30. Mas de dos fundadores.
30. Mas de dos fundadores.
Decidida regrese por las calles, al ser temprano en un sábado no había tanto tránsito y di vuelta en U en una calle donde podías hacer, pero con precisión. No como Leti, la novio de Toreto en una de las películas de Rápidos y Furiosos.
En menos de lo que pensé Babe del auto estacionado, y mire como el pelirrojo estaba en una llamada. Lo vi rascarse la nuca y temí lo peor. Y
Tendi a correr y me le fui encima, los dos caímos al suelo yo sobre este.
—¿Es él?
—¿Cómo?—, respondió confundido.
—¿Estas hablando con Deku? —. Cubrí con mi palma la bocina de su teléfono.
—¿Deku? ¿Te refieres a Midoriya?—, asentí repetidas veces mirando como intercalada miradas entre el dispositivo y yo. —S-si pero-
—Por favor dime qué no le has dicho quien soy.
—No, pero yo estab-
—Déjame explicarte por favor, prometo que te contaré todo pero deja que se entere por mi—, dije eso tan rápido que mi mandíbula dolió cuando formule una palabra.
Lo veo dudar, una sonrisa torcida de inconformidad aparece en sus labios y siento que perdí y le dirá todo aunque se lo hinplore. Unos segundos después cierra los párpados y tira su cabeza hacia atrás, soltando un suspiró.
—Ahm si... Midoriya tendré que colgar, te cuento luego, lo prometo. —Regreso su cabeza a la normalidad y me regala una sonrisa que me tranquiliza.
Toca la pantalla de su celular y oigo el sonido de llamada, logrando calmarme.
—De verdad muchas gracia-
—¡ARRASTRADA QUE HACES ENCIMA DE KIRISHIMA!
Una voz de mujer me hace darme cuánta encima de que estoy. Siento los cuadros y pectorales bajo mis manos y eso me hace sonrojarme.
—¡YO-YO YO LO!-
—¡Quitatele de encima suripanta!—, grito de dolor al sentir como me toman del cabello halando el cuero cabelludo.
—¿¡Pero que te pasa!?—, desgarro mi garganta con gritos de dolor y reclamos. —¡Fue un accidente, no es lo que!-
—SI CLARO, NO ERES LA PRIMERA QUE SE LE VA ENCIMA—, consigo librarme de su agarre con la intervención de Kirishima.
—¡Jirou basta, la estás lastimando!—. Abraza a mi atacante por la cintura y me alejo de su alcance.
—¿Es tu novia o algo?
—No, es la mejor amiga de mi novio. —Eso explica algo, creo.
—¿Jirou, verdad?—la pelimorado está más tranquila, aunque sigue con una acelerada respiración que le hace subir mucho su pecho.
—Para ti soy señorita Jirou —, dice con riña y una voz algo venenosa.
—Esta bien, está bien—. Alzó mis manos a la altura del pecho, en señal de paz y rendición. —Soy una clienta de aquí, solo choque con Kirishima-kun cuando venía corriendo. Nada más, no más, solo eso.
—¿Esperas que te crea?—, una de sus cejas se alza por el nivel de la otra, sigue moleste y no me creerá nada.
Miro con súplica y auxilio a su retenedor.
—Jioru, es la verdad. Sabes perfectamente que yo no podría engañar a Denki, —ese nombre me suena, su tono de voz es dulce y calmado. Es el timbre que usaría alguien que está seguro de lo que dice, cuando no ocultas nada. —Yo lo amo.
—De acuerdo, te creo pero ni se te ocurra ocultarle esto. —Se safa de su agarre y nos señala a los dos.
—Claro que no, yo mismo le diré lo que ocurrió. Contigo presente si eso te hace sentir más tranquila. —Acaricia sus cabellos y los revolotea un poco.
—Deja de tratarme así, odio la miel que derrochas. —De un manotazo quito su toque de ella. —Dejale eso a la abejita, a él que le encantan esas cursilerias y melosidad que desbordas. A mí me empalaga.
—Yo también te quiero, —rie mostrando todos los dientes. —Ahora si, te presento a Uraraka Ochako ex de Todoroki y futura novia de Midori-
—¡Kirishima!—, me abalanzó sobre el de nuevo y tapo con ambas manos su boca. —Se supone que es un secreto.
—¿Eres la ex de Todoroki?—, su tono ya no es molesto, solo sorprendido y confundía.
—Aaahh...—, suspiró. Alejándome del toque de Eijiro por el ceño fruncido que aparece de nuevo en la chica—si, lo soy.
Me resigno de negarlo, de todos modos ya se lo dijo el dientes de tiburón.
—¿Y ahora tienes algo con Midoriya?
Asiento de nueva cuenta.
—¡Ay carajo!
—Por favor tengo que hablar con ambos para que entiendan todo, y no le digan nada a ninguno de los dos—, suplico juntando mis manos como si les rezará a dos deidades.
—Yo ya acepte cuando colgué la llamada, ¿y tú, Jirou?—el más alto cuestiona a su amiga y esta se cruza de brazos.
—Como sea, mientras no juegues con ninguno y todos salga bien. —Deshace su cruce de brazos, —te escúchamos.
~
Salgo de la oficina y me dispongo a trabajar en lo que tengo aun pendiente. Me dejo caer en la silla, tomo mi teléfono personal y los audífonos necesitando dejar de pensar. No quiero pensar, necesito no sentir.
La tonada de uno de los tantos openings de Naruto Shippuden suenan entre las neuronas, recordando en que parte de la trama formo parte ese pegadizo tema.
Aunque intentes ahogarme seguiré recurriendo a decirte lo correcto
No quiero oírte ahora
Pero lo necesitas
DIJE QUE NO
Una lágrima resbala por mi mejilla, estoy algo desconcertado porque de verdad me lastimen sus palabras. Cuando si son ciertas, no debería importarme.
Hay tantas emociones revoloteando en mi pecho y mente que solo quiero centrarme en algo más. Y dejar de sentir.
La forma en que ellos se abrazaban, se miraron y se veían tan bien juntos me hace sentir un terrible ardor en el medio de mi pecho. Pero a la vez, una rabia contra mi, me hace no pensar tanto en lo tan bien que se ven juntos.
Es una irá sin vergüenza, porque no somos nada, no vine a eso a esta empresa. Vine a trabajar, y ayudar a mamá, ahorrar y comenzar mi vida y emprender mi sueño propio. No bien a eso, vine a...
Vivir una vida tranquila y aburrida.
Porque así es donde estoy a salvo, cómodo y lejos de dramas y problemas.
De todos modos, no somos nada ella mismo lo dijo, y tú ya tienes a Uravity no necesitas preocuparte ni encandilarte de otra persona...
Miro enfrente mío, tengo una figura tapándome la luz con su sombra. Retiro uno de los auriculares para atendarla.
—Quita ese ceño fruncido, —su dedo pega en el lugar entre mis cejas, disipando las arrugas. —Hace que te veas enojado, y nadie es lindo cuando esta molesto. Aunque...—Sus iris bailan de arriba a bajo sobre mi. —A ti te hace ver sexy.
—¿Ahora qué quieres? —con molestia quito mi vista de su cuerpo, acomodo los documento que tuve que ocupar antes.
Los regreso a sus respectivas carpetas, y sobres para acumularlos todos en una columna de documentos.
—Vine por petición del jefe. —Eso hace que me encoja de hombros, inquietándome. —No te asustes, dice que quiere hablar de algo bueno contigo.
—¿Algo... bueno?
—Si, así es. —Se sienta en el borde de mi escritorio, de lado, logrando que su blusa se suba y deje expuesta parte de la piel morena de la espalda baja, ahí donde descaradamente se encuentra a la vista su ropa interior.
El cual es una tanga negra.
Aparto mi mirada y cierro los iris alejando esa imagen que mi cerebro quiere comenzar a retratarla por completo.
—Sigues reprimiéndote, ¿Cuándo entenderás que entre más acumules algo esto terminará por desbordarse de su contenedor? —, su petulante tono de saberlo todo me irrita.
—No estoy reprimiéndome de nada, creí haberlo dejado muy claro en el baño la otra vez. —Me levanto y atraigo la pila de carpetas para pasar a dejarlas a recursos humanos para luego, ir a ver a Enji-san.
—Ooh pero lo haces, ¿no es así? —, mira mi entra pierna y se saborea los labios sin despegar la vista. —Tu cuerpo habla por si solo.
—Una cosa es que no pueda evitar sentir algo por tus provocaciones y otra a que sea un maldito abstenido sexual, —la encaro, viendo un destello de deseo desenfrenado en sus iris. —Soy humano, no soy de piedra Mirko.
—¿Tú también me comenzaras a llamar así?
—¿Te molesta?
—No, al contrario... —se acerca a mi y toma mi mentón para que la encara. —Me excita.
—Eres muy rara...
—¿Me lo dice el que gusta de ambas personas y no sabe que son la misma?
—¿Qué se supone que significa eso? —. Retiro su toque con un movimiento de cabeza y comienzo a dirigirme a el departamento donde viven estos documentos.
—Lo descubrirás tarde o temprano, bye bye conejito nervioso. —Escucho que se despide y yo solo sigo mi camino hasta dar con la entra al departamento de administración de recursos humanos.
Regreso en sus palabras y al darle un poco de importancia, solo le estaré dando el poder de mis pensamientos. Queriendo disipar las dudas que planteo llendo a buscarle, así que agitó mi cabeza para deshacerme de si quiera, querer ir a preguntarle a qué se refiere.
Lo que menos quiero es deberle algo
—Tome prestados estos expedientes para realizar un proyecto, lamento traerlos tan tarde. —Hago una reverencia y la señorita me sonríe para que no me preocupe.
—No hay problema, no es como que alguien más los halla necesitado en el tiempo que los tuviste. —Carga con ellos y esta por irse cuando se detiene con estos en brazos. —¿Eres Midoriya, no es así?
—Si, lo siento no me presente. —Le ayudo cargando la mitad de las carpetas. —Midoriya Izuku, de el departamento de finanzas. Soy el nuevo asistente de la jefa de departamento.
—Así que tu eres el nuevo Diaval de Maléfica. —Me sorprendo de oír ese apodo para referirse a Ochako, y no tengo idea de quién es Dianal... Dianal... Eso que ella dijo. —¿Cómo estás? ¿No es muy dura contigo?
—La verdad es que no, ¿Por qué le dicen Maléfica?
—Ah, ¿no sabes la historia?
—¿Qué historia?
—Bien te contare, pero no le digas a nadie. —Asiento ante su petición, llegamos a lo que es al parecer el lugar correspondiente de los documentos. —Van aquí.
Señalo un estante con ciertos lugares vacíos y desperdigados. Mire las etiquetas de cada folder beige y los coloque en su letra.
—Cuando la señorita llego a esta empresa, era todavía una niña, pero una muy dotada y habilidosa. —Comenzó a relatar en lo que poníamos todo donde debía ir. —Trabajo tan duro que consiguió el puesto que estaba destinado a ser de la señorita Mirko. Eso le hizo ganarse una enemiga en esta empresa y bueno, también era muy fría, estricta y exigente con todos los empleados. Al ser la hijastra del jefe, nadie le ponía contienda o la enfrentaba. La única aliada que tenia era su antigua secretaria, una señora de la tercera edad con la que se llevaba muy bien. Pero tuvo que dejar de trabajar porque su cuerpo ya no se lo permitía... Eso y el incidente de que alguien la empujo por las pequeñas escaleras del primer piso, la señora asegura que fue una mujer, pero, no vio al responsable. Uraraka-chan cree con creces que Mirko es la que la lo hizo, sabia que si le quitaba a la que dice la morena que hacia todo por la licenciada no podría mantener el puesto y se lo darían a ella.
Me dijo todo esto con un tono neutral y analítico, no burlón o sarcástico.
—Lo cual no fue cierto, gracias a Dios la señora Sahori no se lastimo de gravedad. Luego de esto pues, comenzaron a llegar los posibles reclutados para el puesto de asistente. —Terminamos de dejar todo en su lugar y emprendimos el recorrido para salir del almacén, —la candidatura de competencia para el próximo vicepresidente de la empresa también comenzó, pero creo que eso ya lo sabes. Muchos dicen que los anteriores a ti fueron sobornados para enamorar Uraraka-chan y así, luego de eso romperle el corazón. Todo planeado desde las sombras por Mirko. Pero no ha habido pruebas, una de las grandes oportunidades que si perdió tu jefa fue poder ser gerente de una de las sucursales en Corea del Sur, pero de nuevo la mala suerte estuvo de su lado. El plan de estrategia que tenia que entregar para el 15° aniversario de la empresa fue arruinado por su asistente y Mirko. La presentación de Powert Point se convirtió en un álbum de fotos de el chico y ella en una cena, luego en un karaoke y demás salidas para finalizar en un video donde los dos entraban a un hotel que esta a unas calles de aquí.
—¿Y qué sucedió después?
—Luego de la humillación, y el chico negarse de haber sido participe de ello. Entrego otro plan para el aniversario y otras más para optimizar el ascenso de la sucursal de Corea. Muchos dicen que para deshacerse de el que fue su traidor, le dio el visto bueno a todos sus trabajos para que su tío lo enviara lejos del país. Al parecer ella si había comenzado a sentir algo por su asistente. Desde entonces se volvió aun mas cruda, seca y estricta. De ahí el apodo Maléfica, dicen que la reina malvada era buena antes de que le rompieran el corazón y le quitaran sus alas, ¿no?
—Entiendo, ¿entonces por eso Mirko no se cansa de querer caerme bien?
—Si, la he visto rondarte mucho. Si fuera tú, tendría cuidado. —Me advirtió, lo que la chica de castaña cabellera clara y iris grises no sabía es que, Uraraka había plantado algo en mi, mas que una bonita amistad. —Por cierto, soy Toru Hagakure, es un placer conocerte, Midoriya-chan.
—El sentimiento es mutuo, gracias por contarme. —Nos despedimos con un apretón de manos.
—Cuando gustes, puedo contarte más. Sé todo acerca de todos, me gusta estar bien informada.
—Lo tendré en consideración, hasta luego.
Con toda esa nueva información en mente, entendí porque al inicio de todo me trato como me trato. No confía en nadie, por culpa de lo que hizo su primer asistente con ayuda de Mirko. Agregándole que le quitaron una oportunidad única en la vida.
Por eso Uraraka-san no me deja encargarme más allá de los por menores de todo lo que hace...
Seguí caminando y sin darme cuenta, la puerta del dueño de la empresa apareció en mis narices. Sin creerle a la peliplatinada trague grueso por mi garganta preocupado.
Me asegure que mi vestimenta estuviera en orden, me quite los audífonos que, al parecer no retire y decidí guardarlos en mi bolsillo.
Tome aire, una gran bocanada y la deje salir para al fin armarme de valor y tocar.
—Adelante.
Luego de ello, abrí la puerta, mire dentro y me sorprendió lo lujosa y aún más grande que era su oficina. Si la de Uraraka reflejaba su importancia y poder en la empresa, entonces no es de tan algo rango como creía.
—¿Me mandó a llamar, Enji-san?—, ingresé en la habitación, cerrando detrás de mí y percatándome de que no estábamos solos. —Bu-buenas tardes.
—Hola, hijo.
Cuando me acerque por fin, pude ver a mi madre sentada en un asiento tan alto de espaldar, que la cubría. Si no me llama por ese adjetivo, no me hubiera dando cuenta hasta estar a su lado, que era ella.
—¿Mamá?—. Sorprendido y confuso, camine hacia ella, preocupado. —¿Que haces aquí? ¿Pasó algo? ¿Estas herida?
—Si, estoy bien, Izuku. Vine porque me llamo el señor Todoroki.
—Por favor, dígame Enji. —Dejo de mirar por la gran ventana y tomó asiento detrás de su escritorio. —Toma asiento, Midoriya.
Señaló con su mano la silla libre al lado de mi mamá, y con algo de duda y incertidumbre hice caso a su petición.
—Los contacte porque, hay algo que tienen que saber. —El tono de seriedad y el ambiente me impacienta, y me hace preocuparme tanto que cruzó mis manos y la tengo sobre mi boca, al igual que se sostienen en mis rodillas. —No te pongas así muchacho, no es realmente malo.
Eso hace que me relaje un poco, pero la seriedad y frialdad sigue ahí. Inquebrantable y nerviosa.
—¿Mi hijo hizo algo ma-?
—No, no, por supuesto que no. —Se apresura a negar antes la interrogante de mi madre, —todo lo contrario, ha sido un muchacho muy eficiente y ha demostrado sus capacidades. Es un buen hombre, lo educó muy bien señora Midoriya.
—Tuteeme por favor, si me dice señora me hace sentir vieja. —Sonrie, y yo también eso a aliviado un poco el ambiente.
—De acuerdo, Inko. —Lo veo sacar algo de sus cajones y, al encontrar lo que busca lo deposita enfrente de nosotros.
Los miro con curiosidad, intercalo miradas entre el pelirrojo y la carpeta negra.
—Adelante, pueden revisar su contenido. —Con un asentimiento de cabeza señala la carpeta, con cautela la tomo y mi mamá me la arrebata.
—¿Mamá?—, confundido miro como se pone a leer los papeles y conforme avanzan sus iris por la hoja, se detiene acerca la carpeta más a su cara y luego la aleja, es una manía que tiene y hace cuando no cree lo que ve. —¿No entiendes en cierta parte?
—No puede ser, n-no no es cier-to... —Comienza a tartamudear y sus párpados se cierran, y de estos bajan gotas de llanto, la voz se le quiebra. —¡Eres un idiota, Hisashi!
Confundido, trato de arrebatarle los documentos pero no los suelta. Miro con súplica a el señor enfrente de mi, desconcertado, y con los ojos pidiendo una explicación.
—Lo que acaba de leer tu madre es el contrato original de esta empresa, el cual estipula que con la muerte de el padre de Uraraka se abriría paso de un 33.3 % de las ganancias que pertenecen a uno de los fundadores de este negocio. Sin embargo, estarás preguntándote ¿Pero no solo eran dos los fundadores de Endeavor?—, vuelve a levantarse y se dirige a un costado del cuarto para tomar una botella de agua de un refrigerador pequeño, para dárselo a mi madre. —Tenga, sé que debe ser mucho que procesar.
Ella acepta la botella, y un pañuelo que saca de su saco Enji-san.
—¿Y no es así?—, siento que mi celo se frunce en desconcierto y desasosiego.
—No, no es así. —Niega, se coloca en una de las esquinas del mueble de madera negra, justamente a mi lado en una esquina. —No es casualidad que te ofreciera trabajar conmigo muchacho. Lo hice porque lo prometí hace mucho tiempo, a tu padre.
La mención de mi papá me hace regar grueso por mi garganta, siento que he perdido toda función de mi inconsciente. No recuerdo cómo tragar por si solo saliva y en el proceso me atraganto con mi propia saliva. Toso un poco, mi mano evita que sea ruidoso.
—Ten, no quiero que mueras antes de saber todo. —Me extiende una botella de agua, ¿En que momento trajo otra?.
Bebo y casi me la termino en un trago.
—¿Mejor?—, asiento y escucho aún a mamá llorando en silencio. Busco su mano y la tomo, dándole un apretón para que sepa que sigo ahí con ella. Me regresa el apretón y los dos miramos a el hombre delante de nosotros para prestarle atención. —Bien, conocí a tu padre cuando íbamos en la universidad. No los aburriré con la historia de la empresa, porque es la misma que todo el mundo conoce solo que envés de dos soñadores éramos tres. No estuvo con nosotros desde un inicio porque tenía deudas, tu madre sabe que le debía a gente de mala reputación. Entonces si ellos se enterraban que tenía dinero, aunque Hisashi pagará no lo dejarían en paz, ni a él, no lo que más amaba. A su esposa y hijo que venía en camino. Entonces le di un trato, trabajar con nosotros como alguien por menor ganando un salario decente fuera de Japón, en Estados Unidos. Donde él levantó varias sucursales.
Todo comenzaba a pasar por mi cabeza a una velocidad increíble, los mementos juntos, los pocos recuerdos de él. Llegando en las noches, de un vuelo de horas. Con muchos regalos, quedándose días contados y yéndose para regrese semanas, hasta un mes después.
—Tu padre murió en un accidente, no creas que las personas lo buscaron o algo parecido, no estamos en un serie de Netflix muchacho, tu padre hizo mucho por esta empresa. —Puso su mano en mi hombro y lo volví a enfocar, no sé cuándo es que deje de verle a la cara. —En el contrato, se estipuló que con la muerte de uno de nosotros, el ocuparía sus acciones de hasta ahora se acumularon en una cuenta y, alguien tendría que hacerse cargo de un puesto importante aquí en la empresa para poder cobrar ese 33.3%. Y ese alguien, eres tú.
¿Se supone que este es el inicio de mi vida adulta?
~
Y si, ahora aparte de amantes, compañera de trabajo, amigos y posibles novios... Deku y Uraraka ahora son rivales y socios.
No tengo mucho que explicar la verdad, todo lo explica Enji, el solo está siguiendo la última voluntad de su amigo Hisashi.
La canción en multimedia representa como está apunto de sentirse Deku referente a que su vida está apunto de cambiar totalmente. Hablando de su ámbito económico y social. Sus mañanas ya no van a ser las mismo, de un asistente a un jefe de departamento porque su padre le dejo una tercera parte de una empresa como herencia.
Demonios Hisashi, al menos le hubieras dejado una carta o algo. Eres un padre muy misterioso.
Bueno eso es todo, disfruten sábado de el asistente.
Recuerden comentar y votar es amar, gracias por leer.
Maleficent ✨🖤 y mamá pequitas ✨💚 ¡Fuera!
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