Capítulo 27.

"Preguntas y palabras confusas, ¿Qué tan borrosas son en realidad?¿Estamos pensando con claridad?"

Su reflejo se disolvió al término de aquella oración, mi pulso golpeteaba en mis oídos y la boca se me resecaba por deshidratación leve. No podía creerlo, me sentí paralizada por completo.

A los pocos segundos, desperté de nuevo. Esa experiencia tan extraña y confusa era lo que es conocido como "sueño en bucle". Un sueño detrás de otro, enlazados, compartiendo un mismo significado o algo en común.

«Tranquilamente podría estar soñando de nuevo. Que por cierto, aún no sé si esa habitación de la mesa metálica es real o no»

Me senté en la cama, debatiendo si ir por un vaso de agua o no. Mi garganta se sentía áspera y dolorosa, supuse por la falta de agua en mi organismo.

A pasos sigilosos me acerqué a la puerta, no sin antes asegurarme de que las chicas durmieran. Por alguna extraña razón, no quería que me vieran fuera de la habitación en la noche. No estaba de humor como para responder preguntas que yo consideraría estúpidas.

Caminé por el pasillo, cuidando de que las cámaras no me captaran. La directora sería capaz de todo con tal de "aplicar disciplina" a sus alumnos.

Por un lado, me interesaba ver qué hacía, pero no quería morir. ¿Y si ya no existía más?¿Dónde quedaba lo que quería destapar?¿O el querer continuar con mi vida después de la muerte de mis padres?

—¿Qué? —pregunté al ver a William en la entrada del comedor. Me observaba en silencio—. ¿Por qué me miras así?¿Qué haces aquí?

—Sígueme —susurró un tanto ansioso, dando unos pasos hacia mí—. Es importante.

Alcé las cejas, mi expresión decía "¿Y qué carajos es tan importante a esta hora?". Él se encogió de hombros antes de alejarse, esperando a que lo siga.

En un momento, pensé en negarme a su orden, pero luego vi la oportunidad perfecta de investigar un poco. Además, mi curiosidad aumentaba a cada paso que él daba, quería saber que es lo que intentaba enseñarme.

Así que lo seguí.

Recorrimos gran parte del colegio, a pasos rápidos y para nada sigilosos. Los pasillos parecían laberínticos e interminables.

Después de unos cuantos minutos caminando, nos detuvimos frente a unas grandes puertas de madera oscura. Aparentaban estar desgastadas, dando un toque vintage al lugar; las paredes y columnas estaban bien cuidadas. Era una zona en la que no habían otras puertas cerca.

Esa sensación de frío y pesadez volvió a presentarse en el ambiente. Lo extraño era que sólo la percibías en algunas zonas del colegio. Como si hubiese algo en esos espacios específicos, que modificaba el ambiente hasta tornarlo intolerable, era tan raro.

—¿Qué hacemos aquí, William? —pregunté seria y con una pizca de curiosidad. Mi voz salió temblorosa debido al frío que invadía el lugar, me crucé de brazos para calentarme un poco.

Estábamos frente a la biblioteca.

¿Por qué?

William no respondió a mis interrogaciones. Abrió la gran puerta casi sin respirar, con una actitud de resignación y a la vez melancolía. El objeto chirrió un poco, imagino que por el estado de antigüedad que se podía apreciar a simple vista.

Mi mirada estaba puesta en él, no entendía que era lo que estaba haciendo en ese momento o que era lo que quería enseñarme. ¿Por qué la biblioteca?¿Por qué a esa hora?

«¿Por qué carajos estamos aquí?¿Por qué mierda no responde?»

Entré a la inmensa habitación después de él, me quedé cautivada por lo gigantescas y altas que se veían las estanterías del lugar, llenas de libros de todos los tamaños, parecía el paraíso para los amantes de la lectura. Escuché como la puerta se cerró detrás mío, pero no le presté atención.

—Ven —murmuró con su típico tono divertido—. ¿O piensas quedarte ahí, enamorada por un pedazo de madera con papeles y letras escritas?

—Will —lo regañé antes de suspirar—. Primero que nada, los libros son hermosos, más respeto. Y segundo, ¿Qué hacemos aquí? Respóndeme.

Él sonrió con satisfacción y me hizo una seña para que le siga. Rodé los ojos y caminé detrás de él, resignada.

Ese aire misterioso que intentaba transmitir, me provocaba nervios e impaciencia.

—Estas paredes ocultan más de lo que te puedes imaginar —comentó misterioso, viendo a su alrededor mientras caminaba—. ¿Te sientes observada?

—¿Eh? —me confundí por su pregunta repentina, frunciendo el ceño—. ¿A qué viene eso?

Él suspiró antes de girarse a verme. Me extrañé por su actuar, parecía más serio que de costumbre, a pesar de que había intentado bromear un poco, su sentido del humor no fue el mismo y se notó que era forzado.

La puerta se volvió a abrir y se oyeron unos pasos haciendo eco en el silencio. Me quedé paralizada en mi lugar, intentando oír que es lo que pasaba.

—No respires —me indicó susurrante, agarrando mi brazo para acercarme a él y ser menos visible entre las estanterías. Terminamos en una de las esquinas de los muebles, con un cercanía un poco incómoda.

No acoté nada, concentrada en los ruidos que se oían. Por el momento eran sólo simples pasos, pero podía distinguir unos zapatos de mujer y unos de hombre.

—¿Qué acordamos? Te dije que no tocaras nada referido a ella —escupió una voz femenina, tan seria y grave como ninguna otra. Parecía cargar rabia en estado puro

No obstante, esa tonada me era muy familiar. Sabía a quién pertenecía, pero intentaba pensar que sólo fue un error. 

Que no era ella y me equivocaba.

—Fue necesario, cierra tu boca si no quieres acabar como esa niña —amenazó el chico, no tenía ni idea de su nombre o si alguna vez lo había visto.

Estaba segura de que hablaban de Lila y que el chico era un Sark, ¿Pero ella? No lo quería averiguar, sólo necesitaba creer que estaban mintiendo.

O que había algo que no sabía y por lo tanto sacaba conclusiones apresuradas. Incluso llegué a convencerme de que estaba soñando.

—Tendré que soportar cosas que no me gustarán —bufó ella, golpeando la estantería al parecer—. Y tú también las tendrás que aguantar, esto no estaba en el plan L.

«¿Plan L?Wtf?»

—Sabes que nunca sigo las reglas. Y eso, aunque no lo creas, le gusta al líder —se burló el chico desconocido, agarrando un libro.

Desde mi posición podía verlo, estaba bastante difusa la imagen de él por los libros y estanterías que había de por medio, pero al menos podía observarlo.

No me sonaba conocido de ningún lado. Su cabello platino estaba bastante corto, tenía unas pequeñas ondulaciones en las puntas. Sus ojos nunca pude verlos, pero su cuello me llamó la atención.

Una tatuaje un poco grande, de una c se encontraba dibujado en su cuello. Era uno de ellos, mis sospechas estaban confirmadas.

—Como sea —lo interrumpió ella, más seria que nunca—. No cometas más errores o lo pagarás. Dudo que te guste visitar el sótano, cariño.

Tras decir eso, percibí sus pasos alejarse y abrir la puerta. William me pegó más a él para evitar que nos viera al salir.

El chico desconocido se quedó en el lugar, pensativo. Mi sed de sangre y venganza aumentaron con sólo verlo, quería que sufriera por ayudar en la muerte de Lila.

Debía actuar con calma e inteligencia, utilizar las piezas del tablero a mi conveniencia para poder realizar un jaque mate perfecto.

Matar por impulsividad no entraba en ello. Me hundiría más y arruinaría todo.

Después de unos minutos, el chico se retiró de la biblioteca, no sin antes observar un poco el lugar con una mirada suspicaz. Cuando cerró la puerta, pude respirar con serenidad.

Me despegué de William, a la vez que lo observaba con incredulidad y extrañeza. ¿Qué era lo que ellos acababan de admitir?¿A qué se refería con "el sótano"?¿Por qué tanta énfasis en esa frase?

—Era necesario que lo escucharas, Vania... Ellos mataron a tu hermanastra.

Mercink~

¿La habrán asesinado o fue accidente? 👀

¿Quién es la chica que está con ellos y Vania conoce? Hay muchas posibilidades.

¿Les gustan estos capítulos?

¿Qué es el sótano?¿Qué hay ahí?

Nos vemos en la próxima actualización semanal ❤️ No olviden cuidarse mucho, los quiero.

Y disculpen por el capítulo tan corto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top