Capítulo 1.

"Hay tres cosas que no se pueden ocultar, el sol, la luna, y la verdad"-

Me dirigí al gran hall, siguiendo a la mujer que me atendió desde el timbre.

—Bien, señorita Vantest, tengo entendido que su madre ya firmó la inscripción —informó la mujer en un tono inexpresivo.

Asentí lentamente, distraída por la decoración e inmenso lugar. Era gigante y con un techo altísimo.

«¿Se hizo pasar por mi madre?Ella no es mi madre» pensé al escuchar bien la palabra "madre".

Decidí concentrarme más en el lugar, la decoración parecía algo vintage, antigua... Sin embargo, se veía preciosa.

—Su habitación es la 154 del ala de las chicas. Sígame —ordenó y comenzó a caminar, la seguí un poco avergonzada por no prestarle atención.

—¿Cuáles son mis horarios? —inquirí serena. Debía mantener la calma.

Ella me observó un poco antes de responder:—El desayuno es a las ocho am, las clases empiezan unos treinta minutos después hasta las 12 del mediodía que es la hora del almuerzo. Después siguen hasta las tres de la tarde, horario en que comienzan las actividades de los clubes. Se cena a las 9 de la noche y se debe dormir antes de las 11.

Asentí y esbocé una pequeña sonrisa, seguimos caminando hasta llegar a mi habitación.

Estaba ubicada en un largo pasillo, que tenía puertas de ambos lados. Mi habitación estaba frente a la 155.

—Comparte habitación con dos chicas más —comentó y abrió la puerta—. Suerte —se alejó antes de que pudiera preguntar algo, dejándome con la palabra en la boca.

Arrastré mi maleta hasta dentro de la habitación y cerré la puerta. Dentro me encontré a tres camas, dos un poco revueltas y una limpia. Era la mía.

Desempaqué y guardé mis cosas con paciencia. Dejé mi maleta debajo de la cama y me senté en la misma.

Había empezado algo nuevo para mí, debía fingir ser otra chica. Sonaba cruel, pero lindo a la vez. ¿Cómo haría algo así?En algún momento me equivocaría.

Me recosté en la cama, mirando dubitativa al techo. Estaba tan ensimismada que ni siquiera fui capaz de notar que había otra presencia.

—Hola —habló una voz dulce en la lejanía..

—Hola —saludé mientras dirigía mi mirada hacia la dirección de donde provenía el sonido.

Era una chica, de más o menos mi edad, de ojos verdes y cabello pelirrojo que caía como una cascada.

—Soy Leyla Van —se presentó con timidez.

—V-Dafne Vantest —vacilé un poco. Esa fue mi casi primer equivocación.

Me dedicó una sonrisa comprensiva y se sentó en la cama del medio. Me escrutaba con su mirada penetrante.

—¿Nueva? —soltó y se recostó en su cama.

Asentí mientras aún la observaba, soltó una leve risita y no pronunció alguna palabra más. Nos sumergimos en un silencio que parecía eterno.

—Te diré un consejo —fingió pensar un poco—. Cuídate de todos —soltó en un tono misterioso.

Fruncí el ceño en una señal de notoria confusión. No supe comprender a que se refería con aquello.

Al voltear para interrogar el porqué de su afirmación, ya que quería conocer la razón, simplemente ya no estaba.

Se había ido.

Ese primer día estaba siendo bastante extraño, pero divertido de alguna manera. Sin lugar a dudas, el día más raro.

—¿Por qué? —farfullé por lo bajo.

Necesitaba saber más, conocer las razones. Era todo tan misterioso...

Cada vez aumentaba aún más mi curiosidad y no lograba comprender porqué. Porqué esa chica me había "aconsejado" eso.

Bueno, sí iba a ser así todos los días que pasase allí, tenía que acostumbrarme.

¿La razón de internarme allí?Decían que había algo que se ocultaba.

Y quería descubrirlo.

Como sea.

Mercink~

Aquí les dejo el primer capítulo, porque no puedo contenerme de la emoción que tengo de subir esta historia.

¿Qué les está pareciendo hasta ahora?

¿Por qué será que Leyla le dijo aquello?

¿Qué pasa en este colegio?

Les mando un beso y espero verlos en la próxima actualización 💕

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