Las horas pasaban con lentitud. El reluciente atardecer desaparecía en el horizonte tornando el cielo gris con ostentosos tonalidades, muy pronto la luz llegaría a su fin y la oscuridad caería sobre nosotros. Nuestra visión seria nula entre la penumbra, las nubes ocultaban el brillo de la luna y las estrellas eran lo único que alumbraba el cielo.

El aullido de los lobos resonaba en lo más profundo del bosque, la melancolía se notaba en sus aúllos.

El miedo se apodero de nosotros, mi hermano Eberhard me tomo de la mano y yo se la apreté con fuerza. Busque su mirada en medio de la negruras, me transmitía su preocupación.

Éramos conscientes que al caminar nos internábamos más y más a lo desconocido, estábamos perdidos. En el instante en que se decide explorar un lugar no pasa por su mente que pueden perderse, esa es la ingenuidad de unos niños inocentes.

–Amara ¿Volveremos a encontrar el camino a casa?

Me pregunto Eberhard con un deje de temblor en su voz.

No sabía que responder para tranquilizarlo. Yo estaba más inquieta que él solo que no lo demostraba para no alarmarlo.

Un leve aullido inocente resonó en nuestros oídos, ambos dimos un salto de miedo al escucharlo tan próximo.

Temblando y cohibidos ante la inesperada situación, nos refugiamos detrás de los arboles atentos a un segundo aullido y un posible ataque. Escuchamos un leve gruñido de un animal como si intentara liberarse de una trampa.

Ante los incesantes gruñidos y lamentos del animal mi curiosidad por descubrir las causas llego a su límite y me solté del agarre de mi hermano para ir en busca de la criatura y calmar mi curiosidad.

Eberhard intento detenerme pero mi fascinación por descubrir era más fuerte. Con la escasa luz de las estrellas y con la luna llena que las nubes despejaban poco a poco, visualice un pequeño cachorro de un lobo intentando liberarse de una trampa para oso.

Me acerque con sigilo y aun así, me escucho. Sus ojos verdosos me hipnotizaron, me observaban con desconfianza. Era la primera vez que apreciaba un lobo con ese tono de ojos y la atracción por tocarlo se intensifico.