47. Traiciones a un favor de distancia.
47. Traiciones a un favor de distancia.
—Si, se está haciendo tarde, será mejor que comencemos de una vez. —Kyoka entendió el ambiente, y secundo la inocencia de su mejor amigo.
Todos en silenció lo seguimos, los últimos en salir fueron Kirishima y Kacchan. Chocaron en la puerta, esos dos tenían un pasado que ninguno de los presentes estábamos al tanto. Se miraban con mucho odio, y a el cenizo se le veía la melancolía en los ojos.
La canción y transmisión transcurrió con tranquilidad, algunos tropiezos por partes de Denki y Katsuki pero, fuera de eso estuvo decentemente bien.
—No creí que se sudara mucho en un escenario,—dije, secando con la muñeca el sudor de mi frente.
—Es más que solo mover dedos, pies y boca. —Comento el chico agresivo, que me dijera eso me hizo pensar en lo que había pasado anteriormente.
Estuve a nada de llevarme los dedos a la boca, pero me detuvo en seco al recordar que estábamos reodeados de gente que me conoce demasiado bien, para desifrar que algo me pasa.
—Estuviste muy bien, Midoriya. —Me elogia la única chica entre tantos hombres.
—Muchas gracias, pero todo el crédito de Kaminari. Por sus consejos y guia, —soy honesto, siendo modesto también.
—No digas tonterías nerd, tienes una buena voz. Deberías darte más credito, —sin darme cuenta de acercó por mi espalda, deja caer su mano en mi cabeza, revolviendo mis rizos.
Su sonrisa es tenue, pero muy reconfortante. Asiento, devolviéndole la sonrisa.
—Kacchan tiene razón, ¿porqué no practicas más?—Indaga Denki, alentandome.
—No lo sé, ya tengo muchas cosas que hacer. Solo canto en la ducha, como todos. —Rio aún con vergüenza.
—Así empezamos todos, Bakugo lo hacía a escondidas en el aula de música por ejemplo. —Dice Jirou dejando expuesto a mi amigo de la infancia, este da un salto y comienza a alocarse un poco.
—¿Qué mierda?—Va a su lado y la toma por los brazos. —¡Te dije que no le dijeras a nadie de eso!
—Oh vamos, es tu amigo de la infancia y estamos en confianza, ¿o que te avergüenza que sepan que a hurtadillas pedías prestada la sala de música de tu escuela de riquillos porqué no querías que te vieran tocando la batería?—le avienta Jirou esa pregunta, es muy buena acorralando gente.
—No, claro que no me da vergüenza. —La suelta y le da la espalda, su cara esta expuesta a mi vista, esta ruborizado.
—Kacchan siempre fue bueno en todo, —digo, ganàndome una mirada por el rabillo de su ojo, eso hace que su rubor se me contagie y cresca el suyo, hasta llegarle a las orejas. —Me sorprende que se escondiera, no debiste hacerlo. Siempre has sido genial.
—Ya basta Deku, —con sus manos se revuelve el cabello cenizo, esta muy abochornado. Río por lo bajo por su reacción.
Me agrada mucho este nuevo Kacchan
—Tu sacas a relucir un lado que nunca había visto en Kats, ahora te quiero más Midoriya. —Jirou me abraza por el costado, pegando su mejilla a la mía, me hace reír de dulzura, me gusta mucho el tipo de hermandad que tengo con ella.
—No, él solo le da pena ser mas abierto. —Dice Kirishima, molesto.
Todos lo miramos notando su disgusto, tiene el ceño fruncido y esta claramente agotado.
Ser uno de los principales jefes de ensamblaje de autos en la empresa de los padres de Kaminari y Jirou debe tenerlo agotado. Además, no hemos comido lo que trajeron, debe tener hambre.
—Oiga no creen que sería bueno-
—¿Quién tiene hambre?—suelta la pregunta el de iris agresivos, como si se anticipara a mi amabilidad por ayudar a mejorar el humor del rijizo. —Porque yo tengo una puta hambre gigantesca.
—Si, hace hambre. —Lo secunda la de cabello corto.
—!Oh comida!—Kaminari se adelanta yendo detrás de sus compañeros de banda.
Yo le hago un gesto a Eijiro para que vayamos, pero esta viendo el piso.
—¿Pasa algo?—cuestiono, poniéndome a su lado.
—Lo normal, ya sabes la vida de un jefe es cansada. Tú más que nadie lo entiendes. —La mentira en su tono de voz y que me niegue la mirada me dice que no es para nada eso.
—Lo sé, pero también sé que eso no es algo que te tendría tan reservado y cansado. —Me siento a su lado, en la banca que es pegada a una de las paredes de la cochera—. Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?
—Si, lo sé. —Suspira, bajando con ello sus hombros, dejando caer sus inseguridades de que creeré que no es gran cosa lo que le preocupa, y lo juzgare. Ese es el pensar del Kirishima que he conocido desde hace años. —¿Bakugo y tú?...
Deja flotando la pregunta, al momento de escuchar nuestros nombres juntos en un inciso así, me hace saltar hundiendo mi cabeza entre los hombros.
—B-bueno, es... Complicado.
—¿Tu relación con él es complicada? ¿Cómo el estado de Facebook?—me río por qué lo deduzca esa forma, eso hace que el ambiente mengue un poco más.
Inhaló, y luego lo siento todo para tranquilizarme. Es Kirishima, siempre me ha ayudado con mis dudas, preguntas y inseguridades del amor y el sexo. Puedo decirle esto.
—Solo cerramos un ciclo, o al menos así se sintió. —Trato de explicar, aúnque siendo sincero ni yo me entiendo del todo.
Lo miro, parpadea varías veces, sus manos en su regazo estaban apretadas, y por la falta de sangre se habían puesto más blancas de lo normal, ahora regresan a un tono rojo. Ese gesto me demuestra que sienta alivio.
Estaba en lo correcto, eso era lo que le inquietaba desde antes de que nos viera
—Entonces eso significa que... ¿Tuvieron algo antes?—duda en preguntarlo, de verdad el sigue siendo tan precavido al tocar temas que podrían ser incómodos o fuera de lugar conmigo.
—Ya no soy tan sensible, no dudes en preguntarme cosas. Creo que ya pasamos ese nivel de confianza, ¿Qué no?—golpeo su hombro, logrando que me sonría con esos dientes que los decoran unos colmillos más filosos y largos de lo normal.
—Tienes razón, lo siento... Pero él...—se pone seriamente melancólico, y mira la puerta por dónde ahora de puede ver la cocina, Kyoka debe haber quitaron el póster de Denki. —Es importante para mí.
—¿Te refieres a Denki?—pregunto con mucha duda, porqué estoy seguro que se refiere a Kacchan.
—Ambos.
—Respondiendo a tu pregunta, sí. Osea quiero decir... No fue algo, pero sí paso algo, ¿Me entiendes?—trato de explicar, revoloteando mis manos enfrente de mi, como si eso ayudará a que él me entienda.
—No, ¿o creo qué sí?—una de sus cejas se alza más que la otra, dejando ver una muñeca de confusión. —¿Fueron más que amigos de la infancia?
—A mi me gustaba Kacchan, o al menos creo que mi admiración se transformó en amor. Pero para él, no fue tomado de la misma manera cuando comenzó a sentir lo mismo. —Trato de explicar, no lo miro, me concentro en todas las dudas, emociones y pensamientos revoloteando y colisionando dentro de mi cabeza.
—¿Sabía que gustabas de él?
—Si, una vez se lo dije. Éramos niños, bueno preadolescentes. —Rasco mi nuca, evitando mirarlo porque la cara la tengo caliente, debo parecer una fresa.
Fresa... Momo
Pensar en ella, me hace sentir mejor. No debo avergonzarme de esto. Ella me dijo que puedo ser quien quiera, y dejar de preocuparme por si mi forma de ser, lo que siento o pienso hieren a los demás, y si lo encapsulo seguirá hiriendome. Debo decirlo, ser yo sin pensar tanto en los demás. Ponerme como prioridad.
—Kacchan tuvo miedo, por lo que me dijo. Reaccionó mal, lastimandome porque tenía miedo de lo que sentía, y quería protegerse—digo un poco, no todo de lo que hablamos.
Esa conversación es nuestra, y soy una de los involucrados pero sin el consentimiento de Kacchan no puedo contarle todo a Kirishima. Eso tendrá que preguntárselo él, y si no decide contárselo, al yo no dar detalles abre respetado su privacidad y decisión.
—Entiendo, Bakugo es de los que le tiene miedo a sus sentimientos, por lo que estos mismos puedan provocar. —Lo miro sorprendido.
¿Cómo sabe eso?
—¿Y tú? ¿No me dirás de dónde se conocen?
—En el pasado, entrené con él en un gymnasio de boxeo en el que trabajé. —Truena los dedos, provocando un chasquido salir de su mano. —Entonces todo poco a poco se dió.
—¿Fu-fueron pa-reja?
—Teníamos sexo, yo sentía y quería algo más que solo eso pero... —el dolor en su mirada regresa, —Bakugo retrocedió y me hirió mucho porque igual que contigo, tuvo miedo.
Puedo entender perfectamente el pesar, dolor y hasta enojo que deja la herida de un corazón roto, y más si fueron muy parecidas las circunstancias que causaron el golpe. Kirishima y yo éramos más parecidos de lo que creíamos.
Bakugo Katsuki nos había roto el corazón, y nos había dejado un daño que apenas estábamos superando, aunque ahora este mejorando eso podría ayudarnos a dejar atrás ese fantasma de él mismo, que seguía atormentandonos.
Al menos el mío lo podía ver, delante de mí sonriéndome como ese niño el cual jugaba y me cuidaba. Ahora en su traje negro, con sus botones dorados y cabello desaliñado, con una posturas y sonrisa arrogante, no me deban un sentimiento de culpa ni reprimenda.
Perdonarlo, y que el me pidiera perdón me hacía mirar mejor el futuro que tengo por delante.
Puedo ir con un corazón más completo por la vida de ahora en adelante
Sonreí a esa imagen de un Bakugo de secundaría, y este me sonrió mostrando sus dientes, ojos cerrados y sonrojó tenue en sus pómulos firmes.
Mi corazón está mejor creo que es momento de volver a intentarlo...
—Creo que deberías hablar con él, —lo enfoco, logrando que este me mire de regreso, nervioso y fuera de si. —Tu también tienes que cerrar ciclos, Kirishima. Debes perdonarlo, y él necesita tu perdón. Así podrá seguir creciendo, lo has visto ¿No?—señalo con mi cabeza la ventana de la puerta. —Él ha cambiado, y quiere seguir siendo mejor persona. Tanto él como tú necesitan esto, tú para sanar y seguir adelante como él para seguir construyendo un mejor Kacchan.
—¿De verdad crees qué eso nos ayude?
—No lo sé, cada persona es diferente pero te estoy hablando desde mi experiencia. —Me levanto, le tiendo mi mano para que la tomé, pero lo veo dudar. —Vamos, yo sé que ustedes también pueden sanarse, y poder verse ahora como un buen pasado que dejó aprendizaje y buenos momentos.
Lo veo mirar mi palma aún extendida, tuerce la boca sonriendo de lado, su ceño se frunce. Está por dar el primer paso, el que a mí me costó tanto en dar y ese es...
Darle una oportunidad a él nuevo Kacchan
Este la toma, y comenzamos a ir para la puerta, entramos, él seguido de mi. Entonces sus mirada se encuentran, hay mucho que esconden, que sienten y quieren decirse, lo veo perfectamente.
Nos acercamos y pedimos perdón por la tardanza, nos sentamos y comemos las hamburguesas que compro Kirishima y Kaminari. Acaparó a el de iris dorados, hablando de una propuesta que me viene rondado la cabeza desde que soy jefe de recursos humanos, podría añadirlo a mi proyecto de competición de la empresa. Logrando que gane la vicepresidencia de Endeavor.
Kirishima se acerca y le dice algo a Bakugo, esta siendo frío. Tiene la cara contraída en duda, aun frunciendo el ceño asiente, y desaparecen por el pasillo.
Buena suerte... A ambos
~
Días antes de la reunión de Midoriya y Bakugo.
—Estoy bien, Fuyumi. —Repito como por décima vez, sigue apretujando mi cara para ver más de cerca, —me duele más si me aprietas así.
—Lo siento, lo siento...—se aleja, con sus manos alisa su falda larga. Tratando de recobrar la compostura.
Se ve tan fresca, tranquila y felíz. Me recuerda mucho a mamá, cuando tenía 3 años. El tiempo ha pasado en su cuerpo, ahora es una mujer grande, madre de mi sobrino y una esposa felizmente casada.
—¿Qué fue lo que te pasó?
—Me recuerdas a mamá.
Décimos al mismo tiempo, logrando que nos callemos y retiremos la mirada del otro. Yo sonrojado al recordar porque llegué a mi departamento y estoy peor que perro de pelea clandestina, y ella porqué la elogié derrepente.
—Tu primero.
—Tu primero.
De nuevo hablamos al unísono. Se sienta en el sofá, palmea su costado, ordenandome que me siente. Lo obedezco, y ella toma mis manos entre las suyas para calmarme, siempre hacía eso cuando yo era niño.
Sabe que el contacto físico me calma.
—¿Y bien?
—Lastime a la chica que me gusta y recibí una paliza por ello.
—¿Su novio o familiar te goleó?—esta por pararse del sofá, pero la detengo.
Apuesto que iba a llamar a la policía para poner una denuncia o algo parecido. Siempre fue muy sobreprotectora con nosotros, es mucho más madura que todos y nos quiere muchísimo, así que siempre reacciona así cuando nos pasa algo.
—No, ella me golpeó. —Me apresuro a decir, para que regrese y se acomode en el lugar que estaba. —Me lo merecía, totalmente.
—¿Shoto que te está pasando?—comprendo que me pregunté eso con tanta preocupación y ahínco, ella sabe cómo soy, no me puedo ocultar ante la persona que me crío durante mi adolescencia y preadultes.
—Le he echo mucho daño a la gente que me importa, y quiero arreglarlo pero cada vez lo intento solo termino lastimandolos más. —Recuerdo todo lo que he hecho, por impulso y al solo pensar en mi. —Ya no sé que hacer, creo que lo mejor sería irme por un tiempo, salir de sus vidas para que sanen. Buscar ayuda y entonces tratar de-
—¿Volver y ganarte su perdón?—termina por mi, tiene lágrimas en sus córneas, las contiene pero cierra los párpados por un momento y estás caen de sus pestañas.
—Si, así es. —Con el nudillo de mi dedo índice retiro sus lágrimas. —Lamento mucho pedirte esto, de verdad que sí, prometo que tan pronto como consiga un buen trabajo me iré a un departamento de soltero y no los moles-
—No digas tonterías, Shoto. —Me corta, pasa sus dedos por mi cabello, eso me relaja y hace que me deshacerele. —Eres mi hermano, y cuando yo me fui sé perfectamente que te deje con una gran carga, culpa y muchas dudas. Aúnque yo allá regresado luego de ello, no significa que me haga sentir menos culpable, por ello quiero remediarlo, hacer algo por ti.
Los recuerdos me abordan, las peleas incesantes, gritos, cosas rompiéndose por todos lados. El viejo tratando de calmar a Fuyumi, sus ataques de irá, peleas, el pánico cortándole el aire, las lágrimas en mi almohada mientras lloraba por todo lo que llenaba mi mente.
Me oprimen el pecho.
Porqué de todas esas noches, una de ellas, Fuyumi desapareció de casa luego de la noticia de que estaba embarazada, y que mi padre le dijera cosas que la hicieron sentir la peor hija del mundo.
La falta que hacía en casa, dando el balance que mamá alguna vez otorgó, desapareció. Trayendo derrumbes dentro de cada uno de nosotros.
Natsuo conoció y refugió en las drogas, llegando arruinar su salud y estabilidad de sustentabilidad, y dependencia de si mismo.
Touya yendo de fiesta cada que podía, trabajando sin parar, bebiendo y acostándose con mujeres. Llegando al borde de no saber que más hacer, buscar, o enfocarse para sentir que pertenecía a algún lado, al punto de abandonar el nido como ella. En la primera oportunidad que tuvo, se fue a la sucursal de Estados Unidos para vivir lejos de lo que debería ser su hogar, y ahora solo eran retazos de personas que alguna vez fueron alguien, y ahora eran solo almas perdidas.
Y yo... Yo había perdido toda esperanza de poder dejar que me amaran y amar a alguien. Hiriendo por miedo, y dependencia tóxica a mi mejor amiga y, la que fue mi primer amor.
—Fue muy doloroso cuando te fuiste.
—Shoto de verdad lo siento, perdona-
—Pero lo entiendo perfectamente, entiendo porque lo hicieron. —Ella sabe que me refiero a Touya, —buscaron sanar, alejarse de todo lo de les hizo daño. Es muy difícil sanar en un lugar, sobre todo si es tu familia, dónde no todos están dispuestos a poner de si para que se reconstruya. —Haga una pausa al sentir el aire que me falta, y las lágrimas que ya no pueden más y se caen de mis párpados, regandose hasta llegar a mis manos y las de mi hermana mayor, que se sostienen una a la otra.
Nos estamos sosteniendo.
Ahora ella seca mis lágrimas, y me acaricia la mejilla haciendo que sonríamos con tristeza, con el corazón roto en la mirada.
—Gracias por entender, de verdad. —Ell sigue llorando, habíamos hablado normalmente cada que venía, pero ya habíamos aplazado mucho está conversación, y de verdad lo necesitábamos.
—Gracias por regresar, —dejo caer mi cara en su hombro, tratando de estabilizar mi respiración y corazón. —¿Crees que mamá lo entienda si también busco sanar lejos de aquí?
—Lo hará, ella nos ama. —Acaricia mi espalda, y juega con el nacimiento de mi cabello, estoy a salvó. —Así que ven conmigo, conozco un lugar que nos hará bien.
Estando en los brazos de mi familia, siempre voy a sentirme a salvó. Este lugar es el que me hace sentir que puedo comenzar de nuevo, curarme, y crecer. Encontrarme, porque hasta ahora solo he sido lo que mi padre ha querido, y no sé quién carajos he sido con mis amigos.
Si es que aún los tengo...
Quiero ser alguien mejor para ellos, pedirle disculpas a Midoriya, a Ochako y a Momo. Despedirme y, decirles que esto es un hasta luego, y un adiós. Porque cuando regrese, tendrán un nuevo yo que sea merecedor de tan buenos amigos.
~
Lamento la tardanza, de nuevo 2 semanas y un cap, enserio lo siento pero estoy pasando por una caída baja en la universidad. Por culpa de un chismoso, a lo mejor me vaya a repite (que vuelva a cursar una materia), y eso me tiene muy preocupada y con los pensamientos desordenados.
Pero aquí está, espero les guste la verdad a mí me encanto este capítulo, desarrolle mucho a dos personajes, y presente a otros dos.
Estos son el Kirishima y la Fuyumi de mi historia y la verdad, los amo mucho. Ambos son tan reales, con sus virtudes y debilidades que los hacen empatisables. Son ese tipo de personajes que si podrías encontrarte en alguien de la vida real.
Todoroki comienza a tener la metamorfosis que quería, y Deku comienza a ponerse a él como prioridad como quería y, quisiéramos que se pusiera en el anime para que deje de sufrir tanto por su cunplejo de salvador.
La canción en multimedia I know a place, de Chevy es ni más ni menos los lugares que espero pueden y deben llegar a estar Eijiro, Katsuki, Shoto y Izuku.
Cada día más cerca del final, ufff. Cada día más cerca de la explosión del drama.
Recuerden comentar y votar es amor, gracias por leer.
Maleficent ✨🖤 y mamá pequitas 💚✨ ¡Fuera!
Pd: el nombre del capítulo es solo una pista de lo que se viene, ¿Cuando será en el siguiente capítulo en el final, dentro de dos cap más? No lo sé, solo pasará algo referente a ello, espero sus teorías.
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