Capítulo 12
"Hasta el corazón más puro puede teñirse de negro. Y eso significa una cosa: peligro"
Luego del entrenamiento, me di una ducha y me encaminé a mi habitación con una cara de pocos amigos que delataba mi mal humor.
En el entrenamiento, recibí muchos golpes y muchas veces besé el amado suelo.
Por lo tanto, mi espalda y demás, estaban hechos mierda. Literalmente.
Mientras andaba por los pasillos, visualicé a algunos alumnos. Estos, al verme, se marcharon despavoridos hacia quién sabe dónde. Fruncí el ceño, extrañada.
«¿Khe?» pensé mientras seguía caminando. Las plantas de los pies me ardían, por lo que debía caminar más lento. Pasos cortos y pausados... Una tortura.
Una vez llegué a la habitación, abrí la puerta y entré. La cerré y me lancé como muerto a mi cama, sin detenerme a ver si había alguien en la habitación.
Y claro que lo había.
—¡Vania! —exclamó Leyla, en un tono alegre—. ¿Dónde estabas?
—En mi clase de natación —contesté en un tono bajo, cansado y me acomodé mejor en mi cama.
—Con que ahora le dicen clase de natación —se rio tiernamente, Ara. Me volteé a verla, leía un libro.
—¿A qué te refieres, Ara? —inquirí incomprendiendo su actitud.
—Sé que estabas con ellos. Tranquila, no te vamos a decir nada, ya te advertimos —soltó de repente. Me senté, tensa y entorné mi vista directamente a ella.
—Oigan, no es lo que creen... —traté de explicar, pero fui interrumpida por la pelirroja.
¿Por qué les estaba explicando a dos chicas que apenas conocía lo que hice, siendo que yo no solía explicarlo?
¿Qué era lo que me pasaba?
—Calma, Daf, tú sabes que son peligrosos así que imagino que no volverás a verlos. ¿O me equivoco? —me sonrió, tratando de transmitirme tranquilidad.
—Ehm, sí, ellos vinieron a mí. No fui en su búsqueda... —vacilé un poco. Odiaba mentir, ustedes ya saben la realidad, acepté ese trato y tuve un entrenamiento.
—Agh, esos imbéciles... —bufó la castaña y cerró su libro. El tono de Ara sonaba como enfadado y... ¿Dolido?
El silencio inundó la habitación, por lo que suspiré con pesadez y me volví a recostar en mi cama. Coloqué mis manos en mi abdomen mientras dirigía mi vista al techo.
«¿Qué estoy haciendo, maldita sea?¿Para qué me necesitan ellos?Joder, me estoy metiendo en muchos problemas» pensé y un dolor punzante se hizo presente en mi muslo derecho.
Fue extraño, ya que en esa zona sólo tenía unos moretones, pero muy leves. ¿Entonces qué era?
Dirigí una de mis manos a esa zona y palpé suavemente, al instante sentí algo húmedo y me miré, sorprendida y asustada.
Pero al ver, no había nada y mis dedos tampoco estaban húmedos. Volteé a ver a las chicas, ellas me miraban estupefactas, sin entender el porqué de mi reacción.
Suspiré y me volví a acomodar, más tranquila, aunque de todas formas seguía tensa.
Justo en ese momento, fue cuando sentí una voz susurrar a mi oído. Una voz que no era ni de Ara ni de Leyla.
"«Peligro, pequeña ovejita.»"
Fruncí el ceño, inhalé hondo y exhalé. Asumí que estaba delirando, que no había dormido lo suficiente y las pocas horas se hacía presentes. Era muy extraño todo, y todo comenzó cuando empecé a ir al colegio.
Mi pregunta era, ¿Por qué escuchaba todo eso?¿Quién era esa voz?¿Qué estaba pasando?¿Los chicos tenían que ver con eso?¿Qué mierda?¿Me estaba volviendo loca?
«Muchas preguntas y pocas repuestas» pensé.
Me giré para un costado y me dormí a los pocos segundos.
...
Al pasar unas horas, desperté desorientada. Busqué mi celular para revisar la hora, sin encontrarlo.
—¿Qué carajos? —murmuré, preocupada hasta que recordé que se lo había dado a los chicos para que lo guarden—. Maldición.
—¿Qué sucede, Daf? —comentó de repente, Ara, causando que yo me sobresaltara por el susto.
—No encuentro mi celular —solté luego de recuperarme del susto que me había dado la castaña.
—No importa ahora, es hora de la cena. Luego lo buscas —sugirió mientras se ponía de pie. Dirigí mis ojos a ella.
Noté algo raro en ella: llevaba el cabello recogido en una coleta alta, dejando unos dos mechones planchados sueltos para que caigan como un flequillo. Mostraba un semblante más relajado, distinto al que acostumbraba a ver; ella era muy seria y ese día parecía todo lo contrario.
Era tan seria como podía llegar a ser yo, tranquila, callada...
Se acomodó su falda y se acercó a mí.
—¿Vamos? —me miró con una sonrisa amable. Sí, definitivamente algo pasaba.
—Claro —fue lo único que se me ocurrió decir y me levanté de la cama, me calcé mis zapatos y la seguí hasta la salida.
—Ley ya está en el comedor, yo preferí esperarte un poco más para ver si despertabas —mencionó con tranquilidad, una sonrisa en el rostro y un semblante alegre. ¿Qué carajos estaba pasando?
Al cruzar el umbral del comedor, el cuerpo de Ara perdió color, por así decirlo. Volvió a ser la seria que conocía.
Y estaba asustada, lo podía sentir.
Examiné con la mirada el comedor, todo estaba en tranquilidad, ¿Entonces que pasó?¿Por qué ese cambio de repente?
Y al examinar con más detenimiento, visualicé a ellos en la mesa donde solíamos comer. Y con Leyla.
Obviamente Ara y yo salimos disparadas como si fuéramos un cohete, hacia ese lugar. Ella golpeó la mesa, mientras yo me quedé estática.
Mi mirada cayó en la pelirroja de ojos verdes, quién se mantenía tensa. Eso me provocó desasosiego.
—¿Qué mierda hacen aquí? —indagó, con un tono que denotaba molestia—. Smith, vete. Ya te dimos lo que querías.
Daniel se rió y sonrió con sorna, arqueó una ceja con suficiencia y después dirigió su vista hacia mí.
—Relajate, Arita, estábamos conversando. ¿Verdad que sí? —miró a Leyla, fulminante y ella asintió—. Ya no necesitamos dinero ni nada de eso.
—Dafne, tu celular —extendió su mano, William.
Me quedé estupefacta, con los labios entreabiertos por la sorpresa. Agarré el celular con rapidez y lo guardé en uno de los bolsillos del saco de mi uniforme.
—No recordaba que fueras tan agresiva, Arita —comentó con burla, Daniel—. No haremos nada, nunca hicimos algo.
—¡Largo y vete a la mierda!No te queremos cerca, menos de Dafne. Ella es nueva y no merece nada de lo que ustedes hicieron, ¡Ustedes hicieron mucho daño ya! Todos los de aquí saben que son peligrosos, si no fuera porque les tienen miedo —señaló a todo el comedor—. Actuarían.
—Ara... —intenté interrumpir. Sabía defenderme sola, agradecía que intentara alejarlos de mí, pero podía hacerlo por mí misma.
—Sé como miras a Dafne. Y no voy a dejar que pase lo mismo que con ellas. —tras decir eso, Daniel se levantó de la silla donde se encontraba sentado y empujó a Ara hacia otra mesa.
Yo iba a acercarme a Leyla, pero al ver eso, dirigí mi atención a ellos.
—No vuelvas a decir algo así, que no se te olvide con quién hablas —dijeron Stacy y Daniel al unísono, con severidad.
Me preguntaba, ¿De qué hablaban?¿Cómo que ellas? What?¿Por qué esos cambios tan bruscos?¿Qué estaba pasando?
Mi única reacción fue acercarme a ambos y alejar al chico de mi amiga, le veía las intenciones de golpearla o lanzarla a otro lugar.
—Sea lo que haya pasado, no hace falta que se solucione así —susurré sin entender porqué dije aquellas palabras. Yo no era una chica en contra de la violencia o eso creía.
¿Por qué había dicho eso?
Él me miró satisfecho y esbozó una sonrisa falsa antes de irse con los demás.
El ambiente se tornó helado, el silencio estaba presente.
—¿¡Y ustedes que miran?! —gritó Leyla, para distraer a los demás. Se acercaba a nosotras—. ¡Chismosos de mierda!
Me acerqué a la castaña y la ayudé a levantarse, otra mesa más que se rompía...
He de decir que esas mesas parecían de plástico blando y suave... O sea, eran de madera, ¿Pero se rompían así de fácil?
«Ni modo, estaremos castigadas de vuelta»
—Gracias —susurró ella, con un brillo inusual en los ojos. El mismo que había aparecido en los ojos de Ira, aquella noche que me escondí en el baño luego de presenciar lo que suponía yo: un asesinato.
Me asusté un poco por ello, retrocediendo un poco y agarrando la mano de Leyla en el proceso.
Segundos después, los ojos cafés de Ara, volvieron a la normalidad.
Mercink~
¿Qué habrá sido eso en los ojos de Ara?
¿Les gustó este capítulo?
Los quiero ❤️
Nos vemos en la próxima actualización 💕 Recuerden que es semanal.
*No sé si les aparecen guiones cortos o largos, así que si aparecen los cortos, pérdonenme. Wattpad los cambia.
La frase de este capítulo es de mi autoría 🍃
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