Capítulo 14.

Aunque llevaba cuatro días viviendo en la casa de Henry, todavía no podía acostumbrarse. Era muy grande a comparación de mi pequeño departamento, los del servicio hacían prácticamente todo por mí cuando yo no estaba acostumbrada a eso. 

Al llegar a la casa me asombré pero, tenía que esperarme. Henry tenía mucho dinero y obviamente no iba a vivir en una pequeña casa tapizada con papel malo, sin embargo, quedé fascinada con cada detalle de esta. El padre de mis bebés ordenó que dejaran mi ropa junto con su armario y las demás cosas a otra habitación. La primera noche juntos fue algo incómoda, pero Henry hizo que me relajara acariciándome el cabello y ponerme junto a él para así poder dormir. 

No habíamos estado sexualmente juntos, aunque ganas no faltaban. Sin embargo, nos sentíamos bien así, nos sentíamos más íntimos con solo hablar y estar abrazados. 

Eran las nueve de la mañana, ya había tenido mis náuseas matutinas y me encontraba desayunando. Me sentía sola, Henry se había ido a su empresa muy temprano pero me dijo que venía antes de las diez, yo no podía creer como el padre de mis bebés la hubiese pasado tan solo. El ardor en mis ojos apareció haciéndome pestañear para botar las lágrimas, con las náuseas también vinieron la sensibilidad, antes del embarazo ya era una llorona, después de ello lo soy más. 

—Llegué —un beso en la mejilla hizo que levantara la mirada del plato. 

Henry se veía espectacularmente hermoso vestidos totalmente negro, amaba como resaltamos su piel. Me levanté a abrazarlo. 

—¿Estabas llorando? —me preguntó. 

—No.

Nos hizo separar y acunó mi cara con sus manos, examinó mi rostros con sus ojos. 

—Si, lo estabas. ¿Sucedió algo? 

Negué.

—No, tranquilo, es que… ¿cuanto tiempo has vivido sólo aquí? 

—Como seis años, más o menos ¿por que, dulzura? 

Hice un mohín. 

—¿Solo, solito? ¿sin nadie que te acompañe?

Henry empezó a mirarme confundido. 

—Si, mi amor, ¿por que lo preguntas?

—Es que, el tiempo que te fuiste me sentí sola y me imaginé a ti solo, solito y me sentí muy triste. 

Lo volví a abrazar, todo el sentimentalismo era por el embarazo. Las hormonas están en su tope de emoción. 

—Melissa, está bien, igual sólo llegaba para dormir —dijo—, estaba todo el día en la empresa o en el banco. 

—De todas formas dormías solito —seguía ahí, como un mono pegada a él. 

Nos volvió a separar, lo miré fijamente a esos ojos brillosos que me encantaba. 

—Pero ahora te tengo a ti, ya no estaré solito.

—Que suerte. 

Henry rió, para luego darme un beso. 

—Termina de comer, te tengo una sorpresa. 

—Oh, Dios ¿que es? —pregunté emocionada, olvidándome de todo.

—Ya lo verás, ahora come. 

—¿Tú no comerás?

—No te preocupes, ya comí.

Yo comí lo más que pude porque no quería llenarme de comida por si vomitaba. Dejé el plato en el lavadero cuando terminé y me fui a cepillarme los dientes y cambiarme. Decidí optar por algo cómodo, últimamente esos días quería vestirme así, no quería llevar nada apretado o muy elaborado. 

Cuando ya estaba lista, rodeé el brazo de Henry con el mío para salir, al hacerlo estaba intrigada de la sorprenderé que el padre de mis bebés me tenía. Esperaba alguna cena o alguna prenda, sin embargo, estaba muy emocionada. Cualquier cosa para mí me emociona. 

Puse mi mano en el vientre y ya se sentía la pequeña protuberancia, era mínima, pero yo la sentía. Henry puso su mano en mi pierna y la apretó un poco, lo miré y vi que estaba sonriendo de lado. Ese hombre me tenía mal, cada día me gustaba aún más y ya no podía parar lo que sentía.

Empecé a ver por dónde íbamos, y me di cuenta que era una calle de pequeños locales. De inmediato imaginé que compraría algo, vi varias tiendas para el hogar y de bebé y aseguré que era eso. 

—¿Comprarás algo?

—Ya lo compré —dijo, y bajó del auto para abrirme la puerta. 

Rodeamos el auto y nos detuvimos frente al local el cual estaba cerrado, tenía un cartel que decía "se vende" en letras rojas. Henry entrelazó su mano con la mía y la besó. 

—Te presento tu tienda. 

Mi corazón se detuvo, al principio pensaba que era una broma o había confundido sus palabras pero al mirarlo hallé sinceridad en sus ojos y una linda sonrisa. 

—Henry… que, ¿como que mi tienda? 

—Es tuya Melissa, aquí podrás tener tus cosas de maquillaje y ¿es tu sueño, no? Aquí lo tienes —lo señaló. 

—Pero Henry, Dios, no debías hacer esto, yo… 

—Tu nada —interrumpió—, la primera vez que te ví en aquella tienda tus ojos brillaron cada vez que hablabas de algún producto, los veías con tanto amor que sentí un poco de envidia. Sé que amas el maquillaje, amas todo lo referente a eso y es por ello que quiero apoyarte en esto. 

»No quiero que sientas que estoy comprándote, eso es lo menos que quiero —siguió—, solo que hace un día pasé por aquí y lo vi, inmediatamente te imaginé con tu panza crecida hablándole a clientas sobre algún maquillaje y no dude en comprarlo. 

Para este tiempo ya tenía mis manos en su cuello acariciándole sus mejillas con mis pulgares. Mis ojos se encontraban aguados queriendo lágrimas salir. Que Henry haya pensado en mí significaba mucho, me sentía tan feliz y agradecida. 

—Oh, Henry, muchas gracias —tenía tantas ganas de llorar pero de la felicidad—, en cuanto pueda, te pagaré cada centavo.

—No, mi pago ya está saldado —sonrió—, que tú y los bebés estén conmigo, es mi pago. 

—Siento tanto por ti, Henry —lo besé. 

Un beso largo, como demostrándole todo mi amor en ello. 

—Y yo por ti, dulzura. —sonrió—, puedes empezar a remodelarlo cuando quieras, tendrás una tarjeta exclusivamente para eso y sin límite de fondos. 

Lo abracé y no dudé en llorar un poco, lo quería muchísimo. Y cada cosa que hacía me impresionaba aún más. 

Llegó un señor y abrió la puerta de la tienda, entramos y observamos el lugar. Era pequeño y acogedor, tenía algunas vitrinas y estantes, las paredes estaban pintadas totalmente de blanco y a pesar de que tenía tiempo sin uso estaba bien y limpio. 

—¿Te gusta? —preguntó Henry. 

—Si, está lindo. 

—Muy bien, aquí están las llaves. Esta es para la puerta del frente, y esta para el depósito que está detrás —explicó el señor. 

Me las entregó y se fue. 

Miré las llaves en mis manos y se sentía irreal que ahora tendría un negocio. El sueño que siempre he querido efectuar se estaba cumpliendo. 

Al salir lo cerramos y lo aseguramos muy bien para luego subirnos al auto. Antes de irnos a casa nos detuvimos en una tienda donde vendían productos para la piel reseca, le dije a Henry que él necesitaba uno para su rostro y decidió comprar algunos. 

En la tarde comimos y descansamos un poco, su hermana nos visitó junto con sus hijos ya al anochecer e hicimos una cena muy amena. Logan es un niño espectacular y muy inteligente, y amaba la complicidad que tenía con Henry. Cargué a la bebé de Scarlet, era una cosita hermosa y Henry me miraba embobado mientras lo hacía. 

La noche llegó y con ello las ganas inmensas que le tenía a Henry. Él dormía sin camiseta, sólo un pantalón chándal puesto pero su pecho lo veía tan sexy que me provocaba estar ahí para siempre. Al salir del baño ya estaba acostado con la espalda en el cabezal de la cama, tenía sus lentes para leer y su libro, se veía muy guapo así. Agarré la pequeña bolsa la cual contenía los productos para su rostro y fui hacía él. 

—Es hora de tu skincare —anuncié. 

Henry rió, se quitó sus gafas y dejó su libro en la cómoda. 

—Hazlo encima de mí.

Sonreí, y me subí en su regazo. Agarré las toallas húmedas sin olor y se la pasé por su rostro. 

—Cierra los ojos —le dije.

—Luego no podré ver tu belleza. 

Reí.

—Por favor, Henry, hazlo.

Lo hizo, y pude continuar. Agarré el limpiador en espuma pasándoselo pie su rostro, luego de quitarlo le eché las gotas de hidratación y contorno de ojos. Tomé el pequeño rodillo y se lo pasé por sus mejillas.

—¿Se siente bien?  —le pregunté. 

Emití un pequeño grito cuando Henry puso sus manos en mi cadera empujándome hacía delante, pegando su polla con mi coño. 

—Ahora sí, se siente bien. —respondió aún con sus ojos cerrados. 

Al sentir su semi dureza en mi parte V hizo que mis manos empezaran a temblar de la excitación que tenía. Como pude volví a pasarle las toallas húmedas para quitarle lo restante del producto y meter las cosas en la bolsa. Todo esto hacía movimientos los cuales consistían en mover mi coño en su polla. 

—Amor… no te levantes, deja eso en el piso y siguete moviendo. —la voz ronca de Henry hizo que suspirara entrecortadamente—, quiero que me beses. 

Mordí mi labio sin que él se diera cuenta ya que mantenía sus ojos cerrados. Empecé a moverme luego de dejar las cosas en el piso, me movía lentamente detrás hacia delante con un vaivén que hacía excitarnos más a ambos. Henry con sus grandes manos agarro mi trasero y yo empecé a besar su cuello encaminando a su boca. Cuando llegué a ella Henry agarró mi nuca y profundizó el beso. 

—¿Puedo follarte? —preguntó jadeante tras separar nuestros labios. 

—Si.

Era lo que yo quería. 

Me tumbó a la cama quedando él encima de mí sin aplastarme. Besó mis senos por encima de la delgada blusa que llevaba puesta y descendió hacia mi abdomen, besó cada parte de ello y agarró la cinturilla de mi pequeño short. Me miró como pidiendo permiso y asentí, de a poco bajó mi short incluyendo la ropa interior. Sonrió como un depredador para luego besar mi vientre, mi respiración estaba cada vez irregular, ya quería que hiciera alguna acción.

Abrió mis piernas lentamente y empezó a dar besos en mi centro, sentí como su lengua tocaba mi clítoris y gemí por su hecho. 

—Henry, por favor… 

—Espera dulzura —sentí su aliento—, déjame seguir probando este manjar. 

Comenzó a lamer mi coño, succionando en el proceso. Yo me sentía en el cielo, la sensación tan placentera que me deba no lo había sentido y me gustaba aún más. Puse mi mano en su cabeza enredando mis dedos en su cabello. 

—Dios —jadee—, Henry para, quiero llegar pero con tu polla dentro de mi. 

La excitación hablaba por mí, pero si lo quería dentro de mí. 

—Tus deseos son mis órdenes —dio un último beso a mi centro y se paró para quitarse su pantalón. 

Bendita polla. 

El cuerpo de Henry parecía una obra de arte, cada músculo era sexual pero su polla… no había visto uno igual, su tamaño y grosor me hizo abrir más las piernas y cuestionarme si eso caberá en mí. 

—Quiero que tú lleves el control —dijo luego de acostarse—, quiero que me montes y te muevas como quieras. Tu placer es mi placer. 

Relamí mis labios y me subí encima de él, agarré su pene y rocé la punta por mi raja lubricandolo de mi. Henry alzó mi blusa dejando mis senos expuestos ante él, comenzó a besarlo y succionarlos. Luego puse si polla en mi agujero, sentándome de a poco sentí como su grosor me abría y me fue inevitable no arquear mi espalda y sisear de placer. 

—Joder —jadeó—, que bien te sientes, mi amor. 

Me levanté un poco y volvió a bajar lentamente, la fricción de nuestros puntos juntos me hacía gemir. Cada vez nos mojaba aún más, empecé a moverme un poco más rápido, Henry empezó a manosear mis nalgas y eso me prendía más. 

Hicimos un cambio rápido quedando yo debajo de él. Empezó a entrar en mi de manera rápida, haciendo ver estrellas de placer. Me besó rudamente, devorando mis labios mientras seguía con su vaivén uniendo nuestros puntos. 

—Dios —gemí cuando separó nuestros labios. 

—Mejor gime mi nombre. 

—Henry… ya estoy…

Mi hombre siguió metiendo su polla dentro de mi más rápido, hasta que…

—Juntos —explotamos de placer. 

Henry se movió un par de veces con lentitud para luego sacar su pene de mí acostándose a mi lado. Me atrajo hacia él y acomodó mi delgada blusa. 

—Lo siento si fue brusco —besó mi frente—, me dejé llevar y…

—Fue maravilloso —lo interrumpí.

Me dio un beso en los labios y sonrió.

—¿Quieres darte una ducha? 

Asentí, estaba un poco cansada y lo único que quería era ducharme y dormir, luego de estar satisfecha. 

Henry me cargó y llevó hasta el baño, me ayudó a bañarme y yo a él. Luego nos vestimos de forma cómoda y quitamos la sábana de la cama poniendo una limpia. Después de todo, nos dormimos juntos, abrazados y quise que fuera para siempre así. 

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Bueno, pero, ¿que pasó aquí?🙈

¡Vayan a seguirme en Twitter! Estaré subiendo una ilustración hot sobre este capítulo🙈 (@elipoibook)

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