- CORRAN – grité

Les sucedió lo mismo que a mí, cayeron de cara al suelo. Observé como todos reaccionaban a la misma vez. Ninguno perdió el tiempo, reaccionaron más rápido de lo que yo lo hice porque estaban esperando a ser liberados. Fredy y Marcos eran los mas cercanos a Julie, ellos se encargaron de tomarla por la cintura y llevarla. Salimos corriendo. Ariz con todo y su rodilla lastimada corría despavorida.

- KENAI, LIDERA EL CAMINO. – él asintió.

Me percate que ninguno de los esclavos y los ojos rojos se movían de su lugar. Josue se estaba levantando, giré sobre mis talones y llegue hasta él. Había comprendido por completo la situación, si él no les habla y les da la orden ellos no se mueven. Escuche como Karen y Ariz me gritaban para que regresara al grupo. Las ignoré, llegue hasta Josue que aún estaba en el suelo, lo voltee y su rostro se estaba recuperando. Me miro con tanta ira que por un momento dado titubee. Eso no importo, me llene de valor, más el coraje y todas las otras emociones que había guardado salieron a la luz. Alce mi brazo con la cuchilla en mano y lo apuñale varias veces en el corazón. Sangre podrida salía de su pecho.

Quizás estaban pensando que me había vuelto loca, pero no era así. Necesitaba ganar todo el tiempo posible para nosotros. De esa manera poder escapar sin que nos persiguieran. Necesitaba dejar mal herido a Josue, a tal magnitud que no pudiera recuperarse tan rápido y enviar a sus esclavos o los ojos rojos detrás de nosotros. En ese momento pensé en todas las vidas que este hombre había arruinado, y en todas las almas que no podían descansar en paz por su estupidez. Sin más que pensar, la ira me consumió y dirigí la cuchilla hacía su rostro.

Me levante, gire sobre mis talones y todos me observaban con expresión de terror. Estaba respirando de manera pesada. Me enoje nuevamente porque tenían que estar corriendo para salir del bosque y seguían ahí parados observándome. No deje que pasara un segundo más y comencé a correr.

- ¿QUÉ DEMONIOS ESPERAN? ¡CORRAN INUTILES! – antes de llegar hasta ellos, giraron y emprendieron su camino.

Yo era la última en el grupo. Kenai lideraba y todos le seguían, confiaba en él, es el mejor en cuanto a recordar los caminos. Julie corría como podía mientras Marcos y Fredy la sujetaban de la cintura para que se le hiciera más fácil. Ya estábamos a mitad de camino cuando sentí que algo no andaba bien. Miré sobre mi hombre y vi que nos seguían muy de cerca los esclavos.

- ¡CORRAN Y NO MIREN HACIA ATRÁS! – les grité para que supieran que debían de apresurar el paso.

Quizás unos cuatro minutos más corriendo y llegábamos a la cascada. Karen se enredó con unas ramas que había en el suelo y cayo de pecho. Alfredo quien iba corriendo a su lado derecho la ayudo a levantarse y continuar. Corríamos sin parar cuando sentí que algo aguanto mi pierna y caí directo al suelo. Di un pequeño grito de queja, me habían golpeado el lado izquierdo del torso. Me levanté sin pensarlo dos veces cuando sentí un golpe en la espalda y volví a caer. Era uno de los esclavos que había saltado para detenerme y lo había logrado. Luche contra él hasta que logre soltarme. En ese momento me di cuenta que ya nos habían alcanzado. Tenía que ganar tiempo para que todos salieran del bosque. Me preparé para luchar. Unos pasos más y sería un enfrentamiento completamente disparejo por la cantidad de esclavos versus una persona. Di un grito de guerra y la lucha para ganar tiempo para mis seres queridos comenzó.