7| All

"Sencillo por fuera"

—¿Cómo se sintió tu amigo con lo que le preparaste?—inquirió su padre, serio—. ¿Le gustó?

—Sí.—respondió su hijo con naturalidad.

El pecho de All se contrajo con calidez al recordar la genuina emoción en Izan el día de ayer. El trigueño la mayoría del tiempo solía ser muy resguardado sobre los asuntos de su familia, sólo le contaba a sus amigos lo justo, sin embargo, All siempre tenía la sensación de que guardaba muchas cosas que deseaba soltar, pero por alguna razón—quizá respeto a su familia—no verbalizaba.

—Pobre chico...—comentó su madre desde la mesa. Estaba encendiendo la máquina de coser, porque tenía pensado hacerle unas camisas a All.

—¿Por qué lo dices?—arqueó la ceja su hijo.

La mujer prefirió guardar silencio; cosa que All odiaba que hicieran sus padres, en especial, su madre.

—Al final—volvió a hablar su progenitor—, ¿no pudo entrar a la universidad que él quería?

All negó con la cabeza, sintiendo pesar por su amigo. Cada parte del cuerpo de Izan se contraía con una genuina pasión cuando les hablaba a sus amigos sobre su soñada carrera universitaria, y en el fondo daba lástima ver que, momentáneamente sólo sería eso: Un sueño. Y no algo inmediato como él deseaba.

—Sus padres no tienen el dinero suficiente para enviarlo a la Capital.

La expresión neutral del progenitor de All se mantuvo.

—Eso significa que él tampoco tiene la certeza de que el próximo año estudiará lo que quiere. Al menos, no como tú, que ya sabes que sí te irás a otra ciudad.

El chico de ojos claros suspiró, volviendo a sentir pesar por su amigo.

—Correcto, padre, no es seguro que Izan finalmente estudie su carrera el próximo año.

«Espero que sí». Continuó en su mente.

—Una pena—dijo su progenitor, entornando los ojos del mismo color de su hijo—. Pero tú, que tienes la oportunidad, espero que la sepas aprovechar muy bien.

All no supo si eso era un consejo o una advertencia por parte de su padre. Conociéndolos, podía ser ambas cosas.

—Nada de amigos—continuó su padre, enumerando con sus dedos—, nada de fiestas y nada que te distraiga de lo importante: Tus estudios.

La idea de no conseguir amigos en la universidad le parecía aterradora, puesto que en la primaria y parte de la secundaria ese no fue su fuerte, lo que lo llevó a pensar que nunca encontraría los amigos que siempre anheló tener.

Frunció el ceño cuando terminó de escucharlo, y quedarse callado con sus padres no era precisamente una opción para él. Siempre le buscaba la quinta pata al gato, aunque luego le trajera problemas con su familia.

—¿Se te olvida que no soy un robot?—levantó la ceja, la burla decorando sus palabras—. Si quieren, yo mismo puedo ingeniármelas para construirles un robot como hijo. Todo sería más sencillo para ustedes, ¿eh?

Era cierto que a veces sus palabras rozaban el irrespeto, no se sentía orgulloso de ello, pero también era cierto que con sus padres sentía que no podía quedarse callado. Ya estaba en él dar su opinión, siempre.

—No te creas muy listillo, All—reprendió su madre desde la mesa—. No seas un falta de respeto.

Y, si llegaba a pasarse del límite, al menos dos bofetadas recibía.

All suspiró y se levantó del cómodo sofá con la intención de irse a su habitación.

—Sólo dije lo que pensaba.

👨🏽‍🚀🚀

Mientras los minutos avanzaban. All mantenía sus ojos fijos en el techo de su habitación. Llevaba rato pensando en lo que sería ese nuevo paso en su vida: Irse a otra ciudad. Lejos de su familia y amigos.

A decir verdad, no le entristecía demasiado. Los retos le despertaban cierto cosquilleo en el cuerpo, y lo que implicaba irse lejos era un reto que él estaba dispuesto a tomar.

Entre pensamientos sobre la universidad y viajes, buscó su móvil entre las sábanas al tener una idea. Buscó el chat que tenía con Izan y escribió:

¿Hola? ¿Hay alguien por aquí?

Era relativamente temprano, el reloj de su móvil marcaba las ocho de la noche, sin embargo, Izan algunas veces solía quedarse dormido a esa hora. Pero, esta vez, no era esa la situación. Izan respondió:

¿Qué pasó?

All no dudó en responder, sus dedos se movían con rapidez para contarle a su amigo la idea que se le había ocurrido.

Estaba pensando que... ¿Y si te vas conmigo? Sé que en las universidades públicas de ese estado tampoco está ingeniería astronáutica, sólo en la Capital, pero... ¿Y si estudias Bioquímica conmigo? En algunas ocasiones noté que también te interesabas por esa carrera. ;)

No espero una respuesta inmediata, puedes pensarlo y hablarlo con tus padres.

¡Podríamos intercambiar gastos!

El mensaje se marcó como leído al momento en el que éste fue enviado, sin embargo, no recibió al instante una respuesta, y en parte lo entendía, puesto que no era una información fácil de digerir.

All hablaba desde sus posibilidades y situación, pero Izan contaba con otras posibilidades y, por mucho que se quiera, sólo se entiende la situación de una persona si el otro está en sus mismos zapatos. All era inteligente, sabía que probablemente su idea no podría completarse con éxito, sin embargo, nada perdía con intentarlo.

Su amigo también merecía vivir su sueño, o dar un paso para ir a por él.

La respuesta escrita nunca llegó, pero sí un audio que Izan envió y que All no dudó en escuchar:

—Gracias por ofrecerme algo como eso, amigo. En verdad lo agradezco—All notó que la voz del trigueño se escuchaba con poco ánimo, aún así, continuó:—. Pero ambos sabemos que no será posible, y no creo que le plantee esto a mis padres. No... no quiero escuchar otra respuesta negativa de sus labios, lo siento. Son muchas cosas que hay que tomar en cuenta y yo...ellos...—sorbió suavemente por su nariz—. Lo siento.

El audio terminó y All regresó su mirada al techo.

Suspiró. Nada nunca es tan sencillo como por fuera lo parece.

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¡Hola, astronautas!

¡Hoy conocimos un poco sobre All y su familia! ¿Qué tal? ¿Qué les pareció?

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