- ¿Cómo es posible? – escuche a Ariz susurrar.

- ¿Quién es? – preguntó Kenai un tanto confundido.

- No es la imagen que tengo de él en mi mente. – pronunció apenas audible Julie y un tanto aterrada.

Él que estaba parado frente a nosotros sin decir nada nos observaba de uno a uno. Una sonrisa extraña se dibujó cuando se detuvo en mí. No sé qué es lo que está pasando por su mente, pero no me parece que sea algo que nos vaya a ayudar. Este hombre sin lugar a dudas es el culpable de lo que está sucediendo aquí. La pregunta que me estoy haciendo es "¿Qué hizo para verse así?". Una risa siniestra volvió a salir de su boca, esta vez hizo eco por todo la habitación haciéndola más sonora.

- Tú me vas a dar muchos problemas, pero ya estoy deseando extraerla. – dijo mientras me señalaba y pasaba la lengua por sus labios de una forma grotesca.

- ¿Extraerla? – preguntó Karen. – ¿De qué está hablando? – estaba confundida por la elección de palabras de este hombre, al igual que yo. No entendía a que se estaba refiriendo.

- Su alma. – dijo Fredy desde la parte de atrás, donde estaba cubriéndose con todos nosotros.

- Exacto, el de ahí que tiembla como un bebé tiene razón. – habló de manera burlona. – Tengo que decir que se ve deliciosa, entre todas las que están aquí presente quiero la tuya, las demás las puedo dejar de esclavos. – no entiendo de que rayos está hablando, ya en ese punto estaba molesta.

- Podrías explicarte mejor. – le dije mientras me ponía en pie y lo miraba de manera desafiante, sin apartar la vista. – ¿Crees que entendemos lo que estás diciendo? – dije mientras arqueaba la ceja.

- Tú... - se tapó la boca mientras reía – eres realmente interesante. Mientras todos a tu alrededor están muriendo de miedo, tu no.

- ¿Y porque debería de temerte?

Solo rió mientras me observaba con detenimiento. Yo seguía sorprendida por ver quién era la persona que estaba frente a nosotros tratándonos como animales. A él lo recuerdo muy bien. Trabajó durante tantos años en la televisión, yo solía ver sus programas, al igual que la gran mayoría de las personas. Recuerdo que siempre iba a los lugares mas necesitados a ayudar las personas, estuvieran o no las cámaras. Era reconocido por su gran trabajo fuera y dentro de la televisión. Un hombre muy querido por todos, nunca se escuchó un chisme de él o que hubiera estado envuelto en algún problema. A su corta edad había logrado un sin número de cosas admirables. Lo único que lo hacía un tanto excéntrico era el hecho de creer en cosas sobrenaturales. Por lo único que lo molestaban o se burlaban de él era por eso.

Josue Artiaga, ese es su nombre. Desapareció en este bosque hace tres años, su cuerpo nunca fue encontrado. Con tan solo treinta y cinco años, uno de los solteros mas codiciados del canal para el cual trabajaba. Querido y aclamado por todos. Entró al bosque en uno de sus días libres del trabajo. Según los medios dijo que iba a estar solo hasta la noche, queria fotografiar la cascada El Canto del Angel, las diferentes aves y los árboles. Se le conocía por ser aventurero y luego postearlo todo en su blog para que su fanaticada fuera después al lugar a verlo. Pero él nunca regresó, desapareció sin dejar rastro, los rescatistas salieron aterrados, la expresión de esos hombres nunca la voy a olvidar. En las noticias nunca dijeron que fue lo que los rescatistas vieron dentro del bosque. Solo se limitaron a decir que lo mejor era entrar de día y no llegar más allá de la cascada.

Este hombre recuerdo que su piel era un tanto dorada por el sol que tomaba en sus aventuras. Sus ojos marrón claro hacían juego con su cabello un tanto ondulado pero siempre bien arreglado. No importaba que ropa se pusiera siempre la lucia bien, así se pusiera un saco de papas, sabía que hacer exactamente para resaltar de buena manera. Con el cuerpo un tanto tonificado, pero nada exagerado. Una voz melodiosa que todos amaban escuchar, yo incluida. Su sonrisa brillante que siempre llegaba a sus ojos y por lo cual era difícil decir si estaba fingiendo o no. Todo eso a desaparecido por completo.

Esta tan pálido que sus venas se pueden ver a través de su piel, parece una salamandra. Sus venas se ven un tanto negras. Sus dientes se ven amarillentos, es asqueante cada vez que sonríe. Su cabello esta tan sucio que parece que aceite se escure de el. En cuestión a su musculatura no a perdido mucha, pero aún así es notable. Y su voz que era lo mas que me gustaba apenas y queda algo de ella, pero sigue ahí ese pequeño tono distintivo.

- ¿Cómo es que estas vivo después de todos estos años? – preguntó Julie un tanto temeraria.

- Esa es una pregunta interesante. ¿Cómo crees tú que yo sigo vivo? – al parecer no quería revelar esa información.

- Es descortés contestar una pregunta con otra. – le dije desafiante, yo también quería saber la contestación a la pregunta que había hecho Julie, tenía mucha curiosidad. – Llegamos aquí para pasar un buen tiempo y nos topamos con toda esta situación extraña y al final del camino te encontramos diciendo que todo es obra tuya, deberías explicarnos que es lo que sucede. Después de todo dices que eres el dueño y señor del bosque o me equivoco. – no le estaba haciendo una pregunta, estaba afirmando lo que había dicho, lo estaba presionando para que contestara.

- Eres realmente problemática. – me contestó con una sonrisa de medio lado.

- No es ser problemática, es querer tener una respuesta. – di un paso adelante y sentí que unas manos me aguantaron al voltearme pude ver a Marcos, estaba sumamente preocupado. Movió su cabeza en señal de negación, me estaba pidiendo que me detuviera. Moví mis labios sin hacer ningún sonido, "no te preocupes", seguido de un guiño y así me soltó. – ¿Y bien? Estoy esperando. – me cruce de brazos.

- Bien si tanto quieres saber cómo termine siendo más guapo que antes pues te voy a contar. – sin lugar a dudas lleva mucho tiempo sin verse a un espejo.