Capítulo 11
"Esconder tanto nos asesina por dentro"
Al llegar a mi habitación el domingo, me lancé sobre la cama. Estaba cansada, me hubiera gustado quedarme en Grelim hasta el lunes pero no estaba segura de si hacerlo.
Unos golpes en la puerta me hicieron levantarme, un poco somnolienta, me acerqué a la puerta y la abrí.
Una chica me recibió, la reconocí fácilmente era Stacy. Hizo una mueca de asco al verme y me entregó un papel semi arrugado con una bolsita de tela.
—Smith te lo manda —explicó con hastío. Asentí sin comprender—. No lo vayas a perder, estúpida -advirtió en un tono altanero.
Rodé los ojos, ella solía creerse superior a los demás. Me molestaba demasiado esa actitud.
—Gracias... —musité titubeante, Stacy amplió su sonrisa y se marchó dejando que sus tacones resuenen en el pasillo.
Cerré la puerta y me volví a sentar en mi cama.
Abrí la bolsita de tela, encontrándome con un pequeño anillo que tenía una navaja escondida. Obviamente el tamaño de esta no era muy grande, pero se veía bastante filosa...
Agarré el papel arrugado y leí lo que decía: "No pierdas esto. Póntelo y úsalo cuando sea necesario, será parte de tu entrenamiento- D. Smith"
Fruncí el ceño, extrañadísima y estupefacta. ¿Qué significaba eso?¿Entrenamiento?¿De qué?
Coloqué mi anillo en mi dedo anular derecho, contemplándolo con sorpresa. Bueno, al menos me quedaba bien.
Eso era algo bueno, ¿No?
...
Al caer la noche, decidí salir y encaminarme hacia donde me habían llevado los chicos la otra vez.
Estaba parada frente a la misma pared, frunciendo el ceño extrañada, cuando una voz me susurró al oído:
—¿Qué haces aquí?Tu entrenamiento aún no comienza —escuchar esa voz masculina me dió escalofríos, volteé a verlo.
¿Ya he dicho que él era muy intimidante y escalofriante?
—¿Aún no?Oh, no lo sabía... Es que pensé que debía venir aquí —opiné con serenidad.
Los ojos azules de Daniel se clavaron en los míos. Había tanta frialdad en ellos.
—Mañana comenzamos —dijo con una leve sonrisa burlona—. Y por cierto, deberías tener más cuidado con como reaccionas, ¿Y si no era yo y era otra persona?
Mordí mi lengua y no respondí, en ciertos aspectos genia razón, ¿Y si no era él y era una persona que quería golpearme?¿O algo peor, tal vez?
—Ya sé que tengo razón —me guiñó un ojo como si supiera lo que pensaba.
Siendo sincera, él intentó parecer seductor y cálido en ese momento, pero no me convenció. Su frialdad aún estaba presente.
—Ahm... Bueno, entonces me voy —murmuré cortante y confundida, caminando de regreso a mi habitación.
Miré el anillo en mi dedo unos segundos, era de color plata y brillante. Bastante lindo a pesar de tener una navaja.
...
A la mañana siguiente, mis ojos estaban que se cerraban a cada segundo. Me pesaban los párpados y no entendía porqué, yo había dormido, ¿Entonces?
—Cambia esa cara, Daf —me picó la mejilla con sus dedos Leyla—. ¿Qué pasa?Parece como si te hubieras drogado.
Fruncí el ceño y no dije nada, la miré con cara de: saca tus manos de ahí, por favor, hoy estoy irascible y no quiero cortar manos.
Ella pareció entender el mensaje, puesto que se alejó con aparente miedo.
Me pareció muy tierna en ese entonces.
—Ley, no seas pesada —murmuró Ara, comiendo un pedazo de tarta de arándanos.
La pelirroja la miró y masticó un pedazo de su tarta de fresas. Decidí hablar, la culpa se había colado en mi sistema.
—Ley no está siendo pesada —afirmé y la observé para dedicarle una sonrisa tranquila—. Está bien que se preocupe por mí, estoy bien. Un poco cansada, nada más.
Ella me observó con los ojos entrecerrados, como dudando de si creerme o no. Finalmente asintió y dibujó una pequeña sonrisa en sus labios.
Ara se rió al vernos y bebió un sorbo de su jugo antes de hablar:
—¿Por qué saliste anoche, Daf? —preguntó con una sonrisa pícara y a la vez, victoriosa.
«La puta madre. Tierra, trágame» fue lo que pensé.
Me tensé en mi silla, la boca de repente se me había secado. Eso sí que no me lo esperaba, me dejó helada su pregunta.
—¿De qué estás hablando? —fingí cconfusión—. Yo no salí a ningún lado anoche.
La castaña se calló, Leyla parecía querer reírse pero se contuvo. Seguí comiendo mi tostado de jamón y queso en silencio.
Una voz resonó en mi cabeza, la misma voz que varias veces había escuchado antes.
Esta vez me dijo: "«Nadie debe enterarse de tu secreto, pequeña ovejita. Cuídate que no todo es lo que parece»
«No intentes huir, porque ya no puedes hacerlo. Ya se te ha advertido antes, ahora es tarde»"
El frío me recorrió la espalda, aún no entendía de dónde provenía esa voz tan suave que aparentemente sólo yo escuchaba. ¿Qué mierda?Yo no tenía ninguna enfermedad mental, quizá sólo estaba delirando porque no había dormido bien.
Ojalá sólo hubiese sido eso, pero la verdad es que era algo mucho peor lo que se escondía detrás de esos susurros.
Sólo intentaban protegerme. Y desobedecí.
Levanté mi mirada y al hacerlo, me pareció haber visto un destello rojo en las pupilas de Ara. Negué con mi cabeza, definitivamente no había dormido bien y por ello veía cosas donde no las habían.
El día sería largo y debía prepararme, se suponía que comenzaba mi entrenamiento. ¿Entrenamiento de qué?La verdad que no lo sabía, pero no me sonaba a algo bueno.
Horas más tarde, me dirigía al club de natación. Me había quitado el uniforme de la escuela, para colocarme mi malla enteriza, un short gris, una camisa blanca abotonada y unas zapatillas rojas. Mis zapatillas favoritas.
Decidí revisar la hora en mi celular, se me ha olvidado mencionar que los celulares están algo así como "prohibidos" en horario escolar. Pero yo lo había escondido para que no me lo quitaran, aunque de todas formas, lo usaba pocas veces.
Un brazo atrapó mi muñeca y tironeó de ella con algo de fuerza, levanté mi mirada azabache bastante confundida; encontrándome con unos ojos azules que conocía a la perfección.
—Empieza tu entrenamiento, querida —había dicho Ira en un tono seco.
—Pero ahora tengo que ir al club de natación... —susurré con pesadez.
—¡Pues no vas a ir, querida!Faltarás hoy, así de fácil —aseguró ella y luego me llevó arrastrando de la muñeca.
Me limité a suspirar y no llevarle la contraria. Mientras caminábamos hacia quién sabe dónde, me detuve a pensar: ¿Dónde guardaría mi celular?Mi short no tenía bolsillos, mi bolso estaba en mi casillero...
«Ay, joder. Justo hoy se me ocurrió llevar mi celular» pensé un poco fastidiada.
—No te preocupes por tu celular, lo guardaré —habló Ira de repente, como si me hubiera leído la mente.
—¿Y yo cuando mencioné a mi celul...? —no terminé de formular esa pregunta, que ella se volteó a verme con cara de: Es algo obvio, no seas.
Sí soy, Ira.
—Imagino que te preocupa —supuso en un tono despreocupado y paró de caminar.
Cuando me enfoqué en mi alrededor, visualicé al gimnasio. ¿Qué?¿Qué hacíamos ahí?
Tenía entendido que no se usaba el gimnasio o eso me habían dicho cuando me fui a inscribir a los clubes. El gimnasio estaba en desuso, por lo tanto, deportes como voley o básquet, los realizaban al aire libre.
Iba a cuestionar que hacíamos allí, pero preferí no hacerlo. La puerta se abrió y pasamos adentro.
Era un lugar bastante amplio, algo vacío a excepción de algunas cosas que habían por ahí como colchonetas, balones, aros, etc.
Las paredes eran de ladrillos al parecer tintados con alguna pintura roja, el techo era bastante alto. Muy alto diría yo.
Estornudé un poco por el polvo del lugar, sí, tenía polvo. Y mucho.
—Ay, pero que tiernaaaa —comentó un chico, el cual identifiqué con Eiden.
Le lancé una mirada de: cállate porque te rompo el hocico. Y desdibujó esa sonrisa burlona de su rostro.
—Bien, Vania. Te los presento por si no los conocías —habló Ira y se aclaró la garganta antes de proseguir—. Ese pelinegro que ves con cara de malhumorado, es William. El rubio es Eiden, la rubia es Stacy, el castaño con reflejos es Blas y el otro pelinegro es Adielt —me fue indicando uno por uno con el dedo.
-Ay, ya, Ira. La chica es una estúpida, no pierdas tu tiempo. Esa cosa ni pensar puede —se rio amargamente, Stacy.
Ira le lanzó una mirada asesina y la rubia se calló al instante.
—Hoy comienza tu entrenamiento. Te estarás preguntando, "¿De qué?". Pues, por si no lo sabías, la escuela nos quiere asesinar y también a todo aquel que tenga contacto con nosotros, entonces, debes defenderte. Es una larga historia que algún día sabrás —explicó tranquilo Daniel—. ¿Cómo prefieres que te llamemos?¿Dafne o Vania?
—Vania está bien —respondí bajito. Debo decir que ellos me intimidaban un poco.
—Oye, no tengas miedo. Si quisiéramos matarte, ya lo habríamos hecho. O, quizá no lo hicimos aún, será porque... —fingió pensar, la rubia—. Tenemos modales, ¿Verdad? —pude notar algo de sarcasmo en sus palabras.
¿Algo? En realidad, el sarcasmo goteaba por su exceso.
—¡Stacy! —la regañó Ira, al parecer estaba molesta ante el comportamiento burlesco de la rubia.
Daniel me miró de pies a cabeza y sonrió. Y puedo jurar que aquella sonrisa me heló el cuerpo, era tan escalofriante y seductora a la vez, ¿Qué mierda?
Me distraje con su mirada y no me percaté de que alguien se había posicionado atrás mío. Sentí unos brazos abrazarme la cintura con mucha fuerza y yo, por reflejo, le encajé un codazo a quien sea que me estuviese abrazando, en el estómago.
Uno de esos brazos, atrapó mi muñeca y me giró para que quedemos cara a cara. Ahí pude ver que se trataba de William, me sonreía entre una mezcla de orgulloso y a la vez burlón.
—Bien, has reaccionado bien, pero de todas formas necesitas perfeccionar esos reflejos. No debes apuntar al estómago, si puedes, apunta más arriba y hazlo más rápido —explicó y me soltó, para luego darme un golpe en mi vientre bajo—. Sí, definitivamente hay que perfeccionar esos reflejos.
—¿¡Pero qué hiciste, maldito imbécil?! —le grité, molesta y adolorida.
Los chicos aplaudieron, menos Ira, que se mantuvo con ese semblante serio. Ella siempre parecía "no encajar" en esa pandilla de lo que yo pensé eran "lunáticos"
—Empezamos bien —soltó Blas.
«Hoy será un día muy largo» pensé antes de caer al suelo, gracias al empujón que me había dado William.
Ira me pateó, esperando a que reaccionara. Sentí dolor y cuando ví que intentó patearme de vuelta, le sostuve la pierna.
—Chica lista —trató de zafarse de mi agarre, pero aumenté la fuerza de este con una sonrisa tensa—. Inteligente y muy linda.
Mercink~
Me tardé una eternidad en actualizar (? Pero como dije antes, estoy corrigiendo y editando los próximos capítulos.
La frase de este capítulo es de mi autoría ❤️
¿Qué creen que vaya a pasar?¿Alguna teoría?
¿Algún ship?
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