Hola mi nombre es Naruto
Naruto estaba de rodillas sobre el gua de la cual no se podía apreciar el fondo así como ninguna isla a la distancia, el cielo estrellado y el estaba siendo iluminado por la luna, su mirada solo expresaba tristeza, frente a el se encontraba Hagoromo flotando.
-"Lo siento Naruto Uzumaki pero para que la verdadera paz llegue a las naciones elementales se debe crear un equilibrio de poderes que no genere envidias de las otras naciones elementales, por lo cual debes de desaparecer de este plano existencial"- comentó el ancestro del clan Otsutsuki al Uzumaki.
-"Ya veo"- fue la simple respuesta de Naruto aceptando su destino, mientras miraba el agua recordaba a todos sus amigos, sus camaradas, a todos quienes formaron parte de su vida, que ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse antes de ser traído a este espacio, su brazo que había perdido con Sasuke se encontraba nuevamente el su lugar o bueno tenía otro ya que este se encontraba vendado.
-"Pero no morirás, serás enviado a otro mundo donde podrás vivir y disfrutar de una vida que tanto te merecías, espero entiendas estas decisión"- finalizó Hagoromo extendiendo su báculo en dirección de Naruto, quien solo esperó el final, el lugar se ilumino haciendo que naruto cerrara sus ojos.
En uno de los cuartos de un bar en la ciudad de Orario, se encontraba un joven rubio acostado, pero ya no dormía solo miraba el techo de su cuarto, Naruto si recordaba bien, llevaba varios años en este lugar pero su apariencia no había cambiado mucho, después que Hagoromo lo hizo desaparecer apareció tirado en el callejón al lado del bar en el cual ahora trabajaba como cocinero o de lo que hiciera falta, si bien tenía casa, se había acostumbrado a este lugar por lo que de vez en cuando se quedaba en este lugar, esta tierra era muy diferente a las naciones elementales, no solo habían humanos si no que habían distintas especies de seres, así como que aquí los ninjas eran cosas de libros de ficción, en este tierra eran famosos los dioses, y sus hijos, los aventureros que participaban de la cacería de monstruos en la torre babel en el centro de la ciudad, mucho ingresaban buscando riquezas y fama pero la verdad es que solo algunos destacaban por si mismos, pero mayormente todo era eclipsado por el nombre del dios que encabezaba la familia, y estaban los otros que entraban con las puras esperanzas y sin ninguna preparación que no regresaban, Naruto suspiró, no sabía en que momento se había vuelto un emo como Sasuke pero la verdad es que nada era emocionante en su vida, el era un aventurero o así lo calificaba su hermana menor, o bueno una de las jóvenes del bar Syr flova, miró la mesita de noche y se encontró con un pequeño reloj, este marcaba las 6:30 de la mañana, el bar no abría hasta las ocho de la mañana, pero debía estar todo listo, así que sin nada mejor que hacer decidió levantarse, tomó su ropa y se dirigió al baño para prepararse para un nuevo día de trabajo.
En las ruinas de una iglesia en medio de una zona abandonada de la ciudad, en un cuarto oculto de esta se encontraba una chica de cabello negro durmiendo, llevaba varios meses viviendo sola,Aún no había podido formar su propia familia, al ser una diosa poco conocida por los aventureros era rechazados por estos
De a poco la joven se comenzó a despertar, se estiró rebelando un cuerpo muy desarrollado para la edad que representaba, su nombre era Hestia la diosa griega del hogar o también la diosa del fuego sagrado, o esa era su posición en los cielos, trabajaba frente al bar La Anfitriona de la fertilidad, lugar que no visitaba últimamente aunque varias veces a sido invitada por sus amigas que trabajaban en aquel lugar.
-"otro día más"- pronunció mirando el ventanal del lugar, si bien el lugar no era lo más lujoso del mundo, alguna vez fue un lugar acogedor, cuando solo vivían ella , pero ahora era solo un lugar que le generaba recuerdos tristes, lastimosamente no tenía como mudarse, todo lo que ganaba lo utilizaba para pagar su deuda con Hephaestus, la diosa herrera, quien en su momento de mayor necesidad le tendió la mano, dejó de repasar lo triste de su vida y se levantó para prepararse e ir nuevamente a trabajar.
Si bien las puertas del bar se encontraban cerradas, las mesas ya estaban listas para comenzar a atender a las personas, Naruto ahora se encontraba en la cocina verificando que nada le faltara para atender a las personas, aún quedaba una hora para abrir así que comenzó a preparar desayuno para dos personas, bueno siempre era así, ya que conocía a otra persona que trabajaba frente al bar que durante todo el día no salía de un local de armas para aventureros, según Syr era una diosa que alguna vez tuvo una familia, pero gracias a que su hijo se unió a la familia de su novia ella quedó sola, bueno aveces el amor y la persona que te gusta te puede volver un idiota, solo debía recordar el tiempo en que estuvo enamorado de Sakura, su ex compañera de equipo, una leve sonrisa cursó sus labios.
-"Qué habrá sido de ellos?"- preguntó preparando una caja con comida para dos.
Hestia llegó a su puesto de trabajo y comenzó abrir, hoy nuevamente no desayunó ya que se demoró demasiado en ducharse, su estomago gruñía cada cierto tiempo, cuando ya estuvo todo listo, giró el letrero del local a abierto y tomó asiento a la espera de los clientes, miró al bar y notó como un joven de cabellera rubia salía de este con una caja de colación, y se encaminó directo a ella, o mejor dicho al negocio de armas, mientras más se acercaba, podía distinguir más detalles, no estaba enterada que hubieran hombres trabajando en aquel lugar, ya que normalmente era las mujeres que atendían, estaba tan centrada en sus pensamientos que fue sacada de sus pensamientos al sonar la campanilla de la puerta, ahí estaba el misterioso joven del bar, su cabello rubio, su piel levemente morena, unos ojos color rojo claro que parecían brillar, con tres marcas en las mejillas, vestía con unos pantalones negros a media pierna, una polera blanca que al parecer le quedaba algo larga y una sudadera negra con roja.
-"Buenos días joven bienvenido, en que le puedo ayudar?"- preguntó tratando de sonar animada, pero la verdad es que entre el hambre y la tristeza que sentía hacían el sonreír una tarea muy difícil, cosa que notó Naruto.
-"Buenos días, mi nombre es Naruto Uzumaki, trabajo en el bar de enfrente, y te traía el desayuno"-comentó como si nada el Uzumaki descolocando a la pequeña diosa.
-"Qué?"- preguntó Hestia, Naruto se acercó al mezón de atención y dejó la caja con alimentos.
-"Mmmm la verdad es que venía pensando en como presentarme sin sonar un acosador, pero bueno, mi hermana menor Syr me comentó que tu no sales a comer durante el día, vi que estaba demasiado preocupada por ti por lo que decidí preparar tu desayuno"- terminó Naruto destapando la caja rebelando varios emparedados así como un termo con dos tazas para beber algo de té, Hestia aún no reaccionaba de esta inesperada visita, ella recordaba las varias veces que la mesera del bar la invitó a que la visitara pero ella como siempre rechazaba cualquier invitación pero esta vez no tuvo tiempo de negarse ya que el desayuno estaba frente a ella y se veía bastante delicioso -"vamos, come"- insistió Naruto sacando un emparedado y sirviendo ambas tazas de te.
-"Eh si, gracias"- respondió la diosa, tomando la taza de te y un emparedado de pollo, sacó el primer bocado y sus mejillas se sonrojaron, era delicioso, cosa que le sacó una sonrisa a Naruto, ser un huerfano lo hizo desarrollar cierto talento para la cocina, ya que hubo un tiempo en que nadie quiso venderle o darle alimento -"Por cierto mi nombre es Hestia"- se presentó, Naruto solo asintió.
-"Pues un gusto Hestia"- respondió Naruto para seguir comiendo, Hestia por su lado asintió y siguió comiendo, aunque desconocido para ellos era que eran vistos por una mujer desde el frente, quien miró de manera aprobatoria la situación que presenciaba.
-"Buenos días Mamá Mía" saludó Syr, la mujer miró a la recién llegada.
-"Buenos días Syr, al parecer mi pequeño decidió al fin salir de las parecer del bar"- mecionó apuntando al local donde se encontraba el Uzumaki desayunando con Hestia, por parte de la peligris sonrió feliz, desde que conoció a Naruto el siempre se relacionaba solo con el personal de bar, muchas veces trató de sacarlo, que conociera más del pueblo pero nada servía pero al parecer el sentimiento de ayudar a otras personas fue más fuerte, el era su hermano mayor en todo menos sangre y quería que ese aire de melancolía que siempre lo rodeaba desapareciera y al parecer ya había dado el primer paso.
Cuando el alimento hubo terminado, Naruto comenzó a guardar todo con ayuda de la diosa.
-"Muchas gracias por acompañarme a desayunar Hestia san"- habló naruto cerrando la caja.
-"Soy yo quien te agradece este gesto Naruto, espero no haberte causado muchas molestias"- agradeció la diosa nerviosa.
-"no hay problema, siempre he desayunado solo y la verdad es que es bastante desagradable, hoy fue diferente, espero que no te moleste que podamos repetir esto, quizás tu puedas ir al bar"- comentó Naruto mirando como las puertas del bar se comenzaban a abrir.
-"No es necesario que te moleste tanto Naruto, estoy muy agradecida por este gesto"- Naruto asintió.
-"Bueno nos vemos mañana a la misma hora"- se despidió Naruto sin dejar oportunidad que la pequeña pelinegra pudiera despedirse, Hestia miraba como Naruto cruzaba la calle a su lugar de trabajo y era recibida por Syr.
-"Buenos días Ni san"- saludó la peligris, Naruto sonrió en su dirección y acarició su cabello.
-"Buenos días Syr chan"- respondió naruto ingresando al local -"Buenos días Mamá Mía"- saludó a la dueña de la taberna, la mujer que ha sido su figura materna durante su estancia en este mundo tan extraño.
-"Buenos días Naru chan, cómo estuvo tu cita?"- comentó la mujer con una sonrisa burlona, haciendo reír a Syr, por parte de Naruto sonrió nervioso.
-"Quién tuvo una cita con quien?"- apareció una joven elfa rubia con vestimenta de mesera.
-"Buenos días Ryuu chan"- saludó Naruto en su dirección, la elfa sin cambiar el gesto de su rostro asintió.
-"Buenos días Naruto kun"- respondió esta, Naruto evitando transformarse en el material de burlas de las demás chicas que estaban por llegar se fue a cocina para comenzar a cocinar para los clientes que ya comenzarían a ocupar las mesas.
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