41. Una pareja dueña de una casa hogar que dio el comienzo de un desastre.
41. Una pareja dueña de una casa hogar que dio comienzo a un desastre.
Las cosas que mas he deseado en mi vida, es tener algo que sea cotidiano, tranquilo, eso que llaman paz. Desde los rayos del sol que calan de forma repentina y sin mi consentimiento sobre mis párpados, porque mi madre ha venido a abrir las cortinas de la ventana de dónde duermo.
Obligándome a bajar para desayunar algo que no tengo la remota idea de que podría ser. Y la certeza de que mi día vendrá sin itinerario, sin planes, sin horario, sin agenda, solo dejar fluir todo. Dar la cara a lo que suceda, esperar todo y nada sabiendo que no sé que pasará.
No ir a lo seguro, sin emociones de que todo saldrá a lo estipulado, planeado y desesperadamente calculado. Así como también lo hipócrita de mi parte al, emocionarme enfrente de los demás y mi familia que todo siempre sale jodidamente bien. Perfecto, sin desviaciones, sin un solo cambio más que el del clima.
Anhelo poder improvisar, pero que no sea difícil, ser normal.
Joder poder vivir sin lujos es cercano a lo que me muero por presenciar
Porque si, Momo Yaoyorozu es ni más ni menos que una chica que odia sus lujos, y como controlan su vida.
Esa es mi verdadera escancia, que por todos los ángulos trato de cambiar, porque me han hecho así de forma inconsciente. Me forjaron cuál vasija, cara, única y hermosa de la antigua dinastía japonesa. Y estaba cada día, más y más cerca de terminar de agrietarme, y romperme para reconstruir y ser esa preciosa ideología de mi tierra natal, que luego de pegar los pedazos de algo destruido con pegamento y decorado con laminillas de oro, abre renacido de lo que me destruyó.
Romperme, para arreglarme, y ser algo más únicamente doloroso, glorioso y bello.
—¿Nos vamos, Yaoyorozu-san?—terminamos de comer, la mesera ya ha dejado nuestra propina al lado de pastillas de menta y palillos de sientes con el cambio de la cuenta.
—Uhm...
Alzo mi vista de mis manos que con inconsistencia se rozaban.
—Si, digo... Nosotros ya terminamos de... Y yo...
—¿Si?
Deslizó la mano por debajo de la mesa para tomar la suya. Esto hace que de un saltito que me hace verlo de la forma más adorable posible. Doy un apretón para que entienda que deje ese tartamudeo por la vergüenza de anoche.
Su manzana algo remarcada de Adán baja y sube, entonces abre la boca y toce porque se atraganta con su saliva. Corto la distancia, labios adentrándose detrás de su oreja y rozando los hilos verdes que forman su suave y aromática cabellera.
—Dijimos que nos llamaremos por nuestros nombres, Izuku. —Por el rabillo del iris veo la sangre colorear el área donde me encuentro.
Las orejas, cuello, y parte de la nuca con las pastillas se pintan de carmín. Recupera el aliento, y asiente. Aclara su garganta, con el puño sobre sus labios.
—¿Quieres que te lleve a casa, Momo?—sin titubeos, la voz le cambia, su mirada por las esquinas es decidida y seductora.
Con esa simple acción podría abrir mis piernas las veces que el deseé. Si es con Izuku, no me quejaría el resto de mi vida ante el hecho que el tome mi virginidad.
—Parece que ustedes han comenzado eso que percibía en la universidad, fufufu, —Tsuyu se lleva la mano extendida a la boca, burlándose al igual que, alegrándose de lo que una vez me dijo en media exposición de proyecto final de la universidad.
—¿Tsu-suyu-san?—el rojo terminar de cubrir las partes blancas de la cara de Midoriya, logrando que la de iris negros siga riéndose con orgullo.
—Solo puedo admitir que... Tenías razón, Kero. —Admito, a la vez que me burló con galantería de ella, usando ese apodo que le pusimos las chicas en una pillamada porque, en la noche comenzó un diluvio tranquilo, que trajo el canto de la ranas y sapos.
Estos anfibios iniciaron una orquesta y, por estar con la sangre intoxicada de unos tragos de tequila; la peliverde imitó los sonidos.
Tengo que admitir y admirar sus cuerdas vocales, de verdad que eran idénticos los sonidos que Asui hacía a los croidos de una rana real. Entre bebidas y desvelos no le parecía vergonzoso, o motivo de enojó pero, consiente y en sus cinco sentidos no le hacía gracia.
—¿Kero?—indago su novio, este alzo una ceja mostrando lo confundido que ese apodo le parecía.
Asui solo se encogió de hombros, y en modo oxidado volteó hacia su amante, roja y sudando de la cara.
—Es-es u-un... Yo-o... —Hipeo, y ahí estaba.
Algo más interesante y gracioso, era que al ponerla de los nervios aparecía su irreconocible hipo, que terminaba siendo ni más ni menos que un croido de una ranita chillona y linda.
—¿Acabas de?...
—¿T-suyu-san tú est-as?...
—Ves lo-...—croido, —que provocas-... Kero. —Rendida y algo colérica conmigo, termino por hacer un puchero y ese berrinche que se refleja en su labio inferior mientras enfoca el piso, sonrojada y cansada por la situación cedió al rendimiento.
—¿No es algo serio, verdad?—Preocupado, Izuku me miró esperando que dijera lo que era, una broma.
—Nop, no lo es. —Volví a apretar muestras manos enlazadas, —solo es algo entre las chicas del grupo, aunque creo que ahora será de dos virilidades también.
—¿Te avergüenza, little camelia?
—Yo solo- kero... No quería que tu- kero... Me vierashaciendoalgotan- kero—se detuvo con un gruñido luego de ese último croido.
Aunque trato de explicarlo con una velocidad y gesticulación increíble; no puedo terminar de decirle la razón de sus mejillas bermellón a Tokoyami.
—Pero no me molesta, little camelia—En eso momento, presenciamos ni más ni menos una de las tantas razones por la cuáles, nuestra amiga de grandes pupilas se había enganchado de ese oscuro y callado chico de rostro perfilado y afilado como los modelos de marcas famosas.
Adornando con un brillo tierno y sumiso en sus iris oscuros, enfoco con la mayor dulzura que yo creo encontraría en su expresión sombría, y sonrío a duras penas, es casi invisible esa curvatura de labios.
Una sonrisa tan íntima que solo el que está cerca la puede considerar suya, y ser egoístamente bendecido.
Una sonrisa que me subía al cielo, así como podía darme los ánimos para seguir con cualquier adversidad que la vida me tira de lleno en la cara.
Una sonrisa que antes era parte de mi miserable vid-
¡Deja de pensar en el desgraciado tocino en la vida real de la película de huevos!
—E-s-esta bi-en. —Asintió con la lengua interponiéndose entre su habla fluida, y yo más que nadie tenía en claro, que Asui Tsuyu tiene mucha facilidad para hablar con elocuencia y buena gesticulación.
—No me importa repetirlo hasta que mis cuerdas vocales se rompan, —la distancia se acorto, y las flores con brillitos alrededor comenzaron a aparecer. —Soy un chico solitario, y tú una chica que se siente sola estando con gente, así que si estás sola ven a estar sola conmigo. Yo haré que cada parte de tu personalidad sean una piedra preciosa que llevaré con orgullo en una cadena que me ate a ti, porque soy tuyo, little camelia.
—Fumikague...
Una luz le dio vuelta a sus iris, era una capa de lubricación que sin duda nació por la serotonina que el chico que ahora, al ver el reluciente rostro de su novia, se escondió detrás de su ante brazos, por lo avergonzado que le pusieron sus propias palabras.
—Lo lamentó, acabo de decir cosas muy extrañas-
—¡No fueran extrañas!—, replicó, acercándose a su novio. —Fue lindo, y muy especial.
—E-esta bien. —Aun cohibido por sus palabras, acepto las caricias de su linda Tsuyu.
—Bien, no queremos seguir siendo inoportunos así que... —El ojiesmeralda se levantó, y me miró para que entendiera que debíamos irnos.
—Si, es algo tarde. Debo regresar a casa para tomar mis medicamentos. —Me excuse con algo que, ciertamente no era del todo una mentira blanca.
—¿Es una urgencia que se retiren?—Tsuyu formuló ese pregunta saliendo de su endulzamiento, para detenernos.
—Pues... —Izuku me miró esperando respuesta, y negué para que entendiera que por un día podría soportar los síntomas de mi dermatitis crónica.
Aunque claro está, que nadie más que Shoto sabe sobre esto. Es un tema que me avergüenza y da asco hacia mi misma.
—Estaba pensando en hablarles más sobre toda la organización, así como escoger el traje y antifaz que usará Midoriya-chan esa noche. —Pensativa, se llevó el dedo índice a ese punto cerca de su barbilla y comisura de labios. —Solo si Yaomomo está libre, claro.
—Puedo pasar un día sin mi crema y pastillas, así que... —Atraje a el brócoli más adorable del mundo, y enlace mi brazo entre su costado y codo. —¿Vamos?
Acercando mi rostro a su oreja, consiguiendo que mi aliento golpee de lleno en la patilla de su cabello, sacándole nervios, este asintió recuperando su ya casi normal tono sangre en sus pequitas brillantes.
~
Me siento abrumado...
Si, creo que esa es la mejor palabra para describir cómo estás burbujas que hierven dentro de mi estómago me hacen estremecer. Son revoloteantes, desesperadamente impacientes pero...
Muy satisfactorias.
¿Esto de verdad está pasando?
Estamos saliendo de casa de Asui luego de que Momo escogiera algo de entre su ropa de colores cálidos. Era sumamente gratificante y sorprendente como es que podía armar tanto con poco.
Momo era una caja de monerías... O mejor dicho de elegancias
Podía usar algo apretado, de matiz negro, colores fríos, cálidos, verdes, azules, todo la gama de colores del arcoíris y... Podría seguir viéndose tan bien con ello.
El atuendo de anoche fue sexy y genial. Era la palabra sensual e inalcanzable en unas cuantas prendas, cuerpo y maquillaje.
Pero el de hoy, era algo suave, dulce, cálido y muy a su antiguo estilo. De cierto modo, entiendo la canción que he estado escuchando del teléfono de mi mama, donde en cierta estrofa dice, "sufre mamon, devuélveme a mi chica". En cierto forma se interpreta otra escena, pero en los videos cortos se ven a chicas mostrando un antes de que les rompieran el corazón.
La sensación de gusto culposo, me hace sentir que...
Me hubiera gustado disfrutar mas de esa niña buena que fue Yaomomo
Pero, eso seria ser muy egoísta y desconsiderado, ya que esa forma de ser, no es ni mas ni menos lo que moldeo su madre y todo la sociedad que la envolvió. Así que también, de cierto modo puedo, sentirme agradecido y muy entusiasmado por ver a la verdadera ella, que se sigue buscando y encontrando.
La rebelde, fuerte, mal hablada, confiada, egocéntrica, algo presumida y golosa Momo. Una chica que no le importa el que dirán y pueda hacer el ridículo para pasar un buen rato con sus seres queridos.
Puedo sentirme afortunado por ser el primero en poder conocer esta nueva ella y, tener una vista de la vieja Momo también...
La blusa algo suelta y color flores de cerezo hace que su piel se vea mas suave que el mismo terciopelo, el maquillaje natural y nada pesado me hacer darme cuenta que la morena no necesita de cosméticos para verse hermosa.
Ella no necesita a los cosméticos, los cosméticos los necesitan a ella...
Esa fue una de las cosas que mi mama me dijo que mi padre le dijo en una noche de inseguridades, en su aniversario por no poder arreglarse para su sorpresa en la terraza de los departamentos que con ayuda de Mitsuki, Hisashi pudo hacer para mi madre. Fue una cena bajo la luna, con velas en puntos estratégicos, las estrellas haciendo de guías a lo mas romántico que pudo haber obtenido de regalo de aniversario numero 8, y con una cena que el mismo preparo y estaba mas que decente en sabor. Le vio sus manos y este, tenia cortes, quemaduras, y venditas en los dedos.
Mi padre había estado desvelándose en casa de los Bakugo para que Mitsuki le enseñara a cocinar solo por esa noche. Quería hacer algo especial y como no. Después de todo, ese fue su ultimo aniversario juntos, luego la vida le trajo la separación a mis padres atreves de la muerte.
¿Cómo es que inconscientemente querías que ese fuera uno de los mejores aniversarios para mamá? ¿Presentías que era el ultimo que vivieras a su lado, papá?
Son dudas existenciales que mi propia sangre me planto, y nunca serán resueltas, a menos claro que lo vea en el otro lado.
Y a como va mi vida...
Miro a la alta chica en sandalias, con esa falda de tablones negra, y tiras del calzado que le surcan las pantorrillas como lianas o raíces aferrándose a una estructura, acomodarse el cabello en su ya conocida y concurrida cola de caballo alta con flequillo, verse en el espejo. Se da media vuelta, alza su cuello por encima de sus omoplatos, y mira su espalda en el reflejo. Asintiendo, sonriendo y para finalizar alisando la falta sobre sus piernas, y su retaguardia.
Considero que es momento de afirmar que me va mucho mejor, y no tengo para nada el pensamiento de querer que mi vida termine pronto...
Sonrió al ver que me mira divertida, cruzando de forma exagerada las piernas, con sus manos en jarras en la cadera, con sus labios haciendo un puchero, dándome un desfile solitario de pasarela de ella misma. Rio entre dientes, y cuando llega hasta mi ella me acompaña, riéndose.
Su risa es linda y muy discordantes, pero no me molesta en absoluto
—Bien, estoy lista. —Dice alzando los brazos para dar mas énfasis, se da la vuelta y vuelve a poner sus manos en la cintura, tiene unas caderas que le favorecen se sobremanera a la misma. — ¿Qué tal? No es para nada mi nuevo estilo pero puedo decir qu-
—Te ves preciosa.
La callo, logrando que me mire por encima del hombro y luego sus manos se resbalen para caer por los nervios. El color cobrizo subiéndole a las mejillas firmes y perfiladas que le hacen ver como la mujer mas elegante y bella de todo Japón. Me evita la mirada y se lleva las palmas a sostenerle la cara, creo que mas que otra cosa para confirmar que mi comentario le ha hecho calentar la cara con rubor.
—¿Fui muy directo?—, pregunto, procurando que todo vaya bien, que mi forma de ser no sea tan acelerada o impertinente para que ella no se incomode y se aleje como-
—No, solo me agarraste con la guardia baja, —como si hubiera hablado en voz alta, o tuviera telequinesis y leyera mis pensamientos, o sintiera mi aura, me ha parado en seco ese momento inseguro que estaba por arrasarme como cual ola de mar.
—De acuerdo, —juego con mis dedos y miro por entre mis rizos que ya han crecido mas allá de mi frente, y encuentro su carita aun carmín pero con una risa nerviosa. —¿Vamos?
Asiente, y al llegar a mi costado le extiendo el brazo, para que ella termine de entender, enganchando su brazo con el mío.
—Me alegro que Tsu nos dejara solos con la excusa de que Tokoyami-kun quería uno de sus licuados verdes.
Sonrió al entender el detrás de bambalinas de la linda amistad que ella ha creado todo este tiempo con las personas que conoció por mi culpa. Y eso me hace inmensamente feliz.
~
—¿Estas segura de que este es de mi estilo?—formulo esa pregunta sintiendo las gordas gotas de sudor frio bajar por mi nuca y espalda, —se siente un poco-
El sastre jala sin avisar las tiras del cortse, cortando todo aire que allá podido tomar en el tiempo que intente librarme de ese tipo de ropa apretada y muy llamativamente despampanante y se podría decir... reveladora.
—Tsu dice que es la nueva tendencia y, nada como algo a la moda para imponer respeto y admiración. Así como impacto dejando huella en tu presentación a la sociedad como el nuevo socio de la empresa Endeavor y, posiblemente el próximo dueño vicepresidente. —Ese lado emocionado y agresivo por la ropa sale a relucir de nuevo en su sonrisa y tono de voz, acabo de percatarme que mas que otras veces le hace feliz hablar de moda, ropa, tela, tendencia en vestimenta y accesorios a Momo.
¿Es porque la ropa es para mi?
Niego en mis adentros.
No te ilusiones o hagas ideas donde puede haber nada, Izuku
—¿Tsuyu-san?
Miro en suplica a la peliverde, esta sonríe abriendo mucho sus párpados y pegando sus labios sin mostrar sus dientes. Se gira y jala a su pareja el cual miro, y contrae el rostro compadeciéndose en silencio por mi.
—¿Lo siente firme?—me cuestiona el señor en esmoquin que lleva una cinta métrica alrededor del cuello.
—¿Fir-me?—confuso apenas y respondo por la falta de aire. —Yo no usaría ese adjetivo, es mas bien... —tozo y trato de agarrar aire con algo de desesperación, —asfixiante.
Salta en su lugar y de un tirón desata el lazo que me imagino esta por la altura de mi espalda baja, la prende se afloja lo suficiente para deslizarse y caer por mis caderas hasta llegar a la plataforma redonda donde me tiene. Puedo inhalar de forma escandalosa aire, y juraría que se me va el color azul de la cara al verme en el espejo que esta delante.
Recupero poco o a poco el control de mis pulmones y Momo en silencio se ríe, escondiendo su burla detrás del gesto de su mano en un puño.
—Que educada y cortes es, señorita fresita. —Me burlo obteniendo que se abstenga de reír de forma casi instantánea. —¿Ya no te parece gracioso he?
—Eres un mañoso, cookie.
—¿Cookie?
—Es tu nuevo apodo—se sube a la plataforma, —¿me lo presta
Pide al señor, o mejor dicho le arrebata la cinta de los hombros.
—Discúlpela es que esta en su elemento. —Este asiente nada ofendido, solo sonríe divertido por el ambiente.
—No se preocupe, joven Midoriya. —El rubio de iris azules algo hundidos sonríe agraciado. —Me recuerdan mucho a mi esposa y a mi, el amor joven es el mas hermoso, prospero y divertido. Disfrútenlo.
Se aleja, y eso hace que ella solo explote en tono bermellón, y yo también. En silencio me mide, me da toque al cuerpo y entiendo cuando tengo que pararme mas firme, alzar los brazos o quitarme alguna prenda para ponerme otra.
—Jalare ahora, —me avisa luego de un rato de cambiar y intentar con otros cortse, —ya tome debidamente tus medidas, estoy segura que este es el indicado.
Asiento, entonces ella jala por tercera vez y no siento que moriré por falta de aire. Solo mi espalda se pone erguida, mi abdomen se siente algo contraído pero está firme como dijo el rubio. Es cómodo, o al menos podría acostumbrarme.
—Si quier-res pu-puedes ver-te—tartamudea, eso hace que me preocupe, debo verme ridículo.
Me bajo de la base circular, y con pasos dudosos me acerco a el espejo. Es de cuerpo completo, estoy descalzo, el frio piso calando en la planta de los pies. Con los dedos jugando nerviosos me detenido frente a ese cristal que me mostrara mi imagen, con ahínco voy subiendo el recorrido de mis iris verdes por el pantalón oscuro, de tela cara y lisa. La cadera comienza a aparecer ante mi, los colores de la faja moderna son: verde, dorado y negro.
Siempre me considere un chico simple, sin nada de gracia, y poco atractivo o carismático en rasgos físicos y faciales. Pero no reconozco la cintura que aparece en mi reflejo, tampoco el sostenido y grandes pectorales detrás de la tele gruesa. El verde hace resaltar los risos de mi cabello, así como el verde musgo de mis retinas.
Y mi piel resplandece mas por el tono dorado, sobre todo porque son piezas acristaladas. Tienen cierto material en las líneas que recorren toda mi espalda, costados y pecho. Haciendo estilizada la figura de mi tronco.
—Y... ¿Qué opinas?
Indaga al ver mi silencio, y que el cobrizo de mis pecas a desaparecido. La sorpresa disipo mi vergüenza.
—Yo... No sé que decir...—Me tuerzo un poco, tratando de ver mas ángulos de ese chico delante mío, que no puedo creer que es el dueño de estos mismos pensamientos de desasosiego y sentimientos de asombro.
—Yo solo puedo decir que es un nuevo Midoriya el que ha aparecido delante de mi, —esa seria y firme voz que he querido evitar llega a nosotros desde un costado.
Miramos en esa direccion y topamos con el rostro del dueño de esa inconfundible voz. Doy media vuelta y me quedo con una sonrisa de lado, algo incomoda y a la espera de algo mas que solo esas palabras. Con la mano en el cuello, trato de ignorar el hecho de que la de iris caramelo también me mira, me escanea, sonríe de lado coqueta, mas que de forma amable. Y quiero huir, de como la respiracion comienza y quiere descontrolarse cada vez mas.
De como mis iris buscan conectar con los suyos, de como también tengo estas ganas insanas de sonreírle, ir a hablar con ella. Y de mi corazón sentir que puedo ir con todo para que sus labios no solo me sonrían, sino que choquen con desesperación con los míos. De decir su nombre y no se apellido.
De que mi brazo sea el que la rodea como Todoroki tiene apresado su cintura que es tan pequeña. Tomar su barbilla y tentarla para que me bese, jugar a tira y afloja.
Y a la vez, gritar muchas cosas sobre como me hizo sentir, por alejarme como me alejo de lo que sea que nunca le dimos nombre, sentimiento, ni oportunidad.
—Shoto tiene razón, Midoriya-kun. —Eso hace que me obligue a mirarla, aunque con ello me desmorone poco a poco por dentro. —Esa ropa te queda muy bien, es un conjunto que parece fue hecho para ti.
—M-muchas gracias, —bajo la mirada, corriendo de lo que atada mi corazón cada que tengo contacto con Uraraka. —A los dos, yo también creo que me veo bien.
—Claro que te vez bien, —la pelinegra se acerca, se detiene a mi costado, cruza su brazo con el mío y me jala para que pueda decirme algo al oído. —Después de todo yo tome mis medidas cuando estábamos en tu cama.
Eso me hace mirarla espantado y con parpados bien abiertos para que no hable de eso en publico. Ya que aun es demasiado pronto para que ellos dos sepan de lo que esta pasando, o se causo entre nosotros.
—Después de todo yo lo escogí y le tome medidas. —Se vuelva alejar, repitiendo algo diferente para la pareja.
Toma una parte de la cinta métrica entre sus hombros y le da vueltas. Tomando esa postura que me gusta, que es engreída, su terreno y puede darse el gusto de alardear porque sabe del tema.
—¿Y que les trae por aquí?—Trato de desviar cualquier curiosidad por lo que me dijo en susurros, y también disipándome del bochorno por el recuerdo de mi boca entre sus piernas y la suya entre la mía.
—Solo estábamos buscando ropa para la subasta de la casa hogar de la familia de Tsu, —responde la castaña. —Es una grata sorpresa encontrarlos. Así podrían ayudarnos, —eso me hace arquear las cejas, y Momo ladea la cabeza en confusión. —Yaomomo, Shoto no sabe que usar para esa noche, y a mi me gustaría la opinión de alguien que no sea mi amado Sho-kun porque dice que todo me queda bien. Necesito una verdadera opinión.
Esa propuesta es sin duda algo que rechazaremos, pero solo puedo ver como Ochako se apresura y me lleva lejos de Momo.
—¡¿Eeehh?!
—Ellos estarán bien, necesito tu ayuda. —Me dice llevándome a quien sabe donde mientras sigo viendo a Yaoyorozu, esta asiente decidida y dándome a entender que puede con esto y que no debo preocuparme.
Pero eso solo hace que me angustie mas.
¿Dios seria mucho pedir que por esta vez no pase nada dramático con mis amistades?
~
4081 palabras sin contar las de la nota de autora. Solo puedo decir que lo siento y en agradecimiento, en disculpa y recompensa por esperar:
Esto será una maratón de de 3 capítulos seguidos esta es el primero, y apenas lo termine de escribir y voy por el segundo, y hasta que no tenga los 3 no voy a publicar este. Así que...
Hola yo del futuro soy tu, pero en el pasado.
¿Cómo va ese tercer capitulo?
¿Si esta pasando todo lo de que teníamos planeado?
¿Jirou entro mas a la historia así como Denki y Kirishima?
¿Midoriya ya ha comenzado a pensar mas en el y ponerse primero?
¿Momo ha confrontado de verdad y por ultima vez a Shoto para que trate de tomar enserio sus sentimientos hacia él?
Oh si, así es, dije mucho y a la vez nada y eso les va arder. JAJAJAJAJA Quiero ver el mundo cubrirse de fueoooo, MUUAJAJAJAJA.
PD: Amo ese giff.
La canción en multimedia es como esta comenzando a ser la relación entre Izuku y Momo, así como al mismo tiempo es la escancia del noviazgo entre Tsuyu y Tokoyami.
La foto en multimedia es como yo veo, y busque de referencia a el tipo de cortse que quería en Izuku, así como la imagen de aquí abajo, que será la idea original de donde se guio esta artista que ilustro a Deku con ese cortse tipo traje, negro con verde agua y toques dorados resplandecientes.
Sin mas, me despido, sigue bajando, hay dos capítulos mas.
Maleficent 🖤✨ y Mamá pequitas 💚✨ ¡Fuera!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top