29. Salvando el pasado de un fatídico futuro del presente.

29. Salvando el pasado de un fatídico futuro del presente.

Acabo de firmar los documentos que me acaba de traer Midoriya. Y veo perfectamente la incertidumbre y incomodidad en sus verdosos iris.

Bien... Aquí voy

—¿Prometes que no le dirás nada a Ochako si te cuento todo?—, la forma en la que su mirada de cierto modo se alzó, me deja en claro que eso le sorprendió.

—¿No debería ser yo el que te condicione a ti?—saca la silla frente a mi y se tira en está. —El que tiene todo a su favor en estos momentos, y el que debería de condicionar esto también soy yo, Todoroki-kun.

—Pero no lo harás porque eres mi amigo, y sabes que no haría nada si no tengo buenos motivos—. Cierro la laptop y lo encaro, mirándolo de la forma más amable y nada inquieta que puedo.

—Me conocés bien, —suspira, tira la cabeza demostrando su rendición. —Además estoy de muy buen humor para no darte el beneficio de la duda.

—¿Hay algo acaso que no me estés contando?—, subo y bajo mis cejas para robarle una risa nerviosa y ambientar mejor el flujo de la conversación.

—Bueno... No es la gran cosa, lo juro—se apresura a mover sus manos de formas raras y tocar su cabello así como su ropa. —¿Recuerdas el evento de nuestra graduación?

—¿Cómo olvidarlo?, Me abordaron más de 20 chicas—. Cruzo mis brazos sobre mi pecho, y el solo recordar ese día me siento incómodo.

No soy el tipo de chico que le interesen las chicas lanzadas o, que me busquen para que se den las cosas entre una pareja.  Siento que es más de la vida y el destino que las personas coincidan.

Cómo lo que pasó entre Momo y Ochako. No lo busque para nada, ni si quiera llegué a pensar que eso era lo que mi vida necesitaba, solo se dió y sin darme cuenta, cada uno ganó su lugar sin mi consentimiento en el terco corazón que cargo.

—Pues resulta que la chica con la que me tocó... Se podría decir que...—Como es su costumbre comenzó a susurrar y bajar la voz mientras más avanzaba su habla. —¿Conectamos?  Y hemos estado teniendo reuniones si es que así se le puede decir a una sola cita y conversaciones por WhatsApp. Las cosas se dieron rápidas pero al mismo tiempo lentas, llegamos a intercambiar fotos algo subidas de tono, no mostramos nada solo dejando ver la piel que por los trajes de ese noche no pudimos ver. Ella me mandó una con una vista pronunciada a su escote y yo una de mi clavícula y brazos. Con rápidas y lentas, me refiero que llegamos a tener sexo pero no hemos hablamos de algo más serio que un ¿como estás? y ¿qué tal tu dia?, Estoy ma-

—¡Aguarda, Midoriya!—lo detengo al procesar que mi amigo acaba de decir que ya no es virgen. —¿En la primera cita llegaron a él escalón 15?

Asiente rojo de la vergüenza hasta las orejas.

—¿Quién eres y que hiciste con el tímido Midoriya Izuku?—dejo mi asiento y lo tomo por los hombros feliz por él. —¿Cómo fue? ¿Te gustó? ¿Llegaste?, Más importante aún, ¿La hiciste llegar? ¿¡Se cuidaron!?

—Si, si, si, si a todo—, dijo entre sarandeos que le propinó. —¿De verdad te alegra tanto?

—Midoriya te la viviste entre letras y números toda la universidad, el momento dónde más recuerdos memorables se tienen que vivir. —Me recargo en el borde de mi escritorio, mis manos a cada lado. —Y te perdiste más del 10% de estos.  Saber que comienzas a vivir, y disfrutar de lo que creí te perdiste en tu vida pre-adulto me hace emocionarme. ¿Cuándo nos las vas a presentar?

—Es que...—la sonrisa que mantuvo todo este tiempo desde la conversación de su vida amorosa, se desvaneció. —Ese es el asunto, ella aún no me muestra su cara ni me ha dicho su nombre.

—¿Cómo?—, mis aleteos de pestañas parecen las de una chica coqueteando. —¿Cómo es entonces que tú y ella?-

—Siguió usando el antifaz y la llamo por un apodo. No he tenido el atrevimiento de preguntar su nombre. —Sus dedos juegan entre un enredo de aire entre si, se le ve decaído, lo sé, sé que es ese sentimiento.

—¿Entonces porque estás tan feliz?

—Ella accedió a una cita normal, la próxima y creo que eso puede significar que podremos ser más que solo sexo casual—, se encoge hombres recuperando un poco la buena vibra en su mirada. —¿Y quién no vendría feliz a trabajar luego de un mañanero?

—Eres un...

Lo abrazo por los hombros y le revuelvo el cabello de arbusto que tiene.

—Estoy muy orgulloso y feliz por ti, si puedo ayudarte en algo solo pídemelo. —Me señalo le pecho sintiéndome un poco más varonil, así como cierto chico dientes de tiburón.

—Lo haré, pero por ahora cuéntame.

Regresamos a la seriedad detrás de mis acciones y comienzo a relatarle porqué decidí poner esas cámaras.

La historia no es algo de lo que debería avergonzarme o, eso creo. Hace mucho tiempo atrás, cuando comenzamos a tomar mas enserio nuestra relación, tuvimos encuentros con el gran socio amigo-enemigo del viejo. 

Keigo Takami, un castaño muy claro o un rubio muy oscuro. Para mi cualquiera de las dos era acertada para saber quien es con facilidad, además de ese delineado que siempre carga al rededor de sus pupilas. 

Mi padre le dice Hawks por petición del contrario, entendía la referencia viniendo desde el asunto que su empresa fuera Ave real, una constructora de viviendas prestigiosa en todo Japón. Tuve el desagradable placer de conocerlo después de que Uraraka lo conociera. 

Al parecer el mujeriego Keigo andaba detrás de ella, luego de tener un percance en sus oficinas cuando ella fue a cerrar un trato mas con él. Obviamente ella se negó y le dijo que la respetara a ella y a su futuro esposa, la cual es ni mas ni menos que Mirko. 

Cuando esto sucedió yo ya tenia encuentros con Momo, y comenzamos a darle una oportunidad a lo que podríamos llegar a ser. Y esto llego a oídos de Hawks, lo cual no dejaría pasar por ello comenzó a investigarla; llegando a encontrarla en uno de los bares que frecuentábamos cuando teníamos citas. Y sobre todo la abordo borracha y despechada luego de una de las peleas mas fuertes que tuvimos referente a posibles infidelidades de mi parte con su querida amiga. 

Aun desconozco los detalles, pero si no hubiera sido por su amiga Melissa, ella hubiera terminado en la cama de un hotel con ese desgraciado de Takami. Por eso coloque cámaras aquí dentro de la empresa, en lugares donde los empleados decían que había tenido encuentros pasajeros y calientes con sus asistentes. 

Además, luego de eso al parecer el castaño le pidió disculpas y se hicieron amigos o, aliados. No quiero pensar en la posibilidad de amantes. Y desde ese día tienen contacto, y Keigo se aparece mucho para saludarla únicamente, y debes en cuando para hablar sobre negocios que desconozco que tiene únicamente con Ochako. 

—Así que esa es tu razón, no desconfiabas de ella. Sino mas bien de Keigo. —Tuerce la boca un poco descontento y incomodo. —Entiendo que desconfíes de el, y de cierto modo te conozco lo suficiente para saber, que no solo lo haces por ti. Sino por ella y Mirko. 

Alejo la mirada de la intensidad de la suya, Midoriya tenia ese poder sobre mi de hacerme saber cosas que no sabia que sentía o, no quiero admitir que siento. 

—Si, tal vez. 

—De acuerdo, no diré nad-

—¿¡De verdad?!

—Déjame terminar, —frunce el ceño molesto, pero no no tanto para saber que me odia por lo descarado que aun sigo siendo por involucrarlo una vez mas en asuntos que no le incumben. —No diré nada, con la condición que quites esas cámaras y le digas a Uraraka-san que la vigilabas y le digas lo mismo que a mi. 

—Pero-

—¿A quien mas necesitas vigilar que sea cercano a Uraraka-san?—, No le miro porque sé perfectamente que me delataré con solo hacerlo, conozco a Ochako desde mas de lo que recuerdo, y sé con creces que ve a mi mejor amigo como un hombre no como un amigo fraternal. —¿Y bien?

—No, a nadie. —Cedo ante su petición, después de todo. 

Ella no necesita saber este tipo de cosas ahora... 

—Bien, ahora si me disculpas tengo trabajo que hacer. —Se levanta guardando la carpeta debajo del brazo, —nos vemos para saldar mi cuenta de esos fideos de soba frío.

Sonrió mas aliviado al ver que no lo ha olvidado y sigue -al parecer- de mi lado lo suficiente como para invitarme a almorzar. 

—De acuerdo, te acompaño. —Abro la puerta, sale primero y luego por consecuente cierro con llave mi oficina. —Tengo que ver como esta, no quiero que sienta que no estoy para ella. 

No hay que cometer el mismo error dos veces

 —Me parece bien, la verdad si la vi decaída esta mañana que le entregue su café favorito y los mochis de fresa. 

Llegamos mas rápido de lo que esperaba a la puerta de su oficina, y cuando abrimos la vista me deja congelado en mi lugar. Como si el piso quisiera comerse mis pies, y no me dejan avanzar. 

La oficina de Uraraka esta en perfecto estado, pero ella se encuentra en el borde de la ventana, sentada con los pies colgando fuera. Se mueven de enfrente hacia atrás, pero no pegan con el cristal. Esta de espaldas a nosotros, pero veo los temblores en sus hombros. Signo de que esta llorando en silencio. 

—Mochi...

Se tensa antes la mención del apodo que le di, gira lentamente su cuello para encararme. Y ahí esta, ese destrozado rostro hermoso y lleno de vida, muerto y vacío en todo lo que conforma su perfil. 

Las lagrimas bajan sin parar de sus cuencas, pero no veo que este hipeando o berreando. Solo como caen una tras otra sin darle descanso a su dolor. Tiene la nariz roja como si hubiera recibido un golpe, hinchada y moqueando hasta perderse esa secreción en sus labios. Retina marcada y dominada por sus venas rojas, inyectadas en palpitaciones. Su cabello esta revuelto, estoy seguro que ella misma halo de las hebras castañas con desesperación, y por eso el viento apenas y puede moverlas de tan enredadas que están. 

—Uraraka-san...

—¿Qué sucede, Izuku-kun?—, regresa su mirada a el extenso cielo que tiene tan cerca que es peligroso. 

—Solo queríamos ver como estabas. —Trato de acercarme pero ella me regresa la vista y me detengo, regresando a mi sitio. —Y veo que no estas bien...

—¿Cómo podría estarlo?, me arrebataron a mi única familia—su voz se torna gruesa pero herida. —Ya no me queda nadie que realmente le importe aunque allá cometido muchos errores por gusto. 

—Claro que si Uraraka-san nos tienes-

—Apenas me conoces Midoriya, no puedes tenerme tanto aprecio, solo es tu amable personalidad saliendo a relucir como todos los días—. La forma tan cruel que le dice eso a el pecoso hace que contraiga su expresión en dolor, pero con un atisbe de que le da la razón. 

—Ochako sé que estas pasando por cosas muy difíciles, y que te duele como si tuvieras el infierno en la garganta—. Trato de volver a acércame, y ya no me tira una mirada de advertencia. —Déjame ayudarte, por todas esas veces que tu me salvaste. Por favor, mochi. 

—¿Cómo lo harás si tu odias con cada fibra de tu ser a tío Enji?—, la risa irónica que suelta me detiene a unos cuantos pasos de ella. —No puedes salvarme esta vez, Sho-kun. 

—Claro que puedo, solo déjame intentarlo y te juro que si no consigo que ese dolor se vaya los dos podremos terminar con todo. —Doy otro paso, uno dudoso porque no deja de mirar por debajo de sus pestañas llenas de lagrimas cada avance que hago en su direccion. —Si no funciona, me tirare contigo, porque los mentirosos no merecen amor ni vivir. 

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

—Mentiroso.

Y entonces todo pasa cuadro por cuadro frente a mi, mi cuerpo se muevo solo y pido a Dios que me de la velocidad suficiente para alcanzarla. 

—¡MIDORIYA!—Grito al sentir que mi mano no aguanta el agarre alrededor de la muñeca de Ochako. —¡Ayúdame!

Miro abajo y ahí esta, alcance a atraparla, esta observándome pero solo veo unas canicas oscuras sin brillo ni vida, definitivamente esta resignada. Ya no puede mas, pero no permitiré que la vida me quite a otra persona mas que amo, no la dejare caer. 

No la dejare ir, aun no, no cuando no he hecho nada por ti aun. No como tu has hecho tanto por mi, no puedo, no lo hare. 

—Aquí estoy, —le oigo detrás de mi, la mitad de su torso esta en el borde de la ventana, no tiene la camisa puesta solo una de tirantes de deporte de tono gris oscuro, sus brazos llenos de cicatrices están inyectados en venas, ahora sostiene mas abajo de la muñeca de la castaña. —A la cuenta de 3 la subiremos. 

—Suéltenme, no hagan esto mas largo para mi, ya tome una decisión. 

—¡Cállate, no lo hare! —, grito logrando que el brillo en sus iris regrese por un momento. —¿Vas a tirar todo a la basura, así sin mas? Todo lo que vivimos, todo lo que lograste y estas apunto de lograr. Fuiste tu la que me dijo que quiere quedarse con esta empresa porque le pertenece mas a los Uraraka que los Todoroki. Me juraste que estarías ahí cuando fuera a hablar con mamá, fuiste tu la que me dijo que recuperaría la grandeza de este lugar como cuando lo manejaba tu padre, se lo prometiste Ochako, ¿no cumplirás tu promesa?—por fin consigo que comience a llorar a grandes sollozos mientras trato de subirla junto con el ojiesmeralda. —Si tu te mueres yo me iré contigo, eres todo para mi, ¿Qué tengo que hacer para que lo entiendas?

—¡BASTA!—Exclama entre lagrimas y respiraciones erráticas. —Basta... tu amas a Momo, no a mi-

—¡Deja de decir eso, yo te amo a ti, con todo lo que tengo para seguir aun con esta vida de mierda que tengo, entre tanta hambre de honestidad y amor verdadero tu no dudaste en darme un poco aunque no tenias ni para ti misma!—. Conseguimos subirla lo suficiente para que la tome por debajo de los brazos, no puedo con tanta presión de mi corazón por lo que estoy viviendo y el esfuerzo que ejerzo. —Dijimos que somos como unos tejones de la miel, ¿lo recuerdas?. Comemos veneno y eso no nos mata, nos hace mas fuertes...

—Para seguir devorándonos la vida y reírnos de ella en su cara. —Termina por mi, y me abraza por el cuello, esta llorando como una niña pequeña. —Lo siento, Shoto. ¡Lo siento!

—Ya todo esta bien, tranquila ya paso. Estoy aquí, —la abrazo hundiéndome entre su cuello, sintiendo el olor que tanto me gusta de ella, ese dulce y amigable aroma que me trae tantos recuerdos. —No te soltaré, estoy aquí, todo estará bien. 




~

El helado en mi boca se derrite, sabe delicioso tengo que admitirlo pero eso no quita que ya casi se lleva la total sensibilidad de mi lengua. El cabello de Shoto reposa y cosquillea un tanto en mis muslos, sigue siendo tan suave y entretenido a la hora de jugar con los dedos desde la última vez que lo hice.

Lo cual fue hace más de año y medio.

—¿Todo bien?—, su voz es suave y preocupada.

—Si, ¿porqué preguntas?—indagó girando un tanto la cabeza como gato para verle, eso siempre le ha robado una sonrisa.

—Te me quedaste viendo y esta en la televisión tu serie favorita, yo sé que prefieres ver a Derek que a mí—. Señala la pantalla de mi sala sin quitarme los ojos de encima.

—Solo estaba pensando en que mi lengua se murió.

—¿Qué?—rie levantándose para verme, toma mis mejillas y lo tengo tan cerca que sus labios llaman la atención demasiado para mi serenidad. —Dejame ver.

Asiento, entre abro la mandíbula. Dejo que se asome la lengua. Con su dedo pulgar retraído eleva aún más mi cara desde el mentón.

—Esta algo morada y muy fría—, la siente con su otro pulgar. —Deberías dejar de comer helado, iré por algo para que entres en calor.

—De acuerdo—lo veo irse por el arco que conecta la cocina y sala.

Me entretengo con la serie, dejo que absorba, alejándome de los pensamientos de el enemigo que tengo dentro de mi cerebro.

Scott y Alison están abrazos bailando, en un baile que; no recuerdo si es de graduación, de bienvenida o otoño. Solo sé que amo su conversación, es sobre como el de rizos le dice que le gusta mirarla.

—Recuerdo una vez cuando... te tenía abrazada, y te dormiste en mis brazos. Te-te ví y pensé que podía estar así por horas—, sonreí ante sus palabras. —Y... Después, empezaste a babear y fue un poco desagradable y después mi brazo se durmió con tu cabezas encima, y empezó a doler.

Rei con Alison, parece irónico pero, luego de Derek tengo debilidad de simpeo por el protagonista.

—Me gusta escucharte reír...—Shoto me abraza por los hombros. —Y tú sonrisa me encanta. 

Que lo diga acuna una sensación en mi estómago que me agrada. Dejo caer mi cabeza hace atrás, y queda en su cuello.

—¿Me concedes esta pieza?—, de su teléfono suena una melodía y sonrió conmovida.

Asiento, levantandome y apagando la televisión en el proceso. No quiero que arruine el ambiente, lo que sigue luego de esa escena entre la pareja de un loco adolescente es más dramática y de acción.

No sé de dónde es la melodía pero es tan suave y tranquila pero amorosa que, me es imposible no ceder ante los encantos de el bicolor. Aunque también me suena ese ritmo, esa tonada se me hace familiar.

De un lado al otro nos balanceamos, abrazados. Mis manos están alrededor de su cuello, y sus brazos cruzados en mi cintura. Que la verdad, no es la gran cosa, soy de pocas curvas.

Acomodo mi mejilla en su clavícula y él en al acostado de mi cabeza. El aroma de la loción que le regale abarca mis pensamientos y me relajó.

—Puedes llorar si quieres, sabes que conmigo no tienes que hacerte la fuerte—, con un sonido gutural le digo que entiendo.

Entonces recuerdo de dónde escuché esa canción.

Es la canción que bailo mamá y papá en su recuento de votos y, la que baile con él en su cuarto de hospital cuando me gradué por primera vez.

Las gotas tan tercas que me han estado inundando la visión regresan y las dejo caer, estoy en mi lugar seguro. Con nostalgia siento que son los brazos de mi padre, que es él con quién bailo y no el semi-albino.

¿Cómo puedo seguir con mi vida ahora que lo perdí?

¿Cómo puedo volver a confiar que estaré bien?

¿Cómo puedo mirar a Shoto en este momento si te veo a ti?

—Shoto...

—¿Si?

—Te amo—, el corazón me duele de solo decirlo, tengo que regresar, ahí.

A dónde siempre he estado a salvo.

—Yo te amo mucho más, Mochi.

Es como si bailará con el fantasma de mi papá...


~

Sooooo.... No tengo mucho que decir, solo que actualizo momento antes de ser el lunes. Lindo fin de semana atrasado por cierto.

La canción representa como pasara las siguientes noche Uraraka, primero escribí el capítulo y luego encontré la canción y queda como anillo al dedo. Disfrutenla es dolorosa pero hermosa la letra de bailando con tu fantasma.

Me tengo que ir, les dejo unas fotos que encontré de Izuchaco para que no se desanimen porque Shoto y Uraraka regresan.

Recuerden votar y comentar es amar, gracias por leer. ❤️✨

Maleficent ✨🖤 y mamá pequitas ✨💚 ¡Fuera!

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