5. La boca del lobo
Pasado
—¡Débil! — decía el señor mientras me azotaba con un látigo de cuero. El cuerpo me ardía y por cada azote que recibía arqueaba la espalda.
—¡Escoria! —un nuevo azote, intentaba canalizar mi mente en algún recuerdo agradable, pero no había ninguno, para esté tiempo, solo había golpes, gritos y reproches, entonces en lugar de comenzar a pensar en cosas buenas, comencé a pensar en todo lo desagradable.
Mis manos comenzaron a temblar, mis piernas comenzaron a tener más fuerza.
— ¡Imbecil!—antes de que volviera a darme un azote me levanté del suelo y gire, todos en el lugar de pararon, pero el señor hizo un ademán para que no intervinieran.
—¿Quieres decir algo? —decia mientras limpiaba el látigo que llevaba parte de mi sangre, me puse de pie y no sé cómo lo hice, pero desate mis manos. Al ver qué no respondía a su pregunta hizo una seña y dos guarros se acercaron, cuando uno estaba lo suficientemente cerca de mi lo tome del cuello y lo lance al otro lado de la habitación.
El otro tipo se detuvo y él señor aplaudió.
—Traigan a la chica. —dijo y entro Natasha, sus manos estaban vendadas, su cabello era corto y su rostro estaba lleno de moretones, trague saliva al verla y apreté las manos en un puño.
—La próxima vez no seré tan bondadoso con ustedes y no volveré a dejar que él pague por tus errores. Llevense a la Bestia de aquí. —al dar la vuelta gire y nadie se animó acercarse a mi, hasta que mi hermano llegó a mi lado.
—Nathan. —dijo y asentí, pero antes me acerque a Nath y la tomé entre mis brazos ya que la habían dejado botada en el suelo como si fuera saco de basura.
Al sostenerla en mis brazos abrió ligeramente los ojos y logro susurrar.
—No era tú batalla. —sonreí y negué con la cabeza.
—Tus batallas son las mías también para la eternidad. Después de eso ella se desplomó.
Actualidad.
Estacioné la motocicleta de la manera mas silenciosa posible y bajamos de ella, saqué mi arma y apague el rastreador.
Yelena bajo del vehículo y examinó el lugar.
Gire para estar frente a ella.
—Escucha bien princesa, no estamos en una película de acción, tanpo estamos tratando con gente respetuosa, estamos a punto de entrar a la boca del lobo, esté lugar está rodeado de matones sobre todo si saben que a la que se trajeron es a Nath, ellos saben que vengo por ella y mi intención es cumplir mi objetivo.
Cómo te dije antes de que vinieras, no puedo salvar a ambas y mi prioridad en este momento no eres tú, estoy arriesgando mi vida y lo trabajo, pero no tienes una puta idea de lo que esa mujer significa para mí. — Yelena asintió con la cabeza.
—Descuida Bestia, soy una chica que no necesita protección, me las puedo arreglar sóla, al decir aquello saco dos pistolas de sus costados y me guiño el ojo. Suspiré y asentí.
La boca del lobo era una pequeña zona llena de nieve y muchos bar de mala muerte, era el lugar perfecto en donde podías encontrar todo lo ilegal que quisieras, desde droga hasta un riñón. Era el mercado negro de Rusia el más conocido por personas como yo.
Pero ignorado, por personas con dinero y educadas.
Además sé encontraba a las afueras de la ciudad, en un pequeño poblado que se decía estar olvidado.
Dimos la vuelta y saqué preparé el arma.
Caminaba con cautela, pero sin dejar de revisar aquel espacio, estaba listo para disparar ante el más mínimo ruido.
Las calles eran demasiado angostas haciendo que el camuflaje no funcionará. Volvimos a girar y entonces escuché dos disparos, voltee y tome a Yelena de la cintura, pegando su cuerpo al mío, mi respiración comenzó a acelerarse nuevamente y mi pulso comenzó a traicionarme.
Nos pegamos a la pared tratando de esquivar cualquier cosa, pero al parecer aquella no era nuestra bienvenida ya que vimos a unos metros un cuerpo desvanecido.
—Mierda. —dijo Yelena al ver el escenario y al principio no entendí, pero al levantar la vista, me sentía como en un cementerio al aire libre.
La sangre y los cuerpos que había alrededor era una cosa brutal, algo a lo que ya estaba acostumbrado, pero al ver la cara de Yelena me di cuenta de que era nuevo para ella.
— No veas a ningún otro lado mira de frente. —susurre a lo que ella asintió.
Recuerdos
Mis dedos estaban entumecidos por el frío mis manos me temblaban cada que levantaba un brazo y empuñaba mi espada, los lamentos y gritos se hacían presentes en todo momento, pero mi mente estaba nublada, solamente quería protegerla.
Quería recuperarla y no me importaba quemar una ciudad entera si eso dependiera para lograr mi propósito.
Finalmente los gritos cesaron, el frío se volvió más insoportable y con cada paso que daba mi corazón latía cada vez más estaba cerca de ella.
Actualidad.
Pasamos la zona de cuerpos y llegamos a la bodega, al abrir la puerta las luces se encendieron, como si estás avisarán de nuestra llegada, por cada paso que daba sentía más cerca a Yelena y entonces se escucharon unos aplausos.
—Finalme la Bestia ha llegado. —Levante la vista y el Güero estaba parado frente una escalera giro en dirección a uno de sus matones.
—Traigan a la chica. — saqué el arma y Serguey apareció con Nathasha ammarada.
—Lo siento. — artículo con sus labios. Trague saliva al verla.
Estaba bien en lo que cabía, no había golpes en el cuerpo solamente estaba sometida.
—Tú perra me hizo perder mucha plata al vender a mi muchacho. —Nath soltó una carcajada.
—No tengo la culpa de que ese bastardo fuera débil y de que mi campeón lo destrozara. —al hablar le dió una bofetada, al ver tal acción si un paso adelante y aparecieron más guarros apuntándome con pistolas. Tanto ellos como yo sabíamos que eso no era suficiente como intimidarme, sabían que podía acabar con ellos en un abrir y cerrar los ojos, pero no estaba sólo, estaban Nathasha y Yelena.
—¿Que mierda quieres? —dije finalmente.
—A dos de tus hombres. — solté una carcajada. Mis hombres eran fieles, eran mejor que perros guardianes eran como tener cien cancerberos, pero si yo se los pedía aceptarían sin chistarlo.
—Debe ser una puta broma que armaras un festin para recibirme sólo para pedirme a dos hombres. —al escucharme dio un golpe en el barandal.
—Maldito hijo de puta, es lo menos que merezco después de que terminarás con los míos. — negué con la cabeza.
—¿De que hablas? —al decir aquello escuché el grito desgarrador de Yelena, gire y alguien la había tomado de la espalda.
—Por una mierda. — apunte con el arma. Al güero.
—Tienes mi palabra. Sueltala. — asintió y soltó a Nathasha una vez libre dio un golpe a Serguey.
—Maldito hijo de puta. —dio un brinco y corrió a mi lado.
Yo no había hecho nada de lo que me estaba acusando el Güero, pero no quería discutir, en ese momento Yelena era más importante.
Nota.
¡Hola gente!
Buen días finalmente tenemos un nuevo capítulo de la Bestia espero que les guste y que no se pierdan las próximas actualizaciones.
Recuerden que esté es un borrador en el portar de la editorial Malek pronto podrán leer la versión corregida. Feliz navidad
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