Capítulo 18.

Antes de que sonara la alarma, ya estaba despierto mirando a la mujer que tenía descansando a mi lado. Era mi cumpleaños y sería el primero de muchos que lo pasaría con Melissa. Mi mujer se removió haciendo que la sábana se moviera y dejara expuesto parte de su vientre. Ahí yacía una parte de mí, ahí se encontraban mi motor y mi legado, ya los quería tener en mis brazos para darle todo el amor que tengo para ofrecerle. Los amaba con mi vida.

Mi relación con Melissa iba fluyendo de maravilla, amaba nuestra química y complicidad. Saber que también me quiere me hizo aún más feliz, mi mujer era grandiosa y la quería para toda una vida y la siguiente. Amé que se llevara bien con mi madre, ella no es fácil de tratar y verla emocionada con melosa me hizo feliz.

Mi mujer volvió a moverse pero esta vez abrió sus hermosos ojos para luego darme una sonrisa y yo se la devolví.

—Feliz cumpleaños, mi amor —hablo con la voz adormilada.

Le di un pequeño beso.

—Gracias, dulzura.

Me abrazó y nos quedamos ahí por unos largos minutos. Decidimos levantarnos de la cama y hacer nuestras necesidades. Melissa estaba emocionada porque me convenció de hacer una pequeña reunión por mi cumpleaños, ordenó un banquete de comida y dulces al igual que ordenó un pastel de chocolate, mi favorito.

Mi mujer embarazada salió primero que yo, diciendo que tenía que tener todo listo. Se vistió de la manera más sencilla posible y sin embargo se veía extremadamente hermosa. Al salir yo de la habitación, la vi casi corriendo por todo el lugar con la señora del servicio, acomodando la mesa y hasta hizo un lugar para tomarnos fotos.

—Dulzura —la llamé pero no me hizo caso-, nena... Melissa Jones, para.

Lo hizo en seco y me miró seria. Me acerqué a ella y acuné sus mejillas con mis manos.

—No me mires así, primero todavía faltan muchas horas para esa reunión y segundo, lo más importante, estás embarazada. Recuerda lo que te dijo la doctora.

—No estoy cargando nada pesado -refutó.

—Pero estas prácticamente corriendo por todo el lugar, nena, tranquilizate un poco —le dije—, más bien, cambiate porque saldremos.

La solté y ella me miró confundida.

—¿Hacia dónde?

—Compraremos algunas cosas y te mostraré algo.

No dijo nada más y subió a cambiarse.

A Melissa se le había olvidado que tenía un negocio que remodelar, pero a mí no. Contraté personas especiales en remodelaciones, mandé a pintar todo el lugar de lila y rosa además de comprar los muebles del lugar. Faltaba el nombre y otras cosas pero eso lo haría Melissa luego de que se lo mostrara.

Quince minutos después Melissa bajó con un lindo vestido color verde. Últimamente mi mujer usaba esos tipos de vestidos diciendo que era más cómodo para ella además de que no le apretaría la pequeña panza y no se notaría. Igualmente, amaba cómo le quedaban esos vestidos.

—Lista, podemos irnos.

Le agarré la mano y encaminamos hacía la salida de la casa. Saludé a los de seguridad y ayudé a subir a Meli al auto. Al subirme lo encendí y no perdí tiempo en arrancar.

Antes de hacer mi parada en la tienda, decidí ir al centro comercial para comer algo y así comprarle un regalo a Melissa. Nos bajamos cuando llegamos y lo primero que hicimos fue entrar a una cafetería que estaba en la entrada del comercial para comer algo.

—Quiero eso —Melissa señaló una pantalla donde salía una comida.

—Disculpe, señorita —llamé la atención de la trabajadora—, ¿Me puede decir que es eso? —lo señalé.

—Oh, si, eso se llama tequeños, es una masa de trigo frita rellena de queso es una comida originaria de Venezuela.

Miré a Melissa esperando su aprobación, pero ella habló.

—¿Nos puede dar tres bandejas de eso, por favor? Con una gaseosa

—Por supuesto, cada bandeja trae salsa típica también de Venezuela.

—Que rico, lo quiero por favor.

—En seguida se los llevó.

Nos fuimos a sentar en una de las mesas para esperarlo. Miré a Melissa y esta se encontraba viendo el lugar, la luz le favorecía mucho y hacia resaltar su hermosa piel, sonrió al ver algo pero no me molesté en voltear porque sólo tenía ojos para ella.

—Luego de comer ¿que haremos? —preguntó de la nada.

—Compraremos un lindo vestido para ti y lo que quieras, luego de eso se mostraré algo.

—Henry, ¿sabes que te quiero, verdad? —asentí sonriendo—, pero hoy quiero que no me compres nada, es tu cumpleaños y tengo vestidos en casa puedo usar uno de esos.

—Lo sé, pero quiero regalartelo, por favor hoy es mi cumpleaños, complaceme.

—La que tendría que regalarte algo soy yo.

—No —negué—, tu y nuestros bebés son mi regalo. Ya no le puedo pedir más nada a la vida.

Melissa me miró con ternura ladeando un poco la cabeza y me estiré un poco para darle un beso. Un minuto después llegó la chica que nos había atendido con las tres bandejas de tequeños y las bebidas, Melissa gimió al primer bocado y reí pero al probarlo yo entendí su reacción, estaban deliciosos.

Al salir de la cafetería volvimos a tomarnos de las manos y caminar un poco por el centro comercial, había muchas tiendas de todo tipo pero en casi ninguna Melissa quería entrar. Hasta que vi una tienda de vestidos elegante y la llevé hacia donde estaba.

—¿Es en serio, Henry?

—Si —visualicé a una chica y le hice seña para que viniera.

Escuché a Melissa suspirar y sonreí con gracia.

—Quiero vestidos lindos y elegantes para mí mujer ¿por puede mostrarles algunos por favor?

La señorita asintió y dijo que la siguiéramos. Melissa soltó nuestras manos y siguió a la chica dejándome atrás. Sabía que se enojaría, pero sólo quería complacerla.

—Dígame los colores y modelo que busca —la intendente le dijo a Meli.

—No lo sé... ¿puedo verlos y luego decirte cual quiero?

—Claro, no se preocupe.

La chica se alejó un poco y yo me acerqué a mi mujer embarazada.

—No te limites con el precio —le murmuré en su oído.

Si las miradas mataran ya yo estaría cuatro metros bajo tierra con la que me lanza Melissa. Reí un poco y le di su espacio. Unos minutos después, mi teléfono sonó y tuve que apartarme de ahí dejándola sóla.

Me encontraba odiando a Henry en ese preciso momento, tenía varios vestidos que podría ponerme pero el señor trajes bonitos quería que tuviera más. No iba a negar que los vestidos que estaba viendo eran más bonitos que los que tenía en mi closet, pero lo vi innecesario.

De reojo vi como Henry salía y suspiré de alivio me acerqué a la chica y le dije que me mostrara los vestidos más económicos posibles. Ella muy amable me los mostró, y a pesar de que eran baratos tenían una calidad de tela buena y eran lindos. Elegí un lila y un azul oscuro para probármelos, volteé un par de veces para ver si Henry venía pero no lo vi.

Al estar en el probador me quité el vestido que llevaba puesto y observé mi cuerpo, sabía que con el embarazo iba a cambiar y leí que a muchas mamás les molestaba eso pero, a mi no. Amaba la forma que estaba tomando mi cuerpo y amaba aún más el saber porqué lo hacía.

Decidí probarme el vestido lila, al ponérmelo me di cuenta que me llegaba a los tobillos y mis caderas se acentuaban la abertura que tenía en la pierna hacia que se me viera más larga y sexy. El escote era recto pero gracias a mis senos crecidos se marcaba el contorno de estos.

La puerta del probador fue abierta y por el espejo vi que era Henry quien había entrado.

—Estas hermosa —dijo—, ¿solo te has probado ese?

—Si —le respondí.

—¿Te gusta? Llévatelo

—Si, está lindo. Me lo llevaré.

Agradecí de que Henry no se diera cuenta de la etiqueta del precio que llevaba el vestido.

—Voy a probarme otro, ahora salte.

—¿Qué? —bufó con el cejo fruncido—, nena, mi polla ha estado dentro de ti y ¿ahora no me dejarás ver tu cuerpo?

Lo manotee.

—No es eso, sólo quiero tener más espacio y contigo aquí no lo tendré.

En realidad no era eso, pero simplemente no lo quería ahí además de que vería el precio.

—Está bien.

Salió y me quite el vestido para probarme el otro, también era lindo y me quedaba precioso así que también decidí llevarlo. Cuando salí del probador Henry tenía en sus manos un vestido de satén de color rosita casi blanco y me dijo que me lo llevará, le sonreí y lo agarré para luego encaminar hacia la caja.

Miré a Henry sacar su tarjeta y reí un poco, quien nos vería desde otra perspectiva diría que él es mi sugar, aunque en cierto modo lo era.

Ya en el auto ninguno dijo nada más y el sueño vino otra vez a mí, ya quería dormir. Cerré mis ojos apoyando mi cabeza en el asiento y esperé a que llegáramos a casa.

Varios minutos después sentí como Henry detuvo el auto y apagó el motor. Abrí mis ojos pensando que ya habíamos llegado a casa pero me di cuenta de que no, era la calle de la otra vez, la calle de donde él había comprado el local. Caí en cuenta de que lo había olvidado por completo, tenía que remodelarlo, ponerlo lindo pero no lo había recordado. Me sentí mal por ello.

—Lo siento, Henry, yo...

—Lo olvidaste, lo sé, pero tienes a un hombre que no se le olvida nada.

Sonrió y al bajarse me bajé yo también, no podía esperar. Vi que había varias personas dentro del lugar pintando y poniendo algunas cosas. Miré a Henry con una sonrisa, él había hecho todo cuando lo tenía que hacer yo, quería llorar por ello.

—Entremos —me dijo.

Cuando entramos nos dieron cubre bocas ya que el olor a pintura era fuerte y había polvo en el lugar. Dos paredes estaban pintadas de lila y las otras dos las estaban pintando de rosa. Había muebles de madera envueltos en su protector de plástico.

—Esta agarrando vida —murmuré—, está todo lindo.

—Si, tomé el atrevimiento de elegir esos dos colores porque supuse que eran los indicados. Además de que tu color favorito es el rosa.

-—Lo amé, está perfecto.

El jefe de los obreros nos explicó lo que iban a hacer y lo que ya habían hecho, no entendí en algunas partes pero lo dejé pasar confiando en sus palabras.

Al salir, jale a Henry antes de que nos subiéramos al auto y lo besé. Agarró mis caderas y me pegó a él.

—Gracias por todo Henry.

—No tienes nada que agradecer —sonrió y delineó la comisura de mis labios—. Te quiero tanto, Melissa, tanto que podría darte el mundo si así lo quisieras.

—Yo también te quiero, Henry, hoy y ten por seguro que mañana y todos los días también.

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Los amo 🌷

El lunes actualizo los dos capítulos que faltan🙈

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