32. Matando corazones. [PARTE 2]

32. Matando corazones.
[PARTE 2]

—¿Entonces ahora soy jefe de recursos humanos?—, pregunto mirando la gran espalda de Enji, aunque sea alguien de mayor rango, sigo guardando respeto por ser el dueño de Endeavor.

—Así es, —mira a todos lados hasta que me enfoca por encima de su hombro. —¿Que haces ahi atras? Ven, ahora eres uno de mis aliados, y eres como mi sobrino. Considero a tu padre como un hermano.

Sonrío tímido y obedezco. Mamá se ha ido diciendo que quería descansar y procesar todo lo que pasó hace unos minutos.

—¿Y el actual al mando será despedido por mi culpa?—, indagó mirando como llegamos al área de recursos humanos, está un nivel del edificio más arriba que el del departamento de finanzas.

—Digamos que desde antes ya merecía ser despedido. —Abre la puerta de la oficina donde esté un muchacho rubio de iris azul grisaseo.

Sigue guardando las cosas en una caja de cartón, de verdad está desalojando el escritorio.

—Ya estaba por irme, está es la última caja. —Le informa a el hombre a mi lado, se acerca y lo encara muy apresar que este es de menor estatura. —Espero no se arrepienta.

—Dudo que eso suceda. —No lo mira cuando el rubio le pasa por un lado, llega hasta mi me mira, como si me quisiera muerto y da un chasquido de lengua.

—¡Pudranse!

Grita cuando está más lejos de nosotros, todos los presentes lo miran expectantes. De verdad a la gente de esta empresa le gusta el drama.

—¿Ese era?...

—El antiguo gerente de este departamento, Neito Monoma. —Suspira rejalandose un poco, aunque parezca un hombre frío quiero creer, que a Enji si le afectan ciertas actitudes de los que lo rodean. —Fue despedido por abuso de poder y acoso laboral. Se le dieron advertencias reiteradas veces, y no hizo caso. Luego está el asunto que llegaste y falleció mi amigo. Todo cuadro demasiado bien.

—Supongo que si, —cierra puerta y miró la oficina es tan grande como la de Uraraka o talvez un poco más grande.

Así como también tiene una ventana muy grande detrás del escritorio.

¿Qué tienen los de rangos altos con las ventanas grandes a la espalda?

—Esta será tu oficina desde mañana, yo me encargaré de hablar con mi ahijada, —me giro mirando como sigue cerca de la puerta. —sí que, espero verte mañana cuando pase a ver cómo te manejas en este nuevo reto y ambiente.

Asiento, despreocupado.

Entiendo que quiera tenerme monitoreado en caso de que necesite orientación o inducción. Pero no será necesario, además de finanzas en la preparatoria me especialice en el área administrativa, cabe decir que era una parte importante entre los temas por tocar entre mis materias de la universidad. Mamá siempre me indujo bien, si tenía duda en algo, podría pedirle ayuda y ella no dudará en apoyarme.

Además de eso, tiene una muy buena amiga que podría sacarme de dudas si ella no sabe ciertas cosas. La señora Mitsuki es confidente de mamá y me conoce de antemano. Aunque sea la madre de Kacchan y puedan compartir el carácter, siempre tuvimos buena relación.

Aún recuerdo que cuando podía, me decía que le gustaba que fuera amigo de Kacchan. Que yo era una muy buena influencia para él, y lo veía más feliz y tranquilo cuando convivíamos. Me tiene en un buen concepto de muchacho. Sin duda podría pedirle algunos consejos y recomendaciones.

—Daré lo mejor de mi, señor. —Exprese viendo cómo abría la puerta y me pedía con un movimiento de cabeza que le siguiera.

Se puso enfrente de los cubículos que por estar todos juntos, parecía un laberinto de paredes de tabla roca tono crema. Enji-san pego con sus nudillos la pared de un cubículo que tenía enfrente de él.

—¿Podrían darme un poco de su atención por favor?—, indagó tomando las miradas de todos los empleados del piso. —Gracias.

Todos guardaron silencio y dejaron sus pendientes. Muchos se levantaron de sus asientos y se les veía como se asomaban por el ras de la parada que conformaban su sitio de trabajo. Otros salieron al pasillo, y unos cuantos más se acercaron para estar enfrente -a cierta distancia-, del pelirrojo y mío.

—Me entusiasma decirles que apartir de mañana, su nuevo jefe directo ya no será el licenciado Monoma. —Muchos susurran ante sus palabras, algunas chicas suspiran aliviadas. —Si, así es. Pueden relajarse señoritas, ya no más incomodidades y palabras ofensivas hacia su persona desde mañana o mejor dicho, desde ya. También a los que llegó a sobajar, y denigrar de forma inadecuada pueden relajarse, es hora de que esté departamento saque a relucir su potencial como antes de la jubilación de su anterior gerente. Espero su nuevo director en jefe sea de su agrado, se entiendan y logran llevarse bien.

Me mira por encima de su hombro, entiendo lo que sus iris turquesa me indican y doy unos pasó para quedar enfrente de él.

—Él es Izuku Midoriya. —Deja caer su mano en mi hombro al ver que tiemblo, los grupos grandes de personas siempre lograron desestabilizarme. —Sera el nuevo jefe de finanzas apartir de mañana, pero puedan apoyarlo y hacerlo sentir cómodo. Sé que lo dejo y los dejo en buenas manos. &Con un movimiento de barbilla me dice que me presente.

—Mi nombre es Izuku Midoriya, será un placer poder trabajar con ustedes y cumplir con sus expectativas. Prometo esforzarme al máximo. —Me doblo un poco por la mitad de mi estimado y regreso, terminando la reverencia.

Una persona alza la mano entre la gente y todos miramos esa pequeña mano alzarse entre gente que la cubren. Se abren paso y dejan ver la dueña de esa palma con uñas francesas.

Es Hagakure. Le sonrió y me regresa el gesto.

Enji asiente dándole la oportunidad de hablar.

—¿Cómo quiere que lo llamemos?—, pregunta mirándome con esa sonrisa radiante y emocionada.

—Ahm...—, me lo pienso un poco para luego decir. —Midoriya está bien, aunque también pueden llamarme por mi nombre. Cómo se sientan más cómodos.

—Esta bien, Midoriya-chan. —Con esa pequeña interacción el ambiente se vuelve ameno y tranquilo.

Creo que he dejado una buena impresión, y eso es lo que intuyó quería conseguir la castaña.

~

Han pasado algunas semanas desde que trabajo en el departamento de RR.HH. Todos han sido amables y atentos. Es en definitiva un ambien y convivencia muy diferente a el de mi antiguo departe.

Aquí nadie susurra cosas sobre mi por ser el exasistente de Uraraka. Al parecer aquí les gusta saber que pasa en las demás áreas de la empresa, pero solo con el pasar de los días todo se olvida.

No me juzgan y por lo que me ha dicho Hagakure, nadie habla mal de mi o de mi pasado. Si quiera que allá ascendido en la cadena alimenticia –asi le dice ella–, de la empresa con demasiada rapidez. No tenía ni una semana y ya tengo un puesto importante.

Los primeros días fueron algo difíciles, pero pronto pude agarrar el tan cambiante y discordante ritmo de este lugar. Pronto pude dar órdenes con mucha fluidez y encontrar soluciones didácticas a todo lo que se presentará.

Por supuesto que tuve que tener secciones con la madre de Kacchan. Me facilito muchos trámites que no sabía cómo se hacían, o ciertas herramientas y procedimientos para cada cosa. Por suerte su hijo se había mudado, y fue agradable ir a visitarle con compañía de mi madre.

Luego de ayudarme se ponían al día, y entre anécdotas de su juventud y de mi infancia se iban volando las horas en casa de los Bakugo.

—¿Listo para irte, Midoriya-chan?—, la castaña estaba esperándome recargada en el marco de la entrada a mi oficina.

—No, aún no. Tengo que verificar que estos análisis estén correctos y si no es así, corregirlos. —Le di un golpe con los nudillos a una hojas.

—¿No deberías revisarlos y si están mal pedir que lo corrigan?—, enarca una ceja inconforme con que haga el trabajo de otros.

—No me gusta sobre cargar el trabajo a los chicos, —me sonrojo un poco, sintiendo pena porque ya me había regañado por esto, y le dije que intentaría dejar de hacerlo, y esto era prueba de que no lo estaba si quiera considerando.

—Los estás haciendo unos inútiles y mimados. —Se acercó, reviso con una mirada que iba de un lado a otro leyendo y analizando los datos. —Estan mal las oportunidades y amenazas, se contradicen y las ideas son repetitivas pero cambian solo ciertos factores. Pero siguen siendo casi idénticas.

—Si eso puede ver. —Rei entre dientes algo nervioso, estaba por pedirle los papeles cuando se dio la vuelta y salió a grandes zancadas de la habitación. —¡No espera! ¡Hagakure-san!

Me levanté rápido de mi silla y con tropiezos llegue hasta donde se había detenido. Enfrente de la chica que le había pedido esos análisis y ideas de innovación para el nuevo proyecto que se tenía que comenzar a planear de esta temporada.

—¿Y bien?—, cuando llegue fue demasiado tarde, ya parecía estar reprendiendo a la chica morena.

—Lo-lo sie-nto... Volveré a hacerlo. —Entre tropiezos de lengua se disculpó y dio un respingo luego de verme. —Lamento que allá tenido que corregir mis errores todo este tiempo, licenciado Midoriya.

—No es nada, Yanagi. —Suavice mi tono para que dejará de estar nerviosa, —y ya te dije que no me digas licenciado Midoriya. Es demasiado largo de decir, con mi apellido está más que perfecto.

Esta sintió, el cabello se le descolocó y cubrió uno de sus lindo ojos safiro. Me acerqué y acomode ese rebelde mechón detrás de su lóbulo.

—No te escondas, sé que lo haces siempre que estás avergonzada o nerviosa. —Logre que me mirara, —y no hay nada por lo que tengas que avergonzarte ni sentirte incomoda. Lamento que te allá llegado mi inconformidad de tal forma.

Mire con el entrecejo fruncido y la boca en una mueca a la castaña.

—Esta bien, —dijo audible mirando a otro lado, sus mejillas se habían teñido de rojo. —Tendra el análisis FODA en su escritorio mañana a primera hora.

—Muchas gracias, no te esfuerces mucho ni te lleves trabajo a casa. —Le pedí, alejándome un poco al ver que había sido... Nada profesional con ese gesto. —Puedo esperar hasta medio día, no hay prisa.

Ella asintió y yo comencé a despedirme con un abatimiento de muñeca.

—Luego de la jefa vas detrás de la dulce y tímida Yanagi Reiko, eres todo un casanova, Midoriya-chan. —Se burló de mi, logrando planear un bochorno en mis mejillas.

—¡No estoy detrás de nadie!

—Si, si, lo que tú digas. —Rio burlona, —es una buena y linda chica. Sin duda serían una gran pareja, tienen mucho en común.

—Ahi vas de nuevo. —Aprieto con mis dedos el tabique de mi nariz. —Ya te dije que no es así, solo quise ser amable.

—Pues deberías tener cuidado a menos que quieras a todas las mujeres y uno que otro hombre detrás de tus huesitos. —Entramos a mi despecho para tomar mi maletín.

—¿Que tiene de malo ser educado y amable?—, pregunté colgando la asa de mi maletín en el hombro.

—Nada, solo que mucha gente lo mal interpreta. —Se encoge de hombros, salgo al pasillo y cierro con llave la puerta detrás de mi.

—Eso se arregla hablando, si se llega a dar algo lo solucionare. —Digo algo tranquilo, hasta el momento nadie se me había declarado o coqueteado.

—Si tú lo dices. —Salimos del elevador, y llegamos pronto a la acera de la calle. —Bueno, nos vemos Midoriya-chan quedé con Ojiro en el restaurante tailandés que fuimos la otra vez.

Se aleja agitando su mano encima de su cabeza, aunque no me viera le regrese la despedida. Suspiré mirando mi reloj, aún era muy temprano y ahora que lo pensaba. Tenía un poco de cosas que hacían falta en casa, me dirigí al mercado cerda de la estación para comprar algunas provisiones para el transcurso de la semana.



~

Luego de obtener el dinero que se acumuló de esos años que mi papá no pudo cobrar, nuestra estabilidad económica mejoró notablemente. Con esa gran cantidad de dólares, pude comprarle a mamá una casa propia y a mi un departamento así como también un automóvil.

Muchos dirán que no era la gran cosa, pero para mí sí que lo fue. Mamá había dejado al fin de trabajar gracias a los ahorros que dejó papá. Y yo, tenía una vida plena asegurada. Y aunque parecíera que trabajaba mucho, no era así, mi obsesión por tener las cosas a tiempo y adelantadas en la universidad dieron sus beneficios.

Iba a trabajar al menos dos o tres días a semana entre el lunes y el sábado. Aproximadamente de 4 a 6 horas. Como tenía un calendario con el cual cumplir, dejaba las actividades repartidas, y asuntos pendientes listos para que cuando yo fuera. Solo tendría que corregir o pedir que volvieran hacer las cosas y así, tener a tiempo a la hora de presentarlo en las juntas.

Me había ganado el respeto y admiración tanto de mis subordinados como de los demás jefes de departamento. Sobre todo de Todoroki y Uraraka. Los cuales para buena hora, habían regresado unos días luego de que su padre falleciera.

Me parecía una muy baja jugada de parte de el bicolor. Pero yo ya no tenía cabida en ese asunto, podría haber sido un amigo pasajero de Uraraka y su asistente. Cómo ella dejó en claro ese día, yo no la conocía y solo había sido empático. No eramos amigos, solo acompañaros o conocidos.

Aunque de verdad creí que me tenía un poco de estima como el que yo llegué a tenerle...

Subo mas escaleras hasta mi departamento. Es un sencillo departamento de soltero, lo que esperarias que cualquier chico de mi edad conseguiría. Mamá me pregunto ¿Porque no compre una casa propia?, Una pequeña no necesariamente una gigante y ostentosa.

Y le dije que sería demasiado para una sola persona, añadiendo que cuando me quedo solo y no salgo con Kirishima y Denki, o con Iida, Shoto o Ojiro y Hagakure la casa... Se siente muy sola y asfixiante.

Y eso que solo es un departamento de cuatro habitaciones...

Mi teléfono vibra en mi bolsillo delantero, trato de sacarlo pero tengo las manos ocupadas con las compras.

Creo que compre demasiado...

Dejó en el suelo una de las bolsas y por fin accedo a mi bandeja de mensajes. Es la conversación con Uravity.

Tuvimos un par de encuentros más, fuimos a un karaoke cerca del lugar de nuestra primera cita. No tuvimos nada... Íntimo, pero si fue divertido. Tiene una linda voz, es muy divertida, inteligente, amble y dulce.

Fuimos solo nosotros dos en esa sala contra sonido, micrófonos, comida y bebidas. Si pudiera darle un nombre a ese encuentro, fue más una cita entre personas que están dejando pasar el tiempo y desaburrirse, como amigos.

Creo que solo quiere sexo y un amigo, supongo...

De verdad que mi vida tubo muchos cambios, creí que podríamos formalizar y que, me dejaría ver su cara. Pero me equivoque, tanto con Uraraka como con Uravity.

¿Acaso no me veo como un buen partido para las chicas?

Suspiré al fin entrando a nuestro chat. Los últimos 4 días me había estado dejando en visto, y contestando cortante y declinando alguna otra salida. Se sentía diferente en su forma de escribir, como si me quisiera lejos o, deba a entender que ya no le intereso. O, a lo mejor solo es paranojia mia y solo ha estado ocupada.

Lo lamento.
4:19 p.m.

No entiendo a qué se disculpa, espero a que escriba algo más, pero de un momento a otro solo me mandó una foto. Y su foto de contacto desaparece dejando una sombra gris como referencia.

La imagen es una foto de una caja enfrente de una puerta verde. Me recuerda a...

Las de mi edificio

Tomo la bolsa que deje en el suelo y corro escaleras arriba para poder llegar hasta mi piso, disminuyó mis pasos intentando sacar la llave de mi departamento. Me dentego y hay unos cuantos vecinos y el vigilante del edificio.

—Ahm... ¿Les puedo ayudar en algo?—, pregunto en lo que me abro paso para llegar hasta mi departamento, el cual es el 420.

—Buenas tardes Midoriya-san. —El señor de la tercera edad se acerca serio y imperturbable. —Me mandaron a llamar porque alguien sospechosos dejo un paquete en tu puerta, al ver a la señorita Ueno salió corriendo cuando está intentaba preguntarle si buscaba a alguien.

Miro por encima de su hombro, y efectivamente ahí está esa caja de la foto frente a mi puerta.

—Si, lo dejo una amiga pero es muy tímida. —Trato de sonreír pero creo que no lo consigo del todo, para relajar a las personas. —Debio venir a dejar unas cosas que le preste, no es algo por lo que preocuparse no va a explotar.

Me abro camino entra las personas, y abro mi puerta para meter la caja con el pie y dejar las bolsas en la entrada.

—Lamento el alboroto, espero no haber causadole problemas a nadie. —Doy una pequeña reverencia en disculpa, —si me disculpan.

Cierro la puerta sin esperar a que se vayan y por el rabillo de la puerta miro como el señor Takeda les pide que se retieren. Todos comienzan a esparcirse lejos de mi frente y puedo suspirar aliviado.

Miro esa caja, y me preguntó ¿Que contiene?

Me siento en la entrada, me quito mis zapatos del trabajo para poder entrar en la cómodas pantuflas. Mis dedos lo agradecen, tomo las compras y les dejo en la mesa del comedor, regreso y también tomo entre mis manos la caja. No es muy grande, ni pesada.

Tomó asiento y procedo a ver su contenido.

Cuando la abro miro un par de cartas, el antifaz que uso Uravity en todas nuestras salidas y ciertos recuerdos a los lugares que fuimos.

¿Una caja de recuerdos?

Tomo una de las cartas y abro está, es roja y en su interior tiene una hoja con su letra.

Tiene una letra linda y delicada

Comienzo a leer, esperando disipar las dudas que tengo por ese inesperado ¿Paquete?

Querido Deku-kun

Lamento que tenga que ser así pero, ya no puedo seguirte viendo. Mi vida a cambiado mucho, y entre ellos alguien que es muy importante para mí regreso a mi lado y no puedo seguir teniendo citas contigo por lealtad a lo que tengo con este chico.

De verdad espero puedas perdonarme, sé ambos llegamos a tener sentimientos por el otro. Desde un inicio lo nuestro dio indicios de que podría resultar algo muy bueno y duradero pero... Lamento que ya no podrá ser así.

Las salidas que tuvimos fueron lindas y muy encantadoras te encargaste se de que así fueran. Eres una chico fantástico, y estoy seguro que cualquier chica estaría agradecida de tener la oportunidad de que la mires como si fuera un hermoso arcoiris en un día lluvioso.

Y lo sé porque, así me haces sentir pero, lamentablemente ya tengo a alguien al que debo amar y no sería justo para él, ni para ti que los dejara esperando. Nadie merece ser la segundas opción, ni plan de repuesto...

Lamento si te hago sentir así en este momento con decirte que ya no podemos seguir viéndonos. Espero puedas perdonarme, porque estoy segura que de los dos el que más quiso al otro y se ilusiono... Fuiste tú.

Tu cobarde amiga y amante, Uravity.


Una gota cae en el papel entre mis manos. Parpadeo reiteradas veces y me percato de que en silencio mi corazón a comenzado a sangrar, partirse de a poco con cada palabra.

¿Así se siente el primer corazón roto?

Arrugó la hoja entre mis manos y la acercó a mi frente. Varios berreos se deslizan de mis labios, son silenciosos pero el dolor en mi pecho es tan estruendoso como un espejo estrellandose contra el piso. Asiendose añicos...

Así es como acaban de dejar mi corazón.












~

Aguardaaaaa *se cubre con sus brazos* antes de que me apedrees. Esto se veía venir, osea ¿qué esperaban? ¿qué la Kirby se anduviera comiendo a los dos?

No señoreees, podrá haber tenido sus momento de fuck girl pero no significa que sea una zorra que juega con los sentimientos de los hombres. Porque ella es fiel creyente de: no hagas lo que no te gustaría que te hicieran.

Izuku está por pasar por otro cambio en su vida. Todos sabemos perfectamente que una persona cambia por dos razones: atendió mucho o le rompieron el corazón.

Sin más, me voy. Bye.

Recuede comentar y votar es amor, gracias por leer.

Maleficent ✨🖤 y mamá pequitas ✨💚 ¡Fuera!

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