! – Entraba en su vagina húmeda con fuerza sintiendo su nudo formarse en medio y provocar los roces en sus paredes estrechas, creciendo más su erección. Encajo las uñas en su tierna piel de porcelana de sus muslos. Gimiendo de forma ronca y gruñendo con profunda voz. Sus testículos chocando con sus pliegues y la cara externa de sus muslos, con los líquidos del orgasmo de la chica cayendo en las sabanas de la cama. – Ojala quedes... preñada de dos... o tres... - Dijo jadeoso el pelirrojo. – ¿Cuatro no estaría mal? Cuatro lindos cachorros.
- - Kill... ahhh~ - Moviendo sus caderas disfrutaba del estremecimiento y el segundo orgasmo cuando el lobo paso su mano por el nacimiento de su cola, estimulando su zona erógena. – No te detengas.... Ahh... sigue... aah... ¡cielos!
- - Disfrutas esto – Colocando un beso en su espalda, golpeo con fuerza escuchando el crujido metálico de la cama y los golpeteos en la pared. Estaba seguro que los vecinos de alado se quejarían por el sexo intenso de las 3 de la mañana y los sonidos lascivos de ambos.
- - ¡S-Sí! – Dijo en gozo con las mejillas rojas.
- - Maldición – hizo un movimiento brusco girando a la chica para tenerla acostada boca arriba y ver su rostro rojizo del color de una granada. – Te ves muy sexy y atractiva cuando gimes de esa manera.
- - Kill... ¿Q-qué haces? – Dijo avergonzada teniendo al chico con su mirada atenta sobre ella. – Diablos deja de devorarme con la mirada pervertido.
- - Quítate eso – Desabrocho con rapidez los botones de la camisa y se lo retiro de un tirón aventándola al piso de la habitación. – Debimos dormir desnudos, así aprecio más tú deliciosa figura.
- - Pues disfrútala... porque en unos meses me veras redonda y gorda por tu culpa. – Frunciendo el ceño y sonriendo de forma divertida. – Ya no seré tan atractiva.
- - Sabes que la luna es redonda sexy, atractiva y muy romántica – Menciono entre las estocadas intensas, mientras sujeta las piernas de la chica obligándola a envolver alrededor de su cadera. – Y no me importa tu figura antes o después del embarazo... si aumentas kilitos o estás delgada – Besando sus labios. – Eres hermosa mi amada flor carmesí. Jamás dejaras de interesarme, te amo... te amo desde que te conocí mi gatita salvaje.
- - Aunque fui una traidora.
- - Ya estas pagando tu sentencia al quedarte conmigo Wen, suficiente con quedarte conmigo es una tortura para ti – Sonriendo enternecidamente.
- - No, no es una tortura – Devolviendo el beso. – Creo que es algo que no merezco.
- - Te amo Wendy
- - Yo... también Kill – Abrazo su espalda dejando que el placer los hicieran disfrutar de su contacto.
Kill gruño de lo excitado al punto de dar en un punto íntimo de la chica, sus sexos siendo escuchados entre una mezcla de humedad. Wendy araño suavemente la espalda del mayor cuando sintió aquel liquido ardiente brota y llenar completamente su cavidad.
Los besos fervientes y apasionados no se hicieron esperar en lo que quedaba de la madrugada, ambos con las respiraciones agitadas y con sus manos entrelazadas.
El hombre lobo salió de su interior sin problema alguno derramando lo que quedaba de su semen en su abdomen y parte de su vientre, su erección iba bajando y ambos soltaron una leve risa antes de quedarse recostados.
Kill pasó una mano sobre el vientre de la chica abrazándola y refunfuñando de satisfacción. Estaba contento por la noticia que le dio hace tres semanas de que estaba embarazada y esperaba cachorros suyos. Una concepción imposible entre sus especies y que fue una sorpresa para ellos, ya que solo lo habían hecho una vez cuando estaba en celo el lobo, más no pensó que la gata quedaría a la primera.
Ahora actuaban más como una pareja de casados, eran muy apegados y siempre se necesitaban del uno al otro. Kill no podía estar más contento, pero su sueño fue interrumpido por la inquietante pregunta de su amada.
- - Kill... ¿tú hermano sabe? – Pregunto Wendy recostada en el pecho del lobo.
Kill había pospuesto la cena el día que se enteró del embarazo de Wendy, recordó esa noche llamar a Bill y decirle que no podía venir el fin de semana, ni las otras semanas. Tanto que tardo para convencerlo de traer a la niña coneja para que Wendy pudiera disculparse con ella. Ahora no podía permitir que su hermano se enterada de este hecho, no sabría que reacción seria de esa pareja si vieran a su novia embarazada.
- - Mmm... creo que no. – Comento nervioso. – Sera mejor que esperemos, no quiero que te suceda algo que pudiera provocarte una emoción grande.
- - Kill, hay algo que debo decirte. – Agachando la mirada. – No te he contado del todo.
- - Wendy tranquila, ya sé que tu cuidabas de ella. – Dijo. – Pero tampoco puedo apartarla de Bill, creo que me mataría antes de que la alejara de él.
- - No Kill, me refiero que Mabel debe alejarse de Bill – Hablo Wendy preocupada. – Mabel no puede quedar preñada.
- - Ya sé que un conejo y un lobo son nulos – Dijo Kill. – Pero por el amor a la salsa tabasco Wendy, tú y yo éramos nulos, ¡nulos! Especies diferente y mira el milagro antes de navidad. – Tocando su abdomen y colocando un beso. – Estas embarazada y tendremos un cachorro.
- - Escúchame...
- - Sé que Bill está ilusionado con que su conejita quede y eso... pero yo sé que quedara. – Dijo.
- - ¡Mabel es estéril!
- - ¿Qué? – Viendo a su novia.
- - Mabel es una coneja estéril, propensa a enfermarse y con un ciclo de celo doloroso. – Comento. – No importa que especie, no quedara preñada. Tad le estuvo dando supresores e inhibidores de la progesterona.
- - Espera.... ¿Qué? – Viendo a la pelirroja con una mueca seria. – Porque Tad haría eso, dijo que estaba queriendo que concibiera.
- - Les mintió – Dijo. – Si la quería para concebir, pero no con Bill. Él estuvo enamorado de ella, la cuido y la educo al punto que ella cuando tuviera su primer celo fuera él quien se uniera. Por eso le daba supresores para que ninguno de sus amigos la tocaran.
- - Maldito malnacido – Dijo Kill. – Todavía se burla de nosotros.
- - Kill – Tomando su mano. – Mabel debe quedarse con nosotros, ella está enferma no le queda mucho tiempo su vida es efímera, y no me gustaría verla sufriendo siendo juguete de Bill. – Frunciendo el ceño – Bill está jugando con ella y tú lo sabes, lo que esconde en el armario.... Mabel lo sabrá, no puede seguir ocultando el olor con más carne fresca.
- - Vaya en que líos se mete mi hermano. – Soltando un suspiro. – Wendy... – Acariciando su mejilla. – Supongo que no queda de otra. – Limpiando las lágrimas de la pelirroja. -Debemos recuperar a la conejita cuanto antes, tienes razón estado dejando que avance la situación y empeore.
- - Sí – Wendy sabía lo que escondía Bill, más debía sacar lo más pronto a pequeña de aquella cabaña. Los recuerdos de la primera víctima del lobo eran tan frescos que de tan solo pensarlos le causaba terror.
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Muchos me preguntaron por mensaje privado la edad de los personajes así que dejare una pequeña descripción.
Omega Wendy 8, 12, 24
Alfa Phill 13, 17, 29
Alfa Bill 12, 16, 28
Beta Will 10, 14, 26
Beta Tad 20, 32
Omega Belle 12, 16, 28
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