Capítulo 8: OSCURIDAD

 Todo estaba oscuro, no lograba ver ni escuchar nada. La realidad de la situación es que creo que mis ojos estaban cerrados. Ni si quiera estoy segura de lo que ha sucedido. Recuerdo que estábamos rodeados de un sin número de ojos rojos. Kenai y yo estábamos preparados para luchar. Las chicas estaban pegadas a la pared, Ariz tenía la rodilla lastimada por la caída. Mientras pensaba una voz me sacó del análisis que estaba haciendo de lo sucedido.

- ¿Zydne? – escucho que dicen mi nombre a lo lejos. Ahora me percato, mis ojos, sí están cerrados. Los siento tan pesados que se me hace difícil abrirlos. - ¿Zydne? – alguien vuelve a decir mi nombre.

- ¿Qué? – escucho que mi voz sale apenas audible y carrasposa. Logró abrir los ojos, parpadeo varias veces, pero todo está sumamente oscuro.

- ¡Oh Dios Mío, Zydne! – dice entre sollozos. Esa voz la reconozco al instante.

- ¿Julie? – pregunto un tanto sorprendida. - ¿Estas bien? – aún no lograba verla. Antes de escuchar su contestación sentí como alguien me abrazaba y al instante supe que era ella.

- ¡Gracias a Dios! Pensé que no los volvería a ver. Note que no estas golpeada.

- ¿Los? ¿Los demás están aquí? - Apenas mis ojos se estaban acostumbrando y note que habían otras personas en el suelo, sin lugar a dudas estaban inconscientes.

- Todos están aquí, incluyendo a los tres chicos que te había mencionado.

Busqué rápidamente en mi bolsillo derecho del pantalón. Cuando sacamos las cosas importantes de las mochilas, guardé en mi bolsillo una linterna sumamente pequeña, pero que alumbraba mucho. Aún la tenía y no estaba rota. La encendí, tenía a Julie frente a mi, estaba con su rostro lleno de lágrimas y toda manchada, a mi parecer con el sucio de las paredes y el suelo. Moví la linterna, visualizando a Karen, Ariz y Kenai, todos tendidos en el suelo, mas haya de ellos estaban los chicos, sí, mis amigos, esos tres chiflados que me hacen reír cada vez que los necesito. Lágrimas de alegría y tranquilidad bajaron por mis mejillas.

Fui uno por uno, tocándolos y hablándoles, pero ninguno despertó. Los examine, al parecer ninguno tenía fractura o algún golpe grabe. Si note rasguños y uno que otro moretón en los brazos, torso o piernas, pero nada grave. La única que tenía un golpe bastante fuerte era Ariz, a pesar de que ya su rodilla no estaba sangrando, había que desinfectarla y no tenía con que hacerlo.

- ¿Zydne qué fue lo que sucedió? - me preguntó Julie con sus ojos muy abiertos y observándome con curiosidad. En ese momento hice un esfuerzo por recordar como terminamos todos aquí.

ANTES DE LLEGAR

Estábamos atrapados, no había ningún hueco libre para poder salir. Estas cosas no tenían cuerpo, eso ya lo había corroborado. Por más que había intentado golpearlos anteriormente, no pude. Lo único que tuvo efecto fue darle un golpe directo en el ojo. Le deje saber a los chicos la única manera de hacerlos retroceder o ganar algo de tiempo para poder salir por algún lado. Esas cosas no se movían y nosotros tampoco. Tanto Kenai como yo estábamos preparados para luchar contra ellos. Esas cosas hacían ruidos muy extraños, era como si se estuvieran comunicando entre ellos antes de atacarnos.

En ese momento escuche gritar a Karen, seguido de un chillido horrendo de una de esas cosas. Al observar la situación me percaté que iban por las chicas, pero Karen se había defendido haciendo explotar uno de los ojos del atacante. Kenai y yo retrocedimos para estar más cerca de ellas. Y ahí fue cuando todo comenzó.

Se nos abalanzaron varios al mismo tiempo, Kenai y yo sin perder tiempo atacamos a los ojos rojos. Chillidos tras chillidos escalofriantes se escuchaban dentro de aquellas paredes oscuras. Ariz a pesar de estar lastimada se unió a la batalla. Karen sin tener mucho entrenamiento también se nos unió, volviéndonos es un equipo de miedo. No nos movimos del área donde estábamos porque no lo permitían. No dejaban de aparecer, mi adrenalina esta por los cielos, no sentía ningún dolor. Sentía que estaba siendo golpeada pero no había dolor alguno. Tampoco escuche a Kenai o a alguna de las chicas quejarse.

Luchamos por tanto tiempo que ya no sabía si podía seguir en pie. Nuestras respiraciones eran pesadas, chorros de sudor nos cubrían todo el cuerpo. Ariz cayó de rodillas, ya no podía seguir en pie.

- ¿Ariz? - dije su nombre apenas audible por la falta de aire en mis pulmones. La escuche reír sin ganas.

- Zydne ya no puedo más. - reía y sollozaba a la misma vez.

- Creo que todos ya llegamos al límite. - dijo Kenai a un lado mío, con las manos en las rodillas buscando por aire.

Esto era todo ya no podíamos seguir más. Ni siquiera yo podía seguir, sentía que en cualquier momento me desplomaría. Seguíamos rodeados, escuche como Karen se tiró junto a Ariz. Respire hondo, me pare derecha viendo para todos lados. Realmente no teníamos oportunidad contra todas esas cosas.

- Saben que los amos y que son todo para mí. - habló Ariz desde el suelo entre sollozos. Ya se había dado por vencida.

En ese momento me di cuenta de algo, no querían matarnos. Si ese hubiese sido el caso ya lo hubieran hecho. Su gran número en comparación a nosotros cuatro. No nos habían hecho heridas de gravedad a ninguno de nosotros. Solo uno que otro golpe, pero nada serio. Estas cosas nos querían llevar a algún lugar con vida y no lastimados.

- No vamos a morir. - les dije muy segura, había una posibilidad de que me estuviera equivocando, pero no iba a pensar en el lado negativo.

- Zydne... - no deje a Ariz terminar de hablar.

- Llevamos mucho tiempo luchando y no tenemos ningún golpe de muerte. ¿No se dieron cuenta? Nos quieren llevar pero sin ocasionarnos daño.

- ¿Y si te estás equivocando? - pregunto Karen asustada.

- Cabe la posibilidad, pero apostemos por lo positivo. - les dije mientras les daba una sonrisa fingida.

Guarde la cuchilla en mi bolsillo izquierdo. Alce los brazos en forma de derrotada, sí me estaba entregando. Lo hice yo primero, porque si me estaba equivocando que me comieran antes y así los demás seguirían luchando. Sentí un golpe en la nuca y me desplome.

- Así fue como llegamos hasta aquí - le contesté a Julie. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top