21. Izan

21| Izan.

"La propuesta de Rou"

Mientras el vapor que desprendía una taza acariciaba sus mejillas y el sabor de un té de miel se deslizaba por su garganta, Izan permanecía viendo las fotos de All con sus nuevos amigos. En todas reflejaba una genuina felicidad y, sinceramente, Izan se sintió feliz por él, sin embargo, ese agridulce recuerdo del pasado lo atrapó: Un amigo de la infancia, el cual era un adolescente cuando Izan sólo empezaba a serlo, creció y lo hizo a un lado por nuevos amigos. Desde entonces, Izan muy en el fondo consideraba que las personas por muy sinceras que parecieran al decir que lo querían, también le harían lo mismo. No se sentía realmente suficiente, siempre conservaba una espina de que alguien mejor llegaría a la vida de sus amigos, y a él lo harían a un lado.

El trigueño quiso llamar a All para saber cómo estaba, puesto que ya se encontraban a mitad de mes y, desde que se había ido, no habían tenido mucha comunicación. Izan supuso que se encontraba ocupado por las clases.

Tres veces sonó el móvil y, al cuarto, contestó.

—¡Hey!—saludó Izan con una media sonrisa.

—¡Izan!

All lucía agotado y un tanto ojeroso, y al echar un rápido vistazo, notó libros abiertos en la mesa. De inmediato, Izan se reprendió por haber estado pensando de manera pesimista acerca de la amistad con su amigo, mientras que él no tenía otra cosa en su cabeza que no fueran los estudios.

—¿Cómo estás? ¿Cómo van tus clases en la universidad?

—Bien, muy bien.—comentó, restregándose uno de sus ojos con somnolencia—. ¿Podemos hablar otro día? En este momento estoy algo ocupado.

—S-sí. No hay problema.—respondió apenado por sentir que interrumpía algo, así que colgó la llamada.

Esa era la conversación más corta que había tenido con su amigo y, al apagar la pantalla del móvil, también intentó apagar los pensamientos que se avecinaron. Tal vez, no se trataba de que una amistad fuera o no suficiente, sino que no siempre podían estar al tanto del otro, debido a que éstos también se encargaban de sus propias vidas.

No puedo ser un desconsiderado. Se dijo internamente a modo de reprimenda.

Izan tampoco pretendía bajar sus ánimos ese día, por lo que se sacudió el pesimismo de hace unos minutos, debido a que su padre se encontraba de cumpleaños y no era bien visto andar con mala cara.

Al dar dos pasos, el móvil anunció una llamada, la cual respondió con emoción al ver que se trataba de su hermano Rou.

—¡Hermano!

Rou se encontraba secando su pecho con una toalla, parecía bastante sudado. Izan dedujo que su hermano se encontraba haciendo ejercicios. Desde adolescente, Rou fue un apasionado por el mundo de los ejercicios.

—¡Mi futuro astronauta!—dejó la toalla a un lado para darle su atención, y añadió:—. Discúlpame, parezco cerdo de lo sudado.

Izan emitió unas risitas tras aquellas palabras.

—¿Estabas haciendo ejercicio?

—Así es, pero... necesitaba hablar con ustedes. Tengo que contarles algo.

En ese momento, su madre iba camino a la habitación en busca de su propio móvil, así que se acercó a la pantalla tras escuchar la voz de su hijo.

—¿Cómo estás, Rou? ¿De qué quieres hablar con nosotros?

—Verán, cada vez es más difícil vivir en este país, incluso tengo unos cuantos meses que no les envío dinero porque en el trabajo no me están pagando precisamente bien, ni en los dos anteriores a los que tuve que renunciar—formó una sutil mueca que, en realidad, sabían que escondía impotencia. A Rou le preocupaba no poder ayudar a su familia—. Así que, he tomado una decisión.

—¿Cuál es?—preguntó Izan con notable intriga.

—Me iré a un país que garantice una calidad económica estable, y de ese modo podré ayudarlos mejor. Sé que probablemente trabaje más fuerte estando allá, pero valdrá la pena.

Las lágrimas empañaron la visión de su madre.

—Oh, hijo. Sabes que nosotros siempre te apoyaremos. Si deseas un mejor futuro, entonces te deseo los mejores deseos.

Rou sonrió con plenitud.

—Tengo que llevar una buena cantidad de dinero para poder irme, así que ya estoy en ello.

—Y... ¿Cuándo te vas?—se atrevió a preguntar su hermano menor.

Rou dejó de beber de su botella de agua antes de responder:

—Probablemente, a mediados del año que viene. ¿Por qué?—sonrió con complicidad—. ¿Quieres venir conmigo? Por mí no hay ningún problema. Yo te ayudo.

—De ninguna manera—dijo su madre, alternando la mirada en ambos—. Izan aún es menor de edad y no conoce nada del mundo. Él primero se tiene que convertir en un profesional en este país, ¿no es así, cariño?

Izan no supo qué responderle a su madre, pero internamente se recordó que este año cumpliría la mayoría de edad.

Tomar una decisión implicaba renunciar a otras cosas, y estaba convencido a hacerlo por ir tras su sueño.

—Piénsalo.—moduló Rou en silencio.

Izan asintió con su cabeza, aunque en el fondo su respuesta estaba muy clara.



[[[[[[[[[[[[][[[[[[[[[[[[[[[[[[[]]]]]]]]]]



Otra preguntica existencial para Izan.😅

¡Hola, astronautas! ¿Cómo están el día de hoy? Yo un poco malita, pero ayer (lunes, y tocaba actualización) se me hizo difícil, así que no podía quedarme sin actualización. ❤️

¡Gracias por leer, votar o comentar! 👨🏽‍🚀💐

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top