22. Un par de sospechosos.
"Los mundos se hicieron llenos de monstruos y demonios" — Anais Nin.
Nina sintió un extraño y sin igual vértigo, verse transportada en medio de las sombras era una experiencia particular y que le inquietaba en sobremanera. Sacudió la cabeza y decidió aplacar la pizca de curiosidad que iba surgiendo lentamente hasta convertirse en un gran problema para su psique.
El caído los había llevado de nuevo al castillo de Aarón, no entendía por qué el lugar le causaba tanto repelús, así como el edificio de la Junta Empírea, pero ignoró deliberadamente los sentimientos.
En su lugar, miró a Adair, el semblante del caído era apático y parecía estar pensando en algo de gran gravedad. A Nina no les gustaba verle así, recordó la primera vez que se vieron, él parecía tan... Vivo, cálido, agradable, opuesto completamente al mundo de inhibición al que estaba acostumbrada.
— Debemos hallar la procedencia de aquella estatua maldita — soltó frunciendo el ceño, le dio la espalda a Nina y comenzó a caminar — La Junta Empírea me contrató para hallar al responsable de algunos asesinatos de ángeles inhibidores, a eso le debo haberte conocido ¿Quién habría dicho que negociar con tales farsantes traería algo bueno?
— ¿Eso hacía cuando le vi por primera vez?
— Sí, extrañamente es realmente difícil rastrear la esencia espiritual del asesino.
— ¿Es un demonio?
— Para nada, la Junta tiene la sospecha de que sea un mismo inhibidor el que ha iniciado el caos.
— No es posible, los ángeles no tienen inestabilidad emocional o mental, en nuestra raza no hay sociopatas.
— Eso es una vil mentira, Nina. Tú misma eres la prueba de ello.
Ella caminó tras Adair, no tenía ni idea hacía dónde le seguía pero no quería alejarse, estaban en las entrañas del infierno, en la morada del mismísimo satanás y aunque quería pretender una ausencia de emociones, sin lugar a dudas, la opresión que sentía en el pecho calificaba como miedo.
Adair miró sobre su hombro y le tendió una mano a Nina.
— Aquí no hay por qué fingir.
Ella no respondió, en su mente se formaron dos inquietudes; la primera ¿Sería posible que Adair leyera pensamientos también? o ¿Todo lo que Nina sentía se mostraba en su rostro? A pesar de estar acostumbrada a actuar y mantener todo para sí misma, tal vez no era tan buena ocultándolo como pensaba.
Nina tomó la mano que Adair le ofrecía y entrelazó sus dedos.
Su tacto era cálido y para su cuerpo anhelante de contacto fue un instante de perfección y debía aprovecharlo ¿Quién sabe cuándo sería capaz de hacerlo de nuevo?
Los labios de Adair se curvaron en una sonrisa, cargada de felicidad y picardía, como cuando un niño se salía con la suya.
— Le pediré ayuda a Jeno — le informó Adair y continuaron caminando, para Nina era imposible ubicarse en aquel lugar, cada vez que giraban en una esquina y entraban en un nuevo pasillo su imagen mental del lugar se complicaba aún más, incluso, algunas veces miraba sobre su hombro y solo veía una pared, como si lo que acabaran de caminar no existiera, el lugar parecía cambiar a cada segundo.
Después de andar por un millar de pasillos y lugares más, llegaron a un salón donde estaba Jeno, la guardiana de las profecías, acostada sobre un diván, su cabeza descansando en el regazo de otro guardián, cuyo nombre Nina no recordaba.
— Jeno, Laertes — pronunció Adair, como un saludo y a la vez para dejarles saber sobre su presencia. Ambos caídos los miraron, Laertes con desconfianza y Jeno con frustración, sus labios estaban fruncidos y su frente estaba perlada de sudor.
— Adair... Vi sangre y una muerte, un cuerpo. No identifiqué rostros y luego nada, lo mismo, la misma imagen repitiéndose una y otra vez... — ella lucía lunática, como si hubiera perdido toda percepción de la realidad y fuera incapaz de controlarse.
— Calma, Jeno — susurró Laertes acariciándole el cabello, pasando sus dedos entre las largas y ensortijadas hebras de color negro.
— Esos trozos, cada pieza, está sellada... No hay esencia espiritual, nada que nos pueda indicar quién o qué lo creó. Y no veo nada, ni un retazo del futuro, ni un trozo del pasado.
Las palabras de la guardiana estaban cargadas de desilusión, por otro lado, Laertes lucía enojado, fuera de sí, y Nina lo calificó como una gran amenaza.
Adair bajó la mirada y soltó la mano de Nina.
Ella inmediatamente sintió la perdida, pesada y asfixiante. Nina miró su mano, sin entender porqué se sentía así, en su interior algo le exigía encontrar la respuesta, aunque al mismo tiempo era clara y simple, no tenía que hacer una búsqueda exhaustiva. La lógica a la que su cerebro estaba acostumbrado generó una solución: se estaba enamorando.
Aunque el significado como tal y las consecuencias que aquello traería las desconocía por completo.
— Debo hallar al creador de aquella escultura y al asesino entre los inhibidores — manifestó Adair.
— Aquella parece una tarea difícil — añadió una nueva presencia en la habitación.
Nyx apareció en la habitación, sonriendo y girando entre sus dedos la daga con la que había asesinado al demonio en la villa, aún untada de sangre, la balanceaba como si no importara.
— Quiero ayudar, hace mucho que no hago algo emocionante.
— Tu definición de emocionante involucra siempre sangre y muerte — comentó Laertes.
Nina miró a Adair, cualquiera que fueran las circunstancias o la decisión que él tomara, ella le ayudaría y se involucraría. Tenía la sensación de que su aberración emocional era solo la cúspide de los misterios que abarcaba el mundo en el que había sido criada, había un millar de abismos por descubrir y mentiras por revelar, un sin fin de posibilidades por explorar.
— Puede ser — concedió Nyx, admitiendo abiertamente que las palabras de Laertes eran ciertas y luego añadió: — Entonces, tenemos dos personas por atrapar. El escultor y el asesino que La Junta Empírea quiere capturar, a decir verdad, me gustaría revelar ante todos que su raza es todo menos perfecta.
Las palabras de Nyx le fueron indiferentes a Nina, después de conocer un poco más sobre el mundo, ya no se consideraba parte de los inhibidores, era un ángel, sin lugar a dudas pero ¿De qué tipo?
N/A: Gracias por leer, no saben lo feliz que me hacen con sus votos y comentarios ❤❤ perdonen la tardanza y espero que les haya gustado ¿Qué les pareció el capítulo?
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