A Lirante le dije a mi perro, cuando muera corre lejos de tu abuela y de  tu abuelo y busca comida en el mercado, los huesos que caerán de las mesas de los carniceros sabrán mejor que las galletas bañadas de amargura y compromiso desganado de mis padres. Apuesto que la menudencia de las aves y las tripas desechables tienen más sabor que su comida con bilis que aparentan una cena feliz.

Corre Lirante, corre y si ves algún gato en apuros salvalo, mueve la cola al transeunte y no le ladres algunos te darán un pan otros te patearan pues al verte manso piensan que ya no sirves. Pero no te preocupes, eso hacen hasta con los humanos.

Corre Lirante, corre, el cielo será tu mejor techo, muchas veces quise yo correr y me encadenaron con bozal y todo. Ya muerta no me pondrán bozal verdad, ¿Verdad?

No corras Lirante, esta vida no es digna de vivirla.