3. Desapercibido y exigencia
3. Desapercibido y exigencia
Si las risas fueran parte del mar, lo que pasaba aquí y ahora, en la madrugada cerca de ese lugar que es el inicio y final del cielo con el mar, las expresiones de felicidad de mis amigos serían unas grandes olas que sin mucho deparo, sorfistas las montarian.
—Kaminari ya cumpliste, ahora ve y vístete,—nuestra amiga rockstar le lanzó una de las toallas a las nalgas descubiertas.
Un desnudo rubio con las manos en la entrepierna se le acercó, se quitó las palmas de dónde las tenía y movió la cadera en círculos.
—¡EL HELICÓPTERO, NENA!
Todos volvimos a reír por como Denki movía su sin hueso, era muy gracioso. Jiro se tapo la boca alejándose del miembro de mi amigo. Estaba roja de la vergüenza pero eso no evitaba que sus risas explotarán en su mano ni dejará de mirarle.
—Ya Denki-bro, va a morirse de la vergüenza,—Kirishima le aparto de la pobre chica toda roja, y por fin logramos recuperar el aliento.
Hasta Todoroki había carcajeadose del baile de el de ojos dorados.
—¿Alguien vio mi pulmón?—, pregunto en broma muy agotada Mina.
—¿Y el mío?—, la secunde sosteniendo mi estómago con mis brazos, me dolía de tanto reír.
Denki regreso vestido con un short negro de deporte y una camisa a medio abdomen.
La verdad era que todos ya estábamos más que borrachos. Hasta Iida estaba a nada de ir y soltar el estómago por la boca en el mar. Yo por mi lado me sentía tan ligero, feliz y me reía mucho, hasta de lo más absurdo.
—Bien ahora yo, ¿Momo verdad o reto?—, Denki termino de tapar su desnudes, y como si no hubiera perdido más dignidad de la que creo, ya ha perdido toda su vida, le pregunto a la chica de cabellos azabaches.
—Uhm... Reto.
—Esta vez no te me escapas, te reto a sentarse en el regazo del iceberg y balancearte sobre él.—La señalo con su dedo índice el cual sostenía una cerveza recién abierta.
—Denki no creo que...
—Reto es reto, ¿o no, Mina?—El rubio le pregunto a una de sus fieles amistades para que le respaldará, callándome de por medio.
Momo y Todoroki tenían una clase social muy parecida y si, tenían una química y tensión sexual peor que la que Denki tiene por Kirishima combinada con la de Sero y Ashido.
—Asi es, ahora quiero ver arder Troya, ¡el caballo de invierano arderá!—, grito alzando su preparado de alcohol, y se lo termino de una empinada.
—No te preocupes Midoriya, puedo con ésto.—Me agradeció mi un tanto amiga fresa, trsnqulizandome al mostrar su decisión y caminar elegante de siempre.
Se acercó ante un Shoto que tenía todas las pocas neuronas que no eran lentas muertas por el alcohol, y se sentó en sus piernas. Con las suyas a cada lado, manos en hombros del más alto.
Todos miramos atentos que por fin esa aura de tensión sexual por fin colisionaba cuando se miraron.
Alguien tráigame un pote de palomitas
Al no tener esos granos de maíz para calmar las ansias de lo que estaba sucediendo, mordí mi dedo pulgar repetidas veces.
—No te preocupes, solo es un reto.—Shoto como el lento o caballero que era, trato de desaparecer -si es que tenía- las dudas de si hacerlo o no de la mujer que tenía encima.
—Para ti lo es.
Luego de esa fuerte declaración que cambio por una muy sorprendida expresión del rostro estoico del albino-pelirrojo, ella comenzó a menearse, rozando sus intimidades.
—¡Esa es mi perra!—, Mina alego el coraje de su amiga.
—Siento que hará falta otra tienda para ellos dos después de esto,—me comento Tsuyu-san, sin dejas de mirar la íntima escena.
—Si, también lo creo.—Asentí, tratando de esconder detrás de mi bebida mi sonrisa de felicidad y triunfo.
Shoto y Momo-san habían tenido momentos muy leves entre todo el tiempo que nos conocemos. Pero ninguno se arriesgo a nada porque mi amigo aún tenía el corazón herido por su rotura hace un año. Y Momo nunca movió sus cartas con él por respeto a su relación diciéndonos.
—No hagas lo que no te gustaría que te hicieran.
Pero ahora nuestro inexpresivo amigo estaba siendo seducido por la chica que también tenía sentimientos por ella. Era un hombre libre, y por ello no me preocupe al ver que Shoto coloco con mucha lentitud dudable sus palmas en los costados de las caderas de Momo. Marcando un ritmo más acelerado, los dos exhalaban y gemían para ellos mismos.
—¡Bueno bueno!, creo que es suficiente. No queremos que se desnuden aquí,—Kirishima de nuevo siendo la voz de la razón está noche, los detuvo.
Eso hizo que regresarán a la realidad, fue surreal ver cómo la cara de los dos se coloraba al mismo tiempo. Sin dejar de enfocarse, como un robot oxidado Yaoyorozu se levantó de su asiento humano y regreso de reversa a el tronco dónde estaba antes sentada.
—¡Saben que estoy cansada!—, exclamo Momo saliendo de su trance muy repentinamente.
—Si es algo tarde, deberíamos ir...
—No me refiero a eso,—Momo callo a Iida el que ya estaba en el procesó de desmayarse.—, Todoroki-san es obvio que me gustas y yo a ti. ¿Cómo enfrenterás mi confrontación?
—Yo...
Las neuronas lentas y alcohólicas de Todoroki apenas y estaban recuperándose del corto circuito de hace unos segundos.
—Lo hablaremos después, lo prometo Yaomomo.—Por fin sentenció el heterocromático.
Ella solo asintió en silencio, mirando la arena.
—¿Porqué no mejor hablamos de la estúpida dinámica de este noche?—, Kyoka fue muy oportuna con esa pregunta, todo este día parecía estar salvando la situación y diciéndo lo que no queríamos dejar salir de nuestra mente.
Mi pareja destinada...
Remomerando los momentos de hace unas horas, una sonrisa que no temi esconder se abrió en mi cara. Mire el cielo, hermoso, infinito, con rocas de gases a miles de kilómetros de mi. Simplemente excelso, como el recuerdo de sus labios con forma de pétalos de rosas, orejas delicadas y diminutas, pestañas que rodeaban esos pares de perlas que eran tan parecidos a dos caramelos, acompañados de la sonrisa más pura y brillante que ví en mi vida.
Uravity deseo verte de nuevo...
—Yo no quise estar con mi pareja destinada,—Todoroki declamo para Momo, viéndola.—No creo en el destino, yo voy por lo que quiero.
—¡Fuertes declaraciones!—, de nuevo el cuarteto escandaloso grito mirándose entre si.
Ojalá pudiera tener el valor que tiene Todoroki
Voy a esperar que ella me contacte, no quiero precionarla o parecer desesperado. Lo último que deseo es alejarla, de verdad quiero conocer mejor a esa chica que me mostró algo que nadie más en su vida vio hasta ahora, solo yo pude ver esa faceta suya y estoy completamente encandilado de ello. No me imagino cuan perdido estaré si conozco más de su carácter, costumbres individuales, palabras que más usa que hacen recordar a cada persona cuando la oyes en boca de otros. Deseo conocer ese cosquilleo que me hace anhelar enamorarme de cada fracción de su rostro que forman todas sus expresiones.
Me está haciendo perder la cabeza de solo pensar en su voz en mi clavícula, su mirada en la mía, sus labios soplando aire en los míos, sus dedos recorrer y hurgar en mis cabellos.
Creo que estoy... Perdido
—Pues yo si creo, la chica que me gusta me tocó bailar con ella.—Un Iida que creíamos ya estaba más haya que acá en la tierra de Morfeo, hizo acto de presencia trallendome de nuevo a la conversación. —Camie es bellísima, me compadezco de ella que le tuvo que tocar bailar con un nerd nada cool como yo...
—Hay Tenya ya te dije, a Cam le gustas tú. Dice que eres su príncipe azul, deja de denigrarte—, Tsuyu-san se levantó de mi lado y fue a sobarle la espalda, este estaba tirado sobre su estómago en el tronco al lado de Momo.
—No quiero ser un príncipe, quiero ser alguien real para ella. Me ha idealizado mucho...
—Creo que tiene razón,—comente sin pensar, ganandome una mirada de pocos amigos de la de iris verdes.—Pe-pero Asui...
—¡Dime Tsuyu!—, la mirada se le aseveró aún más.
—T-tsuyu-san le hable mucho de ti, ¿no es así?
Está asintió en dirección a el de lentes sobre ese tronco, este sonrió con un poco de esperanza entre tanta tristeza en los labios.
—Ese chico, él de la dinámica... La verdad me trató bien pero, no pude dejar de pensar en otra... Otras cosas.
Momo tomo la palabra y rumbo de la conversación, para que nuestro embriagado amigo rectitud dejará de lado sus inseguridad.
—Vi que era muy atractivo,—comento Mina, ahora fue nuestro turno de mirarla mal, a excepción de Todoroki, como hace unas horas se encogió de hombros en la limusina, con miedo.
—No era mi tipo, la verdad es que yo solo tengo... Un tipo de chico.—Con la bebida enfrente de sus labios, a centímetros de dar un trago miro a el chico bicolor, este también le acepto la mirada. —Solo fuí cortes, y cumplí con la temática, pero le dejé en claro a Awase-kun que me gustaba alguien más.
—De verdad que sí Todoroki no entiende estás indirectas muy directas, lo consideraré más idiota que Denki,—Sero susurro en mi oído, asentí ante su comentario, en total acuerdo.
—Lo que yo quiero saber, es ¿cómo Kirishima quedó con la cariñosa Melissa?,—Los ojos fueron a dar en el de cabellos fuego por la pregunta de Mina.
—Esa es una pregunta irracional, Mina.—Negué,—se supone que todo fue al azar.
—Lo dudo, siento que tuvo que haber algo torcido, ya que Melissa lleva prendada de él desde que lo vio.—Explico el porque de su pregunta algo innecesaria.
—Por algo se llamaron citas predestinadas.—Ese fue su respuesta para salvarse de un tema que estaba seguro, Eijiro no quería remover.
Y yo estaría igual, no me gustaría que la chica que me gusta oyera que baile con otra persona y, esa persona gustará de mi. Kirishima y Denki aún tenían que hablar y mejor no poner a quemar un tema que ni siquiera ellos habían encendido aún.
—Creo que será mejor que durmamos, mañana será el inició del fin.—Mineta quién había estado muy callado, sin sus bromas y comentarios sexuales nos saco a todos de un ambiente que comenzaba a tornarse tensó.
—¿Y tú Mineta?—, indague al ver que nadie le pregunto sobre su cita.
—¿Yo que?—, ya de pie en dirección a la tienda de los chicos, se detuvo.
—¿Con quién bailaste?
—No quiero hablar de ello...
Todos nos miramos unos a otros por un momento mientras yo, solo veía a ese chico algo pervertido pero buena persona alejarse. Con bolsillos llenados por sus manos, mirada en el cielo y postura algo... Abatida.
Mineta tenía una forma de ser que alejaba a las chicas, pervertido y lanzado en extremos desesperados si. Pero tenía un buen corazón, lo sabía por el simple hecho de haber estudiado con él toda mi vida universitaria. Pocas veces lo ví decaído por algo como las chicas, pero no como ahora. Siempre intenta hablar de ello y aparentar que no le afecto bromeando que la chica que lo rechazo no tenía el cuerpo que él buscaba.
Ahora era diferente, no quería hablar de ello, era obvio para mí y los demás que algo había pasado y no solo en la vida, sino también en el interior de ese pequeño de chinos.
Todos comenzaron a guardas las cosas, Shoto y Momo se dedicaron a apagar la fogata. Ayude a Sero, Kirishima y Denki a guardar todo con lo que se preparó y comió la barbacoa. Las chicas sin más, guardaron sus cosas traídas por Mina a la playa y se fueron a su tienda, poco después nosotros también.
Decidimos de manera silenciosa dejar a la parejita de indecisos, para que por fin hablarán de lo que Momo había soltado en cara de Todoroki.
Suerte Momo-san
~
—¡¿Cómo que los balances y cuentas de la última compra de casas no cuadran?!—, alsandome por encima de mi escritorio, me incliné gritando un poco en la cara de mi asistente,—¡te explique adecuadamente como hacer los cálculos dos veces! ¡DOS VECES!
—Pe-perdón se-señora Uraraka...
—¡Señorita que no he tenido hijos aún!—, golpee con mi puño cerrado en el escritorio.
—Licenciada Ochaco, el jefe quiere verla.—Miruko apareció en la puerta de mi oficina, con su despampanante postura en un traje blanco de falda, quedando perfecto con su tono de piel oscuro.—Yo me encargaré de... Esto.
—Aahh, bien. Todo tuyo.—Me levanté con los dedos en mi nariz, deseando un café bien hecho y no las barbaridades que mi secretaria y el inútil de mi asistente me servían cada mañana.
Dejando atrás todo el estrés de hace unos minutos me puse a pensar en la cuenta de este mes. Mi padre necesitaba de urgencia ese tratamiento experimental para su cáncer de pulmón, y mamá sus vitaminas de la perdida de memoria. Todo estaba callendo encima de mis hombros y ahora esto, una tarea que creía lista para ser metida en mi enlistado de pendientes ya realizados.
Pase los dedos de mi cabello tratando de con ello, deshacer un poco los nudos y si, en el proceso de sermón a mi inútil asistente se haya desarraglado ahora lo estaba peinando un poco, para darle la cara a el frío robot que tengo de jefe.
Revise mi ropa de ese día, que era un saco negro, con falta a juego y camisa rosa cerezo, sobre unas zapatillas de plataforma del tono de mi falda. Luego de revisar que todo esté pulcro y en su lugar, gesticule un permiso.
Ya dentro de la gran oficina del jefe, esperé a que dejará de ver a su costado. Ahí donde había una ventana algo grande, estaba mirando el atardecer de ese día.
—¿Me mandó a llamar, Enji-san?—, siguiendo las normas que él me sugirió seguir, le llamé por su hombre.
—Si, así es Ochaco.—Poso su mirada en mi, dejando de enfocar el hermoso ocaso que se perdía entre las estructuras de varios rascacielos.
—¿Y bien?—, termine de acercarme a su escritorio y tome asiento enfrente de este.
—Recursos humanos.
Carajo, no otra vez
—De nuevo,—jale mis cabellos con cada una de mis manos a los lados de mi rostro.—¿Porqué ninguno puede hacer nada bien?
—Ochaco, sé y creo con creces que eres la mejor jefa de finanzas que la empresa Endeavor va a tener, pero en menos de dos meses acabas de despedir a un asistente y el actual se niega a seguir colaborando contigo.—Cruzo sus manos sobre la mesa, colocando su boca detrás de estás.
—No tienes que recordármelo, pero te mostré cada uno de los errores que cometieron. Desde que Sahori renunció, nadie puede compararse con su eficiencia.—Deje caer mi frente en su escritorio, demostrándole que no era el único harto de la situación.
—Lo comprendo, y no estoy diciendo que hayan sido despidos injustificados o injustos. Pero de verdad necesitas dejar de ser tan exigente, Sahori fue una señora con años de experiencia, será difícil que encuentres a alguien igual o mejor que ella, estás siendo muy estricta.—Se saco sus lentes y esa fue mi señal, para levantarme y mirarlo de forma altiva.
—Ya lo sé, pero si de verdad quiero quitarle el puesto a tu hijo tengo que ser la mejor.
—Ya sé que puse ese competencia solo porque tú serías buena manejando mi empresa, eso y el hecho que casi eres como mi hija y Shoto... Bueno él, no desea tener nada que ver conmigo. Pero no justifica que seas una gruñona con tus asistentes. —Su voz se seguía oyendo decaída cada que hablaba de su hijo y familia, aún se recriminaba por no haber visto las señales de que fue un mal padre a tal punto que sus hijos, ninguno de ellos quiso dedicarse a algo que justificara su traslado de dueño de la empresa Endeavor.
Mi tío Enji era eso, un hombre lleno de arrepentimientos que aún descifraba como cálculos inrresolvibles que nunca podía avanzar ni un paso, porque en un parpadeo regresaba tres en reversa dejándolo peor que antes en la situación de su familia. Papá dice que solo es una ser humano ícaro, un hombre que trata de volar tan cerca como se posible de su éxito, aunque eso lo queme como un astronauta que quiere tocar el sol.
—Enji hará lo que sea para triunfar, por favor cuida de él, Ochaco.
Recordé las palabras de papá. Y eso estaba haciendo, aunque no lo pareciera.
—Pues claro que no quiere, sabe que perderá aún pidiéndole a todos los dioses que lo ayuden contra mi,—alardee como siempre para sacarle una sonrisa a mi tío, la cual conseguí. Papá y él eran amigos desde el vientre de mis abuelas.—Además, no es por nada pero que vergüenza perder contra tu ex pareja.
—Aun no puedo creer que terminaras con Shoto, pensé que se llevaban bien.
—Y así era, hasta que Shoto se veía más distraído de lo normal y sus celos de ser normales y promedios, pasaron a ser insanos.—No me calle nada; el padre de mi ex pareja sabía perfectamente porque rompimos, él estuvo presente en una escena loca de sus celos injustificados.
No me culpaba por haber terminado con él, todo lo contrario dijo que me admiraba por aguantar tanto a un callado y frío chico como lo es su hijo, al yo claro ser un muy viviante y elegante rayo de luz.
—Mi hijo esta arrepentido, y como no. Eres todo lo que un chico hoy en día quiere, es una lastima lo que dejó ir.
—Supongo.
—Bien, te llamé no solo para decirte que debes dejar de exigirles a los pobres pasantes que encuentren la cura contra el cáncer,— lo mire molesta y mi tipica cara de pocos amigos por ese comentario, no era tan exigente,— sino también que mañana será la entrevista de tu nuevo asistente, ya que el actual de solo saber que cometió otro error, pidió un traslado de puesto.—Busco entre sus cajones un sobre y me lo tendió,—aquí tienes toda su información. Solo para que veas quien podría ser tu nuevo compañero de trabajo.
—¿AU?... Interesante.—Mire la carpeta la cual aún sin ser abierta, me dejaba ver el irreconocible logo que representaba a esa escuela en la que estudié. —Alguien de mi mismo estatus, espero valga la pena.
—Puedo asegurarte que así será, eso es todo. Puedes retirarte, Ochaco.
—Bien, tengo que solucionar el desastre que me dejó de regalo de despedida el idiota de mi asistente número 2 en estos dos meses.—Bajo el brazo atrapé la carpeta con los datos de esta nueva opción de asistente y me levanté dispuesta a irme,— ah sí y, dile Shoto que ya debe seguir adelante. Ya pasaron seis meses desde que dejé de poner de mi parte para que según él, me reconquistara. Estoy harta de ver mi bandeja de mensajes llena con su número.
—Se lo haré saber, sobrina.
Sin más que decir, salí de la oficina de mi tío Enji, y regrese a mi oficina para pedir un café y galletas a mi secretaria. Sería una noche larga, una madrugada donde tendré que solucionar esta desastre de cifras yo sola.
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