Capítulo 14: ¿QUÉ TRAMA?
- ¿Están bien?
La gran mayoría de ellos se veían confundidos. Julie se quejaba de dolor, pero no podía levantarme y llegar hasta ella. Nos encontrábamos arrodillados de espaldas a las escaleras. Yo era la última del lado izquierdo de la fila, mirándolo desde mi perspectiva. A mi lado derecho casi junto a mi estaba Kenai. Intente nuevamente levantarme, pero no pude, era como si estuviera siendo halada desde la cintura. Levanté la vista y Josue se encontraba de pie en el centro del claro. Nos observaba uno a uno con mucha ira dibujada en su rostro. Caminaba de un lado a otro sin quitarnos la vista.
Intenté nuevamente moverme, pero fue inútil. Kenai me miró, sabía que estaba pensando en algo. Él quería hablarme, algo tramaba, pero no era correcto decirme mientras nos observaban. Me incliné un poco para poder ver a los demás, se veían aterrados. Había que hacer algo y rápido. Nos encontrábamos en el claro donde hallamos a Julie. Sabía el camino de regreso, lo recordaba a la perfección. Desde donde estaba veía el camino por el cual aparecimos. Esa era nuestra ruta de escape.
- Zydne - me susurro Kenai - esta es nuestra oportunidad hermana. Tenemos que encontrar la forma de salir de aquí. Hay que despistarlo de alguna manera para todos poder salir.
- Kenai no creo que todos lo logremos. Debemos ser realistas. Julie está muy herida, alguien va a tener que cargarla. Otra cosa es que no sabemos que mas hay en el bosque.
- Pero debemos intentarlo.
- Lo se Kenai. No estoy diciendo que no lo hagamos, solo que hay que analizar la situación.
Y sin lugar a dudas había que hacerlo. Por un lado el acceso a la salida estaba despejado, eso era algo bueno. El problema es que una persona del grupo está herida y que tanto los ojos rojos como sus exclavos estan presentes por todo el área. Ninguno estaba en condiciones de luchar. Solo pensar en correr todo el camino de regreso a los autos es agotador. Y sin lugar a dudas alguien debía sacrificarse para que todos los demás escaparan. No mandaría a nadie a hacerlo.
Por lo que veía la situación no pintaba nada bien. De alguna manera debía hacer que Josue nos soltara de lo que fuera que nos estaba sujetando. Armar una revuelta para poder escapar. Sin lugar a dudas alguien se tenía que sacrificar. La otra opción era que escapara solo uno y buscara ayuda. Ya que yo le agradé, yo me sacrificaré. Volví mi vista a mi hermanito querido del alma, le regale una de mis mejores sonrisas. Él sabía lo que iba a hacer.
- Oye...- antes de terminar fuí interrumpida.
- Maldito mounstruo, engendro del mal. - ¿Que rayos estaba haciendo Alfredo?
- Tu eres gracioso al querer desafiarme. - había que detener esto antes de que se nos fuera de las manos.
- Ah si, graciso. Ven y dimelo en la cara maldito.
Josue emprendó su marcha hasta llegar a Alfredo. Lo abofeteo tan fuerte que sangre escurría de su boca. El enojo en mi fué tanto que casi logro ponerme en pie. Tenía que detener esto a toda costa. Observé como Alfredo regresaba a su posición y se disponía a seguir con sus insultos.
- ¡Basta ya Alfredo! - le grité enojada desde donde estaba. - ¿Con que derecho crees que puedes hablarle de esa manera?
Todos me miraron como si estuviera loca. Estaba defendiendo a Josue. Necesitaba calmarlo para que nos soltara, no necesitaba que siguieran haciendolo enojar. ¿Acaso se creen que de esa manera nos va a soltar? Alfredo no está pensando en lo que esta haciendo. Me erguí lo mas que pude, lo observe con una ceja levantada. Espero que entienda mi señal.
- ¿Acaso tu te has vuelto loca? - si me capto.
- ¿Yo, loca? - le dije dandole una sonrisa de medio lado.
- Sí, tu misma. - hizo el intento por soltarse. Estaba poniendo un buen acto.
- El loco aquí eres tu. ¿Cómo te atreves a faltarle el respeto a Josue?
- ¿Qué demonios sucede contigo? - ahora Kenai entró a la discusión.
- Ustedes no saben cuando hay que respetar, malditos idiotas. - y en ese preciso momento caí de cara al suelo. Esto era exactamente lo que quería, libertad.
- Deben aprender de ella - comentó Josue un tanto orgulloso.
Miré a mi hermano aún tirada en el suelo. Él sabía muy bien lo que estaba pensando hacer. Fui levantandome poco a poco, observando a mis seres queridos ahí arrodillados con miedo. Observandome para que hiciera algo. Mire a Josue una vez en pie. Estaba parado frente a Alfredo, paso su mano de una manera muy extraña por el rostro de mi amigo. ¿Qué trama?
Se movió tan rápido luego de terminar con Alfredo que apenas lo noté. Hacía lo mismo con el rostro de los demás. ¿Qué está haciendo exactamente? Miré a Kenai y tenía intriga en sus ojos. Cuando regresé mi vista ya estaba haciendole lo mismo a Ariz y solo faltaba Kenai. Algo no estaba bien, ninguno se quejo, ni estaban actuando raro, pero esa luz roja de alerta en mi cerebro comenzó a sonar. Me moví para que no pudiera tocar a Kenai, pero ya era tarde. Se volteó quedando cara a cara conmigo, alzó su brazo y retrocedí. Lo intentó nuevamente y lo golpeé alejandolo. Era ahora o nunca. Se dirigía a mi con una sonrisa genuina. Yo le iba a enseñar lo que era verdaderamente una sonrisa genuina. Saque mi cuchilla, no era la misma que Julie había tomado, le hice una cortadura desde su boca que la tenía abierta, hasta su oreja. Él cayó al suelo y los chicos támbien.
- ¡CORRAN! – grité
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