XXIX-P2- El titiritero

POV Aisha

Las pocas horas que he dedicado a pensar en lo que estoy haciendo y en lo que haré solo han servido para rememorar esas emociones que en mi adolescencia apresaban mi mente al imaginarme en el puesto o responder a alguna de las responsabilidades que mi padre me asignaba para ir entrenando antes de asumir el sitio.

Siempre era eso, una ola de temor y una ola de alegría, de emoción por lo que vendría. 

Es como si piezas de mi vida que habían sido desactivadas se activasen con solo anticipar lo que se vendría.

En un pestañeo ya es la hora de asistir a la dichosa cena. La mayoría hablan alegres y relajados, otros en cambio tienen semblantes distraídos o algo apagados, pero la misma comunión no les deja llenarse de esas emociones tan nocivas. La tranquilidad les abraza a todos, hasta al más frío de todos.

Ya estoy en el Comedor Comunitario junto a Edick, ambos ingresaremos juntos y daremos la noticia antes de comer. Es una buena estrategia para alegrar más el ambiente del lugar. Eso espero al menos.

—Aisha, ¿Podrías aflojar tu agarre?

—¿Eh? Lo siento.

Aflojo el agarre del brazo de Edick. No supe en qué momento lo presioné así, fue inconsciente.

—¿De donde sacaste ese vestido? 

Dirijo mi mirada al delicado vestido con caida que adorna mi cuerpo, el verde oscuro es de los colores que jamás habría usado antes, pero ahora que lo porto puedo decir que me queda bien. No es una moda extravagante, ni muy compuesta como me habría gustado, pero la tela me permite que tenga un porte sobrio y digno, lo suficiente para hacerme sobresalir sobre la manada, eso a pesar que es a la rodilla y que no llevo maquillaje, el cual necesito con urgencia . 

—Yo lo hice—me mira alzando una ceja—¡Es verdad! era lo unico que me distraería de todo esto, además debo verme bien. 

Asiente como señal de aprobación, aunque creo que quiere preguntar más, se abstiene. 

—¿Estás lista?

—No ¿Podemos dejar que alguien más de, la noticia?

Su respuesta no me llega a través de su voz, sino sus pies, cuando comienza a caminar al centro. Doy un pequeño tropiezo, pero me compongo enseguida. Conforme nos acercamos las miradas se enfocan en nosotros y yo solo trato de mantenerme firme. Estoy nerviosa ¿Cómo negarlo? Nunca me imaginé haciendo esto, pero heme aquí mostrando mi mejor sonrisa y una tranquilidad a la cual soy ajena ¿Quién estaría tranquila antes de anunciar su matrimonio a un grupo de lobos? Aun si todo es falso, no puedo relajarme.

Poco a poco las voces van cesando y un nudo en mi garganta se forma en cuanto nos paramos en el centro. No soy capaz de decir nada y que Edick no hable significa que ya lo noto y quiere hacérmela pasar mal.

**Desgraciado**

**¿Qué esperas? Diles la gran noticia y cuan feliz estas**

**Creí que no utilizaríamos nada relacionado a esto**

**Tú fuiste la que me hablo a través de nuestra conexión, es tu culpa. **

Gruño en su dirección.

**Será mejor que hables o creerán que somos lelos, hazlo sin gruñidos por favor, no creo que las parejas felices gruñan cuando darán una noticia así**

Fuerzo una sonrisa de la manera más natural que puedo y suspiro. En ese momento una briza helada se alza sobre nosotros batiendo las ramas de los árboles y entremezclándose con nosotros, un escalofrío se propaga por mi cuerpo a la vez me brinda una suave caricia de tranquilidad.

**Haré que la pagues**

**Estoy deseando verlo**

—Buenas noches a todos—alzo la voz sobre los suaves murmullos que se crearon por nuestra presencia—como sabrán hace unos días regrese a la manada, pero mi estado de salud no era el mejor y no podía hacer la presentación adecuada. Esta noche estoy aquí ante ustedes para informar que, a partir de hoy, con la ayuda del Consejo y del Alpha Edick, retomaré mi sitio como Alpha hasta que mi padre este estable—me sorprendo de la firmeza de mi voz al pronunciar cada palabra a pesar de las exclamasiones de indignación cuando mencione convertirme en Alpha—. Luego que mi padre despierte, esperaré a la ceremonia de nombramiento Alpha, para que mi padre finalmente me nombre su sucesora y Alpha permanente de la manada.

Un silencio tenso se forma a nuestro alrededor. Sé muy bien lo que estará pasando por la mente de todos, años atrás no tuvieron pudor en decírmelo y es que según las leyes una licántropo no puede acceder al puesto de Alpha, tiene que ser un licántropo. A menos que haya ganado un enfrentamiento a muerte contra el sucesor masculino establecido o que se case con otro Alpha y se convierta en su pareja.

En el caso de mi familia el título pasa a Dylan, por ser el descendiente masculino de mi padre. Eso a pesar que durante años mis padres y yo luchamos para que un día, yo pudiera acceder al puesto, pero no se dio, mi madre murió antes de que los tratados fueran firmados y nada quedó solventado. El último intento de mi padre por convertirme en Alpha es este y aunque antes lo vi como algo egoísta de su parte por decidirlo sin mi consentimiento, ahora es mi última oportunidad de proteger a mi familia y de descubrir algo que perdí durante años.

—Hemos preparado para ustedes otra noticia que desde luego esperamos les alegre tanto como a nosotros—alzo mi voz unos decibeles como si no pudiera contener la emoción.—Siempre dejando lo mejor para el final. 

Enfoco mi vista en Edick quien me observa y asintiendo continúa hablando en mi lugar.

—Le he propuesto matrimonio a la Alpha Aisha y ha aceptado—los gritos empiezan a alzarse sobre la sala y él los silencia con un suave movimiento de la mano.—La boda será en la próxima luna llena, uniremos nuestras manadas en una sola y consolidaremos la paz en nuestras tierras. Formando así una alianza fuerte y resistente, una como nunca antes se ha visto.

Gritos de júbilo se extendieron por todo el comedor, yo no encuentro qué gesto poner, solo recuerdo las lecciones de mi padre. Una pose digna y elegante acompañada de mi mejor sonrisa. Veo rostros alegres y otros conmovidos por "nuestro amor" pero mi corazón se detiene en cuanto me topo con el serio rostro de Tony.

Oh no.

—Esperamos disfruten la noche y puedan acogernos en esta agradable velada con ustedes—Edick termina de decir.

Caminamos hacia una mesa y yo no puedo apartar mi mirada de él. Tony niega con la cabeza y sale del Comedor.

—¿Me permites?

Edick me observa unos segundos y termina asintiendo.

Corro de manera discreta saludando a las personas que me encuentro en el camino con una sonrisa. Llego a los árboles por donde le vi desaparecer y tras un suspiro ingreso.

Cuando planee sorprenderlo esta noche solo me enfoque en cómo nos burlaríamos con Tony del Consejo, pero olvide que Tony es uno de los licántropos más sensibles que he conocido y ambos prometimos muchas cosas. 

Llego a un claro donde lo encuentro sentado sobre el césped verde, con su espalda contra un viejo pino sin hojas. Sus manos descansan sobre sus rodillas alzadas y su vista está fija en el horizonte.

—Dijiste que no te casarías, dijiste que tu compañero jamás vendría a destruir nuestra amistad porque siempre elegirías nuestra amistad ante todo—su tono pétreo mezclado con un deje de burla provoca un escalofrío en mí.  

Cuando nos conocimos nuestra amistad fue inmediata y prometimos permanecer juntos sin nuestros compañeros, por ser algo impuesto por nuestra especie y si él está así debe saber que Edick es el mío. Ambos nos convertimos en amigos por ser esa pieza que nunca encajó en su manada, pero que si encajaba en la nuestra y ahora, al aceptar a Edick para él es una traición donde me adapto a la manada olvidando la que nosotros habíamos creado.

Antes eramos nosotros dos contra el mundo y lo seguimos siendo, solo debo demostrarlo. 

—Últimamente cambias de idea muy fácilmente—su tono es neutro y oscuro, nada que ver con el tono jocoso que mantiene cada que habla—como quien cambia de ropa interior.

—No he cambiado de idea, mi amistad no se verá afectada por una relación.

Bufa—Tss claro, claro Blondie.

Que me llame de esa forma en este momento me sabe tan agrio. 

—No me casaré con él Tony.

—Pues no me lo digas a mi.

—¡Es en serio!—me acerco a él con paso presuroso, pero no alza la mirada hacia mi.—La manada no confía en mí y no lo hará hasta que demuestre que soy capaz de merecer mi lugar. Quiero callar a esos seres de una buena vez por todas y que clamen por mí. 

—¿Merecer? ¿Estás diciendo que tomarás realmente tu puesto de Alpha, después que gritaste a los cuatro vientos el odio que tenías por la especie? 

—Merezco el puesto, nací mereciendolo y vivi haciéndolo hasta cierta edad que renuncie a ello—no dice nada— Y lo tomaré de nuevo, porque sé que lo odio. Pero no recuerdo porque, cuando antes soñaba con esto y eso, eso me carcome. 

Él suspira y al fin posa sus ojos oscuros en mí. 

—La curiosidad mato al gato.

 —Entonces, agradezco no ser un gato, sino un lobo. Soy casi invencible. 

Sonríe y me invita a sentarme junto a él. 

—Tengo un plan, mis objetivos son claros. 

—Yo digo que no podrás. 

—¡Claro que sí! Es mi compañero. 

—Justo por eso, estas frita por que es tu compañero. 

Sus palabras me sientan como un golpe en el estómago. Enfoco mi vista en sus orbes oscuros que reflejan esas historias cargadas de sufrimiento donde él vivió en carne propia el sufrimiento que puede provocar un compañero o su ausencia en la vida. 

—Le dije, le dije que me enamorara y conquistará sin el lazo de por medio. 

—Pero tu nunca te has enamorado y la probabilidad que eso pase, es nula sin el lazo.

—Exacto. Le doy la oportunidad que él quiere y él me brinda la oportunidad de descubrir una forma de anular el compromiso y convertirme en Alpha. Como tiene que hacerlo sin el lazo de compañeros, me da tiempo para investigar. Debe tener algún secreto, algo horrible que pueda usar en su contra. Todos los tenemos.

—¿Y si se molesta, no crees que pueda hacerte algo? He visto como pelea, parece un arma letal. Una maquina de guerra.

—Es inofensivo, he descubierto que es incapaz de hacerme daño, porque dime ¿Que licántropo dañaría a su propia compañera de vida?

Suelta una risa y me observa cómplice.

—Ahora si siento que estoy hablando con la verdadera Aisha. Por un momento temí que te hubieras visto influenciada por todo esto y hasta terminarás llamándome Antonio como tu padre y las locas hormonales que creen que es lindo y elegante.

—Serás tonto, Antonio—me burlo de su drama.

—¡Oye!—se queja empujándome con su hombro.—He tenido esta pregunta desde que te vi tan empeñada en tomar tu sitio como Alpha, sé que tu plan de descubrir parte de ti es reciente, pero cuando decidiste volver sé que no tenías esa idea en mente. 

—¿Por qué lo dices?

—Hay una diferencia abismal de tu comportamiento en ese entonces y ahora, pero sé que esa sigue siendo una de las razones por las que quieres ser Alpha nuevamente, la pregunta es ¿Por qué? 

Suspiro y miro hacia el paisaje que me brinda la noche estrellada sobre los pinos amarillentos. Estamos lo suficientemente lejos como para que no escuchen.

—Porque le prometí a mis padres que lucharía porque un día Dylan sea un Alpha. No tengo claro como fue, mi infancia es un recuerdo borroso, pero sé que lo hice. Cuando regresé me topé con la situación de que debía casarme, sinceramente creí que con estar presente en la manada solo el tiempo necesario lograría guardar el lugar de Dylan, hasta abdicar. Pero ahora corre peligro en manos de ese miserable bueno para nada. No puedo quedarme de brazos cruzados.

—Tu plan es suicida Blondie, creo que es la mayor locura que has hecho, si cometes un solo error creo que podrías sucumbir por él. Sigues teniendo esa mentalidad tan fuerte que siempre te has cargado, pero... siento que las cosas pueden cambiar en cualquier momento si no tenemos cuidado. 

—Más vale que no te has enojado conmigo.

—¿Quien lo dice? Sigo molesto por las absurdas decisiones que tomas, pero pienso hacerte pagar por ello—me observa con un brillo macabro en tus ojos—me divertiré. —De la nada su expresión cambia a una más tranquila y menos juguetona—sé que llevarás a cabo tu plan sin importar nada, te brindaré mi ayuda, así de benévolo soy para que veas. 

—No creí que fueras blandito.

—Bah, simplemente quiero asegurarme que no te metas en más problemas y que podamos irnos de este basurero lo más rápido posible. Me inquieta permanecer en un sitio tanto tiempo. Todos están locos, tu prometido sobretodo. 

No respondo, solo pienso en sus palabras. 

Irnos. 

Tendré que irme un día, lo sé pero también me conozco, sé que él ya me ha hecho tambalear de mi voluntad muchas veces y temo que aún sin el lazo pueda quedar perdidamente enamorada de él, porque nuestro amor no podrá ser y seré condenada al sufrimiento eterno que es vivir con la ausencia del compañero de vida. 

Por eso necesito encontrar una razón para no confiar en él y odiarlo, así no caer en sus redes y poder irme. 

Porque él y yo no podemos amarnos, porque yo no estoy dispuesta a renunciar a nada por amor y si me enamoro tendré que elegir y él, no será mi elección. 

No todos eligen amor. 

***

POV Omnisciente

Mientras ellos hablan no son conocedores de la chica de melena castaña que se desliza hábilmente por las sombras del bosque, eludiendo hábilmente la seguridad de los Omegas Vigías, en un descuido de los guardias por la poca seguridad de la noche ella llega al punto del campo de fuerza del que sabe tiene una falla; falla que ella misma provocó semanas antes sin que nadie se diera cuenta y corrió a través del bosque, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

A los minutos llega en su forma humana al pequeño claro secreto donde solía encontrar a su amado. Está vez ella llego primero, pues estar en ese ambiente festivo la tenía harta e incómoda, había aguantado todo el día el enojo que bullía en su interior tras enterarse de la noticia, más ver que en la noche lo anunciaban a todos la había hecho explotar.

Rabiosa comenzó a golpear los árboles de pino que nada habían hecho en contra de ella, pero que eran los blancos perfectos para desquitar su enojo. Gruñidos y rugidos feroces salían por sus fauces aún humanas, pero con una ligera metamorfosis en ellas, su lado animal luchaba por salir y ella trataba de contenerse, pues tenía que dar noticias de la situación actual a su jefe.

El pelirrojo la observa desquitar contra el inocente árbol toda su rabia y espera en silencio a que  se calme. A los segundos se detiene con la respiración entrecortada y la mente hecha un caos, siendo consciente de la mirada que le dirige Julián.

Él es de esas personas que no se guardan sus emociones, prefiere hacer uso de ellas para las más retorcidas jugarretas y cuando se trata de ella, las deja sueltas con mayor rienda al ser ella su otra mitad no se resguarda nada. Así que cuando lo enfoca él le transmite una mirada cargada de palabras que no dice pero que sí expresan su abundante preocupación e intranquilidad. Al principio para él fue divertido verla desquitar su rabia contra el árbol, pero cuando vio la determinación en sus ojos supo que era algo serio.

—Se comprometieron.

—¿Aisha y Edick? ¿No lo estaban ya?—pregunta confuso dando pasos lentos hacia ella.

Ella negó con la cabeza, está claro que él no entiende la magnitud de sus palabras así que procede a explicarse—Esta vez es diferente, ella aceptó casarse con él agregando algunos términos, pero ella acepto y lo han anunciado esta noche en la manada.

Julián parpadea incrédulo de lo que su chica le dice, para él eso no es más que una broma de mal gusto, una que le incomoda al punto que debe asegurarse de lo que ella está diciendo.

—¿Estás bromeando cierto? ¿Es posible que Aisha, esa niña orgullosa y mimada aceptara un matrimonio arreglado?

—Tal y como lo oíste, ha aceptado y ahora todos lo saben.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde esta mañana, pero, no pude salir de la manada, sabes el riesgo de salir a plena luz del día. Aproveché el descuido de seguridad de la noche por la noticia para salir y contarte todo.

Desesperado comienza a apretar los puños, las cosas se les están yendo de las manos. Hace unos días se regodeaba viendo que llevaban la delantera sobre ellos y ahora en un solo día Aisha toma sus planes y los hace una bola lanzándolos lejos como si de un papel se tratará. Era inimaginable que la rubia aceptará tal cosa, ellos lo habían preparado todo para que ella nunca aceptara, durante años sembraron esas ideas en su mente para que cuando llegara el día en que se reencontrará con él, ser ese títere que se movería a su favor.

Pero ¿Qué pasa cuando el títere se revela contra su titiritero?

En eso una idea surca la mente de Julián.

—Has dicho que tienen acuerdos.

—Así es, pensé en divulgarlos pero, aunque la manada los sepa no cambiará mucho, tendrían que tener una buena razón para causar un daño en la manada con esos acuerdos.

—Esos acuerdos pueden ser nuestra llave, tal vez Aisha sin saber nos entregó más de lo que esperábamos.

—¿Qué quieres decir?

—Que nuestro pequeño títere ha hecho algo que nos da mayor ventaja sobre ellos.

Los titiriteros eran títeres y el títere principal se movería a su antojo ¿Un final felíz?

Esa noche ambos permanecieron en el bosque, juntos hasta el amanecer sin importarles que notaran su ausencia, pues ambos se extrañaban y se necesitaban. Solo estar juntos es suficiente para hacerlos fuertes, su amor y pasión es su mayor preocupación. Amantes silenciosos y zumbadores que gritaban a los cuatro vientos su locura se dejaron llevar por aquello que tan bien les describe. Una noche, un beso y el titiritero a su títere eligió para destruir a la manada con ese gran show. 

Un show de terror donde a su títere en la peor posición colocó. 

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