Capítulo 16: LA TRISTE SALIDA
Luego de dar mi grito de lucha comencé la pelea con el esclavo que me había tirado al suelo. Cada vez que lo cortaba ceniza salía esparcida de su cuerpo como si fuera sangre. Ya tenía sangre podrida de Josue encima de mí, ahora cenizas, estaba comenzando a parecer un ser de otro planeta. Continué mi lucha con los esclavos que seguían llegando hasta donde yo estaba. Tenía mi brazo levantado para dar un golpe directo a la cara de uno de los esclavos que se aproximaba por mi derecha cuando sentí un tirón de la camisa. Perdí el balance, pero fui sujetada por unos brazos que reconocía muy bien, Alfredo.
- ¿ACASO ESTAS LOCA? – me miró directo a los ojos mientras me gritaba, furia había en ellos. Nuevamente me halo y me hizo a un lado mientras Kenai pasaba a toda prisa y detenía de un golpe a uno de los esclavos que estaba intentando atacarnos.
Vi como todos regresaban excepto Karen y Ariz, quienes se quedaron a cargo de ayudar a Julie a correr. Ellas tres continuaron corriendo para salir del bosque. "Estos chicos tontos, hago todo lo posible para que ellos salgan y regresen a casa a salvo y esto es lo que hacen.", pensé.
- HERMANA SAL DE AQUÍ – me gritó Kenai mientras estaba enfrascado en una pelea.
- MALDITO IDIOTA, TODOS DEBEMOS SALIR DE AQUÍ, NO ME VOY SIN USTEDES. – le grité de regreso.
- TESTARUDA – me gritó enojado.
- SOMOS HERMANOS – le grité con una sonrisa que él me devolvió.
Por un momento los esclavos se detuvieron, no hacían ni el mas mínimo movimiento. Mientras todos nosotros estábamos cubiertos en cenizas. Todos teníamos respiraciones pesadas, estábamos agotados. Y que mejor momento para escapar que este. Nos movimos poco a poco, ni siquiera nos miraban. Una vez estuvimos todos juntos comenzamos a correr despavoridos. Yo iba al frente seguida por Kenai, Marcos, Fredy y Alfredo. Todo comenzaba a verse más claro, reconocía el lugar, nos estábamos acercando en donde habíamos conseguido el pedazo de tela. Di un suspiro de alivio porque lograríamos salir.
- Ya estamos casi en la cascada, puedo irla. – dijo Marcos un tanto fatigado.
- Saldremos de esto. – dijo Fredy casi llorando.
Una sonrisa agotada se escapó de mis labios al pensar que todos estaríamos fuera de aquí. Solo unos segundos más y estaríamos en zona segura. En ese momento fue como si todo se hubiera detenido y fuera en cámara lenta. Ojos rojos aparecieron frente a mi bloqueándome el camino para seguir. Intenté esquivarlos, pero fue imposible, me detuve y detrás de mí los chicos. Podía ver detrás de los ojos rojos la salida para la libertad y parte del río que llega a la cascada. Intentamos luchar, pero nos capturaron y comenzaron a arrastrarnos bosque adentro otra vez. Gritaba, luchaba, pataleaba, hacia todo lo posible para que me soltaran. Se detuvieron. No nos llevaron muy adentro, quizás unos dos minutos corriendo de vuelta.
Los ojos rojos estaban actuando raro. Nos soltaron, y se movían de un lugar a otro como si estuvieran perdidos. Vi un halo de luz muy extraño entre los árboles, pero rápido volví mi atención a los ojos rojos. Me puse en pie y le hice señas a los chicos, comenzamos a correr. De momento comenzamos a escuchar unas voces familiares, Ariz y Karen habían regresado por nosotros.
- DEN LA VUETA, CORRAN. – gritó Alfredo, ellas lo hicieron.
Un grito de terror hizo que me detuviera. Habían atrapado a Marcos, iba a dar la vuelta, pero Kenai me detuvo. Alfredo y Fredy fueron a ayudarlo, pero no lograban que lo soltara. Intente soltarme del agarre de Kenai pero no me dejo. Alfredo me miro directo a los ojos, su expresión decía todo lo que tenía que saber.
- ¡NO! – grité.
- Sigan, tienen que salir de aquí. – decía Fredy.
- NO ME VOY SIN USTEDES. - le gritaba mientras intentaba soltarme de Kenai.
- MALDITA SEA ZYDNE, SALGAN DE AQUÍ – me gritó Alfredo enfurecido. Kenai comenzó a arrastrarme mientras luchaba por soltarme.
- Zydne debemos salir. – me decía Kenai al oído.
- Kenai no podemos dejarlos luchando a ellos. – le decía desesperada.
- MALDICION ZYDNE. – me volteó Kenai para que lo viera a los ojos – DEBEMOS SALIR AHORA. – con lágrimas en los ojos, observé por encima del hombre de Kenai a los chicos y solo asentí.
No paraba de llorar mientras corría desganada. Estaba dejando atrás a mis tres mejores amigos. Escuchaba sus gritos de lucha, porque yo sabía que no los estaban lastimando, Josue nos quería de regreso. Cuando vea que yo no estoy ahí será el fin de ellos tres. Nada más de pensar en eso me dio un dolor fuerte en el pecho. Los iba a perder para siempre y no luche por ellos. Podía hacer más, sé que podía. No di todo de mí. "Juro que regresaré y los liberaré de ese maldito infeliz".
Me solté de la mano de Kenai y me detuve con la cabeza agachada. Ya estábamos en la cascada, no nos faltaba nada para llegar al claro dónde está la puerta del bosque. Me sentía tan mal por lo sucedido.
- ¿Zydne? Debemos seguir hermana, debemos salir. – me decía Kenai mientras tocaba mis manos con suavidad.
- Sal primero Kenai.
- ¿Crees que soy tonto? Una vez dé la espalda, regresaras ahí, no te voy a perder.
- Regresaré, pero no ahora. – alcé la mirada del suelo y lo vi directo a los ojos. Solo me abrazo sin decir nada.
- Vamos. – me aguanto la mano y seguimos corriendo.
En ese momento me percate de lo golpeados que estábamos ambos. Pero yo tenía más cortaduras que Kenai, sin lugar a dudas y habían unas que aun sangraban. Mi ropa esta rasgada en muchas partes, manchada con tierra, sangre podrida y otras cosas. Kenai no tenía tantas cortaduras como yo, su ropa no estaba tan rasgada, pero si bastante sucia. Corrimos aguantados de las manos, hasta llegar a esa área que tanto anhelaba. Ariz y Karen ya estaban afuera esperando por nosotros, un sin número de patrullas de policía y varias ambulancias estaban en el lugar. No podía ver a Julie por ninguna parte, por lo que imagino se la habían llevado al hospital. Kenai y yo cruzamos la puerta de entrada al Bosque, la cual se encontraba abierta. Ariz y Karen nos esperaban al otro lado con los brazos abiertos, yo caí al suelo a llorar sin parar. Los paramédicos se nos acercaron para atendernos, pero no quería que me tocaran. Una vez logre tranquilizarme, puede escuchar lo que estaba sucediendo.
- Al parecer Julie de camino al hospital perdió la conciencia. – me informaba Ariz.
- Ella estaba muy mal. – le contesté con voz quebrada.
- Vamos querida, tienen que revisarte. – me tomo del brazo y me ayudo a levantar del suelo.
- Necesito ayuda aquí. – decía uno de los paramédicos. Al percatarme estaba atendiendo a Karen y ella parecía haberse desmayado.
- Kenai ven aquí. – le dije asustada. - ¡Ariz! – grité mientras ella se desplomaba a mi lado. Los paramédicos se apresuraron para ayudar.
- ¿Qué está sucediendo? – preguntaba Kenai preocupado y ahí fue que algo en mi cerebro hizo clic. Josue los había tocado a todos en el rostro de una manera extraña.
- Josue los tocó. – le dije a Kenai mientras lo miraba con terror. Y en ese momento él se desplomó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top