Bell cranel

Era cercano a la media noche y pocas personas se podían observar en las calles, el bar ya estaba pronto a cerrar por lo que los trabajadores se comenzaban a retirar, de la cocina salió Naruto con una chokuto detrás de su espalda, así como una bolsa para recoger su botín, parte de sus actividades extras que realizaba era infiltrarse en la torre babel para reunir algo de dinero extra para su hermana que en sus tiempos libres ayudaba en el orfanato de María, el trabajar para alguien más no le molestaba ya que su hermana era feliz con aquello, además de que le servía para no oxidarse.

-"Naru chan, vas a la Torre?"- preguntó Mía, la mujer ya estaba informada de las actividades del único hombre del personal del bar, en un comienzo le preocupaba ya que desconocía las habilidades del pelirrubio pero este en una prueba de fe le contó parte de su pasado, solo lo que la mente de la mujer podía calificar como normal.

-"Si mamá Mía, quiero estirar un poco los músculos, a parte mañana Syr tiene el día libre y quiero que lleve más dinero al orfanato, prometo no regresar muy tarde"- la mujer asintió, Naruto se acercó a la salida y observó a la elfa rubia -"Espero que la próxima vez me puedas acompañar Ryuu chan"- la elfa miró en su dirección con una leve sonrisa y asintió, Naruto desapareció en un impulso de velocidad para aparecer nuevamente sobre el techo del bar. observó como la torre era iluminada no solo por las luces de la calle si no que por su altura, la luna nueva era quien hacía la mayor parte del trabajo y comenzó a correr.

Hestia estaba cerca de la torre viendo si podría encontrar un aventurero que quisiera ser su hijo y obtener su bendición, pero hasta ahora no había encontrado nada, desconocido para ella era que Naruto estaba desde un techo viendo como sus esfuerzos solo terminaban en rechazo tras rechazo, por un momento Naruto consideró bajar a conversar con ella pero, simplemente siguió su camino a la torre,  cuando ya estuvo reunido con los demás aventureros, miró a uno al azar y utilizó jutsu de transformación, siempre era lo mismo.

-"vete de aquí niño necesitamos a aventureros de verdad"- Hestia se dirigió a un callejón para ver como un niño de cabello blanco era rechazado por una de las familias, ahí estaba su primer hijo, se acercó a el para ayudarlo a levantarse, su cabello blanco así como sus ojos rojos que expresaban nerviosismo como los conejos le hizo aparecer una sonrisa, sentía que el era el indicado.

-"Mi nombre es Hestia y soy una diosa que necesita de un aventurero, aceptas ser mi primer hijo?"- preguntó con voz tierna, en cuanto al chico, le quedó mirando con asombro, esto era lo que buscaba, una oportunidad, así que demostró una mirada de determinación y tomó la mano de la diosa frente a el.

-"Mi nombre es Bell Cranell y acepto ser su hijo kami sama"- así ambos se tomaron las manos.

Naruto avanzaba matando a los monstruos que se cruzaban en su camino, hasta ahora no había encontrado nada que pudiera considerar un digno rival como diría Guy sensei, algunos conejos así como otros monstruos, ya tenía una buena cantidad de cristales que podría cambiar cuando se retirara, la imagen de Hestia seguía en su mente, si ella era una diosa, porqué nadie quería unirse a ella? el tenía motivos ajenos a todos los que la mayoría pensarían, era un shinobi, alguien que no debía existir, además de que tenía un nivel de poder muy superior a muchos en este mundo lo cual sería una injusticia para el resto, no quería ser expulsado de este mundo como lo fue del suyo, recogió los últimos cristales, ya tenía una bolsa llena, dinero suficiente para su hermana.

-"Bueno, lo mejor es volver"- comentó mirando al techo con los ojos cerrados como si estuviera cansado, pero sentía que era vigilado, exhaló profundo y tomó rumbo a la salida, no lo habían atacado así que no tenía porqué responder, si llamaba mucho la atención aumentarían la vigilancia de la torre.

-"Qué tanto miras Aiz?"- preguntó una joven amazona, la joven pelirrubia asintió aunque aún tenía dudas de quien era ese aventurero, no recordaba haberlo encontrado en algún lado.

Así llegó un nuevo día, Naruto esta vez fue a su casa, mientras caminaba en dirección al bar meditaba en la posibilidad de unirse a alguna familia, iba tan concentrado que no notó como alguien venía corriendo en su dirección, era Hestia que tarde notó a Naruto en su camino por lo que chocó cayendo de trasero, en cuanto a Naruto alcanzó a recuperar el equilibrio miró detrás de el encontrándose con la diosa que trabajaba en la armería.

-"Duele, duele, duele"- se quejaba Hestia sobando su retaguardia, levantó la mirada y se encontró con una mano en su dirección, levantó un poco más la mirada y se encontró con un par de ojos rojos que la miraban con tranquilidad -"Oh eres tu Naruto san, lo siento no te vi"- tomó la mano de Naruto que la ayudó a levantarse.

-"Buenos días Hestia san, no te preocupes, pero te noto diferente a ayer, acaso sucedió algo bueno?"- cuando Hestia estuvo de pie su rostro solo demostraba alegría, ignorando lo sucedido hace unos instantes.

-"Lo que sucede es que tengo a mi primer hijo, al fin formé mi familia"- Naruto la miró igualmente feliz, al parecer no debía ofrecerse como el aventurero de la pequeña diosa.

-"Me alegro, espero saber del avance de tu familia, por cierto desayunaste?"- preguntó Naruto retomando su camino siendo acompañado por la diosa.

-"no, ya que tu me dijiste que desayunaríamos en el bar"- respondió Hestia con el mejor de los ánimos, naruto simplemente asintió.

En la iglesia donde dormía Hestia en un sillón se encontraba durmiendo un peliblanco, hoy era su primer día como aventurero pero gracias a que estuvo despierto hasta tarde, no pudo madrugar, de a poco se comenzó a mover señal de estar despertando, abrió los ojos y recordó lo sucedido ayer, su mirada somnolienta cambió a una de determinación y se levantó rápidamente.

-"Este es solo el comienzo, no decepcionaré a mi diosa"- comentó Bell preparándose para su primera incursión a la torre.

-"Y cómo es tu aventurero?"- preguntó naruto sirviendo el desayuno a Hestia que miraba la comida preparada por el Uzumaki, solo con el aroma, la saliva se comenzaba a filtrar por la comisura de sus labios.

-"Bueno, es alguien joven que llevaba varios días buscando una familia que lo aceptara pero era rechazado por todos, pero yo vi su potencial"- comentó muy confiada de si misma, Naruto tenía una gota en la cabeza al recordar como todos los aventureros la rechazaban, pero de igual forma le gustaba ver a la pelinegra más feliz.

-"Ya veo, esperó que tenga mucha suerte en la torre, dicen que es muy difícil"- Hestia bebió su café para suspirar satisfecha.

-"Bell kun lo hará muy bien"- respondió muy segura, levantó la mirada viendo un reloj en la pared -"oh ya va siendo hora de que abra el local, muchas gracias por  el desayuno naruto kun, todo estuvo delicioso"- Naruto asintió terminado su desayuno y levantando la loza utilizada.

-"Éxito"- habló Naruto deteniendo el avance de la diosa en la puerta, esta miró en su dirección y asintió para seguir su camino.

-"Así que tienes una amiga nueva?"- Naruto vio como desde el segundo piso descendía Ryu.

-"Es una conocida pero es muy agradable, espero no te moleste su presencia"- respondió naruto llevando la loza a la cocina y comenzar a preparar todo para recibir a los clientes, en cuanto a Ryu solo miraba en dirección a la puerta del bar por donde salió la diosa.

Por todo el lugar se escuchaba el rugido de una bestia buscando a su presa, Bell no sabía como podía tener tanta mala suerte, su primera incursión en el nivel uno de la torre y ya lo perseguía una bestia del piso cinco, un Minotauro.

-"por qué a mi"- se quejaba mentalmente el peliblanco tratando de escapar de aquel monstruo, con la desesperación de escapar no notó como a gran velocidad se dirigía a  un callejón sin salida, se giró y ahí estaba su perseguidor, rápidamente tuvo que esquivar un golpe que iba dirigido a el, se sentó y se cubrió la cabeza mientras la bestia seguía lanzando golpes en todas direcciones, pero soltó un gran rugido al recibir un corte en la espalda, Bell descubrió su rostro y notó como el minotauro sangraba, pero también la notó a ella, una joven pelirrubia, esta en un movimiento rápido lanzó un corte que se extendió desde el hombro de la bestia hasta la cadera haciendo que la sangre saliera en gran cantidad salpicando a Bell que no perdió su cara de asombro, el Minotauro cayó y explotó en cenizas revelando un gran cristal.

-"Oye muchacho, te encuentras bien?"- preguntó la pelirrubia, Bell por su parte no dejaba de estar sorprendido

Por las calles de horario se puede ver a un aventurero cubierto de sangre corriendo en una dirección desconocida, llamando la atención de todos los transeúntes.

-"Einaaaaa"- una elfa se encontraba saliendo del gremio, quedó mirando en la dirección de donde provenía el grito.

-"uh que es eso?"- preguntó tratando de identificar de quien se trataba hasta que lo reconoció y se asustó dejando caer todos los documentos que llevaba en sus manos.

-"Eina quiero que me digas todo lo que sepas de Eiz Wallenstein"- ahora el peliblanco y la elfa se encontraba en una de las mesas del gremio, Eina era la consejera de Bell en relación a su participación como aventurero.

Entrada la tarde en la casa de la nueva familia hestia, se encontraba Hestia sentada sobre la espalda de su aventurero revisando las estadísticas de este, y la verdad para ser la primera incursión, sus números eran muy altos pero nada increíble.

-"Y cómo me fue?"- preguntó el peliblanco, Hestia guardó silencio un momento hasta que que los números que se proyectaban de la espalda del peliblanco regresaron al tatuaje, marca dada por su diosa reconociéndolo como miembro de su familia.

-"Pues has aumentado bastante, lo que me molesta es que la impulsadora de esto fue esa Ais loquesea"- puso una hoja en la espalda de esta y deslizó su dedo de manera circular, generando que la estadística de Bell se grabara en la hoja.

-"haber"- dijo Bell, Hestia se levantó de su espalda y se sentó al lado, el peliblanco tomó su hoja y notó como sus números habían aumentado, alegrándolo.

-"Lo triste es que nadie se a querido unir a nuestra familia, al parecer ser una diosa poco conocida no ayuda demasiado"- comentó la diosa decepcionada.

-"No se preocupe diosa, yo me seguiré haciendo fuerte y la protegeré para no dejarla indefensa"- comentó el peliblanco mientras la imagen de Ais aparecía en su mente, el comentario le sacó una sonrisa a Hestia.

-"pero encuentro que no es tan malo que sigamos siendo nosotros dos por un tiempo más"- comentó de manera sugerente, Bell ignorando el modo de hablar de la diosa solo asintió.

-"Mañana me tomaré el día mamá Mía"- comentó Naruto, haciendo que todas las meseras miraran al Uzumaki, desde que comenzó a trabajar, jamás pidió un día libre, este era un hecho por lo menos increíble, Mía por su parte salió del asombro y asintió.

-"Está bien, pero debes cuidarte"- le aconsejó la dueña del bar, Naruto asintió para regresar a la cocina.

Así terminó el día, esta vez Naruto no fue al calabozo, mañana tendría un día completo para poder hacer ejercicios, hoy nuevamente se quedó en su casa, se levantó de su cama para dirigirse a la ventana y observar la luna que hoy se veía más grande que otros días, esa vista le recordaba como aveces se quedaba a dormir en el monumento de los Hokage a observar el cielo, mayormente solo o en otras ocasiones acompañado del tercer Hokage, extrañaba su vida anterior, pero no  tenía demasiadas esperanzas de poder regresar, su poder solo había aumentado, al parecer su chakra se recuperaba y aumentaba mucho más rápido que en el mundo ninja, pero si lo pensaba mejor, los hechizos eran algo fácil de aprender para todos, así como poder obtener objetos mágicos.

-"Qué podré hacer mañana?"- se preguntó el Uzumaki sin despegar la mirada del cielo.

Un nuevo día llegó Orario, esta vez Bell se fue a primera hora a la torre para poder seguir mejorando sus estadísticas, por su parte Hestia iba un poco tarde al trabajo pero nada muy grave, hoy tampoco bebió desayuno esto debido a que esperaba que Naruto le tuviera uno de sus deliciosos desayunos, cuando estaba cerca notó como Syr la llamaba desde la entrada del bar, así que se acercó.

-"Buenos días Hestia chan"- saludó la peligris.

-"Buenos días Syr san, cómo estás hoy?"- respondió la pelinegra mirando de manera disimulada al interior del local, cosa que le sacó una sonrisa a la peligris.

-"Si buscas a Naruto kun, el no se encuentra hoy pero me pidió que te diera esto"- le extendió una caja de colación cosa que sorprendió a la diosa pero también se notaba un dije de decepción en su mirada.

-"Ya veo muchas gracias"- tomó la caja, agradeció y se despidió ya que iba tarde a su trabajo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top