Capítulo 29: PROHIBIDO OLVIDAR; DEBO SER VALIENTE

Tuve una breve charla con Silvano, el protector del bosque. Algo que me dejó bien en claro era que no podía llegar hasta donde estaba Josue a menos que no lo debilitara lo suficiente para él poder pasar. Todo gracias al demonio tan fuerte que había invocado. Sin decir más me encamine a enfrentarme a Josue. Crystal fue quien me dirigió hasta aquel lugar donde los chicos habían acampado y de ahí pude ver como otros ojos naranja esperaban por mí y uno que otro ojos rojos. No se me acercaron ni intentaron intimidarme, solo se limitaron a escoltarme. Mientras caminaba por aquellas áreas recordaba todo lo que había pasado antes de lograr escapar. Los gritos, los llantos, las peleas con estas cosas que no son humanas. El haber perdido a mis amigos en medio de la pelea. Esperaba que no les hubiera hecho nada, esperaba que sus almas continuaran dentro de sus cuerpos. Quería recuperarlos a ellos sanos y salvos, así como quería recuperar las almas de mis otros seres queridos.

Lucharía de una manera incansable, hasta tenerlos de vuelta conmigo. No saldría de aquí hasta haberlos recuperado a todos. Aunque no garantizaba si yo saldría de aquí o no, pero si garantizo que los recuperare a todos.

Me guiaron directo al área de la casa estilo pirámide. Aquella donde habíamos encontrado a Julie en las escaleras llorando. Donde vimos por primera vez a las personas con ojos naranja. Aquel lugar al que entramos y no encontramos una salida, si no, más problemas al tener que enfrentar a los ojos rojos. Ese lugar que por dentro es sumamente oscuro, parecido a un laberinto sin salida. Como olvidar la batalla que ahí dentro tuvimos, como olvidar los gritos, llantos y las palabras de aliento, así como las palabras de vencidos porque no podíamos más. No hay forma de que olvide ese momento tan agotador y aterrador que pasamos ahí dentro.

Estaba todo bien alumbrado por antorchas, esta vez habían muchas más que la última vez que estuvimos aquí. Me habían escoltado hasta el centro del pie de las escaleras. Luego de dejarme ahí todos se alejaron hasta quedar parados en la división de comienzo del bosque y el claro. Pude notar que había una gran cantidad de ojos rojos entre los árboles. Me encontraba en completa desventaja, pero aun así no me intimidé, estaba más que preparada. De un momento a otro comenzaron unos fuertes susurros inentendibles. Eran sumamente molestos, desesperantes. Observaba todo a mi alrededor, parecía una clase de cantico por aquellos allí presentes. Regresé mi vista a la parte superior de la escalera en ella se encontraba un sonriente Josue. Me parece que se sentía triunfante porque yo había regresado. No puede evitar tensarme al verlo bajar las escaleras de manera lenta. Me miraba con una expresión que a mí me pareció escalofriante. A penas iba por la mitad de las escaleras cuando parpadee. En tan solo un parpadeo lo tenía frente a mí.

Posó su mano fría y un tanto desfigurada en mi rostro. Era un intento completamente fallido de caricia suave y amorosa. Nauseas me dieron con el tacto de su piel con la mía. Me miraba directo a los ojos mostrándome aquellos dientes amarillos y deformes.

- No sabes cuanta alegría me causa que estés aquí. – lo dijo en un tono bajo que me hizo enojar. Se acercó cada vez más hasta quedar pegado a mi oreja. – Enserio no tienes idea de la felicidad que me causa verte aquí frente a mí.

No sé en qué estaba pensando el tipo este. Me estaba tratando como si fuéramos algo y hacía tiempo no nos veíamos. Si supiera cuanta repugnancia sentía hacia él ahora mismo se alejaría de mí sin pensarlo.

- ¿Te quedaras conmigo? ¿Por eso has venido? – creo que ya se le zafaron los tornillos que le quedaban. Me despegué lo más que pude de él y lo miré con mucha seriedad. No podía darme el lujo de perder el tiempo, tenía que acabar con él rápido. Tenía que atacarlo y debilitarlo lo más que pudiera para que Silvano lograra entrar hasta aquí. Coloqué mi mano en la parte de atrás de la espalda aguantando el cuchillo militar que me habían dado. Lo habían dejado sumergido en agua bendita toda la noche.

Le sonreí y sin más preámbulo comencé aacercarme de manera lenta y seductora. Aguante fuertemente el cuchillo. Llegue hasta Josue, pasé mi brazo izquierdo por su cuello como si loestuviera abrazando. Él coloco su brazoen mi cintura. Pude sentir su sonrisa enmi cuello y sin más preámbulo saqueé el cuchillo con una rapidez única. Escuché como de momento chillidos horrendosvenían desde los árboles. Y así hundí elcuchillo en su costado.                   

.

.

.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

                                                                            CAPÍTULOS FINALES

                                                                    ESPERO QUE LOS DISFRUTEN


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top