Capítulo 19.

Capítulo 2 de este maratón como agradecimiento por las 300 visitas ❤️ Si Wattpad te trajo hasta aquí primero, ve al capítulo anterior a este que también es nuevo.

"Hay cosas que no siempre lograrás entender. Confiar es el mayor error que todos cometimos más una vez"

Me acomodé mejor en uno de los sofás, esperando la explicación de los chicos. Por dentro me sentía tan confundida, ¿De que estaban hablando?¿Qué pasaba?¿Quiénes eran los Sark?

Ojalá nunca me lo hubieran dicho.

Mientras esperaba, los chicos discutían entre ellos. Stacy parecía estar enfurecida por como sonaba el tono de su voz, Adielt intentaba calmarla con su inmensa tranquilidad. ¿Y los mellizos? Se asesinaban con la mirada en silencio.

Dirigí mi visión a mis delgados dedos que habían adquirido una tonalidad pálida. Suspiré con pesadez.

No podía creer que había acabado con la vida de esa chica, sí, eso es lo que hice. Por la manera en la que cayó al suelo, cayó muerta. El golpe en su cabeza fue letal.

Y la sangre que la rodeó en ese momento...

El sentimiento de culpa se adentraba por mis huesos, provocando que me estremezca.

«¿Esto es a lo que llaman remordimiento, verdad?»

No terminaba de comprender, ¿Cómo tuve la suficiente fuerza para matarla? Si bien tengo fuerza, no la suficiente como para quitarle la vida a una persona. ¿Entonces?¿Qué había ocurrido conmigo en ese momento?

No había estado furiosa, tampoco triste. Fue como un extraño impulso que brotó desde mi interior, algo que no pude controlar.

Parecía ser lo que había dicho esa chica llamada Alizée.

—Vania —me llamó Eiden antes de sentarse a mi lado sin cuidado alguno, provocando que me sobresaltara por el ruido—. Te contaremos un poco, pero esto tiene que quedar entre nosotros. ¿De acuerdo? Y nada de preguntas hasta que terminemos de hablar.

Lo miré en silencio por varios segundos que parecieron eternos.

—Ya sabes lo que ocurrirá si abres la maldita boca —su voz fue dura y gélida.

Tragué saliva y asentí en silencio. Sí no obedecía lo que ellos decían, matarían a mi hermanastra. Tenían ese poder.

De ninguna manera dejaría que mi familia muriera. La única familia que conservaba en ese momento.

No iba a quitarle el derecho a la vida a una niña de diez años.

Oí la respiración profunda de William. Mi corazón se aceleró con terror en ese momento.

«Algunos hacemos esa respiración cuando diremos algo que es fuerte, ¿Entonces?¿Qué carajos me tienen que decir?» reflexioné en silencio.

—Nosotros somos chicos que se metieron en varios líos, todo por obrar con el bien, ¿Ok? —habló con lentitud, William. Con sus dedos se encargaba de peinar los mechones de su cabello negro.

Estaba nervioso. Esa parecía ser una señal de demostrar que lo estaba.

¿Nervioso de qué?

—Hay un grupo que nos está buscando para asesinarnos —continuó Ira de manera melosa y elegante—. Ese grupo ahora te busca a ti por estar con nosotros, creen que pueden sacarte información. Lo bueno es que no sabes nada.

—Ese grupo son los Sark —finalizó Stacy con hastío y hartazgo—. ¿En serio tenemos que explicarle esto a ella? Es como la cuarta vez que le explicamos a alguien.

Antes de que pudiera proseguir con su reclamo, Daniel la interrumpió levantando su mano. La rubia se calló al instante, con un brillo de miedo en sus ojos marrones.

«¿Qué hizo él para que tenga tanto miedo?» pensé a la vez que movía mis dedos con angustia.

—Son nuestros mayores enemigos —expresó un angustiado Adielt—. Te van a buscar, te van a matar, torturar, quién sabe que cosas hacen. ¿Lo peor? No podremos protegerte por siempre.

Bajé la mirada, sé que muy en el fondo de su corazón, él se sentía apenado por todo lo que pasaba. No era mala persona, nunca lo fue.

—Los podrás identificar por un tatuaje en su cuello, es minúsculo. Por lo general son letras en mayúscula imprenta, no sabemos qué significan, pero algo es algo —murmuró William, agarrando mi mano. Ni me di cuenta del momento en el que se sentó a mi lado.

Lo observé por varios minutos. Sus ojos verdes destellaban paz y miedo a la vez, él tampoco era una mala persona. A diferencia de Adielt, él si se mostraba tal cual como era.

Asentí después de unos cuantos minutos, procesando todo lo que me habían contado los chicos hasta ese momento. Parecía información simple, pero realmente chocaba contra ti cuando lo decían.

—Espero que podamos entrenarte a tiempo —intentó animar el ambiente una dulce Ira. Sus dientes pálidos se mostraban a través de su sonrisa algo triste—. La verdad es que ya no quiero perder a alguien más.

Al término de aquellas palabras, dirigí mi vista a ella. Se encontraba sentada en el sofá enfrentado en el cual yo estaba. Sus piernas estaban cruzadas en una pose elegante y su porte era tan intimidante.

Una chica dulce, extravagante y hermosa, pero intimidante como la mierda. Sus ojos azules parecían ser dos hielos, dos cuchillas que se clavaban en ti al verte.

—¿De verdad esperan que crean todo esto? —inquirí con confusión—. No parece real, ¿Qué pasa si me encuentro con uno?

En ese momento, Ira suspiró de forma sonora y se levantó del sofá. Caminó hasta mí para inclinarse en mi dirección, agarró mi mentón y me obligó a mirarla.

—¿Tenemos razones para mentirte, Vania? —preguntó con obviedad, acariciando mi mentón—. Yo creo que no. Ya deberías saber la respuesta. No te diremos más, esto es lo único que necesitas saber: ellos son peligrosos, si identificas a uno, huye de dónde sea que te estés. Esto no es una broma.

Ella poseía esa manera de hablar tan pausada y distinguida. No le gustaban los modismos o "palabras actuales", las evitaba. Me había dado cuenta de ello.

—Está bien —me resigné y ella se apartó con una sonrisa triunfal—. Les creeré por ahora.

—Pensamos en utilizarte como carnada para sacarles información, pero creo que así está bien —confesó Daniel con tranquilidad.

No opiné nada. Me levanté del sofá y me dirigí en dirección a las escaleras que me llevarían a la planta alta. Lo único que deseaba en ese momento era volver a mi habitación y descansar, aún estaba abrumada por la muerte de esa chica.

Seguía sin poder creer que yo había hecho un acto así.

Y lo único que quería creer en ese momento era que los chicos no eran unos psicópatas locos que estaban buscando a quién culpar. Por su seriedad, dudé que esa sea la razón.

Pronto la directora solicitó mi presencia, miré por última vez a los chicos y subí los escalones de metal. Abrí la puerta para posteriormente salir.

...

En mi camino a la oficina de la directora, me había encontrado con una chica que jamás había visto. No me sonaba conocida de ninguna manera, aunque no estaba del todo segura, no me ponía a analizar a los demás.

Pero si estaba segura de haber visto una cosa: un tatuaje con una A imprenta mayúscula. En su cuello. Lo había visto al pasar a su lado.

Cuando llegué a la oficina, golpeé la puerta. Poco tiempo pasó cuando recibí un "Adelante"

Abrí la puerta con los dedos temblando ligeramente. La mirada de la señora directora se despegó de su computadora unos segundos para luego volver su atención a la máquina.

—Por favor, tome asiento —indicó con amabilidad.

Sin despegar mi vista de ella, me senté en la silla que se encontraba frente al escritorio. La oí teclear algunas cosas, pero no le di importancia.

—Señorita Vantest —comenzó a hablar, con severidad—. Usted debería saber que este tipo de conductas que se presenció en el comedor, no son aceptadas en esta institución.

Tragué saliva y me tensé en mi silla. Por mi mente fluyeron distintos pensamientos y escenarios donde era expulsada de la escuela.

«Sí soy expulsada, no descubriré que oculta esta mierda de la que todos hablan en Grelim, no me recibirán y me tratarán como a la peste, los chicos matarán a mi hermanastra... ¿En qué lío me metí?»

—Yo... Lo sé —murmuré temblorosa.

—Pero por ser la primera vez que ocurre algo así, se lo disculpamos —sonrió con tranquilidad—. Qué no vuelva a ocurrir.

—Así será —musité con extrañeza.

La mujer sonrió para después levantarse de su silla. Se acercó a mí y posó sus manos en mis hombros.

—Sé que usted será una alumna respetable de esta institución, Vantest —opinó con una sonrisa amable—. Por favor, no me haga arrepentirme de mis palabras.

—Claro —fue lo único que respondí. La mujer se alejó minutos después.

—Dentro de unos días estaremos celebrando un baile de máscaras -me informó—. Espero que pueda asistir.

—Lo tendré en cuenta —mascullé con una repentina incomodidad. Me levanté de mi silla para irme—. Que tenga un buen día.

Al salir de la oficina, comencé a caminar hacia mi habitación.

Mientras andaba, sentí como mi boca se iba secando, produciendo ardor en mi paladar. Me extrañé por ello, pero supuse que no me había hidratado en las últimas horas.

A los pocos minutos, mi visión se tornó borrosa, como si estuviese sufriendo un mareo. Mi corazón latió con más fuerza, casi queriendo salir de mi pecho.

Un brazo me agarró y yo volteé confundida. Adielt estaba a mi lado, viéndome con preocupación.

—¿Qué... mier... da? —balbuceé un tanto asustada.

Había perdido la capacidad de hablar, sólo salían balbuceos de mis labios. Me costaba tragar, más allá de que mi boca estaba seca y áspera como una lija, no podía deglutir.

«Wtf?»

Adielt colocó una de sus manos sobre mi frente y suspiró con angustia.

—Estás muy caliente, ven —tiró con suavidad de mi brazo y me condujo hasta la "guarida" de los chicos.

Mi mente estaba en blanco y mi cabeza sólo obedecía a lo que le decían.

Una vez llegamos a la puerta, Adielt la abrió con rapidez y me llevó adentro. Cerré mis ojos por unos segundos, sin poder oír lo que se encontraba diciendo.

Después de aquello, las imágenes siguientes fueron demasiado borrosas. No era capaz de distinguir nada.

—¿Qué hacemos con ella? Está ocurriendo de nuevo —mencionó uno de ellos.

¿Qué será lo que está ocurriendo de nuevo?

Este capítulo estuvo muy Wtf?, ¿No?

¿Quiénes son los Sark?¿Por qué quieren a Vania?

¿Por qué la directora actuó así?

Muchas preguntas y pocas respuestas 👀

UwU, hoy tenemos doble actualización por haber superado las 300 lecturas, pero la próxima semana ya serán actualizaciones normales de un capítulo semanal. ❤️

Nos vemos la próxima semana o en alguna de mis otras historias. No se olviden de cuidarse mucho ♥️

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