Capítulo 22: ESTO ES UNA LOCURA

Han pasado tres días desde que estoy en esta celda. El oficial a cargo que se apellida Ortiz es una persona muy amable. Ha estado al pendiente mío sin ningún problema. Se detiene de vez en cuando frente a mi celda a dialogar conmigo, él dice que cree todo lo que conté. Eso es algo que me reconforta, saber que hay personas que si me creen sin dudar nada de lo que digo. Lo que me está preocupando es que no me han dejado ver a mis familiares, ni siquiera hacer una llamada. Ya son tres días y no tengo idea de lo que esta sucediendo. Le pregunté al oficial Ortiz y me ha informado que aún no le han dicho nada de mi caso. Han violado todos mis derechos y no logro entender por qué.

Luego de que el Oficial Ortiz viera mi desesperación por saber que estaba ocurriendo fuera, él se movilizó y busco información, así que gracias él sabía sobre lo que estaba sucediendo fuera de esta celda. Este hombre realmente es un pan de Dios. Ya llegué a la conclusión de que es así y no lo hace por compasión ni nada por el estilo. Ya había hecho la ronda por el área de las celdas y se detuvo en la mía como de costumbre para dialogar conmigo. En ese momento su radio sonó, no pude entender lo que le estaban indicando, pero se excusó por un momento y salió. Esos radios me ponían un tanto nerviosa, nunca se entiende lo que dicen. En cuestión de minutos el oficial Ortiz regreso acompañado. Eran mis padres, junto a ellos había un hombre ligeramente mayor bien vestido.

Ortiz me indico que la sala donde podíamos reunirnos estaba fuera de servicio, tal parece sucedió algo. Por ende, ellos entrarían a la celda conmigo, no podíamos acercarnos mucho, ya se imaginarán, todo por el protocolo. Al abrir la celda me hizo un guiño, entendí lo que estaba haciendo. El único policía presente era él, no había nadie viendo. Una vez mis padres entraron pude abrazarlos a ambos. Mi madre lloraba sin cesar y me decía que todo iba a estar bien. Nos acomodamos como pudimos en aquella celda pequeña e incómoda para cuatro personas.

Me presentaron con el hombre bien vestido. Era el abogado que me iba a estar representando, el señor Rogelio Hiraldo. Me indicó que en dos días me llevarían a corte. Ni siquiera el mismo se explicaba que era lo que estaba sucediendo. Para llegar hasta ahí es todo un protocolo sumamente extenso. A mi simplemente me llevarían directo a corte para ver el caso, esto era una completa locura. Nunca había pasado por algo así, independientemente no entendía cuáles eran todos los pasos por seguir, pero si de algo estoy segura es que no es sacarme de la celda a la corte. Teníamos que preparar todo para ir a pelear a una corte por mi inocencia, en tan solo dos días, estábamos en contra del reloj.

Toda esa información de golpe me catapulto a un estado de ansiedad. Sentí la mano de mi padre en mi rosto, en ese momento me percate de que estaba llorando. Mis manos temblaban, mi mente estaba en blanco, no podía pensar en nada. Todo esto estaba sucediendo por pasar un rato agradable todos juntos. ¿Cómo es que de algo agradable podía pasar a algo aterrador y traumático? Querían acusarme de asesinato e intento de asesinato, me encerrarían en una celda por el resto de mi vida por algo que no había hecho. Ellos pasarían el resto de sus vidas en cama, en estado de coma, si no es que se morían antes. Tenía que regresar ahí a recuperar sus almas, nadie más lo haría y aquí me tienen intentando acusarme de algo absurdo.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top