40. Desayuno cruzado.

40. Desayuno cruzado.

El olor del café mañanero me saco un estornudo, sorbí por mi nariz, busque a tientas el cuerpo de Izuku. Y al pegar con el colchón vacío, por fin decidí abrir mis ojos. Me levanté buscando al dueño del lugar, y solo me topé con su mini yo.

—Ey Migthy-boy —me aclare la garganta, —¿Sabes dónde está tu dueño?

Movió la nariz, y de un salto bajo de la cama. Entonces decidí seguirlo, al salir del cuarto me di cuenta que hacía mucho frío, me mire en el reflejo de una foto de enfrente y note mi desnudes.

Temblando regrese al cuarto, sin darme cuenta azote la puerta, atrayendo la atención de Midoriya.

—¿Yaoyorozu?—su voz se estanco por el eco de la puerta, —¿Todo está bien?

—Si, no... Digo, —me calme inhalando aire, —si solo, me espante por despertar sin ropa.

—Ah... Lo siento, tu ropa la metí a lavar creo que aún no se seca, ¿Quieres que te presté algo?—trato de abrir pero metí seguro. —¿Segura que todo está bien?

—Yo...

—¿Me dejas entrar?

—¿Paso algo anoche?

El silencio me hizo abrazarme a mi misma, era mi primera vez. Y no recordaba absolutamente nada, cerré los ojos y entonces todo regreso.










~


No sabía que Bakugo fuera ese tipo de chico, —me sorprendí de todo el alboroto que conllevó sus cicatrices.

—Son horribles algunas personas, pero a pesar de todo... —Sus dedos trazaron la cicatriz, —lo perdonó y sigo teniendole estima.

Eres demasiado bueno. —Mire como se cohibió, y tuve algo de miedo.

Al contarme algo tan personal, tengo en mis manos a Midoriya para acabar con él o, terminar de sanar y amar lo que el cree que es y no merece ser amado ni apreciado.

O demasiado estúpido. —Una carcajada sin ganas ni risa salió moviendo su pecho aún desnudo.

¿Porqué eres tan cruel contigo mismo?

No lo sé, una vez mi madre me dijo que fue porque, al estar mucho tiempo escuchando que soy lo peor, me lo creí.

No lo eres, la gente te dijo mentiras, Izuku. —Mi mano quiso a tomar la suya, salto por los hombros al notar mi acercamiento. No conozco tanto a Bakugo como para hablar de él pero... Conozco mucho a la señora Mitsuki. Y solo puedo decir que es su hijo en mujer con un poco de paciencia y una genética envidiable porque se ve muy joven para la edad que tiene.

Si, su mamá y la mía se llevan muy bien. Son mejores amigas, aun se hablan y salen juntas. Pero aunque quisieron hacernos amigos, no termino como ambas hubieran querido. Nunca le dije a nadie que él había sido el culpable, siempre acuse a otros. Explico dándome un apretón a mi mano, refugiándose, ya no huyendo. Quiero y admiro mucho a Kacchan como para hacerle eso a su madre, ahora me doy cuenta que le hice un daño y no un bien.

Si, pero aun así. No es tu culpa, Midoriya.

Claro que si, si tan solo hubiera sido mas fu-

Tu eres muy fuerte, valiente y tienes un corazón muy grande y hermoso, nos volteamos a ver, quedando justo a la par, sus iris esmeralda sobre mis negros, narices rozándose y aliento siendo el del otro. Solo te culpas porque la gente hizo que te creeyeras eso, pero yo sé que en el fondo quieres con todas las ganas gritarles en la cara que el que fue la buena persona, el que hizo todo bien, eres tu.

En busca de algo, cerré los parpados y pegue mis labios a los suyos. El sabor a menta aun podia hacerme cosquillas en la nariz, no sabia si era la mi respiración o la de el la que provocaba ese picor lindo. Pero solo quería seguir rozando mis labios, esperando su aceptación, que él me regresará ese impulso, donde tome el mando del beso.

Y así fue.

Sus manos acunaron mis mejillas que estaban frías, me percate de ello por el calor de sus palmas. En circulos dejo la piel de mi cara sensiblemente, fue dulce, para poco a poco llegar a mi cabello y jugar con el. Era jodidamente lento, pero eléctrico y picante.

Sus manos podían destrozarme si el quiesiese, y veo en como sus cejas se fruncen por contener sus deseos, que piensa en mi placer y sentimientos antes que los suyos al tratarme con delicadeza. Eso me hace sentir apreciada y valorada.

Le termine de quitar de los brazos la camiseta azul, y toque su cuerpo marcado, no era tan trabajado pero se lograba ver que hacia ejercicio, y le daba tiempo a su salud física.

Mis manos se enredaron en su cuello, y me deje caer sobre el colchón, sus manos se pusieron a cada lado de mi para no caer sobre mi. El beso se volvió mas rápido, mas abrazador, mas demandante y exigente. Mordía su labio y el me regresaba el gesto, gemí entre los roces y el gruñía en respuesta. Todo era reciproco.

Su mano se adentro debajo de su playera y sin darle tiempo, yo me levante sacándola para darle mas accesibilidad. Su sorpresa exploto en toda su cara con un color bermellón que le cubrió las orejas, sus pecas nunca se habían visto tan linda como cuando su cara estaba roja de la vergüenza.

No me mires tanto, es vergonzoso. —Trate de cubrirme, pero tomo mis muñecas.

La luna hace que tu piel brille como el más hermoso astro de pureza que eres. —Su agarre se soltó sobre mi piel, y la vergüenza se alejó con tan preciosas palabras. —Siendo así de agraciado tu cuerpo, no deberías avergonzarte, Momo.

El Midoriya que vi, era el más honesto que varía nunca.

Su cuerpo se cernió sobre el mío, acorralándome. Busque sus labios de nuevo, y este arremetió contra mi lengua enredando la suya. Las manos que quería que me tocaran seguían lejos, entonces lo ayude.

Entendía perfectamente que tenga miedo, yo también me siento así. Si esto no funciona, o todo esto se descontrola, porque los dos seguimos teniendo sentimientos por otra persona. Terminaríamos hiriendónos, alejándonos por el dolor de las heridas. Cumpliendo ese miedo de perder una amistad porque nos hicimos mucho daño.

Si tienes miedo, podemos detenernos. Yo también debía priorizar el corazón tan herido, hermoso y delicado que tiene Midoriya.

Nos miramos, encontrando el pánico en el otro, pero entonces cerro sus iris agito la cabeza de un lado a otro, intentado disipar sus dudas.

No tengo miedo, solo...Volvió a mirarme, ahora veía decisión, y eso me hizo tomar valor y deseo desenfrenado.

Midoriya, tienes unos iris hermosos

Yo tampoco tengo miedo, Izuku.

—Entonces...Miro en dirección a mis pechos, ¿Puedo?

Claro.

Esa mano con las cicatrices acunó uno de mis montículos, que por el frío tenía erecto el pezón. La calidad de su piel me hizo estremecer, amasó con cuidado y yo gemí apartando la vista.

¿Te lastime?

No, es solo que... Soy muy sensible de ahí, si sabes cómo podrías... —Me calle de repente al ver la confianza que había tomado, a lo mejor él no quería saber eso, —digo, yo...

Puedes decirme, no tiene nada de malo yo... Quiero saber qué te gusta. —Aun con las mejillas rojas, podía seguir usando una voz ronca y tan excitante que me hacía mojar cada vez más y más mis pliegues.

Si sigues mis instrucciones podrías hasta hacer que me corra con solo tocarme los pechos. —Sonreí al ver la expresión de sorpresa, fue como si la sangre le explotara en la cara, y subiera desde su cuello hasta la frente.

En-entonces... Guíame.

Asentí, con los codos cuido no caer encima de mi, aunque yo podría aguantarlo. Midoriya había sido de contextura pequeña cuando entro a la universidad, pero luego de tantos años y ejercicio. Todo él, había crecido, lo suficiente para rebasarme por una cabeza. Sus músculos eran firmes, podrá no haber trabajado en abdomen pero, tenía grandes y firmes pectorales.

Suave, en círculos—hizo lo que pedí, la respiración comenzó a desestabilizarse. —Debes en cuando pellizca mis pezones, —lo hizo al mismo tiempo en ambos, gemí más fuerte que antes. —Si, j-justo... Así. Ahora juntalos, y has todo aumentando la velocidad.

¿Pu-puedo usar la boca?

Por favor. —Suplique, seguía acariciándome, atrapando con las llenas de los dedos mis botones rosa y duros.

La vista que tenía de Izuku entre mi busto disparo mi lívido. Estaba haciéndolo muy bien. Cuando su lengua recorrió el medio de mi, me estremecí deseando que estuviera dentro, una de sus rodillas se abrió camino entre mis piernas, abriéndome.  No puse resistencia, yo solo estaba a su merced.

Comenzó a besar, succionar y morder con poca fuerza cada rincón de mis senos. Estaba siendo exquisito, su boca y manos me estaban llevando cada vez más cerca de un orgasmo único.

Yo podía provocarme orgasmos solo tocandome los pechos, pero nunca le había dicho eso a nadie. Ni siquiera a Shoto, ni a Awase en los encuentros que casi acabaron en sexo. Ellos sabían que era sensible, pero no a habían tomadose el tiempo de intentarlo.

Y Izuku estaba a una mordida de llevarme al borde.

¡Si, justo así, no te detengas!—La noche se llenó de sonidos sexuales, saliva, gemidos, gritos y gruñidos guturales desde el fondo de su garganta.

Eres exquisita.

Su voz fue lo que necesitaba.

Luego de esa frase con esa voz hundida en placer, me hizo explotar. Las cientos de serpentillas subiendo por mi vientre fue una de las sensaciones más deliciosas de toda mi vida. Un orgasmos único, inolvidable y irrepetible.

¡M-me vengo, Izuku!—, grite atrapando los dedos entre su cabello, despeinandolo sin darme cuenta, por estar perdida en mi propio placer.

¿Ah sí?—, dijo pegado a mi piel sensible. —Pues quiero comérmelo.

De un tirón saco los bóxers que me quedaban holgados. Sentí frío, y entonces mire algo que me hizo desear aún más a el hombre que era Midoriya Izuku.

La luz de la noche alumbrando desde la ventana todo su cuerpo, las marcas, su tono de piel azulado por el frío reflector que era la luna y cubierto de pecas en los brazos grandes y fuertes, que terminan en la cavlicula y hombros. Cabello pegado por el sudor a su frente y lados de la cara, rojo del esfuerzo, gotas en el mentón, iris destellando deseo por mi. La erección atrapada en el short era gigante y me relamí los labios de solo verla.

Él al ver que me recomia mis labios, el mordio el inferior suyo. Y de tanto maniobrar entre mi intimidad, estos estaban inchados, rojos, y brillando por su saliva y mi sudor.

Izuku era el hombre más sexy del puto mundo en este momento para mí

¿Puedo?—se arrastro entre mis muslos aún abiertos, —me lo he ganado, ¿No?

Claro que te lo has ganado, —me senté, con mi dedo alce su barbilla hasta mi—ven a cenar, antes de que se enfríe.







~


Luego todo es borroso, no recuerdo más. Pero de solo recordar el principio estoy feliz pero condenadamente avergonzada.

¿Desde cuándo soy dominante en la cama?

—¿Yaoyorozu?—Izuku me terminó de sacar de mi letargo. —¿Sigues ahí?

—Si, yo solo... ¿Podrías repetirme lo que dijistes?

—Dije que luego de... ¿Como lo digo sin que suene más vergonzoso de lo que ya es?—, se preguntó a él mismo, sintiéndome más tranquila abrí la puerta y enfrente a ese chico que se ve jodidamente sexy sin nada en el cabello, sin camisa y iris viviantes.

—Solo dilo, ya sabes sin rodeos.

—Luego de que me hicieras un oral, nos besamos un poco, y caíste dormida entre mis brazos. —Explico jugando con sus dedos.

—¿Entonces no tuvimos sexo?

—Pues como tal si, quiero decir, nosotros-nosotros nos hicimos una afe-felación mutuamente. —Entre la cortina de cabellos me miró, era una mirada cubierta por rubor por sus pómulos y vi mordidas cuando depare en su persona, que estaban aún rojas en sus hombros y clavícula.

¿Esos son mis dientes marcados alrededor de su pezón?

¡Carajo ¿Qué pasó anoche!?

—En-entiendo... —Le pase por un lado, camine como el robot oxidado de el mago de Oz y azote le puerta de su baño.

—¿Yaoyorozu-san?—, tocó la puerta por la cual me pegué y deslice hasta quedar sentada sobre el tapete del baño. —¿Hi-hice al-algo ma-l?

Entonces algo dentro de mi reaccionó.

¿Qué mierda me pasa?

¿De verdad me estaba comportando como una quinceañera? ¿Voy a dejar que mis nervios por sentir algo lindo que parece demasiados bueno para ser verdad me manipulen? ¿Me voy a comportar como una chica indecisa y que se arrepiente de lo que pasó cuando no es así? ¿Voy a dejar que mi cuerpo sea manejado por mis nervios?

No, claro que no. Joder no, soy una chica linda, tengo un cuerpo jodidamente envidiable. Cabello sedoso y admirado por muchas chicas. Sé vestirme con clase y portar la ropa como una modelo, tengo delicadeza en la sangre para verme sensual y delicada. Mis genes son totalmente fuertes, no recesivos, el negro en mi melena y iris represente mi pureza japonesa.

Soy una puta diosa, podría darme un tiro con Atenea para ver quién es la más bella. No puedo, corrijo ni debo comportarme como si no pudiera enamorar a Midoriya.

Si, el es lindo y joder, tiene una dualidad que desearía cualquier mujer que tuviera al verlo, y no tenerla en su pareja actual. Soy suficiente para él, y él para mí.

Tome aire alzando en el proceso mis hombros, solté el aire por mis cosas nasales. Me apresure a lavarme la cara, y con mi dedo los dientes al no tener un cepillo de dientes.

Bien, aquí voy





~

¡Estoy jodido!

De un lado a otro camino, sosteniendo mis labios y susurrando razones por las que me este evitando.

¿De verdad soy tan mal partido para que las chicas no me quieran cerca?

El ruido del seguro ser retirado me hace detenerme enfrente de la puerta blanca. Trato de parecer lo más tranquilo posible, pero la gota que corre río abajo por mi cara, debe delatarme terriblemente.

—¿Todo-do est-ta bien?—me golpeó mentalmente por tartamudear.

—Si, solo me sorprendió un poco. —Toma un mechón de su cabello y lo enreda con su dedo, tiene las mejillas impregnadas de rubor, se ve muy tierna. —Lamento si te hice sentir mal, solo estaba... Desorientada, Izuku.

—¡No-no te preo-cupes!—, muevo mis manos enfrente de mi, ella me mira y una sonrisa divertida y que me dice que le parezco tierno se abre en sus labios. —¿Ti-tienes hambre?

—Si, la verdad si. —Su mano se pone sobre su estómago, el solo verla me trae recuerdos de como tiene docenas de tiras en el abdomen bajo, muy cerca del área del hombligo.

Yaomomo también ha sufrido mucho

—Hice el desayuno, espero que te guste-

Olfateo sintiendo un amargo y picante aroma inundar mi olfato.

>>¡Demonios deje los huevos en la estufa!—, corro preocupado y al llegar a la cocina con tropezones veo el desayunó arruinado, —¡No no no, carajo!

—¿Está todo en orden?—, ella me secunda, apareciendo por mi vista periférica.

—No, quiero decir si. Es que...—Retiro el sartén y lo llevo al lava platos, —arruine el desayuno.

—¿Se quemaron?—. Indaga, la veo hacer una mueca divertida, —si, ese color dice soy carbón.

—Lo siento, si esperas un poco más podré hacer otra cos-

Se para de puntillas y besa debajo de mi oreja. Es un beso fugaz y sonoro.

—Esta bien, agradezco mucho el gesto, —la miro, vuelve a evitar mi mirada, tiene su puño sobre los labios que acaban de encender en rubor mi cara. —Pero ¿Qué te parece si yo invito el desayuno?, ya sabes... En agradecimiento por dejarme dormir aquí anoche.

—Pero eso n-

Coloca un dedo, silenciadome. Vuelve a usar las puntas de sus pies para alcanzar mis labios, y besa sobre su dedo. Eso hace que mi corazón corra desbocado en el medio de mis costillas.

Me voy a morir de un paro cardíaco a esta paso...

—Dejame agradecerte por la hospitalidad y el gran anfitrión que fuiste, ¿Sí?—en sus fanales veo ese destello de doble sentido, trago por mi garganta y asiento a duras penas aún con su índice sobre mis labios. —Bien, iré a ver la ropa, mientas toma un baño.

—D-de acuerdo.


~

Es domingo por la mañana, y fue día de cobro el sábado. Así que los lugares están llenos, este es el segundo lugar al que vamos y no hay lugares libres.

—La tercera es la vencida, si en este lugar no hay mesa para dos prometo dejar que me vuelvas hacer desayuno. —Indica al ver mi preocupación, y nerviosismo.

—Trato hecho.

Para mí mala suerte de querer ser un caballero, no hay mucha gente en este restaurante.

Tomamos asiento, y nos traen la carta para ordenar.

—Pide lo que quieras Midoriya, yo invito. —No puedo ver su rostro porque la carta lo cubre, pero su tono es orgulloso, eso me saca una sonrisa.

Me agrada que sea una mujer que no le da vergüenza ser la que invita, o que la este viendo de forma inapropiada la mesera que sigue esperando las órdenes.

—Este... —mis ojos se mueven buscando algo que me llame la atención, y entonces decido comer unos hot-cakes, —una orden de hot-kaces, por favor.

—A la orden, —la chica escribe en su libreta para luego dirigirse a mi acompañante. —¿Y usted señorita?

—Un cóctel de frutas, y un desayuno tradicional de salmón. —La vuelvo a ver, y le entrega la carta, yo hago la mismo. —Y una ¿jarra de limón o naranja?

Espera mi respuesta y optó por la de naranja. La chica se retira, nos volvemos a quedar solos y me siento inquieto.

—¿No estarás en problemas por no haber llegado a casa anoche?—pregunto, al recordar que no la vi acudir a su teléfono para comunicarles a sus padres su paradero.

—No, nunca están. La bruja está en un viaja de negocios, y papá está con su nueva familia. —Toma del vaso que tiene delante suyo, y no parece afectarle hablar del tema.

—Entiendo, ¿Entonces no querías estar sola ayer?

—Eres muy listo, Midoriya.

—Puedes decirme Izuku... Solo si qu-quieres claro.

—Solo si me llamas Momo.

—Entonces... ¿Tienes algo que hacer en la noche, Momo?

—No, solo dormir hasta tarde, Izuku.

—¿Quisieras ir a-

—¿Midoriya-chan?

Esa vocecita

Mire detrás de mi acompañante, y la distancia esos grandes orbes negros me enfocaron logrando que apresura el paso, y yo me levantara para recibirla.

—Asui-san.

—Me estoy cansando de decirte de forma amable que me digas Tsuyu. —Una mueca apareció, reemplazando esa sonrisa grata por encontrarnos luego de tanto tiempo.

—Lo siento, Tsu-tsuyu-san. —Esa corrección consiguió regresar la sonrisa amable que la caracterizaba tanto. —No esperaba verte, es una grata sorpresa.

—Lo mismo digo, dude en acercarme porque desconocí tu estilo, —me ojeo un poco, logrando sacarme un rubor orgulloso. —Además veo que tienes compañía.

—Oh, pues no es nadie que desconozcas. —Rasque el nacimiento de mi cabello, y le hice una seña con la cabeza para que viera bien a su amiga.

La peliverde por fin se percató que la chica de cabello suelto y vestimenta oscura, era ni más ni menos que nuestra amiga Yaoyorozu.

—Buenos días, Tsuyu-san. —Por fin Momo se levantó, y dejo de esperar a que está la reconociera.

—¿Yaoyorozu-chan?—atonita, comenzó a verla desde muchod ángulos y termino abrazándola. —Me gusta mucho tu nuevo encanto. Una roptura más de corazón y sin duda me convierto en ti.

—Estare ahí para asesorarte en ese estilo también, no dudes en llamarme , —río por su comentario, creí que le afectaría pero me equivoque, Momo era más fuerte de lo que pensaba. —Y a mí me alegra que allás decidido seguir mis consejos sobre combinar ropa casual con sacos para verte hermosa pero, empresarialmente sería.

Las chicas comenzaron a conversar y me perdí luego de esas palabras.

Me percate de que mi antigua amiga de la universidad no venía sola. Un hombre de cabellera negra y iris del mismo tono, con traje y corbata estaba a unos cuantos pasos mirando con un rubor a Asui-san.

—Este... —Mi balbuceó dió el mensaje que buscaba y las dos chicas vieron que miraba de reojo al chico que vino con Tsuyu-san.

—Oh, claro. —Con una energía y felicidad contagiable la menor se acercó y tomo por el brazo a el chico que dió un saltito, —Yaomomo-chan, Midoriya-chan les presento a Tokoyami-chan. Mi novio.

—¿Novio?—, sorprendido mire con la boca abierta a Tsuyu, en todo el tiempo que la conocí parecía tener comportamientos asexuales, pero veo que me equivoqué.

—En hora buena Tsuyu-san. Es un gusto conocerte, Momo Yaoyorozu. —Extendiendo su mano frente al avergonzado chico, y propinandome un codazo en las costillas me recompuse de mi sorpresa.

—Es un placer también, Fumikague Tokoyami. —La seriedad y imperturbable manera de hablar del chico me recordó demasiado a Todoroki.

Se llevarían muy bien

—Un gusto en conocerte, Izuku Midoriya. —Luego de que se me pasará el dolor a medias, le extendí mi mano para presentarme. —Somos amigos de la universidad de Tsuyu-san.

—Lo sé, me ha hablado de ustedes sobre todo por la fecha que se avecina.

—Cierto, gracias por recordarme Fumikague. —En agradecimiento Asui dejo caer su cabeza entre su hombro y brazo, el chuco asintió mirando el suelo rojo y conmovido.

Me recuerda a Todoroki definitivamente

—¿Cómo que fecha que se avecina, Tsuyu-san?—indago Momo tomando asiento, la seguí y me coloque a su lado para que la pareja de novios tomara lugar enfrente de nosotros.

—Creo que nunca les hable de esto, pero mi familia es la actual dueña de la casa hogar , y estamos por volver a cumplir aniversario el cual se celebra con una fiesta de recaudación. —Explico la iris onix sacando folletos de su bolso, para tenderlos en la mesa.

—Oh es cierto, mi familia va cada al, la de Iida y Todoroki también. —Anuncio Momo, abriendo los folletos. —A la bruja le gusta ir para darle buena imagen a la empresa, pero a mí, dios amo ir a ver a Chizuku-san. Esa niña se ha ganado mi corazón.

Mire como el rostro de la chica que durmió entre mis brazos anoche resplandecía de solo hablar. No había visto esa sonrisa y felicidad salir tan pura en su persona, era preciosa.

El calor dentro de mi pecho me hizo desear provocar esa felicidad y sobre todo, proteger esa sonrisa.

Momo merece toda la felicidad por la que ha luchado

—Por cierto te tengo buenas noticias, al ya tener un trabajo y independencia como integrante de la sociedad y benefactora, podrás adoptar o ser su tutora legal. —La felicidad por esa noticia, hizo que en el trascurso de la plática y desayuno, Yaoyorozu no dejes de tener una sonrisa en sus labios.

La plática fue amena, nos comentó todo acerca del gran evento. Al ser ya el 20 aniversario, sería algo grande. Querían tirar la casa por la ventana con esta celebración, todos los años intentaban hacerlo claro está. Pero este era un año único, ya que muchos posibles inversionistas vendrían a apoyar el nuevo proyecto que involucra los niños con discapacidades diferentes, que están apunto de cumplir la mayoría de edad.

Al tener deficiencias y diferentes necesidades es difícil y muy complicado que puedan conseguir trabajo, hasta si quieres terminar la universidad. Pero sin embargo, la constancia de esta fundación ha logrado que eso no sea tan descabellado como que una persona normal terminé una carrera.

El proyecto consta en que, una ya empresa que consigue ganancias para estos niños y lo que están sin hogar. Puedan seguir creciendo para darles trabajo a los próximos adultos que están por terminar de sus estudios. Consiguiendo así, introducirse de forma legal, normal y fija en la sociedad como personas que puedan valerse por si solas. De forma independiente.

—Eso es fantástico, Asu-

Su fugas y severa mirada por el rabillo me hizo re-gesticular.

—Eso es fantástico, Tsuyu-san. —La felicité, sintiendo un lindo sentimiento por las metas de mi amiga. —Si necesitas ayuda en algo y, está en mis posibilidades, no dudes en acudir a mi.

—Me alegra que lo menciones Midoriya-chan. —Saco otros papeles de su bolso y me las entrego. —Porque quiero que seas tu, y nadie ma que tú el que diga el discurso de cierre de la fiesta.

—¿¡Yo!?

—Ahora lo entiendo, —Momo me enfoco como si pudiera encontrar la respuesta de la vida en mi rostro. —Midoriya tienes una facilidad con las palabras, y eres una persona con un sentimentalismo precioso, eres el más indicado para hacer que la gente se conmueva.

—Exacto, si no es mucha presión me gustaría que fueras tú el que agradeciera por las donaciones y reafirmaras nuestro propósito. —Tomo mi mano por encima de la mesa y me dió un apretón. —Por favor, Midoriya-chan.

—No veo porque no hacerlo, —termine cediendo al ver la emoción en los iris de Yaoyorozu.






~


Lamentó haberme desaparecido por mucho tiempo, casi dos semanas de retraso sino que es más. Pero tuve muchas cosas que atender y... Malos días que me dieron un bloqueo creativo muy fuerte.

No sabia con certeza como escribir mi idea de este capítulo y pues, lo escribía y no me gustaba, yborraba todo y empezaba desde 0 hasta que me quedé a gusto con esta 9° vez de reescribirlo.

Lamento la tardanza, el IzuMomo cada día más "me encanta que se queden así", pero con esta fiesta de recaudación sé que se viene el desenlaces de todo, dónde Izuku por fin, se desbordara solo eso diré.

Aquí la PORTADA de este fanfic que prometí les mostraría para mí próximo proyecto. Es que de verdad, la forma en que por si sola nació el IidaCammie de esta historia, me hizo tener la necesidad darles su propia historia y, pues ahí va. Con algo se empieza dicen y ya tenemos lo que más atrae a un lector, la portada.

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