era como una bola de luz...
Mientras aquel ser que había tratado de pelear por la gloria de las creaturas de su padre toda la gracia de la que había sido imbuido a través de las eras le iba siendo arrancada por las manos de su hermano que poco a poco con cada golpe lograba retirar la belleza que el creador había influido en su creación más hermosa...
- ¡No Miguel para! ¿que no ves que es lo que está pasando? Nos está cambiando por unos seres inferiores... por unos que le traicionarán mil y una veces... ¿acaso debemos dejar que padre se desgaste en esos malditos solo por su terquedad? No lo merecen...ni siquiera nosotros mismos los merecemos... Por amor a el... ya Miguel déjame enseñarle que se equivoca...
Fue lo único que alcanzó a decir cuando el último impacto destruyó su hermosa piel que parecía porcelana dejando que una piel aún muy blanquecina fuera herida por el astro rey mientras descendían al plano físico.
-El único prepotente y soberbio aquí eres tú Lucifer...Padre te tenía conferida la misión mas especial de todas y mira como se lo agradeciste... Haciendo que su creación más amada cayera en el pecado... y mira nada más el mismo que padre te perdonó una vez más...
dijo el de cabellos rizados con piel color aceituna. sus ojos parecían dos flamas a punto de arder debido a la ira que contenían en ellos, sin apartar su espada del cuello de su hermano y rodeando al que fuera el ángel mas importante hasta su traición al todopoderoso, cual león cazando a su presa le dijo con una voz que hasta el sordo más incapacitado podría oír, dijo al príncipe de la mentira y del engaño.
-por el hecho de traicionar a padre...y el más deplorable hecho de hacerlo enfurecer te condeno a ti...estrella de la mañana a andar como mortal con más gloria para recordar a nuestro padre que el mayor orgullo que tenía tu ser...tus alas...por lo demás cual bestia andarás por lo que dura la vida del hombre... para que en su condición lo juzgues y lo llames al final como a ti te venga en gana, y para ser justo con ellos...tu memoria será revocada...no recordarás ni cielo ni castigo ni a ti ni a nuestro padre...sufrirás hasta el final de 100 años y cuando tu tormento finalice, veremos si eres el digno hijo de nuestro padre o solamente eres un hablador...
Dijo finalmente dando un suspiro sobre la frente de su hermano que comenzaba ya a llorar ante la sentencia dada por el que consideró su confidente, aquel en quien había confiado desde el comienzo del todo, aquel que siempre logró sacar una sonrisa de su rostro, ese en quien su alegría yacía...ahora le ponía una espada, y no cualquiera, una que el mismo le había ayudado a forjar cuando apenas eran pequeños donde estaban grabadas las siglas de ambos rodeadas de flores. era aquella arma que el había ayudado la que le amenazaba. finalmente, la estrella de la mañana miró al nuevo general de los ejércitos angélicos a los ojos.
La luz de la mañana volteó finalmente a ver a los ojos de su hermano buscando en ellos la clemencia que tanto necesitaba en ese momento, y halló en ellos solamente la determinación de un villano al final de su cruzada, la meta impuesta por su gobernante era clara, y el sería aquel que aceptara su voluntad. Miguel sería su espada y su hacha. El ángel más hermoso soltó un suspiro cerrando los ojos y respondiendo con una frase famosa por otra razón.
-Fiat mihi secundum verbum tuum...
Luego de aquella frase una gran explosión se vio en todo el orbe, no destruyó nada, solo fue una gran luz, una que el mundo había perdido junto con la memoria de mil y un millón de años. Solo lo mas afines al mundo celestial sintieron su terrible anuncio, uno que marcaba el fin y comienzo de una era.
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