𝐁𝐞𝐠𝐨𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐨𝐟 𝐥𝐨𝐯𝐞
Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.
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El Bosque: Capítulo VII: Begotten of love
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Hace 16 años atrás
- - ¡Mami! ¡Papi! – Moviendo entre los escombros de los árboles para sacar los cuerpos de sus padres, se encontraba la menor escarbando la tierra. - ¡Alguien ayúdeme! ¡Por favor! ¡todos tomen una vara y ayúdenme!
Una pequeña pelirroja de aproximadamente ocho años de edad, se encontraba en el principio del bosque cerca de los pabellones rocosos intentando remover los escombros que aplastaron su hogar, una cabaña de madera. La tormenta había humedecido los riscos de las montañas provocando una barricada de tierra y lodo que cayó como avalancha sobre algunos hogares fuera del pueblo de Raven Fair. Entre ellos el suyo.
- - ¡MAMÁ, PAPÁ! – Grito la pelirroja escarbando la tierra desesperadamente al punto de lastimarse las uñas. - ¡POR FAVOR ALGUIEN AYÚDEME!
La gente y algunos híbridos se habían acercado a mitotear y merodear sobre el incidente en los alrededores del bosque, pero nadie brindaba ayuda solo opinaban del asunto y se burlaban desagradablemente de la situación. Unos hacían comentarios ofensivos acerca de las familias que vivían alrededor del bosque.
- - ¡Vaya! – Hablo uno de los aldeanos del pueblo alardeando con cinismo. – Quien lo diría, la naturaleza hizo lo suyo en eliminar esas familias de gatos montañeses. – Menciono uno de los sujetos. – Merecían lo que les sucedió.
- - No hacían más que molestar con su maldita mercancía y andar caminando en nuestro lugar. – Dijo en un tono lleno de desprecio hacia la especie. – Asquerosos híbridos de gatos.
- - Aunque hay que decir que eran excelentes taladores – Dijo un híbrido de perro intentando no insultarlos.
- - ¿Qué rayos dices? – Dijo uno de los humanos. – A ti te quitaron el trabajo cuando cazabas.
- - Cierto – Dijo el híbrido. – Tal vez es mejor que queden así. Es una tragedia entre ellos.
- - Debieron prevenir el derrumbe al construir su hogar en los alrededores. – Menciono un híbrido de zorro de clase media. – Son muy tontos.
- - Son tan idiotas – Menciono un híbrido de zorro rojo. – Pero es mejor que estén sepultados a que quede lugar para ellos mismos.
La pequeña escuchaba atentamente sus murmullos y conversaciones, pero siguió cavando y manchándose en el lodo empapando su vestido verde. Nadie la ayudaba y las pocas veces que intentaba conseguir sacar la parte de un brazo o sus manos, la tierra lo cubría nuevamente volviendo a quedar sepultado.
- - ¡AAAH! – Grito la menor entre lloriqueos y las manos lastimadas. - ¡NOO! – Ella golpeaba la tierra con sus puños.
- - ¿Qué hay de esa mocosa? – Dijo un hombre irritado viendo a la pequeña. - ¿Qué no sabe que son cadáveres sepultados? Lo que hace es inútil.
- - Debió morirse con ellos.
- - Podríamos llevárnosla y divertirnos con ella – Dijo un hombre ebrio apestando alcohol con una correa en la mano lista para atraparla. – Yo podría hacerme cargo de ella.
- - ¿Es una gata montes crees que vendrá contigo? – Dijo con burla un híbrido.
- - ¡Claro que vendrá la mocosa! – Dijo el hombre perverso listo para tomarla.
La pequeña miro al hombre acercarse con la correa en las manos, de un tirón en sus cabellos rojizos la tomo del cuello colocando el collarín oscuro, para después tirar de una correa de cuero.
- - ¡Ven! – Dijo el hombre celebrando su captura. – La tengo es tan indefensa esta gata.
La pequeña saco sus afiladas garras en sus manos y aruño al sujeto ante de morderlo con fuerza con sus colmillos terminando de arrancarle la carne de su oreja y salir corriendo con rapidez dentro del bosque convertida en una gata, dejando su ropa en el sendero entre los arbustos.
•| ⊱✿⊰ |•
Cuatro días después cerca del bosque oscuro en una tarde de verano se encontraba el clima agradable para salir al exterior. Cerca de un prado de flores silvestres se encontraban jugando un grupo de niños pree adolescentes a las atrapadas, entre ese grupo se encontraba un pequeño lobo rubio que hacia bastante travesuras a sus hermanos. En especial cierta castaña de cabello castaño y ojos color azul turquesa.
- - ¡BILL! – Grito enfurecida la castaña persiguiendo al rubio con un zapato en la mano. – Vuelve aquí estúpido.
- - ¡Nunca! – Dijo el rubio sacándole la lengua y alzando sus rubias orejas mientras corría sobre la hierba y ramas secas. – Tonta Belle nunca me atraparas, eres una loba gordita y de mejillas regordetas.
- - Te odio Bill eres un grosero – Dijo la chica persiguiéndolo. – Te voy a pegar.
- - Bill – Hablo el mayor de los hermanos. – Hazle caso a Belle o te sacara otro diente de leche. – Se detuvo un momento antes de meditarlo un poco y embozar una sonrisa cínica. – Aunque pensándolo bien, un poco de dinero no caería mal. Me das el 50% de tu mesada si te tira los dientes de enfrente.
- - ¡Kill cállate! – Gruño el rubio.
- - ¡Belle te vas a caer! – Dijo un pequeño chico de cabello celeste y ojos acuosos con las orejas bajas. – ¡No ves que es otra trampa de Bill!
- - Will tonto – Musito Bill corriendo con fuerza antes de subir con rapidez a la corteza de un árbol de acacia rojo.
El pequeño estaba jadeando de lo cansado con una sonrisa de triunfo mientras miraba a Belle con orgullo desde abajo del árbol.
- - ¡Bájate de ahí! ¡O tirare el árbol! – Amenazo la castaña dando patadas al tronco. - ¡Bájate! ¡Bájate! ¡Bájate! – Dando múltiples patadas a la corteza del roble.
- - Tira el árbol ogra – Menciono. – Eres más estúpida de lo que pensé.
- - Arruinaste mi vestido y te comiste mis galletas - Dijo furiosa. - ¡ERAN MIS GALLETAS!
- - Sabían horribles y no tenían buen sabor. – Estirándose sobre la rama lanzo un bostezo y fulmino con una sonrisa en su rostro.
- - Eres tan estúpido como un zorro. – Dijo Belle enfurecida arrojando los zapatos al rubio, pero fácilmente el chico los esquivaba.
- - Awww~ - Bostezo nuevamente chasqueando la lengua y lanzando un bufido de satisfacción. – Tanto correr me entro sueño.
- - ¡BILL! – Grito molesta. – Le diré a mi mamá, y ella te dará una tunda muy fuerte sobre tu feo culo.
- - Adelante hazlo. – Arrancando varias hojas del árbol para después soplarlas. – Mi trasero es alabado por todos. Sí estás haciendo fila para besarlo, adelante. – Dijo. – Pero también te recuerdo que utilices palabras con eufemismo, no puede ser que un señorita como tú use la palabra culo en vez de trasero.
- - Guarda silencio – Dijo molesta la pequeña antes de alzar la vista y sentir sus ojos humedecerse.
Kill llego con su hermano pequeño tomados de la mano y viendo la escena más dramática entre Bill y Belle. El pelirrojo se acercó para quitarse un zapato; lo examino un poco su peso y calculo la velocidad del viento antes de dar unas pequeñas atrapadas en su palma para después arrojarlo dándole en la cabeza al rubio, Bill rodo y cayó al suelo con un dolor en su espalda y parte de sus omoplatos antes de toparse con la mirada escalofriante de la castaña.
- - Gracias Kill – Abrazando al mayor. – Eres el mejor.
- - Adelante es tuyo.
- - Hijo de perra... - Menciono Bill adolorido.
- - Ah no, no, no... - Moviendo su dedo negativamente. – No digas hijo de perra porque también es tu madre Bill – Menciono Kill frunciendo el ceño.
- - Carajo.
- - ¡BILL! – Dijo furiosa y en voz alta la castaña emanando un aura oscura. – Esta venganza será excelente.
Comenzó a golpearlo con fuerza escuchando los gritos adoloridos de Bill antes de proseguir a darle otro puñetazo en el estómago, mordiendo sus orejas y arañando su rostro.
- - ¡Cálmate Belle! – Dijo el rubio adolorido y gimoteando al sentir sus mordidas fuertes en sus orejas. – Belle duele... ¡para ya!
- - Eres un grosero – Mordiendo su oreja con fuerza hasta provocarle un grito agónico al rubio.
- - ¡Basta! – Protesto sintiendo las gotas de sangre caer de su oreja. – ¡Me duele!
- - Belle no importa si le arrancas la oreja, se la pegamos con pegamento – Sugirió el pelirrojo con una sonrisa grande.
- - Son unos desgraciados – Dijo Bill antes de empujar a Belle al suelo y correr lejos de ella mientras se sobaba sus orejas.
- - ¡Bill vuelve aquí!
Escucharon los alaridos de un felino cerca de ellos, provocando que se detuvieran. Belle y Will agacharon sus orejas pues los sonidos que emitía el animal los a cohibían y los atemorizaba al punto de enrollar sus colas en su cintura. En cambio Bill solo fruncía el entrecejo y se erizaba el pelaje de su cola, listo para entrar en una pelea. Kill quien tenía sus orejas levantadas y su cola tiesa se puso en posición protectora ante sus hermanos y la pequeña. Aunque tenía una menor idea de lo que sucedía porque sus sentidos estaban más desarrollados que los de sus hermanos, se fue acercando a paso cauteloso hasta ver por encima de los arbustos como un gato intentaba zafarse del agarre de un cuervo que lo picoteaba.
- - Están peleándose – Dijo Will entre lágrimas. – La va matar.
- - Will guarda silencio – Dijo Bill emocionado por la pelea de ambos animales. – Apuesto a que el cuervo termina rompiéndole la piel.
- - Eres un cruel – Dijo Belle.
- - Son reglas de la naturaleza. – Dijo Bill. – Mí papá siempre lo dice.
- - ¿Hagan algo? – Dijo la castaña viendo a los tres hermanos quien se miraban al uno hacia el otro.
- - Es un gato montés – Dijeron los tres al mismo tiempo.
- - ¡Lo van a matar!
- - No es correcto interrumpir una pelea de... territorio. – Dijo Bill concentrado. – Debe defenderse.
- - Ellos no parecen pelear por territorio – Dijo Will. – Esta muy herida.
La gata soltó otro alarido antes de caer y ser jalada de sus orejas, aunque en un impulso el pelirrojo se acercó a ellos y dio una patada fuerte al ave tumbándolo y aplastando su cuerpo hasta escuchar un crujido en su cuerpo.
- - Suficiente de esta mierda – Dijo el pelirrojo terminando de esparcir los intestinos del ave sobre la hierba.
- - ¡Kill! – Llamo Bill. - ¿Qué hiciste? Nos dijeron que nunca interrumpiéramos.
- - ¡Bill suficiente! – Alzo la voz el mayor doblegando a su hermano. – Solo... es molesto ver esto.
El animal se había quedado respirando agitadamente y con múltiples heridas en su cuerpo, abrió los ojos y emitió un quejido.
- - ¡Esta vivo! – Dijo Will.
El pelirrojo tomo entre sus manos al animal con sumo cuidado antes de envolverlo con su sudadera gris, atrajo al felino a su pecho intentando acariciar su cabeza pero termino siendo mordido por sus afilados dientes. El gato solo se relamía el hocico de la sangre, manteniendo sus ojos levemente cerrados.
- - ¡Mierda! – Observo la sangre emanar de sus dedos. Se limpió sus dedos chupando lo restante. – Eso dolió.
- - Te va dar rabia – Dijo Bill en tono burlón.
- - ¡Cállate! – Dijo el pelirrojo molesto viendo como aquella criatura abría sus ojos mostrando un hermoso verde esmeralda. Levanto al felino antes de embozar una sonrisa leve de sus colmillos y mover su cola de forma efusiva, como si hubiera recibido un regalo de navidad. – Sera una buena mascota, lo llamare Lucifer.
- - Emm... Kill – Belle pico de su hombro para señalarle con el dedo el sexo del animal. – Yo creo que es hembra.
- - Se llamara Mare – Dijo Kill abrazando al gato contra su pecho con tanto entusiasmo, mientras el animal forcejaba de su agarre. – Es perfecta y es salvaje.
- - Tú mamá no querrá animales.
- - Yo la cuidare. – Dijo decidido. – Mare desde ahora eres mi mascota.
- - Hay algo raro en tu mascota – Dijo Bill entrecerrando sus ojos. – Deberías dejarla.
- - Solo es un gato salvaje. – Acariciando la cabeza del felino con descuido en su tacto. – Sera perfecta compañía.
•| ⊱✿⊰ |•
Esa tarde noche habían llegado los cuatro a la cabaña donde pasaban su verano junto con sus padres. Kill había intentado convencer a su madre con éxito para quedarse con el gato, aunque sus hermanos lo vieran con celos de tener una mascota propia.
Kill sonriente dejo a la gata descansar en su habitación sobre una mullida almohada, admirando al felino estirarse y hacerse bolita.
- - Mare aquí dormirás – Señalando la cama. – Así que no te acostumbres a una almohada.
Cerró la puerta y corrió a cenar junto a sus hermanos y su amiga.
- - Esa gata tiene algo raro – Dijo Bill, mientras comía su plato de albóndigas con el rostro cubierto de salsa. – Huele raro.
- - Celoso porque no tienes una mascota cool como la que yo traje – Dijo el pelirrojo con orgullo. – Will dame una de tus pelotas.
- - ¿Qué? Pero son mías – Dijo el peli azul.
- - Vamos te comprare más.
- - ¿Vas a jugar con ella? – Pregunto Belle. – Yo también quiero jugar con ella.
- - Belle – Llamo la mamá de los Cipher. – Tenemos que llevarte a tú casa.
- - 10 minutitos más – Dijo la castaña. – Kill va jugar con el gato.
- - Mañana Belle ahorita no porque va llover pronto y no queremos demoras en el camino.
- - De acuerdo. – Dijo la castaña con las orejas agachadas. – Will – Acercándose al peli azul para darle un beso en la mejilla. – Nos vemos.
- - Sí – Dijo el lobo con sus mejillas arremolinadas de un sonrojo.
- - Bill – La pequeña quiso darle un besito en la mejilla pero recibió un golpe en su frente. - ¡Ay! Bruto-
- - No te me acerques con tus babas. De seguro me darás piojos o rabia.
- - Con más razón – Dándole un beso en su frente.
- - ¡Uhg! – Dijo el lobo rubio frotándose su frente. – Eso no quita que me mordiste las orejas.
- - Jeje – La castaña se rió antes de acercarse al mayor y darle un beso en su mejilla. – Mañana quiero jugar con la gatita.
- - Okey – Dijo el pelirrojo.
La castaña corrió hacia los padres de los chicos antes de irse, mientras que su madre les ordenaba de meterse a bañar los tres.
Más tarde Will que había terminado de bañarse después de Bill se dirigió avisarle a su hermano mayor que se encontraba libre el baño. Abrió la puerta para encontrarse a Kill jugando con la gatita mientras tiraba de sus patas traseras.
- - Kill el baño esta libre, si mi madre llega y nota tu aroma a sucio te hará picadillo – Dijo el chico con una sonrisa. – Si quieres cuido a Mare.
- - No – Dijo Kill tomando a la gatita. – Voy a aprovechar para bañarla.
- - Seguro – Dijo. – A los gatos no les gusta el agua.
- - A Mare si le gustara, ¿cierto? – Mientras tomaba su toalla y a la gata que solo intentaba aferrarse a cualquier cosa. – Un baño no te matara.
El pelirrojo sentía unos arañazos en su brazo pero poco le importaba, abrió la llave de la ducha y cerró la puerta para retirarse su ropa. Sacudió su cola y orejas eliminando todo rastro de tierra. La pobre felina caminaba alrededor asustada y resbalando contra el piso, mientras que Kill depositaba su ropa en la cesta de la ropa sucia quedando desnudo.
- - Ven aquí Mare.
La gata lanzaba un gruñido y arañazos erizando su piel para evitar ser tocada, a lo cual el hombre lobo solo le hicieron entusiasmarlo y tomarla entre sus brazos, para después adentrarse en la ducha y mojarse completamente.
- - Ves no hay nada de malo – Cubriendo su cuerpo de jabón y tallando su lomo y cabeza antes de dejar a la gata en el suelo de las baldosas. – Diablos tengo mucha tierra. – Tallando su cabello y enjuagado su rostro, noto que la gatita solo se quedaba en un rincón raspando las paredes. – Ven aquí. – Froto su cabeza y acaricio el lomo de la gata. - ¿Te gusta Mare? – Escuchando al gato ronronear más cuando rascaba al inicio de su cola, volviéndola agresiva de momentos al punto de morder su mano y lamer sus dedos. – Ah ya veo te gusta que te rasquen aquí.
La gata mordía y lamía sus dedos antes de soltar más maullidos y ronroneos. Kill se reía antes de enjuagar a la gata entre el agua y acariciar su cabeza. Ambos se envolvieron en una toalla y la llevo a su habitación depositándola en la cama, mientras tomaba un pijama para cambiarse.
- - ¿Quedaste exhausta? – Viendo al gato recostarse en su almohada estirándose completamente. – Eres muy linda. – Acariciando atrás de sus orejas, en cambio sus gestos se reflejaban en sus orejas y cola al estar feliz. – Eres mi gatita, solo mía.
El pelirrojo se quedó dormido con el gato entre sus brazos antes de que despertara a mitad de la noche tocando un cuerpo femenino, más por el intenso aroma que desprendía.
"Gardenia y frambuesas"
Abrió sus ojos cenizos y levemente rojizos antes de ver a una pequeña pelirroja pecosa con orejas de gato y desnuda de su cuerpo. Se cubrió la boca para evitar gritar alto viendo a la chica dormitar en posición fetal.
- - Una híbrida de gato – Dijo el mayor con el rostro sonrojado de la vergüenza. - ¡Mierda!
La pelirroja despertó antes de ver al chico y lanzar un bostezo, tomo las sabanas y se cubrió para después seguir durmiendo.
- - Mare no es una gata común – Musito. – Es una híbrida.
El mayor se levantó y corrió a buscar en su closet ropa antes de sacudir el cuerpo de la pequeña y vestirla.
- - Oye despierta.
- - Mmm... - La menor vio con sus ojos esmeralda, al chico que la sostenía. Antes de rugir su estómago. – Hambre.
- - ¿Tienes hambre? – Dijo antes de darse un golpe en la frente. – Cierto no haz comido.
Como cualquier ladrón que entra a hurtadillas a la cocina para cenar doble en la noche. Kill se encontraba calentando la cena en una sartén mientras dormían sus padres. Se acercó a la pequeña antes de darle un plato y ver que solo se lo acababa de un sentón exigiendo más. Kill solo miraba con la boca abierta como devoraba todo y extendía el plato.
- - Más – Haciendo un leve puchero en sus labios.
- - ¿Cómo te llamas? – Antes de entregarle el plato.
- - ¡Wendy! – Grito la pequeña.
- - Shhh – Haciendo una seña con el dedo. – Toma.
- - Gracias – La chica tomo el tenedor y apaleo la comida con más calma.
- - ¿Te llamas Wendy? – Dijo Kill viendo a la felina devorar su segundo plato de espagueti con albóndigas.
- - Sí. – Dijo tímida la pequeña pecosa viendo al pelirrojo embozar una sonrisa. - ¿Y el tuyo?
- - Kill Cipher aunque mamá le gusta decirme en ocasiones Phill.
- - ¿Qué edad tienes?
- - 13 ¿y tú? Te noto como de 6 años.
- - Tengo 8 – Menciono con sus orejas en alto.
- - Puedes convertirte en bestia igual que nosotros, debes ser un linaje alto. – Dijo en tono orgulloso. – Eso es sorprendente.
- - Soy bajo linaje – Dijo ella. – Me convertí porque unos sujetos querían hacerme daño.
- - Debiste pasarla mal – Viendo sus brazos lastimados.
- - No sabía que había una casa aquí.
- - Mis padres nos están criando, estamos en la edad de la rebeldía. – Menciono viendo a la pequeña sobarse de sus cicatrices, varias marcas rojizas provocadas por el cuervo. – Se supone que la gente no debe saber nada de nosotros. Dice mi madre que no estamos controlando nuestro temperamento.
- - Mmm... - Soltando un pequeño eructo antes de avergonzarse más. – Perdón... no he comido en días.
- - Debes estar hambrienta.
- - Ese cuervo me robo mi pescado – Agachando su cabeza. – Era la primera vez que cazaba uno.
- - Es una verdadera lástima – Dijo. – Pero descuida ya pise ese cuervo.
- - No soy mascota y no me llames Mare – Entrecerrando su mirada.
- - Perdón pensé que eras un gato común.
- - Eran tus hermanos los que iban contigo.
- - Sí – Rascándose la nuca. - Bill decía que había algo raro pero no quise creerle.
- - ¿Ella también es tu hermana? – Pregunto. – La chica que me acariciaba.
- - ¿Belle? – Soltando una risa. – No, ella se vino de colada. Es de otra familia pero... aquí entre nos anda buscando a Bill. Creo que quiere que él sea su alfa.
- - ¿Qué es un alfa? – Pregunto la menor con inocencia.
- - Bueno... Son los que están en la cima de los tres géneros. El alfa, sea varón o mujer, tiene la capacidad de fecundar a un omega macho o hembra.
- - Los machos no quedan preñados – Dijo la menor.
- - Sí quedan, ahí unos casos. – Dijo Kill. – En este caso Bill y yo somos Alfas y según mamá estamos en la edad de buscar compañera. Una omega destinada a que se adapte a nosotros.
- - ¿Y porque no aceptas a Belle? – Dijo Wendy.
- - Porque Belle apesta a lavanda y odio esa flor. – Golpeando con sus dedos la mesa. – Y es muy llorona en ocasiones.
- - Pero es muy bonita.
- - No tanto – Atrayendo sus manos a la cabeza. – Es una presumida y una loba chillona.
- - Y qué es lo que buscas en una... ¿omega? – Observando al pelirrojo ladear su mirada hacia la ventana. Su rostro parecía sereno y muy maduro para su edad, sus orejas relajadas y esa mirada carmín cubrirse con la sombra de la cocina.
- - Que sea fuerte y de hermosa belleza salvaje y libre, también que tenga un aroma bonito – Menciono sonriente dirigiendo una mirada suave a la pequeña. – Es muy difícil que lo entiendas.
- - Sí – Asintiendo con su cabeza. Froto sus heridas sintiendo los cortes en sus brazos.
- - No hagas eso.
- - Me pica – Humedeciendo sus ojos.
- - Dame aquí – Tomo su brazo con delicadeza como si se tratase de una muñeca, lo acerco a su rostro lamio las heridas con sumo cuidado escuchando un quejido por parte de la pecosa. – Tranquila – Musito observando a la menor con sus ojos cubiertos de lágrimas. – Eres mi gatita y debo curarte como se debe.
- - Mi mamá me desinfectaba las heridas con alcohol y una torunda. – Viendo que el lobo solo agachaba las orejas.
- - Sí, pero mi madre nos da besos antes desinfectar las heridas. – Colocando besos en su piel.
- - Me haces cosquillas – Sintiendo la lengua del pelirrojo lamer su rostro. – Aww... Kill – Soltó un suspiro antes de que el hombre lobo lamiera su frente. – Me estas dejando babas. – Soltó otro suspiro cuando lamio atrás de su oreja. – Ahh...
- - Shh... guarda silencio Wendy. – Dijo el pelirrojo colocando otra lamida.
- - Mmm... me duele en esa parte. - La pequeña se encogió sobre su asiento dejando que el pelirrojo terminara de lamer sus heridas.
- - Todo lo que te suceda estará bajo mi responsabilidad. – Acariciando su cabeza. – Eres mía gatita.
- - No soy tuya – Ladeando su rostro rojizo.
- - Lo decía enserio – Dijo en tono firme el lobo.
- - Usar la voz no hará que cambie de opinión.
- - Bueno al menos lo intente – Menciono. – Creo que buscare otra forma de que entiendas. – Dirigiendo una mirada perspicaz de sus ojos carmín.
Wendy solo sintió su pecho dar unos golpes ante su mirada. Ambos soltaron una pequeña risa que se fundió en la noche nublosa.
•| ⊱✿⊰ |•
Cuatro años después Wendy vivía junto con los Cipher en aquella cabaña, los chicos regresaban cada verano después de sus estudios. La madre de los chicos; Elizabeth Cipher se quedó en la cabaña cuidando de la pelirroja. Tenía la crianza de la híbrida de gato aparte, para evitar que ella perdiera sus costumbres.
- - Wendy – Le llamo la mujer de cabello rubio cenizo y ojos celestes. Observo a la pequeña que se quedaba oculta atrás de las cortinas mientras inflaba sus cachetes. – Ven aquí linda, ven. – Haciendo un gesto con su mano para que se acercara.
- - Este color no me queda – Señalando su vestido de manga corta color menta con un moño azul claro en su cintura. – Siento que se reirán de mí.
- - ¿Quiénes? – Pregunto la señora mientras acomodaba a la pelirroja en un taburete rojo. Saco un cepillo y empezó a cepillar la larga cabellera de color rojo como las manzanas que crecían al oeste del bosque oscuro.
- - Los chicos y Belle – Menciono la chica soltando un sollozo.
- - ¿Te lo han dicho?
- - No, pero sé que no tienen que ocultarlo solo por ser educados. – Dijo la pequeña de doce mientras alisaba su falda.
- - Yo creo que no se reirán. – Soltando una risa. – Al contrario mi pequeña damita, te ves hermosa y elegí este vestido porque combina con tus ojos. – Pasándole un espejo de oro. – ¿Ves? Tienes unos bellos ojos verdes como las esmeraldas. Una gema preciosa.
- - Sí – Se sonrojo de sus mejillas al escuchar ese alago por parte de la señora Cipher.
Wendy quería mucho a la madre de los Cipher. Ella siempre era cariñosa a pesar de ser híbrida de lobo ártico. De momentos venía a visitarlo el señor Keith Cipher; un híbrido de lobo de raza Etíope cabello marrón rojizo como la sangre, ojos ámbar con rastro rojizo en el centro. Su actitud era serena y pocas veces demostraba sus emociones. Siempre manteniendo sus orejas levemente alzadas y su cola relajada.
Siempre que pasaba enseguida de Wendy su único rastro de cariño o comunicación eran acerca del clima y acariciarle la cabeza con poco tacto. Pues los momentos que la niña ronroneaba lo sacaba de susto y no sabía después que hacer, excusándose de ir al estudio a leer sus libros o atender asuntos de la mansión en Salem. La señora Cipher solo soltaba una risa cuando veía ese tipo de actitud en su esposo, sin que la pequeña supiera lo que sucedía. Sus días eran felices conviviendo con la familia o explorando el bosque.
Ella observo que regresaban los hijos de la señora un poco más crecidos y con un aroma diferente, Wendy solo fruncía la nariz y se alejaba mucho de Bill, Will era tolerable pero odiaba cuando jalaba su cola o le mostraba un cascabel el cual quería que atara su cuello, en cambio Kill... simplemente mantenía distancia y huía cuando podía. Pues el pelirrojo siempre traía la maleta llena de listones y moños, siempre listo de cazarla y colocárselos en su cabeza.
Una mañana se encontraban los tres hermanos junto a las dos chicas cerca del puente del bosque. Belle había venido a visitarlos durante las vacaciones quedándose en la habitación de Wendy, aunque Kill no aceptara que la separaran de su pequeña protegida. La señora Cipher regaño a Kill evitando que siguiera molesto, puesto que los chicos estaban en la edad de lazo, en pocas palabras <<Buscar pareja>>.
El grupo caminaba cerca de los viejos tablones del puente mientras conversaban y tiraban una que otra broma. Estaban recolectando moras de los arbustos y algunos frutos rojos; entre bayas, frambuesas y fresas silvestres. Belle quien el camino venia trenzando varias ramas y flores, corrió cerca de la chica mientras le colocaba a Wendy una corona hecha con hojas de frambuesa y flores de margarita.
- - Para ti – Dijo la castaña moviendo su cola de forma animada. – Wendy te quiero hermanita – Abrazando a la pelirroja.
- - Yo también hice una – Colocándole una corona de flores hecha de fresias. - ¡Taran!
- - Aww es muy bonita – Dijo la pequeña. - ¡Ay cásate conmigo!
- - Belle deja de ponerle las manos a Wendy, loba torpe – Dijo Bill mientras empujaba a la castaña.
- - Si yo quiero ella puede ser mi omega – Sonriendo. – ¿Verdad Will?
- - Lo dudo mucho – Inflado sus mejillas de los celos.
- - Ya deja de leer novelas lesbianas – Dijo Bill mientras caminaba entre las piedras del río.
- - Eres un aguafiestas Bill ojala te quedes solo y con muchos espacios en la cabeza hueca que tienes. – Empujando al chico al río. – Yo solo digo que Wendy se ve hermosa con la corona que hice. – Abrazando de los hombros a la pelirroja. – Imagínate Wendy tendrás a miles de hombre comiendo de la palma de tú mano, cuando la señora Cipher termine tus lecciones de señorita. – Soltando un suspiro. – Ay creo que me imprime en ti~ - Haciendo un pose dramática mientras daba volteretas a la pelirroja.
- - Belle jeje no sigas – Dijo la gata mientras dejaba a su amiga delirar sola.
Kill quien se encontraba tirando piedras en el río no podía evitar ver de reojo a la híbrida de gato. En cuanto sintió la mirada verde de la felina, sus mejillas se coloreando de un color rojo intenso sobre el puente de su nariz similar a la cerezas que estaban juntando. Sentía su rostro arder y su mirada tornarse brillosa y afilada de sus pupilas. De momentos agachaba la mirada y mantenía a control sus emociones para no demostrarlos en su cola u orejas. Wendy se acercó a su lado antes de tirar de su brazo.
- - Kill mira, mira Belle me hizo una corona. – Sonriendo la pequeña. – Aunque no me queda muy bien porque se enreda mucho en mi cabello. No acostumbro usar listones como ella. – Soltando una risa. – ¿Me veo ridícula? Vamos sé que tienes ganas de reírte.
- - Te ves hermosa – Musito muy bajo apenas audible para ella. Levanto la mirada antes de verla que se quitaba la corona arrojándola a sus pies y corriendo hacia Belle. – Lo decía enserio. – El pelirrojo solo se limitó ladear su mirada e ignorar lo que sucedió.
En cambio Bill solo entrecerraba sus ojos y se dedicaba a despedazar uno de los peces que se encontraba nadando en el río.
Siguieron su camino por los senderos del bosque dejando huella sobre las hojas secas y la tierra levemente humedecida, llegaron a uno de los prados cerca de las cuevas en donde estaba rodeado de una arbolada de árboles de acacia amarillos y naranjas. Belle, Will y Wendy se quedaron recostados sobre la hierba semi húmeda mientras dejaban que los rayos del sol se colaran entre el follaje de los árboles. Kill se quedó dormido con una pequeña pelota en la mano, mientras que Bill se había perdido a correr cerca de las flores.
- - Hey, Wendy – Llamo Belle apoyada entre sus codos. – Adivina Kill tuvo muchas propuestas de varias omegas.
- - ¿Omegas? – Dijo la pelirroja dando una mirada rápida al lobo.
- - Sí, todas querían que el fuera su Alfa pero el menso no quiso. – Soltando un refunfuño. – En cambio Will solo hubo una que otra.
- - ¡Oye! – Protesto el peli azul. – Te estoy escuchando Belle.
- - ¿Qué hay de ti? – Pregunto Wendy.
- - Bueno un tal señor Strange quería que fuera su pareja. – Dijo en tono presumida la castaña. – Pero... a mí no me gustan mayores.
- - Tad Strange es un zorro – Explico Will. – Tuvo la propuesta de un zorro.
- - Eso no es compatible ¿oh sí? – Enarcando un ceja interrogativa.
- - Lamentablemente si es compatible, pero a mí no me gusta. – Soltando un chasquido desaprobatorio. – No quiero tener crías de zorro.
Los tres se rieron antes de que el peli azul volviera a comentar.
- - Quien no tuvo una propuesta fue Bill – Dijo peli azul mientras sacaba de su bolsillo un caramelo de leche. – Todas lo rechazaron por raro.
- - No, no es porque sea raro – Dijo Belle. – Es porque su actitud es muy molesta. – Jugando con sus dedos. – Estaba jugando con ellas y las chicas... no les gusta que jueguen con ellas. – Agachando la mirada. – No sé qué quería Bill, pero no me gusto su mirada. Es como si cazara y eso me aterra.
- - Bill no es así Belle. – Comento Will. – Solo no ha despertado su Alfa. Un Alfa encuentra a su Omega o pareja destinada cuando sea el momento y la protege con su vida. Es un lazo único entre ellos. Posiblemente Bill la sigua buscando o no vio una excelente compañera para amarla.
- - ¡Ay Will! – Abrazando al peli azul. – Te quiero tanto.
- - Belle me estas aplastando las orejas – Se quejó del abrazo de la castaña que comprimía su tórax. – ¡Suéltame! No respiro.
- - No quiero – Dijo la chica con las mejillas rojas.
- - Pareja... - Musito Wendy recostándose en la hierba.
Lejos de los prados andaba aquel híbrido moviendo una vara entre los arbustos. Aquel chico rubio de dieciséis años se encontraba curioseando por el alrededor mientras cortaba los pétalos de las flores a su paso. En medio de su caminata un impulso de su naturaleza lo llamo mandando a que sus sentidos se agudizaran. Entre los arboles más adentro del bosque y cerca de una vereda en el río encontró a una chica de cabello castaño a mielado y ojos cafés. La híbrida de conejo portaba un vestido azul marino y llevaba su cabello recogido en coletas con dos listones rojos. Sus orejas eran de un color crema y rosado. Entre sus manos traía un bálsamo labial mientras arreglaba su apariencia, se escuchaba las risas de sus compañeros a lo lejos. Era casi su tiempo de celo entre ellos y quería lucir presentable.
Escucho un crujido entre las hojas secas llamando su atención a dirección en la que se encontraba el rubio.
- - Buenas tardes – Hizo una reverencia el chico ocultando su apariencia. - ¿Qué haces aquí conejita?
- - Recolecto flores – Mintió la chica evitando que el híbrido de lobo se acercara hacía ella. Escuchando la risa de sus amigos a lo lejos, rogaba a que uno se acercara y se la llevara de ese lugar.
- - ¿Acompañada? – Se inclinó el rubio para tocar su rostro.
- - Aun no... pero iré a buscar a uno, digo mi pareja – Refiriéndose a las voces lejanas que se escuchaban a los lejos.
- - Escuche que los conejos besan. – Tocando sus labios con la punto de sus dedos. - ¿Te interesa?
- - No – Apartando su mano mientras fruncía la nariz y retrocedía. – No me toque.
- - ¿Por qué no? – Revelando su apariencia. – No estamos haciendo nada malo.
- - Usted es un lobo – Empujándolo y alejándose de él. – ¡Déjeme!
- - Vaya, ser rechazado es horrible. – Canturreo moviendo su cola efusivamente. – Tú aroma me llamo y era muy exquisito. Debes estar en celo, los conejos siempre están en maldito celo. – Lanzando una mirada aguda y afilada a la coneja. - ¿No me invitas a aparearme? Estoy buscando un poco de diversión.
Wendy había despertado de su siesta mientras llevaba su mano para desperezar su sueño. Se levantó y se estiro completamente mientras sacudía la falda larga de color negro y su blusa blanca. Dio una mirada a Belle y a Will que dormían abrazados con una sonrisa en su rostro, ajenos de los ruidos del bosque.
Ladeo su mirada y encontró a Kill apoyado sobre el tronco de un árbol con la boca abierta y roncando. No dudo en soltar una pequeña risa, ella camino un poco y noto que Bill no estaba alrededor. Decidió buscarlo por el prado olfateando su aroma, aunque le desagradaba el olor que desprendía el chico cuando no controlaba sus hormonas.
Las flores esparcidas y quebradas del tallo la guiaban a lo profundo del bosque, marcas de aruños en la corteza de los árboles y un aroma a sangre que desprendía en el ambiente. Observo huellas y pisadas de fango que llevaban dentro de una cueva.
Un vestido roto y hechos jirones junto con el penetrante olor a oxido y secreción. La pequeña se le revolvió el estómago de tan solo tener esos olores presentes. Escucho un jadeo y el roce de cuerpos que chocaban lascivamente. Wendy abrió sus ojos al encontrar lo peor, a Bill diseccionando el cadáver de una adolescente híbrida mientras mordisqueaba su cuello y comía su carne.
El rubio fulmino a la chica con sus ojos ámbar mientras despedazaba la carne de la chica que asesino.
- - Es muy grosero de tú parte interrumpir en un aperitivo, Corduroy – Cubriendo su boca de la sangre del cadáver flácido de la adolescente. – Oh Dios... estas conejas son deliciosas.
- - Bill... no es correcto lo que hiciste – Su voz temblaba y sus ojos se humedecían. – Se supone que tienen prohibido cazar.
- - ¿Se supone? Ja, no me hagas reír – Menciono el chico sin una pizca de arrepentimiento en su voz. – Quede con ganas de divertirme con ella al intentar aparearme con una, ¿puedes creer que me hizo un cortejo la estúpida coneja? Solo bastaba que corriera y listo. – Empujando hacia adelante el cuerpo de la chica mientras trozaba uno de los falanges de la mano, abriendo su carne expuesta. – Ni siquiera puedo terminar, su carne se volvió magra de tanto estrés y ella está muerta.
- - No son compatibles pero aun así la mataste. – Respondió la pelirroja.
- - Obvio que no lo somos, ¿Cuándo has visto un lobo aparearse con una coneja? Sería nulo – Dijo con enfado desgarrando la piel del brazo esparciendo los músculos braquirradial y el extensor radial, con su uña escarbo cortando los tendones y parte de las arterias. – Esto es lo que sucede cuando nuestra especie cae en celo, si no sirven para el cortejo o para el momento, se consideran muertas. – Se acercó abrazando el cuerpo de la chica encajando sus garras para despezar su espalda haciendo jirones y colgajos de piel. – Carajo pierdo su calor. – Dijo el rubio mientras seguía arrancando cada pedazo de su carne. – Ni siquiera puedo satisfacerme.
- - Bill... ¿ella tenía familia?
- - No lo sé – Menciono molesto. – Eran del orfanato, seguramente la olvidaran. Los híbridos de los conejos son solo un número, no les importa si fallece uno.
- - No fue correcto lo que hiciste – Dijo enfurecida. – Bill tu sabes que otra especie es nula, tampoco tenías derecho a matarla. Todos se enteraran de lo que hiciste, tu especie.
- - Sera mejor que te calles la boca y no menciones de esto a nadie – Sonriendo siniestramente. – Oh juro que despedazare tú maldito cuello y quebrare tú columna al punto que supliques por que termine de matarte. Escuche que los gatos odian el agua, sería terrible despertar con la cabeza hundida en el fondo del lago. – Observando a la pequeña atemorizada. - ¿Quieres eso Wendy?
- - No... - Dijo temerosa con sus piernas temblando.
- - Entonces... vete y ni una palabra, gatita.
La pelirroja huyo de la cueva dejando al rubio con una leve sonrisa en su rostro. Bill dirigió la mirada a la coneja que se encontraba con la mirada abierta y sin brillo en sus ojos, la recostó en el piso y sujeto su cadera con un brazo. La siguió abriendo del abdomen hasta su vientre tirando de su piel con rudeza, los fluidos emanaban de la cavidad cayendo en el piso rocoso. Toco con la punta de sus dedos aquellos órganos blandos, extirpo el hígado empujando el diafragma y rompiendo las costillas falsas. Lo examino y lo peso antes de dar un mordisco saboreando la carne que le sabía lo más delicioso.
- - Debe ser algo prohibido para que no nos dejen hacerlo. – Chupando sus dedos. – Sí tan solo no te hubieras resistido, pequeña coneja.
Una mano la guio hacia sus senos encajando en su tierna carne helada y tirando con fuerza del musculo para despedazar el musculo del pectoral mayor de la hembra, quedando como un colgajo de carne el cual recogió de sus afilados colmillos y mastico de forma hambrienta saboreando la sangre tibia de la coneja. Aún conservaba rastros de calor en su cuerpo. Él saboreaba y exploraba despedazando más de ella con cada movimiento de sus manos, rompía la carne suave con fuerza. En cada desesperación escarbo con sus afiladas garras más de los músculos y tendones, hasta desgarrar la vena yugular y abrir pasó a sus clavículas desquebrajando los huesos.
- - Vaya – Su frente aperlada cubría su rostro llegando a calentarlo. Gruñidos fuertes emanaban de sus labios, relamiéndose y viendo su corazón hundido en el charco de sangre. – Maldita sea... – Se quejó el hombre lobo al punto de raspar más la carne de su pecho y retirar los pulmones. – Lo perdí.
Llego a terminar de quebrar las costillas de la chica y su esternón. Admiro el cadáver y lamió su mano. Bill levemente sonrió con el rostro cubierto de sangre y abrazando el cuerpo inerte de la híbrida.
Soltó el cadáver para acomodar sus ropas y colocarse la parte superior, limpiándose de la sangre de la chica. Quería evitar empapar su camisa de sangre pero fue inútil, el pecado de su travesura seguía presente.
Bill miraba el desastre que dejo en ella, no era la primera coneja que cazaba. Ahora había probado con lo que tenía duda, y eso era el cortejo y el devorar a la adolescente. Aquel lobo embozo una sonrisa siniestra antes de despedazar una parte del cuerpo de la chica. Sus ojos que arranco de un tirón introduciendo sus dedos en las cuencas de su rostro, también rompió la quijada para extraer los dientes metiéndolos dentro de una pequeña bolsa de cuero.
- - Interesante – Dijo. – Debo agradecerte por sacarme de la duda de que si podía aparearme con los de tu especie, pero es mejor devorarlos. – Sonrió satisfecho de su travesura.
Bill fue al río a limpiarse la sangre y lavar algunas manchas de su camisa, termino de arreglar su ropa y en su camino cazo un pájaro carpintero que rondaba entre los árboles. Llegando con sus hermanos observo a Wendy que estaba siendo consolada por Kill entre sus brazos, antes de fulminar a la gata con una mirada de amenaza.
- - Bill – Llamo su hermano mayor. – Estas hecho un asco. – Menciono viendo que traía en sus manos a un ave. – Mantén tus impulsos de caza bajo control, aquí no es zona para transformarnos en bestias.
- - Lo sé – Dijo sin importancia el rubio. – ¿Ella que tiene?
- - Se cayó por la vereda del río y creo que vio un zorro cazar conejas. – Dijo el pelirrojo. – Olvide que las híbridas de conejas están en celo, aparte el lugar apesta a feromonas hay que irnos. – Bufo cansado el hombre lobo atrayendo a la pequeña a sus brazos. - Wendy ¿puedes caminar o sigues mareada?
La pelirroja vio a Bill como este le hacía una seña de guardar silencio. Ella volteo a ver a Kill y se aferró a su cuello con temor.
- - Esta muy asustada – Dijo el chico cargándola en sus brazos. – Descuida Wendy llegando a casa hablare con mamá para que te de algo. A lo mejor tienes suerte y te de una rebanada de pastel. – Tratando de animar a la pequeña.
Wendy no hablo de lo que sucedió en la cueva con ninguno de los hermanos.
•| ⊱✿⊰ |•
Tres meses después la familia Cipher había tenido un accidente al fallecer en un choque automovilístico. Kill al ser el hermano mayor próximo y en cumplir dentro de poco la mayoría de edad había heredado los bienes y parte de la fortuna, más no dejaría solos a sus hermanos. A cada uno le dio su tiempo y los dejo decidirse.
Descubrió que estaba comprometido con la hija de los Gleeful, más este se negó. Había rechazado casarse con Belle Gleeful cuando no eran compatibles. También por respeto al ver como Will había formado un lazo especial con la castaña, Belle tampoco quería a Kill y estuvo contenta cuando el pelirrojo rompió su compromiso con ella.
Mientras que Bill había agarrado una actitud más reservada y alejada de sus hermanos, se encerraba dentro del estudio y escribía hasta la mañana siguiente. Con el paso de esos meses había formado aliados de su misma especie que se dedicaban a cazar y andar libres por el bosque oscuro. Él había tomado el mandato de liderazgo como su manada. Y aunque Kill sospechaba que su hermano cazaba animales entre híbridos, prefirió no reprenderlo. Estaba distraído con otra cosa más importante y eso era.... la unión de su hermano menor que tendría con la castaña.
- - ¿Cómo que se van a ir? – Dijo el mayor alterado por la noticia, sintiendo un manojo de nervios por su cuerpo.
- - Belle quiere regresar a Salem a donde está su familia. – Dijo el peli azul. – Aparte yo también quiero ir a donde ella vaya. Es mi pareja destinada, me imprime en ella.
- - ¡Will solo tienes 14 años maldita sea! – Golpeando la mesa que se encontraba dentro del estudio. – No puedes irte sin supervisión, no me vengas con pendejadas como esas.
- - Tranquilo Kill, yo lo cuidare. – Dijo relajada la chica. – Puedes confiar en mí.
- - A callar loba alborotadora – Sonando furioso de su voz. - ¿Qué pasa si pierde el control? No puedo estar vigilando a dos adolescentes rebeldes y una pequeña inocente. – Señalando a Wendy. – Sin ofenderte linda pero haces terribles travesuras que me provocan canas.
- - Yo no hago travesuras – Se quejó Wendy mientras se sentaba en el sillón guinda y tomaba un libro grueso. - ¿Qué diablos es esto? – Viendo un libro de Kama Sutra.
- - Dame eso – Le quito el libro para darle otro. – No tienes ni dieciocho años.
- - Pero tú estabas leyéndolo – Dijo Wendy.
- - Silencio. – Dándole un golpecito en la cabeza a la gata.
- - Oye, estaré bien – Dijo Will. – Tomo mis supresores al igual que Belle. Solo será un cambio más, recuerda lo que decía nuestros padres. Es parte de nuestra naturaleza encontrar un compañero y crecer.
- - Carajo Will – Se removió sus mechones de su cabello mientras encogía sus orejas. – Bill está afuera con esos sujetos que no tienen juicio y de seguro al punto muy alto de sus hormonas, ni me hace caso. De seguro anda en la edad del pavo y tú quieres irte como loco enamorado con Belle siendo aún menor. – Dijo
- - Oye cara de tomate podrido – Dijo la castaña. – Yo quiero mucho a Will y si digo que lo cuidare es porque lo mantendré vigilado. Aparte esté cara de mora... - Tomando al peli azul del brazo.
- - ¿A mí? Yo ser cara de mora – Señalándose Will.
- - Bueno él sabe que no querré cachorros hasta que tenga 21 y que este chico sea un maldito rompe camas. – Dijo sonrojada la castaña – Así que te aguantas Will.
- - Belle estás hablando con un maldito Cipher – Viendo a su hermanito. - ¿Crees controlarle el celo? Tú lo vas a romper muy fácilmente, no te creo que se tomen los malditos supresores.
- - Mi querido Kill, existen condones – Sacándole la lengua de forma infantil. – Will es responsable.
- - Will – Le llamo molesto.
- - Ehmm... ¿sí? – dijo nervioso.
- - Sí la preñas te haces responsable ¿entiendes? – Dijo. – Eres muy joven para ser papá. Tienes 14 años recuérdalo.
- - ¡Ni la he tocado! – Dijo ruborizado. – Bueno solo para dejar marca.
- - ¿Qué marca? – Pregunto la pequeña.
- - ¡Estas muy joven para saberlo! – Hablaron al mismo tiempo Belle y Kill.
Wendy solo sabía de su especie más la señora Cipher olvido platicarle sobre uniones y lazos entre su grupo. No era de extrañar que Kill y Belle se pusieran rojos como tomates cuando les pregunto; el tema de la marca, debía ser un tema muy delicado e íntimo para que se lo explicasen.
- - Will – Soltó un suspiro. – Toma tus supresores todos los días, no olvides ni uno y cuando llegue enciérrate en un cuarto con cadenas y no dejes que Belle te vea. Que es muy tonta para tomarse los suyos.
- - ¡Oye! – Inflo sus mejillas la castaña. – Ni que fuera a violarlo.
- - Pues ya parece, te estas llevando mi hermanito.
- - Deberías estar feliz porque me gusta Will y porque somos el uno para el otro.
- - Pues si estoy muy feliz, pero... - Dijo viendo a la chica que abrazaba a su hermano menor. – Tiene 14 mi hermano y me preocupa que se convierta en papá de la noche a la mañana.
- - No haré una locura, lo prometo – Dijo el peli azul. – Solo quiero estar cerca de la persona que más quiero y amo.
- - ¿Eso significa que no nos visitaran? – Pregunto la pelirroja.
- - Claro que si lo haremos – Dijo Belle. – Solo que serán en su debido tiempo. – Acariciando la cabecita de la pelirroja. – Oye, hazme un favor y cuida a ese gruñón de ahí. Porque en cuanto nos vayamos se va deprimir mucho.
- - De acuerdo. – Sonriendo.
- - ¡Hey! Te escuche Belle – Dijo enfurecido el mayor. – Más te vale no abusar de Will.
- - No lo hare – Dijo contenta la castaña.
- - Will, quiero que llames siempre - Amenazando con un dedo. – Carta o por teléfono.
- - Lo sé hermano. – Abrazando a su hermano mayor. – Cuida a Bill.
Wendy había visto esa misma tarde noche como la pareja se retiraba mientras se quedaban solos en la cabaña. Bill seguía afuera y de seguro llegaría tarde y con la ropa ensangrentada trayendo algún pedazo de un cadáver para esconderlo en el armario que estaba por debajo de las escaleras, al rubio le encantaba coleccionar alguna pieza de sus víctimas. Solo ella sabía lo que hacía Bill dentro del bosque oscuro.
Esa noche la menor observo al hombre lobo derrumbado en el sofá con una copa de vino y viendo una foto de sus hermanos. Wendy se acercó con una manta para cubrirlo antes de ser jalada de su brazo siendo envuelta en los brazos del mayor.
- - Kill me aprietas muy fuerte – Se quejó entre su agarre. – Apestas alcohol.
- - ¿Qué haré Wendy? – Pregunto el mayor colocando su rostro en la cabeza de la pequeña. – Mamá y Papá me dejaron al cuidado de esos dos idiotas rebeldes. – Soltando un suspiro. – Uno se fue por andar detrás de una loba que según es su omega destinada y el otro ni me escucha por gustarle la sensación de liderazgo y andar cazando libremente según porque es su instinto. Ni siquiera lo veo, se la pasa encerrado escribiendo no sé qué diablos. – Jugando con un mechón largo de la chica. – No estoy listo... Yo tenía planes.
- - ¿Los extrañas? – Pregunto.
- - Sí – Soltando un suspiro. – Solo que fue muy rápido antes de que yo tomara posición en la familia. – Menciono desanimado. – Yo no quise esto.
- - Mmm... Bill podría serlo.
- - ¿De qué hablas? – Extrañado por lo que dijo. – Soy un Alfa también si es a lo que te refieres.
- - No digo que seas bueno. – Tratando de liberarse de su agarre. – Eres bueno Kill, solo que quieres otra cosa como Will.
- - Lo sé.
- - Bill tienen su camino aparte, pero tú puedes construir el tuyo. – Dijo la pequeña tímidamente. – Tus padres no dijeron que te quedadas a vivir en esta cabaña, tú puedes elegir donde ir. Hay muchos lugares que puedes ir a conocer, como Will que decidió irse con Belle. Aparte no estás obligado a vigilarlos, Bill ya casi es adulto.
- - Cierto – Dirigiendo su mirada al fuego de la chimenea. – Seria excelente dejar aquí, tal vez Bill pueda hacerse cargo o quien sabe lo que haga mi hermano.
- - Yo también... me tendré que ir pronto. – Menciono la chica con sus orejas levemente agachadas.
- - ¿A dónde? – Pregunto el mayor intrigado en lo que dijo su pequeña protegida.
- - Lejos de este bosque... - Dijo. – Dentro de poco entrara mi tiempo... y tendré que irme, los gatos seguimos nuestro camino, nos mudamos y buscamos a nuestro compañero.
- - Ya veo – Abrazando de la cintura a la pequeña – Pero por mientras te quedas aquí. – Mientras restregaba su rostro en su cabeza. – Aun eres mi protegida, afuera hay mucho peligro para ti Wendy.
- - Kill me estas despeinando, tonto lobo – Se quejó la chica.
- - Wendy – Llamo con una voz profunda mientras se acurrucaba con la chica entre sus brazos envueltos en la manta. – Quédate.
•| ⊱✿⊰ |•
Noviembre había llegado en la cabaña, Wendy se encontraba revisando el calendario. En unos días cumpliría años, no pudo evitar reprimir una mueca de felicidad. La pelirroja se había acostumbrado a vivir con los dos Cipher, aunque Bill actuaba de una actitud fría con la menor. De momentos observaba al rubio con una tensión mayor y que se enfurecía de momentos. Su manada presionaba que saliera, pero él los ignoraba encerrándose en su habitación mientras leía libros.
Ese día Kill había tenido fiebre teniendo su cuerpo entumecido y con dolor, la pree adolescente hacía todo lo posible para bajarle la temperatura, aunque el pelirrojo la expulsaba fuera de la habitación colocando seguros y gruñéndole.
Wendy enfadada por la actitud del pelirrojo abrió la puerta con un pasador y se acercó al hombre lobo con una bandeja con hielo. Kill la miro con una ceja levantada antes de sentir el contacto del agua fría en su piel.
- - ¡Hija de satanás! – Grito el lobo mientras convulsionaba inmediatamente del frío.
La gata solo miraba desde afuera del cuarto de baño como emanaba vapor caliente. Kill salió cambiado y un poco más relajado mientras intentaba tomar sus supresores. Lanzo una mirada fulminante a la chica, estaba molesto pero tampoco podía desquitarse con ella.
- - Perdón.
- - Casi me matas – Secando su cabello. – Si sabes que no debes hacer eso. Mi madre debió enseñártelo.
- - Me gruñiste y estabas muy caliente del cuerpo.
- - Es normal para los lobos almacenar mucha temperatura.
- - Entonces ¿porque me llamabas? – Pregunto la menor. – Gritabas Wendy y refunfuñabas como si estuvieras molesto.
- - Son cosas – Dijo avergonzado. – No te llamaba.
- - Te vas a dormir.
- - Sí. – Dijo intentando ignorarla.
Se acostó en su cama intentando cubrirse con las manta y colchas, más sintió un peso extra en su pieza. Sus sabanas se levantaron y sintió como alguien subía hasta quedar debajo y encima de su pecho.
- - ¿Qué haces?
- - Estoy sola y Bill me da miedo. – Agachando la mirada.
- - No va pasar nada. – Intentando calmar a la chica. – Vete Wendy.
- - Kill no me gusta lo que está haciendo Bill, siento que oculta algo en el armario. – Menciono la pelirroja. – Lo trata de ocultar con carne fresca, pero hay algo que me llama la atención en el aroma.
- - Tranquila pequeña – Dijo Kill viendo la paranoia de la gata. – Hablare con él, también me irrita el olor. Puede que aun sea un maldito rebelde pero se tiene que comportar.
Wendy se acurruco en su pecho tratando de quedar dormida en sus brazos.
- - Kill – Llamo la pequeña felina abrazándose del mayor bajo las colchas. – Tienes mucha fiebre. Estas muy caliente como para cocinar un huevo frito.
- - Es tu culpa por tirarme la bandeja de agua fría. – Bufo el mayor antes de jadear suavemente y retirar un poco la colcha. – Hace calor. – Abrazo a la gata restregando su rostro con el suyo.
- - Perdón – Dijo ella nuevamente. – No pensé que te haría más daño. – Apoyándose sobre su pecho. – Kill hay algo que debo decirte... es sobre lo que vi el otro día en el bosque.
- - Wendy luego lo dices. – La empujo con fuerza sobre el colchón tomando sus muñecas apresándolas a los lados y colocándose encima de ella. – No te muevas querida. – Beso su mejilla y parte de su quijada. – Eres muy linda. - Besaba con delicadeza su cuello cubierto de leves pecas. – Hueles delicioso y eres demasiado suave, mi pequeña gatita. – Colocando un beso en su escote.
- - ¿Eh? – Miro sonrojada al hombre lobo viendo su mirada escarlata volverse brillante y afilada. – Kill... que tonterías dices jeje deja de bromear.
- - No estoy bromeando. – Dijo. – Hablo enserio cuando alago a una bella dama.
- - Sí, pero no es momento correcto para decir esas palabras... hacia mí. – Sobre encogiéndose en su lugar. – Deberías decírselo a tu pareja destinada.
- - No miento.... Quiero decírtelo a ti - Colocando una lamida en su mejilla. – Quiero unirme contigo Wendy. – Acaricio su cuerpo con sumo cuidado colocando besos suaves sobre su piel. – Quiero que seas mía.
- - No puedes – Dijo ella removiéndose en su agarre. – No lo hagas. – Empezó a dar patadas y lanzar aruños. – Kill basta no, no puedes hacerlo estás loco si crees que te dejare tremenda estupidez. La fiebre te está afectando demasiado.
- - Déjame hacerlo – Suplico el lobo mordiendo suavemente su cuello. – Una pequeña mordida aquí Wendy... por favor, se mía. Se mi pareja mi pequeña gatita, jama estarás sola porque estaré para ti. Siempre te cuidare y nos tendremos el uno al otro. – Abrazando a la chica. – No hay nadie que nos critique o digan algo malo, estarás bien conmigo.
- - ¡Es nulo! – Dijo ella empujando al chico con todas sus fuerzas antes de soltar un sollozo. – No Kill... no puede ser posible, no soy un lobo ni omega. Perdón pero no puedo estar contigo. – Soltando lágrimas mientras intentaba limpiarlas fuera de sus mejillas. – La señora Cipher me dijo que nunca me acercara a ti, porque estabas rechazando a todas... pero nunca pensé que estabas... enamorado.
- - Wendy... no hagas esto – Dijo el chico con las orejas agachadas.
- - Kill lo siento – Dijo ella entre lágrimas. – No puedo estar contigo.
La pelirroja acomodo su ropa y salió corriendo de la habitación, paso enseguida del pasillo aspirando el aroma de los cadáveres y la sangre entre un olor desconocido para ella. Era familiar pero no quiso espiar en el armario. Ella se fue corriendo con todas sus fuerzas antes de salir del perímetro de la cabaña. Bill quien había escuchado todo se acercó a su hermano para verlo que estaba deprimido.
- - No iras a suicidarte. – El rubio miraba a su hermano como intentaba limpiar sus lágrimas y lanzar un gruñido de sus caninos.
- - No seas idiota – Comento el pelirrojo. – Estuviste parado ahí todo el tiempo
- - Se me hacía imprudente interrumpirlos. – Jugando con la plumilla entre sus dedos, soltó una risa acida. – Aunque claro las paredes son todo oído.
- - Solo fue un error lo que dije y ella no lo sabe.
- - Ella no regresara por lo que le dijiste. – Menciono. - ¿Acaso no te correspondió?
- - Bill... - Observo que el lobo rubio traía en sus manos un libro oscuro. - ¿Qué has estado haciendo en el bosque oscuro? – Pregunto, sí por algo se fue la chica fue porque lo estaba alertando de su hermano. Ahora estaba más intrigado en lo que hacía su hermano menor durante su ausencia. - ¿Qué ocultas en el armario? ¿Por qué rayos no me obedeces? – Lo tomo del cuello para estamparlo contra la pared. – No más secretos.
- - Tal vez yo puedo arreglar tu situación.
- - No le hagas daño.
- - Jamás lastimaría su unión. – Dijo el rubio mostrando un sonrisa serena. – Solo hay que recuperar a la gatita, pronto se hará de noche y ella no puede estar vagando por ahí.
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